EL ATLETICO ANTE LA CHAMPIONS LEAGUE TEMPORADA 96-97



El Atlético de Madrid comenzó la temporada con la esperanza de proclamarse campeón de Europa, además de intentar ser referente en las competiciones nacionales. Para ello contó con el apoyo incondicional de los 30.000 abonados que acompañaron una tarde tras otra en el Vicente Calderón. Para este proyecto se invirtieron 1.200 millones de pesetas en la contratación de nuevos jugadores con un gran carisma. Es el caso de Aguilera, que volvió a casa después de un periplo en el Tenerife; Esnaider, Pablo Alfaro y Bejbl, que fichó después de realizar una excelente Eurocopa con su selección, donde alcanzó la final. Antic decidió prescindir de Penev, Pirri, Correa, De la Sagra, Felipe, Cordón y el mítico capitán Tomás Reñones. El comienzo de la temporada oficial supuso el primer revés para los intereses rojiblancos con la pérdida de la Supercopa de España frente al Barcelona de Ronaldo. El Atlético estuvo a punto de sobreponerse al 5-2 de la ida en un vibrante partido de vuelta que terminó con un 3-1 que mantuvo la incertidumbre hasta el final. El irregular comienzo en el campeonato de Liga no fue obstáculo para que el equipo desplegase un sensacional fútbol en los campos de Europa, después de ausentarse en la máxima categoría continental durante 19 años. El equipo dejó su sello en la primera fase imponiéndose a equipos como el Steaua de Bucarest, Widzew Lodz y Borussia Dortmund, terminando líder del grupo B con 13 puntos, por delante del que, a la postre, sería el campeón de Europa. El cruce en cuartos de final deparó un duelo ante el finalista de las dos últimas ediciones, el Ajax de Amsterdam. La eliminatoria no pudo ser más igualada tras el 1-1 conseguido en Holanda. Esnaider falló un penalti en el minuto 73, que provocó una prórroga donde el Atlético fue mejor, pero cayó eliminado por un injusto 2-3. Una vez terminado el sueño europeo, el equipo se concentró en las competiciones nacionales. Los buenos resultados en la Liga propiciaron que los de Antic no soltaran los puestos UEFA desde la decimocuarta jornada, acabando en un digno quinto puesto. En la Copa de Su Majestad el Rey, también se ofreció una buena imagen. Después de eliminar al Compostela de forma contundente, el Barcelona fue el rival de cuartos. Tras el 2-2 cosechado en el Calderón se viajó a la Ciudad Condal sin bajar la guardia. En un partido abierto, Milinko Pantic enmudeció el Camp Nou con cuatro goles, pero el conjunto catalán supo aprovechar sus ocasiones en el segundo tiempo dando la vuelta al marcador, que reflejó un 5-4 increíble y espectacular.

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