El Athletic traslada su domicilio social al numero 9, de la calle Torrecilla del Leal y Julián Ruete decide, en 1922, renovar la Junta Directiva, que queda presidida por él, con Manuel Ansoleaga, vicepresidente; Julián Arzadun, secretario; Ramón Oriol, vicesecretario; Alberto Vivanco, tesorero; Juan Cruz Noles, contador, Miguel Mieg, director de campo y vocales Francisco de Castro y Felix Marcos. Capitanes: de Fútbol, Urbano Iturbe, de Atletismo, José Luis Grasset; de Tenis Laureano Rodríguez y de Hockey, Joaquin Aguilera. Ansoleana desempeña su cargo directivo y el de entrenador. Si lo importante es participar, en el Campeonato Regional de 1922, el Athletic lo hace así y cumple su objetivo. Aquel año se crea en el seno del Club la sección de Pelota Vasca y entra a formar parte de la Junta Directiva Luciano Urquijo. Despierto y sonriente, el 13 de mayo de 1923, Julián Ruete ve la realidad con que tanto había sonado, la inauguración del Estadio Metropolitano en la barriada de los Cuatro Caminos, al final de la avenida de la Reina Victoria, en terrenos colindantes que años mas tarde, se levantaría la Ciudad Universitaria. En esa fecha se celebra el encuentro inaugural entre el Athletic de Madrid y la Real Sociedad de San Sebastián, presenciado por la Reina Madre, dona María Cristina de Habsburgo Lorena, la Infanta Isabel y los Infantes. El saque de honor lo hace el Infante don Juan. Por los rojiblancos juegan: Mata; Olalquiaga, Pololo; Fajardo, Burdiel, Marin; Bustillo, Gomar, Triana, Ortiz de la Torre y Luis Olaso. Por los donostiarras, Eizaguirre; Arrillaga, Arrate; Portu, Matias, Benito Diaz; Juantegui, Rosales, Ola, Urbina y Yurrita. Monchin Triana marca el primer gol y el partido termina con el triunfo del Athletic por dos tantos a uno. La autoria del proyecto del Estadio Metropolitano pertenece al arquitecto José María Castell y los promotores son los hermanos José María y Miguel Otamendi los mismos del Metro madrileño, como popularmente se conoce a este medio de transporte urbano subterráneo. También alientan la aspiración de jugar en el flamante Estadio los equipos del Racing de Madrid, Gimnástica Española y Unión Sporting, deseo que mantienen durante esa temporada, después desisten y el Athletic queda como único usufructuario del Metropolitano. En 1924, se cumple con dignidad el tramite en el Campeonato Regional, sin alcanzar el liderazgo. Son altas en el equipo los exmadridistas Manzanedo, defensa y Sansimenea, delantero. El Athletic de Bilbao celebra, el 10 de junio, sus Bodas de Plata. En el partido de la conmemoración frente a un combinado nacional se refuerza con el jugador rojiblanco madrileño, Monchin Triana. Julián Ruete, como rozada su frente por el ala de Minerva, piensa y hace con sabiduría, sin vacilar, cuanto le es posible para poner a la nave rojiblanca rumbo hacia un horizonte de promisión. A través de los años, en la Presidencia repite su generosa actividad sin regatear nada, con fe ciega siempre en los destinos del Athletic de Madrid. Sus logros de buen timonel se concretan en la consolidación del Club entre los mejores y la consecución del Estadio Metropolitano. Ruete, con el fervor atletista que le caracteriza pone colofón a su actuación en la Presidencia rojiblanca suscribiendo un nuevo Estatuto para la entidad. En el primer articulo se condensa toda la filosofía para dar una definitiva categoría e independencia al Athletic de Madrid, meta de su trabajo infatigable: "Con el nombre de Athletic Club, y con residencia en Madrid, se funda una Asociación cuyo fin es practicar y fomentar los deportes atléticos, en especial el Fútbol". A Julián Ruete presidente inolvidable y mejor adalid del Athletic de Madrid en la primera veintena de años de su existencia, le sustituye en el cargo Juan de la Estefania Mendicute. Bajo su mandato la Junta Directiva queda formada por Vicente Marin, vicepresidente; Enrique Alvarez de Lara, secretario; vicesecretario, Fernando Muguiro; tesorero José Cruz Nales; contador Ernesto Cotorruelo y vocales Luciano Urquijo, Desiderio Fajardo y Leandro de Amilivia. En buena "entente cordiale" con el Madrid, se crea un nuevo torneo: Copa de Madrid. Disputan la final el Madrid y el Athletic, con resultado de seis goles a dos a favor de los madridistas, que reciben el Trofeo de manos del alcalde, don Joaquin Ruiz Jiménez. El Campeonato Regional también es para el equipo merengue. La temporada de 1924-1925, el triunfo sonríe al Athletic, que se erige Campeón Regional invicto. Por su gran victoria en el Regional le corresponde jugar el Campeonato Nacional de la Copa del Rey. Tras una formidable trayectoria va ganando eliminatorias y en semifinales se enfrenta al F.C. Barcelona, de Platko, Samitier, Warlter, Paulino Alcantara, Bosch... En el Campo de las Corts, se registra un tres a dos, a favor de los azulgranas y en el Metropolitano se apuntan el triunfo los rojiblancos, por dos goles a uno. El desempate se juega en terreno neutral, en el Campo de Torrero, en Zaragoza, ganando la eliminatoria el equipo catalán, que seria el Campeón del Torneo. El gran técnico ingles, mister Pentland, por este tiempo, se encarga de entrenar al equipo rojiblanco madrileño. Julián Ruete, Urbano Iturbe y Ramón Olalquiana habían sido sus antecesores en el puesto.