Montevideo, 3 de Marzo de 2002. En una edición del Boletín ISIS, publicación de Internet en http://www.egiptologia.net/isis/isis.html, el Sr. Sebastián Montes, estudiante de Historia Antigua en la Facultad de Humanidades de la Universidad de la República en Montevideo y ex-estudiante del Instituto Uruguayo de Egiptología, publicó un breve artículo titulado "Informe preliminar sobre la investigación de la momia y sarcófago de Montevideo" en el que anuncia la existencia de un grupo de trabajo para realizar estudios sobre esta momia egipcia y su ajuar funerario. Cuando quien escribe realizó la primera publicación académica de esta momia, puntualizamos que quedaba aún mucha información por extraer de este conjunto funerario y nos complace ver que estudiosos uruguayos se ocupan desde diversos ángulos por aumentar nuestro conocimiento. Entre lo "recientemente descubierto" por este estudiante en su análisis figura lo que él considera un error que quien escribe cometió en su publicación oficial de esta momia, un texto "mal transliterado" en su "primitiva" interpretación. Lamentablemente para este estudiante ansioso por encontrar algún error en el trabajo de su antiguo profesor, la publicación de esta momia, "Una momia egipcia de la Baja Época conservada en el Museo Palacio Taranco de Montevideo", Montevideo, 1980, no registra tal "error" pues en la columna de texto jeroglífico egipcio en el ataúd de esta momia a que se refiere aparece en la nota 6 del referido trabajo el signo F40 de Gardiner y la correcta transliteración del mismo como Aw. A lo que probablemente se refiere el Sr. Montes es a una imagen publicada en una de nuestras páginas de Internet donde aparecía el signo S25 de Gardiner con la transliteración Aw. En ese caso se trató de un error mecánico de selección al poner allí el texto como lo leyó el Dr. A. Bianchi en su trabajo "Estudios complementarios sobre la momia egipcia en el Museo Nacional de Historia Natural", Montevideo, 1993, con su transliteración publicada, error no atribuible a quien escribe, que ya ha sido corregido en esa página de Internet y que se debió a que teníamos delante ambas versiones al componer esa imagen. Si el Sr. Montes en vez de apresurarse a señalar lo que él pensó que era un error de concepto nuestro, hubiera consultado detenidamente nuestra publicación oficial de 1980, habría visto que allí dicho "error" no existía, algo que le habríamos señalado si el Sr. Montes se hubiera tomado la molestia de ponerse en contacto con el autor antes de publicar su artículo. Cuando un estudioso realiza un estudio de una pieza o conjunto de piezas en un museo, lo primero que hace normalmente es rendir tributo a quienes lo precedieron, especialmente cuando esos trabajos fueron los primeros en hacerse y que pusieron a nuestra momia en conocimiento de la comunidad egiptológica internacional, pero el Sr. Montes prefiere en su curiosa forma de encarar el tema referirse a tal investigador en forma despectiva (trabajo "primitivo" y con "mala transliteración"), sus motivos tendrá el Sr. Montes para escribir de esta forma pero no augura nada bueno para su futuro profesional y su relacionamiento con otros estudiosos tal arrogante e inepta aproximación donde critica una imagen incorrecta de Internet en vez de tomar como referencia la publicación oficial de ese investigador, afectando injustificadamente su reputación profesional ya que menciona su nombre dos veces para indicar un "error" que en la publicación oficial de quien escribe jamás existió. Más adelante en el referido artículo el Sr. Montes menciona el signo en cuestión, de difícil lectura actualmente por el deterioro del ataúd, y sugiere, brindando la imagen que nosotros recogimos en el museo en 1973 usando diferentes fuentes de luz para mejorar la visibilidad, que debería leerse como el signo Aa25, según él una lectura aprobada por el Dr. A. Bianchi, quien anteriormente lo publicó como S25, pero que contemplando la forma de ese signo y la que aparece en el ataúd, nos pareció improbable por la evidente diferencia entre ambos. Pensaba que si se compara el signo F40 con lo que está en ese lugar en la inscripción y las dos otras lecturas sugeridas, S25 y ahora Aa25, el signo F40 se aproximaba más a lo que registró el antiguo escriba, aunque es un tema opinable pues dicho signo no es claramente identificable. La existencia de otro ataúd en Berlín proveniente de Akhmim y perteneciente a una persona del mismo nombre que quien figura en el ataúd de nuestra momia montevideana, no es prueba definitiva de que sean la misma persona. La afirmación del Sr. Montes al final de su artículo de que "Todo esto soporta la teoría que el sacerdote SmA Ns-pA-mAi, pudiera tener alguna relación de parentesco o allegado a la difunta" es, por lo menos a la luz de lo aportado allí, una mera especulación suya pues lo único que sabemos hasta ahora es que en el ataúd de la momia de Montevideo se menciona a este individuo y se pide la protección de la difunta (o de los dioses Osiris e Isis, según el Dr. A. Bianchi) para él. Finalizamos estas puntualizaciones señalando que si el Sr. Montes estaba tan ansioso por encontrar un error en alguna publicación oficial, lo habría encontrado si se hubiera molestado en consultar el trabajo del Dr. A. Bianchi (quien "supervisa su análisis") que mencionamos más arriba, otra publicación oficial, donde en ese caso sí la transliteración aparece incorrecta, aunque el Sr. Montes en su artículo eligió mi nombre para atribuir ese error. Habiendo recibido en estos días una imagen grande con el texto en cuestión del ataúd de Berlín, quisiera agregar que ahora concuerdo con la conclusión del Sr. Montes y según me informan, del Dr. Bianchi, que Aa25 parece ser la interpretación más correcta para este signo. Anteriormente no disponía de una imagen tan clara de esa columna en los textos de Berlín y por ello sugerí F40. Prof. Juan José Castillos Instituto Uruguayo de Egiptología