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Brillantes estrellas y rastros de gas crean un fondo impresionante para la autodestrucción de una estrella maciza, llamada supernova 1987A, en la Gran Nube de Magallanes, una galaxia cercana. Astrónomos en el Hemisferia Sur dieron testimonio de la brillante explosión de esta estrella el 23 de febrero de 1987. Expuesto en esta imagen del Telescopio Espacial Hubble de la NASA el remanente de la supernova, rodeado por anillos internos y externos de material, esta fijo en un bosque de nubes etéreas y difusas de gas. Las muchas estrellas azules luminosas cercanas a la supernova son estrellas macizas, cada una más de seis veces más pesada que nuestro Sol. Con edades de aproximadamente 12 millones de años, estas estrellas son miembros de la misma generación de la estrella progenitora de la supernova. La presencia de nubes luminosas de gas es otra señal de la juventud de esta región, que todavía parece ser un terreno fértil para nuevas estrellas. En unos años el material en rápido movimiento de la supernova alcanzará el anillo interno con gran fuerza, calentando y excitando su gas, produciendo una nueva serie de pirotecnia cósmica que ofrecerá una vista llamativa por más de una década. |
Fuente: Hubble Heritage Team (AURA/STScl/NASA) |