INFORME SOBRE EL SIMPOSIO
ACADÉMICO DE TORONTO 2006
por JUAN JOSÉ CASTILLOS
Los días 3 y 5 de Noviembre de 2006 la Sociedad para el Estudio de las Antigüedades Egipcias de Toronto, Canadá, organizó otro de sus Simposios Académicos anuales en el que egiptólogos profesionales de varios países presentaron trabajos sobre sus investigaciones en curso.
El 3 de Noviembre la sesión inaugural tuvo lugar en la Sala de Cristal del Museo Real de Ontario y la del 5 de Noviembre se realizó en uno de los salones de clase del Departamento de Estudios del Cercano Oriente de la Universidad de Toronto.
Más de 200 personas asistieron a este evento que reunió a alumnos universitarios, académicos y también a público interesado en estos temas y que por primera vez debió extenderse hasta incluir dos días de sesiones debido al elevado número de disertantes invitados en esta ocasión.
Como de costumbre, brindaré aquí un Informe sobre este encuentro para que todos aquellos que estén interesados en estos temas puedan tener por lo menos una idea básica de lo que expuso cada uno de los conferenciantes, tal como lo percibió quien escribe. Para más detalles o aclaraciones, es relativamente fácil ponerse en contacto con cada uno de los disertantes usando las direcciones de correo electrónico que proporciona la Asociación Internacional de Egiptólogos en su sitio oficial de internet.
Quiero también agradecer a los organizadores por haberme invitado a presentar un trabajo en este Simposio (y en otros futuros encuentros, lo que consideré un gran honor pero que dudo pueda concretar por razones de índole económica) y por la eficiencia y atención a todos los detalles que hicieron posible que este Simposio se realizara exitosamente.
Aunque este tema no tiene nada que ver con la egiptología, me siento obligado a poner ciertos hechos en conocimiento de colegas que contemplen en un futuro próximo realizar algún viaje. Me trasladé a Canadá por medio de la compañía aérea American Airlines, que consideraba que era una empresa que gozaba de buena reputación. Hacia el final de mi estadía en Toronto, y como ya no soy un hombre joven, al sentirme cansado, decidí cancelar parte de mi viaje posterior y encaminarme de regreso a Montevideo sin demora. No aspiraba a ninguna devolución de dinero por ese motivo y la compañía podía vender esos boletos de viaje con ganancia para ellos a algún pasajero standby, que supe que tenían esperando la oportunidad de viajar. Sin embargo, al ponerme en contacto con American Airlines, una empleada me informó que tenía que pagar una multa de alrededor de U$S 300 para modificar el viaje original. Al no tener otra alternativa, acepté pagar esa multa y pensé que el asunto estaba solucionado. Sin embargo, al concurrir al aeropuerto de Toronto para abordar el vuelo a Montevideo, otra empleada de esa compañía aérea me informó que había habido un error y que la multa que tenía que pagar era de U$S 1.300, o sea, casi el total de lo que había abonado originalmente por el viaje entero. Me rehusé a pagar tal exorbitante multa y procedí a continuar con mi viaje tal como se había acordado anteriormente. Al regresar a Nueva York, en el aeropuerto de Heathrow en Londres, empleados de American Airlines me obligaron a despachar como equipaje de bodega mi bolso de mano, que había viajado como tal en todas las escalas iniciales de mi viaje, con el resultado de que debido al maltrato recibido, dicho bolso llegó a Nueva York con daños tales que lo hicieron inutilizable. Cuando reclamé ante personal de American Airlines y exigí una compensación por esos daños, recibí una respuesta negativa. Le escribí protestando por el trato recibido al Presidente de esa compañía, el Sr. Gerald Arpey, pero no obtuve respuesta. De modo que si usted contempla en un futuro próximo viajar, quizás le resulte útil tomar en cuenta mis experiencias negativas para evitar ponerse en manos de una aerolínea que posiblemente lo haga pasar por similares situaciones desagradables.
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VIERNES 3 DE NOVIEMBRE
G. CRUZ-URIBE – Sobre la naturaleza de los guías turísticos que dejaron graffiti en escritura demótica: El Valle de los Reyes en la Época Romana – Después de la Dinastía XX el Valle de los Reyes dejó de usarse para enterramientos reales o de personajes de alto rango y no podemos estar seguros que esas tumbas fueron utilizadas más tarde para otros tipo de enterramientos, tal como las tumbas privadas cercanas sí lo fueron. Pero los hallazgos efectuados en el Valle de los Reyes de óstracas demóticas hacen pensar que alguna actividad en esta dirección puede haber tenido lugar, a pesar de la ausencia de evidencia moderna en ese sentido. Muchos de los graffiti demóticos en el Valle de los Reyes no están en buen estado de conservación pero sugieren que algo estaba sucediendo aquí durante la época grecorromana, quizás una ruta de peregrinaciones se había establecido que llevaba a gente que estaba de vacaciones al templo de Isis en la isla de Filé, a los colosos de Memnón y otros sitios vecinos, y algunos hacían viajes adicionales al Valle de los Reyes, que probablemente era considerado en esa época como conteniendo las tumbas de los Memnónidas. Un individuo llamado Djed-Hor aparece mencionado en graffiti en varias de las tumbas y sus garabateos pudieron identificarse en partes más profundas de las mismas que estaban abiertas para ese propósito y que la gente solía visitar. En una de las inscripciones de la Época Romana se menciona nada menos que 72 personas haciendo una de estas visitas, lo que puede explicarse más convincentemente en un entorno de peregrinaciones. Entre los aproximadamente 200 graffiti hallados aquí hasta ahora, curiosamente el nombre del dios Amón aparece tan sólo una vez, en tanto que los nombres de los dioses Montu y Khonsu son los más frecuentes en esta evidencia de la ribera occidental del Nilo. Graffiti coptos fueron hallados también en tumbas del Valle de los Reyes, lo que indica que estas tumbas fueron usadas en esa época probablemente como santuarios conmemorando a mártires cristianos. Fue interesante notar que los graffiti en griego se escribían en cualquier lugar de las tumbas, sin respeto ni consideración por nada, en tanto que los graffiti demóticos eran más respetuosos y procuraban no insertarse sobre signos jeroglíficos o caer en prácticas que podrían haber sido descritas entonces como blasfemia.
J. GEE – La exportación del escriba egipcio – El disertante señaló que a diferencia de lo que muchos piensan, la lengua egipcia antigua fue hasta cierto punto una lengua internacional en el antiguo Oriente, además del acadio, el arameo y otras. Algunas fuentes asirias parecen implicar que ellos empleaban escribas egipcios así como otros versados en otras lenguas de la época. Durante el período en Egipto en que había dinastías rivales a las que pertenecían reyes tales como Sheshonq III y Osorkón III, no había intentos claros para exportar el modo de vida egipcio al extranjero o de llevar a cabo campañas militares en Asia. Los escribas egipcios de esa época no eran meros secretarios sino más bien académicos y muy probablemente eran utilizados como intérpretes por los asirios. La palabra papiro aparece mencionada en textos neo-asirios (niaru, niari) que brindan una lista de escribas, algunos de los cuales tienen nombres egipcios. La misma situación se puede encontrar en óstraca halladas en lo que es hoy Israel, algunas de las cuales están escritas en hierático y que tienen variantes anacrónicas en el uso de los signos. Hay también evidencia de que reyes de Israel puedan haber utilizado escribas egipcios, reclutando miembros de las largamente acreditadas escuelas de las antiguas monarquías para llevar a cabo la administración de su reino. Este estudio proporciona más preguntas que respuestas pero las variadas instancias que sugieren la presencia de escribas egipcios en el Cercano Oriente hace deseable la realización de futuras investigaciones en este sentido.
S. LARKMAN – Mujer-Hombre: La reasignación de género de Hatshepsut – Se refirió a diferentes aspectos antiguos y modernos de este tipo de experiencias transgenéricas. En el caso de Hatshepsut, el disertante dijo que se pueden establecer tres etapas en este proceso: una primera en que presenta una imagen femenina, una segunda de transición y una tercera en que aparece como un hombre. En el primer caso, ella aparece representada como Hija o Hermana del Rey, Gran Esposa y Esposa del Dios; en el segundo, su cuerpo comienza a cambiar. Aunque todavía continúa apareciendo como mujer, empieza a usar atavíos de hombre (faldín, etc.) y su figura comienza a adoptar rasgos masculinos, finalmente, todas sus características femeninas desaparecen y en esta etapa su imagen es prácticamente igual a las de Tutmosis III, lo que es aún más sorprendente cuando los vemos representados uno al lado del otro. El proceso es complejo y fue probablemente llevado a cabo como un intento de legitimizar su posición y para adecuarse a los antiguos ideales egipcios de la realeza. El disertante respondió a una pregunta que la transición se corresponde cronológicamente a etapas de acuerdo a la fecha de cada representación, de modo que el proceso aquí esbozado parece estar bien fundamentado, por lo menos desde este punto de vista. Respondió también a otra pregunta que los actos de vandalismo contra sus monumentos pertenecen a una etapa tardía del reinado de Tutmosis III o a principios del de Amenofis II y no fue una acción inmediata emprendida por su sobrino al acceder al trono como único rey.
G. MUMFORD – Clarificando las relaciones entre Egipto y Asia Occidental durante los períodos Ramésida Tardío y Saíta – Debido a las limitaciones de tiempo a las que debíamos ajustarnos los disertantes, habló y mostró una serie de tablas rápidamente, lo que hizo difícil seguirlo y tomar notas detalladas. Lo que sigue es lo que pude rescatar y consignar por escrito. Las aproximaciones a este tema anteriores y actuales implican, entre otras cosas, un mayor énfasis en el registro textual y pictórico que en el arqueológico y en evaluaciones cuantitativas de la información disponible, que revela un cuadro bastante diferente. El disertante aportó listas detalladas de las exportaciones e importaciones egipcias de Asia durante este período así como otros tipos de interacciones. El registro textual y pictórico en este período exhibe varias distorsiones que mencionó así como las deficiencias del registro arqueológico. Para este estudio se tomó una muestra de 24 yacimientos, la mayoría de los cuales está situado en Palestina, que abarcan varios aspectos del complejo de cultura material en cada caso, cuantificando todos los objetos para cada yacimiento publicado. Por ejemplo, para el período entre 1150 y 1000 AC, se estudiaron básicamente 12 niveles que contenían información sobre las relaciones entre Egipto y Canaán. Se constató una disminución en el número de objetos egipcios en contextos funerarios así como en los de asentamiento y también en los de índole religiosa. Durante este período una dispersión de productos egipcios o egiptianizantes se debió probablemente al comercio fenicio, entre otras causas. La disminución en los porcentajes de objetos egipcios es mayor cuanto más hacia el norte de Palestina se extendió el estudio, lo que era de esperar, menos cuanto más lejos de Egipto. Más tarde, entre 925 y 595 AC, la tendencia se invierte en algunos aspectos, pero entre 716 y 595 AC, al principio hay un aumento de la influencia egipcia, pero en un contexto más amplio de disminución de la influencia egipcia sobre esta región. Entre 595 y 525 AC la tendencia descendente continúa hasta el punto de que llega a prácticamente desaparecer, por ejemplo, en el contexto funerario. El cuadro que surgía de anteriores aproximaciones al tema era de una influencia egipcia fluctuante pero expansiva en Asia, este otro es bastante diferente, por lo menos en lo que concierne a Palestina.
J. J. CASTILLOS – El comienzo de la estratificación social en los orígenes de Egipto – Usando aproximaciones teóricas y evidencia de naturaleza antropológica, arqueológica y sociológica, el disertante intentó en primer término mostrar que la transición Badariense-Naqada I en el Alto Egipto implicó cambios significativos que fueron mucho más allá de la generalmente postulada continuidad básica entre ambas culturas, aportando a tales efectos evidencia arqueológica detallada. A continuación, esbozó una interpretación de la aparición de jefaturas hereditarias en el Alto Egipto por medio de la acción de individuos ambiciosos (aggrandizers o 'agrandadores') en contextos de un relajamiento de la presión social que impedía o desalentaba la acumulación de recursos por parte de miembros de esas antiguas comunidades. Tales individuos por medio de la coerción, la manipulación o las deudas de reciprocidad que hacían contraer a otros, cambiaron la naturaleza de las comunidades que habitaban, llevándolas a expandirse y absorber otras menos favorecidas, cuyos miembros pasarían a ser vasallos o siervos bajo las nuevas condiciones sociales. Los miembros de la comunidad original pasaban a ser una elite gobernante en la nueva comunidad expandida, algunos de quienes quedaban liberados de trabajos agrícolas o pastoriles para dedicarse a la especialización artesanal y la fabricación de bienes de prestigio. Se mencionaron ejemplos de muchas partes del mundo con el propósito de identificar las situaciones que favorecen o inhiben este tipo de procesos y el nacimiento y desarrollo de la complejidad social, con el resultado de que el disertante se consideró con suficiente fundamento para identificar varias de esas condiciones necesarias que posibilitan tales cambios y para fijar las tres probables etapas básicas en el proceso que llevó a los tempranos jefes del Alto Egipto desde sus precarios comienzos al más estable papel de reyes regionales semi-divinos y luego, después de reemplazar los lazos de parentesco por afiliaciones más amplias, al de los primeros faraones de un Egipto políticamente unificado.
M. AYAD – ¿Una celebración heb-sed para una Esposa Divina de Amón? – El American Journal of Archaeology 55 (1951) incluyó una mención de un fragmento de un bloque de piedra en el que aparecía representada la celebración de un heb-sed de una Esposa Divina de Amón. Otros fragmentos pertenecientes a esta escena muestran a tres figuras con cabeza de halcón, probablemente Almas de Pe, deseándole todo tipo de cosas buenas. Un individuo situado frente a ella hace un gesto que la disertante interpreta como de protección y otra figura, de menores dimensiones, quizás un mayordomo de la Esposa Divina de Amón, está de pie enfrentando al individuo anterior. Se mostraron otros ejemplos con escenas similares pero involucrando al rey. Los bloques mencionados en primer término fueron recobrados de una rampa situada frente a la puerta monumental de entrada al Templo de Montu en Karnak. Otros bloques encontrados allí también se refieren a la ceremonia heb-sed. Los arqueólogos, en base a un trabajo de índole epigráfica, arqueológica y arquitectónica, han podido reconstruir parcialmente la fachada de este templo y colocar los bloques en su contexto original. Éste parece haber sido uno de esos casos en que en una capilla sólo la Esposa Divina de Amón aparece mencionada, sin alusión o participación del rey. Debido a que los bloques estaban inscriptos en ambas caras, una de ellas pertenece a la fachada del edificio y la otra a una de las paredes interiores. En el mismo edificio otras estatuas han sido encontradas, como por ejemplo, una del dios Montu protegiendo a una figura arrodillada del rey Amenhotep III que está representado usando la vestimenta de la ceremonia heb-sed. También en una capilla de la Esposa Divina de Amón en Karnak, Amenirdis I aparece recibiendo muchas heb-seds. El hecho que la Esposa Divina de Amón reciba heb-seds no implica para nada una pérdida de autoridad para el monarca reinante. La disertante señaló asimismo que aunque Amenirdis I fue mencionada deseándole muchas heb-seds, una hija de Piye, Shepenwepet II, parece haber realmente celebrado una. Al ser esta ceremonia una acción de habilitación, entre otras cosas, para poder desempeñar funciones sacerdotales, no es sorprendente que Ankhnesneferibre, hija del rey Psamético II, aparece también representada como una Gran Sacerdotisa de Amón.
D. KOLOS – La historia de Horus y Seth, otra alternativa de interpretación – Enfrentar y sobrevivir una situación que amenaza la vida era parte de las transiciones y los ritos de pasaje a la vida adulta y esta disertación intenta presentar una teoría sobre este tema, interpretando la historia de Horus y Seth de una forma diferente a como se ha descrito por otros autores, a la vez que se intenta esbozar una metodología para el estudio de situaciones como la anteriormente mencionada. En una serie de desafíos y tácticas Horus procura reclamar para sí el sitial y la posición de su padre, establece predominio, prueba de producción de semen, ganando la competencia, reconocimiento de esa victoria, humillación pública del perdedor y el logro de su objetivo, confirmando la nueva identidad de Horus como el sucesor de Osiris. La Sátira de los Oficios también parece representar tal rito de pasaje ya que el escriba muestra su predominio sobre todos los otros sin que tener que enfrentar a un desafiante. Akhenatón nos muestra otro ejemplo de este rito de pasaje a la vida adulta, los sacerdotes de Amón serían sus desafiantes a quienes él irritó construyendo templos a Atón dentro del recinto del gran Templo de Amón en Karnak, ganan do la competencia al abandonar Karnak y construir Akhetaten, emergiendo de la disputa como un rey en pleno uso de sus poderes. No todos los adolescentes tenían que someterse a estos ritos de pasaje, pero aquellos casos que pueden ser reconocidos como tales, incluían estas etapas. A una pregunta de si esta presentación no es una forma de apelar a una teoría que está de moda en antropología e intentar forzarla a situaciones del antiguo Egipto, el disertante replicó que estas circunstancias se dieron allí y que hay ejemplos de adolescentes oponiéndose unos a otros donde podemos encontrar elementos de estos ritos de pasaje, por lo tanto, no se trataría de estar forzando una teoría sin fundamento para ello.
P. ROBINSON – El significado de la ubicación de referencias escatológicas en los Textos de los Sarcófagos – Estos textos procuraban proteger al difunto de cosas que no debía confundir con alimentos, como por ejemplo, excremento, orina e inmundicia. Para este estudio textos provenientes de Asiut y de Bersha fueron considerados, por ejemplo, los Textos de los Sarcófagos (CT) 155 a 1014, agrupados en bloques de textos tales como 184 a 208, 213 a 220, etc., las alusiones a referencias escatológicas son esporádicas y están dispersas en estas colecciones de textos. Un total de 66 recitaciones contienen material escatológico que se pueden atribuir a 68 documentos, incluyendo inscripciones monumentales. A continuación el disertante proporcionó un relato detallado de la frecuencia de estos asuntos mencionados en los Textos de los Sarcófagos tomando en cuenta ataúdes provenientes de los dos sitios del Alto Egipto mencionados más arriba. La mayoría eran menciones de excrementos (66 casos), en menor cantidad de orina (34 casos) y aún menos frecuente, inmundicia (26 casos). La mayor parte de estas recitaciones estaban colocadas en la parte media delantera, la parte media trasera o las superficies cercanas a los pies en los ataúdes. A una pregunta de si la distribución de estos textos en ciertas partes de los ataúdes tenía algún significado o propósito especial, el disertante respondió que por el momento no puede dar una respuesta clara a esta interrogante.
N. STRUDWICK – La exhibición temprana de esculturas egipcias en el Museo Británico – El disertante enfatizó la importancia de las hojas de registro de Samuel Birch para la identificación y otros detalles de objetos que fueron pobremente o incorrectamente documentados más tarde. Por ejemplo, una estatua de Sennefer (BM EA 48) que está en el Museo Británico fue fechada como habiendo ingresado al museo en 1829, lo que no parecía correcto pues no se correspondía con ninguno de los lotes de antigüedades que Salt vendió o que fueron vendidos después de su muerte. Entonces, luego de consultar varios tipos de documentos, la 'Sinopsis de Contenidos' de 1821 corroboró que la estatua de Sennefer había sido uno de las primeros objetos pertenecientes a Salt que ingresaron a las colecciones del Museo Británico. La descripción allí, aunque describiéndola erróneamente como 'una estatua de Isis', se ajusta a la estatua de Sennefer. En la Sinopsis de 1835 se le dio el número 48, que todavía lleva hoy en día como EA 48, pero por lo menos en esta instancia estaba descrita como 'una estatua masculina'. Este tipo de investigación se puede aplicar a muchos otros objetos que tienen descripciones o registros bastante dudosos en el Museo Británico. Un barco de piedra que se pensaba que había ingresado a las colecciones en 1843, debe haber ingresado a principios de la década de 1820. Otros objetos, como por ejemplo, EA 75, una estatua de granito gris de Tutankhamón/Horemheb, se puede rastrear hasta las primeras colecciones reunidas por Salt. Hay por lo tanto muchas oportunidades para corregir y mejorar las descripciones de objetos en el Museo Británico haciendo uso de algunos de los archivos tempranos del museo. Este trabajo es importante pues hasta que Petrie obtuvo su cátedra de egiptología, estas colecciones del Museo Británico eran toda la egiptología que había en el Reino Unido y es por lo tanto deseable establecer su procedencia e ingreso de la forma más correcta posible.
V. TOBIN – La religión egipcia: Los siglos finales – Por lo general se considera que en los primeros siglos de nuestra era el paganismo ya no ofrecía a la gente respuestas válidas, pavimentando así el camino para el cristianismo. El disertante señaló que en la Época Romana la antigua religión egipcia estaba todavía firmemente establecida y no sería fácilmente desalojada y reemplazada. El vigor de la antigua religión en esa época está dado por la influencia que ejerció sobre el cristianismo copto temprano y también sobre manifestaciones religiosas más recientes de Egipto. Aún luego de que el cristianismo se impuso en Egipto, la antigua religión continuó existiendo, por lo menos a un nivel local. Tales cultos locales de Isis, Seth, Bes, etc., sobrevivieron hasta tal punto que que en algunos lugares sus imágenes fueron mutiladas para intentar impedir la continuación de los cultos paganos entre los campesinos. Los oráculos también sobrevivieron y atrajeron la represión por parte de los cristianos en un intento por erradicarlos. En los primeros siglos de nuestra era una declinación comenzó a afectar a la religión antigua debido a que el apoyo moral y financiero a los templos pasó a ser un asunto local bajo la administración romana. Por un tiempo las creencias paganas compitieron con las cristianas y un cierto grado de sincretismo empezó a producirse hasta que fue abortado por decisión imperial que puso fin al proceso. Debido a que las creencias cristianas satisfacían las necesidades del pueblo, la sustitución de una religión por otra no fue tan difícil en un proceso en que los paralelismos y las similitudes ayudaron a completar la transición, durante la cual los monjes cristianos se apoyaron en los decretos de sus obispos contra el paganismo para llevar a cabo su lucha contra la antigua religión. Los viejos templos eran centros de la vida comunitaria, llenos de un cierto tipo de fuerza mágica o sobrenatural, y debían ser convertidos para servir de vehículos para la nueva religión, un proceso que continuó, pero no sin cierta resistencia popular. La antigua religión no murió tranquila y silenciosamente sino que combatió duramente por sobrevivir y perdió en esta lucha porque la religión cristiana fue adoptada como la religión del estado. Además, la nueva religión rescató muchos elementos de la antigua y los incorporó, facilitando así su aceptación por el pueblo.
J. REVEZ – La sucesión real en la Dinastía XXV: Una respuesta a un artículo reciente – Se ha hecho recientemente la afirmación que en la Dinastía XXV la sucesión era de forma patrilínea (padre a hijo), de acuerdo con las antiguas prácticas egipcias, más bien que fratrilínea (hermano a hermano) o matrilínea (madre a hijo o hija). El disertante propuso una aproximación que según él está más de acuerdo con las prácticas africanas. Citó ejemplos de la XIII dinastía en los que hermanos del rey eran príncipes considerados posibles candidatos a suceder al rey. Sin embargo, el título de sn nsw o hermano del rey y aún el de padre del rey no están registrados, en tanto que los de hermana del rey o madre del rey sí lo están, quizás porque los primeros implicaban un rival para el rey, algo inaceptable para los antiguos egipcios. A pesar de todo, en el período de Napata, el título de hermano del rey está registrado varias veces e incluye a individuos de entre los cuales se podía elegir al sucesor del rey. Los de Napata no copiaron la antigua práctica de sucesión egipcia y la forma fratrilínea, que era excepcional en Egipto, fue aparentemente la norma en la época de Napata. Así, en esa época los hermanos del rey eran casi tan grandes como el rey mismo, quien era un tipo de primus inter pares. Las fuentes clásicas citadas por el disertante apoyaban esta concepción de que el más capaz o el más fuerte era elegido para acceder al trono en el Sudán, aunque no se diga específicamente que eran hermanos del rey. En Napata la rivalidad entre hermanos no se confundía con la rivalidad entre Horus y Seth en el antiguo Egipto, que contribuyó a que esa práctica estuviera ausente allí, pero la ausencia de prominencia de Seth en Napata quizás explica porqué ellos no compartían el prejuicio egipcio acerca de tal tipo de sucesión.
DOMINGO 5 DE NOVIEMBRE
S. TREVISANANTO – El rey está desnudo: Liberando a Apopi de la propaganda egipcia y de los hyksos – Aunque mucha gente pueda no aceptarlo, la erupción de Santorini se produjo durante el período de los hyksos y la evidencia de radiocarbono muestra que así fue en base a los depósitos que esta erupción dejó en Egipto. El disertante entró luego en gran detalle sobre el período de precipitaciones y fenómenos de varios tipos que la erupción originó (lluvia ácida u otras precipitaciones de material, anomalías climáticas, tormentas imprevisibles, mayor humedad). Citó partes del Papiro Matemático Rhind como evidencia para estos fenómenos. También el texto de Ipuwer en el Papiro Leiden I, 344 que según él menciona eventos relacionados con la erupción así como citas de papiros médicos que describen el tratamiento de pacientes afectados por las consecuencias en Egipto de esa erupción (quemaduras ácidas, intoxicaciones, etc.). Mencionó además que las Dinastías XIII, XV y XVII fueron simultáneas y que los desastres de los que escribió Flavio Josefo en su Contra Apionem no fueron causados por los hyksos pero que ellos supieron aprovechar tal situación originada por la erupción de Santorini. También dijo que parte de la propaganda que está tratando de desvirtuar es que Apopi era considerado por los egipcios como un demonio pero de acuerdo a los hyksos él había sido elegido por su dios para gobernar a Egipto, sin embargo los hechos y la evidencia apuntan en otras direcciones.
H. EVANS – La secuencia cronológica de los reyes de la Segunda Dinastía – La disertante analizó la evidencia proveniente de la Piedra de Palermo y mostró que tal evidencia parece estar en desacuerdo con otras fuentes egipcias, a las que también se refirió mencionando las consecuencias de cada una para la sucesión de los reyes de la Segunda Dinastía, sin dejar de reconocer las inconsistencias presentes en tales listas de reyes cuando se las compara y contrapone una contra otra. La lista de Manetón también es cuestionable debido a que sólo tenemos copias de parte de su obra que también difieren una de otra y no son muy consistentes. Debido a que los antiguos reyes tenían varios nombres, ésto complica también el cuadro general. La sucesión de los primeros reyes de la Segunda Dinastía está bastante firmemente establecida en base a la evidencia arqueológica contemporánea, pero hay aquí también considerables discrepancias entre los reyes de mediados de esta dinastía. La disertante procedió a discutir extensamente las teorías actuales y la evidencia disponible para establecer la sucesión de esos reyes, todo lo cual, según se interprete la misma, desplaza la posición de algunos de estos reyes en una u otra dirección. Al final clarificó que hay actualmente cinco cronologías diferentes para la Segunda Dinastía y hasta una sexta posibilidad es que ninguna de ellas sea correcta, de modo que para conocer su elección de cuál es la más probable línea de sucesión, tendremos que esperar hasta que haya completado su tesis actualmente en preparación sobre este tema.
C. GEISEN – El ataúd perdido de la reina Mentuhotep de la Dinastía XIII: Las más tempranas instancias conocidas del Libro de los Muertos – Este tema es el de su tesis de Maestría. Consultando materiales en la Biblioteca Bodleian de la Universidad de Oxford cambió la dirección de su investigación, centrándola en las inscripciones del ataúd de la Gran Esposa Real Mentuhotep de la Dinastía XIII, que fue descubierto a principios del siglo XIX pero que se ha perdido en la actualidad. Sabemos muy poco de este objeto, si se trataba de un ataúd o de un sarcófago o si se trataba de una combinación de ambos. El texto que contenía, tal como fue registrado en ese momento, estaba dispuesto en columnas verticales y una línea horizontal. Las inscripciones consisten en fragmentos de los Textos de los Sarcófagos conocidos de otras fuentes pero los que estaban en el interior del ataúd consistían en recitaciones del Libro de los Muertos. Este ataúd difiere de sus contemporáneos y se asemeja a otros más tardíos. A pesar de otras interpretaciones que se han hecho, ella prefiere una fecha en la Dinastía XIII para este objeto. No ha podido hasta ahora hallar ejemplos de estas recitaciones del Libro de los Muertos más antiguas que las del ataúd de la reina Mentuhotep y por ello deberían interpretarse como una instancia temprana de la transición entre los Textos de los Sarcófagos y el Libro de los Muertos.
V. ANGENOT – ¿Un Horizonte de Atón en Menfis? – Aunque la evidencia para el título de esta presentación es limitada, la disertante puntualizó que no deberíamos asumir automáticamente que toda mención de Akhetatón se refiere necesariamente a la bien conocida ciudad del Egipto Medio. Un talatat que Aldred sugirió que era originario de Menfis porque estaba hecho de piedra calcárea en tanto que los tebanos estaban hechos de piedra arenisca, no parece correcta tal deducción pues se han hallado talatats de piedra calcárea en Tebas. La disertante dijo también que deberíamos diferenciar entre las palabras Akhetatón y Akhet-n-Atón, la primera se refiere al horizonte de Atón y a la ciudad fundada por Akhenatón y la segunda a una residencia real. Recientes descubrimientos en Sakkara provocaron algunas dificultades pues un texto en una estatua se refería a una persona como siendo un funcionario que cumplía funciones en ambas ciudades, Menfis y Amarna, pero según la disertante esta última mención se refiere a un lugar en Menfis, ya que parece improbable que una misma persona pueda haber tenido su carrera desarrollándose simultáneamente en Menfis y Amarna. Otro individuo cuya tumba en Sakkara también se descubrió recientemente (Bub. I 27) incluye en los textos mención de una Akhetatón que si se interpreta que el funcionario estaba situado en Menfis pero desempeñando funciones en Amarna, implicaría una situación difícil de aceptar y que sería más comprensible si se refiere a una Akhetatón en Menfis. La disertante también mencionó otra evidencia textual que apoyaría la interpretación que esos funcionarios no estaban trabajando fuera de Menfis y que todas esas referencias hacían alusión a un lugar en la región menfita.
K. GOEBS – Sobre una (teoría de la) relatividad en el lenguaje simbólico egipcio – La principal atracción de esta presentación es su sugerencia de que no deberíamos tomar cada mención de un color en el antiguo Egipto literalmente, sino más bien como de significado cambiante de acuerdo a cada caso en particular. La iconografía real y los textos religiosos fueron la principal fuente para esta disertación. En el estudio del nemes, la disertante mencionó sus usos en el antiguo Egipto y su significado, así como la corona roja, descrita por los egipcios como la corona roja, la corona verde y hasta como la corona negra, lo que subraya los diferentes nombres de colores usados cuando se referían a ella. El color rojo, por ejemplo, podía ser 'negativo' pero también el 'color del sol', 'poderoso' y 'revivificante'. Pero se ha señalado que en fondos oscuros el color rojo puede ser percibido como verde, lo que explicaría las menciones antiguas de un 'sol verde' o 'estrellas verdes'. Algunos nombres oficiales de faraones que se refieren claramente al dios sol luminoso podrían implicar diferentes intensidades en la luz divina. La disertante mencionó diferencias en la intensidad de color entre las coronas blanca y roja y que 'negro' podía significar 'sin color' y 'rojo' podía significar 'con color'. La corona roja podía ser nombrada usando palabras que indican un fresco u oscuro brillo de luz o color, tales como el de la carne o la sangre, y también como la corona oscura vinculada con la luna y su decreciente luminosidad, debido a que la palabra también significaba una disminución de color. El significado de la corona roja está de este modo en relación con la corona blanca y debería interpretarse dentro de su contexto en cada caso.
TALLER
P. ROBINSON – Los antiguos ataúdes egipcios y los Textos de los Sarcófagos
El disertante trazó la historia de los ataúdes desde el predinástico hasta la época faraónica y su propósito, así como las formas en que antiguas sociedades trataban a los muertos. Luego describió la evolución de las prácticas funerarias en Egipto y luego el mito de Osiris en el que el dios fue colocado (o engañado para que entrara) en una caja de madera, que en cierto modo preservó su vida hasta que Isis lo encontró en Biblos, la tierra del cedro. Mencionó que los más tempranos ataúdes estaban hechos de esteras o de cañas, luego en la época faraónica estaban hechos de madera. En el Imperio Medio vemos ataúdes más grandes y mejor fabricados con la forma de cajas rectangulares. Los difuntos en vez de ser depositados en la forma contraída habitual anteriormente, eran puestos allí en posición extendida. En este período se habla de una 'democratización' que se produjo en la que la gente se apropió de prerrogativas reales, otros ven estas prácticas como la apropiación de rituales reales y otros atributos que los reyes ya no necesitaban pues habían sido reemplazados por otros medios para un similar propósito. Los ataúdes antropoides aparecen en el Imperio Medio y representan al rey como 'viviente' y quizás más fácilmente reconocible para el ba del difunto que los anteriores con forma de caja. En la Baja Época el cartonaje aumentó su popularidad quizás porque su uso impedía la re-utilización posterior por otros. Posteriormente, los ataúdes ptolomeicos y romanos expresan otro cambio al incluir vívidos retratos del difunto, un cambio notorio de las más idealizadas representaciones anteriores. A partir de allí el disertante abordó su tema principal, los Textos de los Sarcófagos escritos sobre ataúdes del Primer Período Intermedio y del Imperio Medio, que presentan variantes regionales y en los que no todos los Textos de los Sarcófagos aparecen en todos los ataúdes, pero en que se hicieron selecciones individuales a partir de alguna recopilación completa. El poder de la tumba reanimaba al difunto y todo lo que estaba en su interior, era también la casa del muerto, completa con puertas (falsas) y varias habitaciones, era para el ocupante como un cosmos completo, con estrellas en el cielorraso, campos, etc. Los animales peligrosos debían por lo tanto ser 'muertos' o 'mutilados' o mostrados sin dientes o profundamente dormidos, de modo que no pudieran amenazar la seguridad del difunto. A continuación, el disertante proporcionó una lista de los principales objetos que componían una tumba y sus funciones que beneficiaban al ocupante (modelos funerarios, ataúd, decoración, textos, varias clases de otros objetos, etc.). Los textos en la parte exterior de los ataúdes formaban bandas protectoras alrededor del difunto, consistían generalmente en fórmulas de ofrendas (hotep-di-nesw) y estaban dedicadas a diferentes dioses. Tenían también representaciones de objetos reales, armas, ropa, alimento, etc. Por lo general las cosas que estaban relacionadas con la cabeza, estaban próximas a ella, otras cosas más apropiadas para las piernas o los pies, se disponían en ese extremo. Los ataúdes tenían pintada una (falsa) puerta para que el difunto pudiera abandonarlo a voluntad, de modo que eran de hecho como una casa para él. Se pintaban también ojos sobre el ataúd que permitían al difunto ver hacia afuera desde su interior, hacia la tierra de los vivientes y en algunos casos las momias eran colocadas de costado, con la cara orientada hacia esos ojos. Los Textos de los Sarcófagos suman unos 1.185 en total y se encuentran generalmente escritos en las paredes interiores del ataúd, para ser usados por el difunto. Otras recitaciones estaban dispuestas en las junturas entre las tablas que formaban el ataúd, como si estuvieran ocultas del ocupante, de acuerdo al disertante para impedir que el difunto pudiera usarlas y adquirir demasiado poder en el Más Allá, lo que si se tratara de un ente maligno podría crear caos en el otro mundo. Los Textos de los Sarcófagos tenían por finalidad colocar al difunto en el Más Allá, ser libros guía para ellos y también para restaurarles la vida, ocasionalmente relataban los ritos que tenían lugar durante el funeral, además para proteger al difunto de los animales peligrosos y otras criaturas que poblaban el otro mundo y para otorgar al difunto vida eterna. También lo vestían y lo alimentaban e impedían que comiera o bebiera cosas repugnantes y nocivas (excrementos, orina, inmundicia). La diosa Nut y estrellas estaban pintadas en la tapa del ataúd y la base del mismo representaba un jardín o tenía referencias a la tierra, de modo que el difunto no pudiera ser colocado cabeza abajo, tal como lo eran los seres malignos o los condenados o los derrotados o los detestados. Textos de pasaje del río le aseguraban al difunto pasaje seguro por el otro mundo así como otros le permitían abrir puertas y pasar obstáculos para poder dirigirse adonde debía ir. Los Textos de los Sarcófagos eran en este sentido Guías para atravesar el otro mundo. Queda mucho trabajo todavía por realizar para obtener un mejor conocimiento y comprensión de los Textos de los Sarcófagos.