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Tommy Robredo
Por Alejandro Rodríguez / AS.COM
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Con Robredo la fructífera cantera catalana ofrece
un nuevo talento al tenis español. Más allá de
un gran jugador en ciernes, tras el salto de Ferrero a la élite
del tenis mundial, Tommy traza una línea continua entre jugadores
ya consagrados y otros que aspiran a ello. Tras el tenista de Onteniente,
Robredo es la referencia de las promesas que se encuentran en ese periodo
de transición que les permite, por carácter y condiciones
aspirar a todo pero que sufren todavía los rigores del circuito
de la ATP.
Al igual que los Gasol, Raúl López y compañía,
a Robredo se le puede considerar en tenis un junior de oro del tenis
nacional, al proclamarse con 17 años campeón del mundo
con España. Antes, en la etapa cadete, lo había ganado
todo: Campeón de Europa y del mundo con España, campeón
de Europa individual y de la prestigiosa Orange Bowl, le avalaban como
un tenista con una proyección extraordinaria. Poco después
se quedaba a las puertas de vencer en el Roland Garros junior, que conquistaba
en la categoría de dobles formando pareja con Marc López.
Una trayectoria juvenil plagada de éxitos propició el
salto al tenis profesional con 16 años, listo para aprender con
los mejores, para sufrir como cualquier novato y para progresar como
todo jugador con talento.
"No tenía pensado dedicarle el torneo a
nadie", confesaba Robredo con sorpresa ante los espectadores, tras
ganar su primer título individual profesional en Sopot. El jugador
de Olot se estrenaba en Polonia en un torneo del circuito ATP. Antes
torneos Challenger como Sevilla, Barletta y Espinho habían reconocido
su calidad con sendas victorias. 2001 ha sido el año en el que
Robredo ha confirmado su talento con la final del Masters nacional y
la victoria en la Copa Hopman formando pareja con Arantxa.
Ahora esa progresión le ha llevado al equipo
español de Copa Davis. Premio para un jugador que tiene que asumir
responsabilidades poco a poco, pero que no disfrutará de un debut
ideal en una plaza complicada, lidiando con un rival al que España
nunca ha derrotado en su país ni sobre hierba.
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