Miriam Helena Corredor
"La educación es cara, más cara es la ignorancia."
Para nadie es desconocido el incierto y complejo desenvolvimiento de la vida moderna y la articulación de factores denominados postmodernos en el ámbito de la vida en nuestro país. El desarraigo progresivo de las jóvenes generaciones con la tradición y el conocimiento para dar paso a la superficialidad nos indica un vacío de horizonte cultural característico en la era de la globalización.
La colisión permanente entre expectativas y sueños de una vida más digna y la dureza de la realidad traduce un desajuste emocional de serias repercusiones generándose el progresivo deterioro de los valores familiares, sociales y civiles.
Con finura de olfato y aguda visión, el profesional orientador debe percibir las diversas tonalidades y el ritmo acelerado de las jóvenes generaciones. En acorde con las herramientas conceptuales de la pedagogía, la sicología y demás áreas del conocimiento, deberá acompasar las contingencias del discurrir cotidiano del mundo escolar.
Debe caracterizarse entonces tal servicio de Orientación por el impacto institucional: ser una respuesta esperada, un espacio abierto al afecto, la confianza y la lealtad, una puerta abierta al enriquecimiento individual y colectivo. Ser en sí, la cara amable y resuelta, la brecha por donde transitan los problemas y el cauce firme para la solución de los mismos. Bajo estas mínimas consideraciones, se ha procurado por espacio de tres lustros coparticipar en la tarea fundamental de educar niñas, niños, jóvenes, señoritas y familias de las localidades de Tunjuelito y Ciudad Bolívar de Bogotá, D.C.
Con este presupuesto hemos sido testigos de las deprimentes circunstancias del país traducidas en masacres cotidianas, irrespeto y violación permanente de los Derechos Humanos, inmoralidad en algunos funcionarios públicos, más otros problemas sentidos de injusticia y violencia, hechos que implican una reflexión más ejemplarizante que hasta el momento no ha tenido cabida en el ámbito intelectual. Podría afirmarse que desde el escritorio, los textos, el ambiente académico y a lo sumo lánguidas declaraciones en la radio prensa o televisión, es sencillo racionalizar el acontecer, pero tal racionalización no repercute significativa, ni solidaria ni eficazmente en el tratamiento de la problemática. De esto se deriva que el aspecto ético aparece como asunto demagógico por excelencia sin una adecuada racionalización sobre su trascendencia práctica.
Con lo descrito, queda el sinsabor de presenciar una especie de letargo colectivo, de indiferencia, manejado magistralmente por los medios masivos de comunicación que no dejan de ser el sucedáneo perfecto para ocultar el verdadero sentido y crisis de la realidad social. El divorcio entre lo académico y la conmovedora realidad, no se compadece para nuestros tiempos aunque se explica por los fenómenos de masificación de la conciencia a través del mercado y la publicidad.
A nuestro modo de ver, las jóvenes generaciones reciben una herencia agobiante contaminada de problemática e injusticia. Extractaremos de esta realidad un acontecimiento escogido entre seis que se han trabajado desde el servicio de Orientación para derivar de ello consideraciones en el terreno de lo ético.
EPISODIO No 1
MARIA JOSE EN MANOS DE DIOS
María José es una bebé que no podrá comentar sobre la complejidad del universo, es hija de una joven de diecisiete. Durante su embarazo, Mercedes debió someterse a los exámenes de rigor. No pasados los cuatro meses, salió positivo el examen de toxoplasmosis. Este resultado se caracteriza por dejar secuelas irreversibles al lesionar gravemente el proceso de desarrollo del embrión.
Los médicos comunicaron el diagnóstico a la futura madre y le explicaron las consecuencias graves al darse continuidad del embarazo. Desde una postura ética, le sugirieron como alternativa el aborto practicado profesionalmente.
Ella, temerosa de Dios, no aceptó ninguna intervención: "dejo en manos del Todopoderoso el nacimiento, pues tengo la esperanza de que todo saldrá bien," fue la respuesta a los doctores que la atendieron.
La medicina, pese a sus momentos de incertidumbre científica ha construido investigaciones serias que le permiten predecir hechos. El caso de María José no era desconocido, existían bases serias sobre las consecuencias generadas por la toxoplasmosis en el organismo en formación.
Como era de esperarse, María José nació ciega y con retraso mental severo: es el cuadro clínico característico en estos casos, nace un ser con vida eminentemente vegetativa.
Mercedes Lleva un año librando extenuantes jornadas de hospitalización para su pequeña, afrontando una deprimente situación económica. Es su espíritu un albergue de angustias profundas y remordimientos inexplicables. Su vida familiar se trastornó y experimenta el rechazo de su esposo así como la intolerancia y reproche severo de sus familiares.
Allá en el fondo de su conciencia anhela que Dios Todopoderoso se lleve a María José como camino de liberación de su sufrimiento permanente y como remedio al dramático estado de vida que lleva a cuestas... Recuerda con enorme tristeza las deplorables condiciones cuando quedó embarazada: poca higiene, hambres constantes y los gatos que maullaban también del hambre y claro, ese gato negro, raquítico y nauseabundo que tuvo que sacar después de tres días de muerto para botarlo al basurero...
Ante lo descrito, podríamos interrogarnos:
§ ¿Qué implicaciones sociales de carácter ético se hallan implícitas en una situación como la de Mercedes?
§ ¿Qué niveles éticos subyacen en la actitud de ella? ¿Qué papel jugó su familia?
§ ¿Se encontrarán deficiencias en la educación de Mercedes, para qué le sirvió el colegio, en su problema?
§ ¿Los niveles educativos determinan posturas éticas?
§ ¿Es transformable una mentalidad como la reseñada?
FECHA DE RECEPCIÓN DEL CASO: JULIO AÑO 2.000
Analizaremos a continuación las condiciones que determinan el mundo de Mercedes y alimentan de una u otra forma su drama. Para estas consideraciones asumimos el concepto de adulto indistintamente a las ideas de Estado, Sociedad, Escuela, Familia o una persona.
Probablemente en estos momentos, María José se halle en otro período de hospitalización y su madre esté aún más desconsolada, amargada e insegura. Cuadro conmovedor para una jovencita que tenía tan solo deseos de vivir feliz aún en la pobreza, niña inocente a quien su familia abandonó y cuya escuela discriminó arrinconándola paulatinamente en la desescolarización.
No conoció las palabras cariñosas de una madre conversando sobre el amor, la ternura, la sexualidad y el don maravilloso de la maternidad. No asistió a un ambiente de reconocimiento y estructuración de su personalidad en al ámbito de la escuela donde debería haber visualizado su proyecto de vida y la construcción de un futuro laboral. Tampoco aprendió la difícil tarea de resolver problemas cotidianos de cierta complejidad y la toma de decisiones en un momento crítico. Se halló tan de repente ante una situación definitiva en su existencia, con la soledad y la amargura como consejeras y la ignorancia como amiga.
De la escuela y de su familia, más aún de los adultos que la rodearon, debería haber recibido la sana información sobre la obligatoriedad de la higiene personal y ambiental y los riesgos durante los meses iniciales de la gestación. Ninguna voz le expresó que algunos animales como los gatos, perros y aves, ocasionan contaminación como aquella que ella sufrió cuando en la miseria de aquella casa que recuerda con rabia, debió sacar el gato que había permanecido muerto durante tres días y nadie había retirado de allí. ¿Qué decir del hambre que sufrió todo el tiempo?
Los preceptos morales de Mercedes están enmarcados en el modelo teleológico: el fin de la vida es el goce de la vida eterna después de la muerte. Sus niveles intelectuales son incipientes observando una realidad invariable y sin posibilidades de explicar los factores que inciden en una situación. Deja en manos de Dios la realización de su existencia, en su deseo oculto de que María José muera, está el anhelo de saldar deudas con sus sufrimientos y de no correr con la responsabilidad de haber tomado una decisión muy difícil. En definitiva ni su familia ni la escuela fueron para Mercedes fuente de educación, mucho menos formación intelectual.
En relación con el Estado, la Convención sobre los Derechos de los Niños,1 adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, se entiende por niño "todo ser humano menor de dieciocho años de edad". Los Estados que hacen parte de esta convención, entre ellos nuestro país, se comprometen a respetar y viabilizar la realización y puesta en práctica de los derechos de los menores traducidos en reconocer el derecho del niño al disfrute del más alto nivel posible de salud y a servicios para el tratamiento de las enfermedades. Asegurar que todos los sectores de la sociedad y en particular los padres y los niños, conozcan los principios básicos de la salud y la nutrición de los niños, las ventajas de la lactancia materna, la higiene y el saneamiento ambiental y las medidas de prevención de accidentes, tengan acceso a la educación pertinente y reciban apoyo en la aplicación de esos conocimientos. Desarrollar la atención sanitaria preventiva, la orientación a los padres y la educación y servicios en materia de planificación de la familia. (Art.24)
Reconocen también, el derecho de todo niño a un nivel de vida adecuado para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social así como el derecho del niño a la educación, la cual debe estar encaminada a Desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del niño hasta el máximo de sus posibilidades. (Art. 28 y 29). Sin lugar a dudas, la legislación consignada es clara, precisa, indispensable para que cualquier niño o joven goce de una formación adecuada.
En cuanto a la Escuela, hacia 1.994 Colombia le apuesta a la educación promulga la ley 115 y dos años más tarde establece el primer Plan Decenal. 2 Una de sus metas es "Actualizar el conocimiento y la formación de valores acordes con las exigencias de la época como soporte de los comportamientos individuales y sociales de la comunidad colombiana e internacional y como la tarea de socializar a las jóvenes generaciones supera la misión y las capacidades de la institución educativa, convierte a la educación en un asunto de todos."
Determina que la educación se inicia y sustenta en la vida familiar y social, asignándole a los mayores el compromiso vital de contribuir desde su cotidianidad, a cimentar el deseo de aprender, de interrogar, de construir saber, de convivir con sus pares, de respetar a los otros y de amar y cuidar la naturaleza." En concreto, las políticas desde el MEN, traducen la imperiosa necesidad de modernizar la educación arrastrando con ello la configuración de una nación más desarrollada y competente.
Con respecto a la familia, son grandes los cambios que se han dado. La característica de corte patriarcal propia durante el siglo XIX y gran parte del siglo XX, deja de gozar del privilegio sacralizado de la legislación una vez se promulga la Constitución Nacional de 1.991.A partir de ésta, el " Estado legitimó las uniones de hecho y le otorgó igualdad a los distintos tipos de filiación, permitió el divorcio, estimuló la coprovidencia de la mujer para la manutención de la familia..." 3
Los cambios pronunciados, según esta investigadora, se refieren a las modificaciones en los patrones de nupcialidad, el incremento de la unión libre y el matrimonio civil, el surgimiento de las uniones sucesivas; en general, secularización de las relaciones conyugales. Con esto se genera además, la modificación de los patrones reproductivos.
En estos períodos de transición, se amplía la red familiar y se agudizan los conflictos entre sexos, generaciones y espacios, los cuales se resuelven, casi siempre, mediante el código de la violencia. Será la "confrontación entre valores sacralizados y secularizados, en un escenario aún marcado por la tradición, que no ha interiorizado los nuevos valores socio-culturales."
De esta manera, se manifiestan modelos de familias que ni siquiera están considerados plenamente por ley: formas monógamas, polígamas, extensas y nucleares, díadas heterosexuales y homosexuales, los triángulos, las díadas maternales y paternales, parejas que rechazan la función reproductiva y aquellas con procreación asistida o por adopción. Indudablemente, la familia en la actualidad, se convierte en otra fuente de frustraciones para niños y jóvenes.
Reseñadas a grandes rasgos estas situaciones, podremos imaginar cómo la indolencia, la desinformación y las actitudes antiéticas de diversos estamentos y funcionarios, probablemente de muchos maestros y padres de familia, han originado momentos de desdicha en los niños y jóvenes protagonistas de tantos episodios amargos que han desfilado por nuestras oficinas. Extendiendo tales desdichas a miles y miles de niñas, niños, jóvenes, hombre y mujeres de diferentes lugares del país podemos sentenciar con severidad que los adultos ya sea en forma de Estado, o a través de las relaciones en la sociedad, La escuela o la familia nos convertimos en verdugos consciente o inconscientemente de personas esenciales en toda sociedad: sus niños y sus jóvenes. Pero, ¿Por qué y dónde se originan estas consideraciones? ¿Qué pretendemos con estos referentes prácticos aparentemente cotidianos, sin mayor grado de importancia?
A nivel individual, se ha efectuado a lo largo del año 2.000, una investigación denominada "Panorama de las ideas ético-filosóficas durante el siglo XX en Colombia" bajo la seria mirada del Director de la misma, el filósofo colombiano Leonardo Tovar González.
Se traduce entonces una sana intencionalidad de reflexionar la cotidianidad en sus dramáticos matices pues con la ayuda de referentes teóricos diseñados desde la ética filosófica y mediante la ilustración de episodios escogidos, mediante los cuales se expresará un alentador contraste teórico-práctico. En tal sentido se enmarca la conversación preparada para esta jornada. Esperamos contribuir de alguna manera con la consecución de los lujosos objetivos planteados para este séptimo Congreso.
HERENCIAS DEL SIGLO XX:
Uno de los mayores sueños del hombre ha sido tener la certeza sobre la esencia de los fenómenos; ha sido la búsqueda y el rastreo de la verdad. Sin embargo, no hay nada más esquivo y volátil que esta pretensión humana. Cada corriente científica o humanística ha pretendido, en su momento de auge, poseer la facultad extrema de postularse como expresión acabada en el concierto de la producción del conocimiento, pero el tiempo, evento inexorable, se ha encargado a través de la historia y sus concomitantes, de evaluar y criticar los sistemas o conceptos erigidos, reinterpretando sus principios, desmoronando doctrinas o asimilando a su interior otras categorías particulares quedando todo sencillamente como testimonio del pensamiento o con la facultad, de manera exitosa, de transformarse hacia estadios de mayor cualificación. A estas vicisitudes también se encuentran expuestos los diversos procesos culturales de una nación: su educación, su ciencia y tecnología, su ética y moral. Por ejemplo, con la revolución científica auspiciada por Albert Einstein al modificar las concepciones newtonianas de espacio y tiempo, se crean las reales condiciones para diseñar el mapa del universo.4
El uso de la técnica atómica, la manipulación genética y la microelectrónica, generan un ambiente de incertidumbre ante lo impredecible después del uso indiscriminado y antiético. Con el descubrimiento del ADN, como molécula fundamental de la vida, también se llega a la cumbre con la construcción del genoma humano y la perspectiva altamente controvertida de la clonación en los seres vivos. Asistimos además durante este siglo a "los efectos del chip", se revolucionan las comunicaciones y las distancias se eliminan apareciendo el fenómeno de la globalización.
La sicología no queda relegada y cumple un papel protagónico junto con la pedagogía al estudiar interna y externamente al hombre.
Con estas herencias más los fundamentos de diversas corrientes filosóficas, el concepto de lo ético se relaciona indiscutiblemente con otros campos de la filosofía misma, básicamente con el derecho y la política. Para el caso de nuestro territorio, apreciamos a lo largo del siglo como repercusión de la producción filosófica de occidente, la incidencia de la filosofía de los valores, la filosofía de la cultura, el marxismo, la filosofía del derecho, el pensamiento complejo y el multiculturalismo como ingredientes en el proceso de transformación cultural del país.
¿Cómo resolver conflictos generados en el transcurso cotidiano de la vida?, ¿Cómo definir el estado de verdad en un comportamiento humano? ¿Cómo, cuándo y por qué se enjuicia un acto de barbarie? ¿Cómo delegar a las nuevas generaciones un estado organizado de cosas? ¿Quién puede dirimir en un conflicto social o individual?¿Cuándo nos es permitido juzgar un hecho o acontecimiento? Es lícito aspirar a la felicidad, pero, ¿De qué manera? Como seres humanos, ¿tenemos compromisos? ¿Cómo llevarlos a cabo?.
Los anteriores interrogantes, señalan el Qué, Cómo, Para qué y el Por qué del obrar humano y por tanto se referencia la práctica, el hacer del hombre como circunstancia inherente a su ser. Al parecer no existe algo más digno de instalarse sobre las arenas movedizas de la verdad como la práctica humana: es compleja, contingente, variable, impredecible, engañosa, susceptible de ser manipulada a través de las ideologías.
Ante este volátil y escurridizo panorama, no pocos pensadores han develado y se han desvelado en manifestar caminos que propicien un tránsito menos opaco e inestable en la vida de los seres humanos, pues si en apariencia, nada ni nadie podría conducir la práctica de los hombres de manera certera y ausente de equivocaciones dado el carácter variable y voluble de éstos, con esfuerzos, la ética filosófica se ha esmerado en tantear y proponer posibilidades: esta disciplina en su estado natural, busca orientar la realización y fundamentar el sentido del género humano.
La ética tiene sentido allí donde existe una tensión entre el ser y el deber ser, entre lo fáctico y lo normativo y la mayoría de los esbozos antropológicos han definido a partir de esa tensión la naturaleza humana como la de un ser dual sentimientos-razón, cuerpo-alma, físico-espíritu. No consiste en prescribir de manera directa una acción determinada, lo único que prescribe es la moralidad, en tanto que libertad esencial del hombre. No emite juicios sobre lo que debe hacerse aquí y ahora. A través de la indagación cognitiva de la estructura de la acción moral y de la llamada a la conciencia moral, la ética, llama la atención indirectamente sobre la cualidad de una praxis en términos de lo que debe ser incondicionalmente, pero no puede reconstruir el contenido concreto ni su consumación efectiva, pues eso es un acto de libertad que realiza el protagonista mismo de la acción.
- MODELOS ETICOS A TRAVES DE LA HISTORIA 5
1. TELEOLOGICO
Dentro de este modelo se estacionan las concepciones específicas que indican la búsqueda del hombre de un Fin determinado; por lo regular, es la Felicidad y el bienestar tanto individual como el colectivo, el núcleo de tal fin. Es ARISTOTELES el iniciador e intérprete de lo ético de manera sistematizada. HEGEL, con su postulado acerca de que el "Pensamiento o idea gobierna la realidad". Indicará el camino de la adecuada actuación del espíritu absoluto a través de la historia.
También, se considera en esta tendencia el UTILITARISMO con sus representantes más célebres Jeremías Bentham y John Stuart Mill, quienes argumentan el clásico sentir de una "búsqueda del mayor bien posible: la promoción permanente de la Felicidad".
Igualmente, se incluye el PERSONALISMO difundido por Emmanuel Mounier que propende por el rescate de la dignidad de la persona y la realización del hombre en comunidad.
Finalmente se incluyen los preceptos de Charles Taylor en la base del COMUNITARISMO quien difunde y especifica los rasgos primordiales de una ética de la autenticidad, muy en boga en nuestros tiempos.
2. DEONTOLÓGICO
En este modelo, El Deber, es el punto referencial y se destaca como epicentro de la intencionalidad de fundamentar lo ético desde la razón. Es obligado referente Kant con su sana pretensión de establecer principios supremos de la moralidad y el establecimiento del imperativo categórico; determina la libertad y autonomía como conceptos equivalentes que permiten determinar el principio universal de la moralidad. Representa una razón monológica que más adelante será desenmascarada sin que ello reste el valiosos aporte hecho a la praxis humana en su proceso de fundamentación.
En ésta línea y superando el solipsismo anotado, Karl Otto Apel y Jurgen Habermas conforman un dúo magistral que configura una ética del discurso cuyas reglas permiten reubicar la intención comunicativa por medio del argumento como fuente de justificación normativa. Es así como definen una ética deontológica de carácter cognitivista, formalista y universalista, convirtiéndose en una postura de gran equilibrio sin dejar de ser controvertida en el espacio actual de la ética filosófica.
3. MODELO NIHILISTA
En este modelo, el ser se disuelve de la totalidad y desencadena aspectos alternativos de alteridad. Con NIETZSCHE, desaparece la tutela divina de los dioses y la conciencia moral surge como resentimiento y respuesta de los oprimidos y relegados.
En SIGMUND FREUD, el espacio del inconsciente se rebela y traspasa la conciencia mediante mecanismos particulares de neurosis; la conciencia moral es reactiva y se manifiesta opuesta a la pulsión natural.
En JEAN PAUL SARTRE, encontraremos resistencia hacia una moral general que señale lo que se debe hacer; en nombre de la libertad, el hombre, en cada acción inventa sus propias normas sin que ello impida aspiraciones de carácter trascendental.
GIANNI VATTIMO a su vez, plantea a través de la hermenéutica, una ética del aligeramiento, del final de la metafísica, donde juega con el valioso precio de la historicidad.
GUILLES LIPOVETSKI, refiere unas normas desprovistas de utopías y enmarcadas en la realidad ineludible del mundo económico, arrollador e inhóspito. En el rastreo realizado, la producción colombiana en ésta disciplina es incipiente. No existe claridad en la definición de un modelo ético. Por lo regular, las tendencias provenientes de Europa o Norteamérica se asumen irrestrictamente sin la reflexión intelectual pertinente, configurando una amalgama de consideraciones éticas desde las más arraigadas concepciones supersticiosas hasta las más demarcadas postura nihilistas.
Es así como del análisis teórico-práctico enunciado, podemos expresar que la legislación colombiana, como demanda del desarrollo globalizado, ha avanzado en la consignación jurídica de los derechos fundamentales de la persona, la familia, la sociedad y el Estado. Como Estado Social de Derecho, ha avanzado hacia concepciones sobre el reconocimiento y la equidad social, hechos que implican una postura ética. Sin embargo, la desidia intelectual de muchos funcionarios públicos trastorna a veces estos logros en la práctica y terminan siendo discursos ideológicos capaces de encubrir las verdaderas intenciones de la propuesta legal.
Al parecer, no se ha contado con la suerte de estructurar hombres de envergadura intelectual capaces de comandar un proyecto de nación que transforme la inconcebible y violenta caracterización de nuestra historia. No existe un eficaz proyecto político ni la visualización de un Estado equilibrado, con perspectivas de progreso real, donde imperen las registradas equidad y justicia social.
Se tornan monótonas letanías los llamados a la concordia y la paz cuando no ha existido un verdadero proyecto de ilustración y educación, donde las posturas ingenuas, novatas o supersticiosas de la mayoría de la población sean reemplazadas por verdaderos estadios de racionalización y reflexión crítica. Así, la desidia intelectual cobra eficientemente la deuda con la razón dejando a su paso desesperanza y muerte y no sólo física sino intelectual y de hecho ética y moral.
La escuela avanza muy lentamente en contraste con el vertiginoso cambio de la vida globalizada y la mundialización de las comunicaciones. La escuela que soñamos de cara a enfrentar la construcción serena y equilibrada de nuestra sociedad presenta amplios vacíos, comenzando por el déficit en los recursos asignados para este fin. La incompetencia del sistema detectada, es el resultado de decenios de aprendizajes estancados. El reto apenas se traducen en necesidad de caminar hacia la calidad total. Vistas así las cosas, probablemente se ha faltado éticamente en la educación de niños y jóvenes. Las acciones adultas, de hecho, afectan las vivencias infantiles y juveniles cuando no existe la apropiación del pensamiento crítico, y creador. Existe una deuda sobre la reflexión en torno a la praxis humana en éste ámbito y la difusión y definición de caminos éticos serios, alejados de acciones supersticiosas propias de colectividades al margen del progreso. Así, aunque el tema ético ha estado presente en los diferentes campos del saber, en Colombia específicamente hay ausencia de verdaderas corrientes intelectuales y ambientes de crecimiento que sistematicen tales alcances teóricos. Se torna indispensable continuar la tarea reconstructiva en este campo. Por ello, es digno reconocer el esfuerzo realizado por la Universidad Santo Tomás y en su nombre el Doctor Tovar González, en este recorrido investigativo pues sin duda marca historia en el proceso del pensamiento filosófico colombiano y traduce serias posibilidades de enmarcar una praxis coherente, válida y legítimamente ética.
La familia, como lo observamos, ha sufrido una específica metamorfosis adquiriendo una gama inestable de relaciones que impiden a fondo la interiorización de la norma e incrementa las distancias intergeneracionales. Los modelos éticos especificados en el ambiente filosófico internacional han sido tangencialmente analizados en Colombia (ver el caso de Guillermo Hoyos, Profesor de la Universidad Nacional.) La postmodernidad en auge en algunos países altamente industrializados impone el modelo nihilista del "todo vale", sin embargo, cabe preguntarnos por la esencia de las profundas reflexiones hechas por Kant y sus seguidores recientes Apel y Habermas en la intencionalidad de fundamentar éticamente la praxis humana.
Con el desangre de nuestras comunidades campesinas, la violencia intrafamiliar, los altos índices de abuso sexual, y la desigualdad social inocultable, ¿Cuándo empezaremos a consolidar estas reflexiones éticas en nuestro país? Sin duda, su riqueza estará en buscar que las acciones adultas éticamente concebidas, ya provengan del Estado, la Sociedad, la Escuela, la Familia o las personas, propicien vidas juveniles más creadoras y especialmente, más felices.
MYRIAM HELENA CORREDOR SUA.
Licenciada Sicología y pedagogía, Universidad Pedagógica Nacional Especialista en Filosofía Colombiana, Universidad Santo Tomás Magíster en Filosofía Latinoamericana, Universidad Santo Tomás Abril de 2.001
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