LUBY MIREYA YARA ROMERO
Colombia
No es posible que desde la orientación de nuestras instituciones suramericanas continuemos pensando en el desarrollo de programas dirigidos hacia la comunidad, cuando en realidad desconocemos las raíces de la misma y pasamos por alto la influencia de la historia y los hechos pasados que han establecido la memoria cultural y social, que por lo tanto, influyen en la memoria de nuestros estudiantes.
Las instituciones educativas, por su parte, no se han interesado en profundizar el estudio, conocimiento y desarrollo de sus municipios. Mucho menos ponderan en la historia local y regional, los valores culturales propios y la forma en que el pueblo concibe el mundo y la realidad. En este sentido, la escuela es como una cápsula inserta en la vida social de la comunidad que transmite conocimientos, valores y actitudes, que con frecuencia chocan con los de la cultura propia.
Sentimos dolor y tristeza al comentar en nuestro entorno educativo como: "los valores en nuestra juventud se han perdido" "se valora sólo lo que viene de afuera," pero en realidad, ¿ha pasado así, o tan sólo son diferentes, han cambiado, perdido importancia y vigencia, hasta qué punto la acción educativa y nosotros como orientadores hemos contribuido a cambiar esta realidad en donde se ha perdido la memoria histórica y no se valora ni se cree en ella?. El establecer valores de pertenencia a una cultura o comunidad es más que un simple discurso patriotista, que hasta hoy no va más allá de nuestras aulas.
La respuesta no la encontraremos afuera, y el mundo post-modernista nos ha invitado a volver los ojos a lo humano, hacia nosotros mismos, ¿por qué no hacerlo, por qué no volver a retomar nuestra raíces históricas, sociales y culturales con la visión de encontrarse a sí mismos?. Nuestra acción comunitaria va encaminada a realizar acciones que lleven a nuestros jóvenes a rescatar sus huellas y ser partícipes en la acción social.
Conocer el patrimonio social de una comunidad, el estado de su identidad y la diversidad de manifestaciones de su folclor, es entender el por qué de la cultura regional y la huella que ésta ha tenido en un tiempo y lugar determinado. Es este un punto importante que el orientador educativo no puede perder de vista. Pensamos en pro de una educación integral para los jóvenes pero actualmente lo hacemos sin conocer a profundidad el contexto en el cual se encuentran inmersos, en el lugar y en el momento histórico en el cual se han estado formando, si es violento, de dolor, frustración, desarraigo, desplazamiento, entre otros sentimientos que poco a poco enmarcan las expectativas del estudiante con una forma de ver el mundo diferente a los demás.
Nos olvidamos de las historias grandes o sencillas de su mundo, de su cuadra, barrio, pueblo o ciudad, de las personas que allí habitan y que enseñan más que el profesor: del tendero, el sacerdote, el anciano, de sus amigos, la señora del supermercado o la que va permanentemente a la iglesia y que dicen su verdad como algo que ante pocos pueden ser importante, pero que en realidad forma parte vital en la historia de su sitio.
El medio produce seres determinados, con características y visiones específicas y que influyen para que la persona sea sociable, líder, audaz, tímida, violenta, chismosa, que colaboran en su sentir y actuar como persona y ante todo, crea o limita en los jóvenes las posibilidades para afrontar su realidad y gestar alternativas de vida más humanas y equitativas.
Es así como la acción de la Orientación Educativa trasciende al desarrollo de programas de acción psico-terapéutica que llevan a corregir problemas manifiestos de manera transitoria, para llevarla a un ámbito más amplio y globalizado que entra en la mentalidad colectiva, como puente para que el estudiante se vea así mismo como un ente social , activo y con posibles propuestas hacia su medio. La educación integral entra a procurar mayores aprendizajes en los estudiantes, para que se ubiquen en un mundo y accedan a usar e intercambiar su cultura con una perspectiva explicativa, interpretativa y crítica que ofrece observar su mundo encontrando significados nuevos en su vida cotidiana.
Sin embargo, se debe conocer el punto de partida en ese aire único al interior de las comunidades latinas, en donde se presentan comportamientos un poco incomprensibles como es la pérdida de la memoria histórica, es decir, en el momento de mirar sus raíces y su patrimonio cultural no se valora ni se cree lo suficiente en él, tanto a nivel regional, nacional y latinoamericano.
¿Por qué no hay orgullo de sentir las raíces indígenas? ¿Porqué no se resalta y se cree en las cosas buenas y positivas de su municipio?
El objetivo claro es colaborar desde la Orientación Educativa en el rescate de la memoria histórica recurriendo a la investigación etnográfica y así despertar en los estudiantes la necesidad de volver sus ojos hacia sí mismos, acudiendo también a herramientas tecnológicas que le permitan solucionar problemas cotidianos y el acercamiento con su entorno social, cultural y científico, permitiendo la correlación y la integración de conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y valores logrados en el desarrollo de diferentes áreas.
Estos cuestionamientos dan el sentido para encausar y plasmar una recopilación documental y su respectiva reflexión teórica de la realidad histórico-cultural del pueblo de Guasca, que además generó para la orientación el compromiso social de aportar y liderar un proceso etnográfico en compañía de los estudiantes dirigido a rescatar sus raíces históricas. Es así, como en el Colegio Técnico Comercial Mariano Ospina Rodríguez de Guasca, departamento de Cundinamarca, Colombia, los niños han salido a buscar con cámaras fotográficas, diarios de campo y grabadora, la concepción que tienen los habitantes a cerca de su historia, realidades e instituciones.
"Tener una identidad sería, ante todo, tener un país, una ciudad o un barrio, una entidad donde todo lo compartido por los que habitan ese lugar se vuelve idéntico o intercambiable. En esos territorios la identidad se pone en escena, se celebra en las fiestas y se dramatiza también en los rituales cotidianos". (GARCIA CANCLINI, Néstor. Cultura híbridas. Grijalbo. México, 1.989. pág. 177)
De ahí la importancia como tema de investigación etnográfica, que permite escuchar y plasmar la voz de cada uno de los jóvenes como investigadores con un propósito general que no esta enmarcado tan sólo en un proyecto investigativo como tal, pues se dirige a desarrollar e implementar la capacidad de reconstruir la realidad histórica y cultural del municipio de Guasca, mediante la utilización de herramientas como la entrevista, el diario de campo, la observación participante, los registros fotográficos, mapas y documentos históricos, entre otros, para luego desarrollar un trabajo interpretativo dentro del campo de estudio.
Reunir saberes populares, para interpretar la organización social de nuestros nativos, es dar el verdadero valor a su desarrollo cultural y contribuir a la construcción de un ciudadano orgulloso de su identidad. Cuando escuchamos hablar de la cultura chibcha, tenemos que acudir a mitos, leyendas, sucesos, historias de muertos y aparecidos siendo parte de un patrimonio que no quiere desaparecer.
Varios mitos que se transmiten de generación en generación son vestigios vivientes de un pensamiento del que parecemos muy alejados, pero no; esos vestigios orales nos transportan al reino de la fantasía, nos conectan al mundo fluido de mentalidades ancestrales y nos introducen al ambiente de seres extraordinarios que solo son posibles en esos mundos; por tal razón, no se puede seguir liquidando, de manera impune, los relatos antiguos y maravillosos que nacieron en su tierra.
Este proceso es enriquecedor para los jóvenes porque presenta elementos de la realidad que ayudaron a determinar el objeto de la investigación, descubrir su cultura y su papel dentro de ella. Además nos proporcionó una descripción íntima de la vida social y cultural de la comunidad objeto de estudio. La propias palabras de las personas, las cuales se registran en grabaciones permiten llegar a la impresión que tienen los habitantes de su comunidad y del contexto de su pasado.
La investigación etnográfica tiene la ventaja de que el estudiante se hace partícipe de la vida cotidiana de los informantes de una manera natural, pues pertenece a ella y es así como los jóvenes han contribuido mediante la recolección de datos y en especial de mitos y leyendas, los cuáles procesan en proyectos diseñados y sistematizados por ellos mismos y reposan ahora mismo, en una página web y dirigido a otros colegios a nivel local departamental, nacional e internacional como parte de un proyecto colaborativo que muestra a Guasca, como un pueblo con un pasado, un presente y un futuro cultural, visto desde su propia juventud.
Así mismo, la Orientación no puede estar desligada de la actividad tecnológica escolar, la cual de manera planificada ejercita y contribuye y se convierte a la vez, en una herramienta para que el estudiante solucione problemas cotidianos y para tener una relación directa con su entorno social, cultural, científico y tecnológico. Por este motivo, en grados séptimos se pretende desarrollar procesos de pensamiento, usar herramientas informáticas y lograr una apropiación de la metodología de aprendizaje colaborativo en el aula de clase, a través de la actividad tecnológica, convirtiéndose en un eje transversal de integración y como una forma lúdica de trabajar.
La metodología propuesta para el desarrollo de estos proyectos investigativos tiene como fundamento básico el aprendizaje basado en proyectos y el trabajo colaborativo. La idea del aprendizaje con base en proyectos nace en el primer cuarto del siglo XX, el cual abogaba para que las escuelas se basaran en la elección de los proyectos que engendran "actividades con propósito". En otras palabras, los proyectos se originan intrínsecamente para un propósito real, como opuesto a lo extrínseco asignado al profesor y a las tareas asignadas por la escuela.
Es importante que los estudiantes se sientan autores creadores de su propio conocimiento, lo cual lleva a desarrollar un "espíritu investigativo" (y no consultivo y repetitivo) desde temprana edad. Los estudiantes pueden investigar cualquier tema que ellos elijan acudiendo a compartir ideas con sus compañeros en forma colaborativa, lo cual permite también contribuir al desarrollo social y al trabajo en equipo.
El trabajo de la orientación con base en proyectos ayudan a crear un ambiente de aprendizaje variado, que debe acudir a diferentes actividades como: observar un video, buscar información en la biblioteca, realizar experimentos, procesar información en un computador, rescatar fotografías, entrevistar a personas importantes de su municipio, etc. En resumen, al estar trabajando en proyectos, se debe esperar el desarrollo de diferentes actividades al mismo tiempo, dependiendo los grupos de trabajo y el proyecto adelantado por ellos.
Otra ventaja del aprendizaje con base en proyectos es la creación de un verdadero sentido del aprendizaje en comunidad. Cuando el trabajo se inicia, los estudiantes crean una atmósfera de intenso trabajo, que les permite interactuar, compartir y colaborar con sus compañeros. Se da un clima espontáneo de dar y recibir. Mientras algunos alumnos se encuentran haciendo consultas, otros pueden estar digitando, otros haciendo diseños, lo importante es que ellos son artífices de su propio proyecto y el orientador es tan solo un facilitador que sólo escucha, pregunta, responde y da sugerencias.
El programa no se encuentra sujeto a un programa fijo, por lo cual cada estudiante procede y trabaja a su propio ritmo. Los proyectos pueden integrar y dar significado a otros aspectos diferentes a los usualmente conocidos y a la vez tener la posibilidad de explorar e investigar temas que les interesan, comprometiéndose a lograr resultados de calidad.
Los estudiantes del colegio Técnico Comercial Mariano Ospina Rodríguez han iniciado un proceso de conocimiento a cerca de sí mismos y de la realidad a la que pertenecen, el cual necesita ser continuado y la Orientación Educativa abre espacios para analizar y reflexionar a cerca de la problemática actual de los jóvenes, la acción comunitaria en el municipio de Guasca y la de otras instituciones regionales, nacionales e internacionales, que se han sumado a este proceso de investigación y colaboración.