Constructivism. Systemic: Epystemology in Basic Education

At this time, where it would seem the worl goes withut exactly direction, it is necesary take us in the epystemological restaurations which happen in social and human sciences; giving place to the constructivism, which presents the cuality of asuming de active, dynamic and proactive nature of the human being and his knowledge.

It's necessary an epystemological disposition of de opening and approach to the constructivism-systemic focusings (quality investigation).The teaching like a human intersubjetive event may not be positivist neittler to ignore the new cognitive paradigm. At the present time, the educative world analysis needs to be flexible, open, transdisciplinary and multimethological, in special, permeable to the human.In this point of view, the constructivism-systemic focusings are connected with the ideals about the culture, looking for values and giving meaning to the daily environment of the parts that compose the social world, carrying to the educative field to the authors and actors into the system, with the purpose that they become partakings of their lerning. The social crisis, when leads towards an intense reflection about the task of the social sciences, permits to re-discover the idea that supports we relate ourselves with the environment through active experiences which connetc mutually (observants-observations) thus, the research may not be conceived like a reproduction in the vacuum of. The reality but like a result of an objetive activity. In the course of the history have emerged solid alternations that offer new ways to the scientific operation. Proactivity which opens a step to the Orientation behind the process, it lets for natural condition the muting of human being inside himself and the worl that goes around himself, making him owner of his own life.

Constructivismo Sistémico. Epistemología para la Educación Básica ante la Trasndisciplinareidad y Multimetodología en el campo de la Orientación.

Msc. Torres Yennis

Resumen

En éstos nuevos tiempos donde pareciera que el mundo gira sin dirección precisa se hace necesario encaminarnos en las restauraciones epistemológicas que suceden en las ciencias humanas y sociales. Es necesario entonces una disposición epistemológica de apertura y de acercamiento a los enfoques constructivista-sistémico (de indagación cualitativa). La enseñanza como acontecimiento humano intersubjetivo no puede ser positivista ni hacerse al margen del nuevo paradigma cognitivo. En la actualidad, el análisis del mundo educativo necesita ser flexible, abierto, transdisciplinario y multimetodológico, especialmente permeable a lo humano. Desde este punto de vista, los enfoques constructivista-sistémico se vinculan con los ideacionales acerca de la cultura, buscando valores y dándole sentido al ambiente cotidiano de las partes que integran el mundo social, llevando al campo educativo los autores y actores dentro del sistema, con la finalidad de hacerlos partícipes de su propio aprendizaje. La crisis social, al conducir hacia una intensa reflexión sobre el quehacer de las ciencias sociales, permite redescubrir la idea que sostiene que nos relacionamos con el entorno a través de experiencia activa que se involucran mutuamente (observadores y observaciones); por lo tanto, la investigación no puede concebirse como una reproducción en el vacío de la realidad, sino como resultado de una actividad objetiva. En el transcurso de la historia han surgido sólidas alternativas que ofertan nuevos modos para el operar científico; dando lugar al Constructivismo como punto de encuentro, el cual presenta la cualidad de asumir la naturaleza activa, dinámica y proactiva del ser y el conocer; proactividad que abre paso a la orientación dentro del proceso; permite por condición natural el encuentro del hombre dentro de sí y por ende dentro del mundo que lo circunde; haciéndolo partícipe de su propia vida.

Constructivismo Sistémico. Epistemología para la Educación Básica ante la Trasndisciplinareidad y Multimetodología en el campo de la Orientación.

Seria un desatino para el hombre de la post-modernidad ignorar por más tiempo las restauraciones epistemológicas que suceden en las ciencias humanas y sociales, en cuanto al proceso de construcción de saberes se refiere, habría por tanto que redefinir el quehacer del conocimiento educativo en función de sistemas más complejos, dejando de lado la trivialidad que los arropa y por ende lo hace dependiente; sistemas que permitan operar en realidades verdaderas, en donde el hombre mismo pueda construir su propia vida como parte del cosmos, colocándose como el principal desafío para la investigación contemporánea. Una investigación que obliga al investigador a observar en esquemas diferencias propias y desarrollar la capacidad para distinguir entre ambos; revelando con mayor claridad diversos puntos de vista, lo cual, da lugar a una disposición epistemológica de apertura y de acercamiento a los enfoques constructivista-sistémico (de indagación cualitativa) la cual cuenta con el reconocimiento de especialistas y científicos de todas las áreas, y un fenómeno nuevo de interdisciplinariedad en el interior de los grupos y programas de investigación. La enseñanza como acontecimiento humano intersubjetivo no puede ser positivista ni hacerse al margen del nuevo paradigma cognitivo.

Por su parte (Flores, 1998) tomado de Lyotard (1984) constata que la postmodernidad es la muerte de los grandes sistemas teóricos del siglo XX que pretendieron explicar de manera omnímoda la vida de los seres humanos y de las sociedades en el marco de una evolución regulada teleológicamente hacia el progreso. El Socialismo, el Positivismo, el Marxismo, el Fascismo, el Comunismo, el Psicoanálisis, el Cientifismo, el Modelo Neoliberal son doctrinas que ofrecieron la salvación, que prometieron la liberación, o al menos un futuro mejor, más seguro, de mayor prosperidad y progreso, promesas que hoy en día han quedado como tales "promesas". En la actualidad, el análisis del mundo educativo necesita ser flexible, abierto, transdisciplinario y multimetodológico, especialmente permeable a lo humano; dándole apertura a la orientación como parte de un nuevo fenómeno interdisciplinario, llevado con un sistema multimetodológico que permite conocer con mayor profundidad al hombre del nuevo milenio (hombre que encara su razón de ser por él mismo; (permitiendo el hacer partícipe de su aprendizaje, que no sea sólo proactivo, sino que esté consciente de su propio yo y por ende del entorno que lo rodea; entorno que abre brecha al proceso educativo, un proceso que debe aperturarse con la Orientación como punta de lanza, buscando cubrir el sentido interdisciplinario de la Educación como tal; dando lugar a la Transdisciplinareidad de la Educación Básica Venezolana; donde se pueda ver la teoría y la práctica hacia un mismo foco de conocimiento. Seria tan sencilla mirar entonces un tapiz de disciplinas entrecocidas con la orientación; en donde cada paso que dé la enseñanza como tal lleve consigo inmersa el concientizar la labor Orientadora en el proceso. Una cubierta de la otra; para así dejar en claro y con una base sólida la importancia del conocer del valor humano que tiene la orientación desde su conocimiento (como proceso de ayuda) hasta nuestros días (como Mentor de cada hombre que lo acompaña).

Enfoque Constructivista del Orientador

De allí que la enseñanza orientativa por descubrimiento se fundamenta en propuestas epistemológicas, en donde: los descubrimientos en ésta Postmodernidad nos encaminan a un gran desafió; es decir un cerebro con autotrascendencia.

Marilin Ferguson por su parte; señala en sentido visionario que la única manera de construir una sociedad nueva consiste en cambiar la educación de la generación joven, ahora esa misma sociedad nueva es la fuerza necesaria capaz de introducir un cambio educativo. A este señalamiento se le puede inferir un viejo dilema.

No puedes encontrar trabajo si no tienes experiencia pero no puedes adquirir experiencia si no consigues trabajo.

Ahora nos podemos preguntar ¿Cómo puede la Orientación ajustarse a tal señalamiento?

Puede llegar a construirse en orden de importancia por su propia naturaleza como parte esencial de la ruptura del pensamiento del hombre como tal; dando lugar a la formación de un ser con pensamiento topofisiológico en donde no prescinde de su ambiente para constituirse; más bien lo toma como parte de su desarrollo integral; puede por lo tanto llegar a pensarse que la orientación juega un papel muy importante ya que la misma permite la dotación de sólidos fundamentos que hacen del quehacer cotidiano la excelencia de su propio desarrollo.

Cathalifand (1999) al respecto nos dice: en tanto la sociología produce conocimientos acerca del ser social, lo menos que se puede pedir en conocer desde donde los produce, ello conduce a la epistemología, viéndose como un mecanismo poderoso, ya que produce conocimiento que construye realidad... en tal sentido, es inevitablemente aplicable. Sus impactos configuran recursivamente lo observado desde los propios mecanismos del conocer. Para ello los enfoques cosntructivista-sistémico aportan epistemológicamente una función de saberes que indica hacerlo consciente y operar, en forma manifiesta. Asumiendo tal realidad desde la perspectiva de la orientación como trabajo de progreso y relación social.

Sí hacemos un poco de historia de la orientación como parte de la trasndisciplinareidad nos daremos cuenta que la misma ha estado siempre inmersa dentro del proceso. El enfoque de Carlomagno consistía en una visión con Orientación de clase en la búsqueda de mentes que asesoraran la aristocracia, (su objetivo no era la igualación sino utilizar los talentos de cada quien) entrenarlos para instruir a los subordinados o menos talentosos. Los escritos de John Locke estaban dirigidos a que la naturaleza del hombre es neutra, según el famosos concepto de la tabla rasa, sus conceptos fundamentales constituyeron luego los cimientos del movimiento de la orientación vocacional.

La orientación nace científicamente a principios del siglo XX en Estados Unidos como orientación vocacional con la obra postura de Parsons (1906) de la publicación de su libro "Escogiendo una Vocación". En donde se reconocen cuatro fuentes a saber: dar información al orientador sobre sus limitaciones, sobre la profesión y hacer el seguimiento respectivo; La segunda la constituye el desarrollo de los test psicológico, para obtener la comprensión del talento individual; Una tercera fuente fue el desarrollo de trabajo social, representaba el despertar de una conciencia social como una reacción a la miseria, la ignorancia, las enfermedades y la pobreza provenientes de las grandes ciudades y la última fuente fue el movimiento de higiene mental como una experiencia individual y un problema social, se empezó a cosechar más la idea de la prevención que la curación de los problemas psicológicos.

J. B. Davis en (1913) fue el pionero de la orientación educativa y estimulador de la orientación dentro de la escuela, integrada al currículo escolar, dedicó todo su tiempo a orientar a los alumnos, inició un programa destinado al cultivo de la personalidad, al cultivo del carácter y a la información profesional. Completó y especificó el papel que la orientación puede jugar para conseguir los objetivos de la educación, consideraba que el marco escolar era el más idóneo para mejorar la vida de los individuos y para preparar su futuro social y profesional.

Al mismo tiempo que nace la orientación en Estados Unidos, nace en Europa, con la especial mención que merece A. G. Cristianes quien fundó en 1912, en Bruselas el primer servicio profesional en Europa. También como orientación profesional surge posteriormente en Bélgica, Francia, Italia, Suiza y España.

En Latinoamérica, el movimiento de la orientación se ubica en la época de los treinta, con un desarrollo aislado, disperso y con poca continuidad, por la inexistencia de infraestructuras y de personal especializado. Los primeros servicios fueron organizados por iniciativa de psicólogos, psiquíatras y médicos europeos, inmigrantes de esa época; por lo que muestra su énfasis en la influencia europea en cuanto a la selección, orientación profesional y psicotécnia. Surgieron instituciones de orientación profesional, servicios de orientación, programas. Se realizan congresos, seminarios, reuniones los cuales contribuyen en poner de manifiesto la necesidad de incluir la Orientación en los diferentes programas para América Latina y el reconocimiento por parte de los educadores de los distintos países.

La Orientación en Venezuela tuvo su predominancia hasta los años sesenta en el enfoque prescriptivo, el cual surge a partir de Freud con la teoría Psicoanalítica y en él subyacen los principios del determinismo o causalidad, que van a dar origen a la modalidad de diagnóstico, pronóstico y tratamiento en la conocida Orientación Clínica o Directiva representada por Williamson, Darley y otros. A partir de esto se perfilan diversos enfoques adentrándonos en el punto de interés. El Enfoque Constructivista en la orientación como parte de una organización cabalmente trabajada desde el marco del intercambio de todos los puntos de interés en función de la realidad.

Sobre estas bases el existencialismo aporta a la orientación: la realidad más significativa para el individuo en su propia existencia inmediata, su necesidad fundamental es existir y ser reconocido como una persona valiosa, en énfasis está en la experiencia inmediata del conocimiento interno, el hombre existe en un mundo de elecciones, no solamente se le da el derecho a la elección, sino la posibilidad de llegar a ser lo que sus potencialidades le indican. Estos aportes proveen importancia a la Orientación al permitir en el orientador la participación con su orientado en su existencia, compartiendo su significado y por ende su trascendencia.

Por su parte Carls Rogers representa el Enfoque No Directivo quien parte de una posición filosófica humanista colocando en el centro de sus afirmaciones "La potencialidad del ser humano para resolver sus propios problemas en materia de elección y adaptación"; el hombre es considerado como un ser racional, social, progresivo y realista. El hombre es un ser cooperativo, constructivo y leal cuando está libre de defensas, sus reacciones son positivas, progresivas y constructivas; posee una capacidad de autorregulación ante otras necesidades que le puedan afectar. La filosofía sustentada por Rogers como objetivo básico se centra en la libertad y responsabilidad del orientado, con el uso de técnicas para expresar la aceptación, respeto y comprensión empática que permite que el orientado sepa que el orientador está captando su marco de referencia interna, pensando, sintiendo y explorando con él.

Este enfoque otorga destacada importancia a los siguientes aspectos: en el desarrollo de la espontaneidad y la creatividad para el logro para enfrentar los retos de un mundo en constante cambio; el aprendizaje basado en la acción cotidiana; la presencia de los imprevistos como estímulo para la innovación; lo inestructurado de las situaciones, que sirvan para movilizar la acción; toma en cuanta lo improbable y lo tentativo, nada es cierto, todo es tentativo.

El enfoque Constructivista concibe que las personas son consideradas como procesadores de información y creadores de estructuras cognitivas, constituyen la integración de diversos enfoques, donde resaltan las aportaciones de: Piaget, Ausubel, Brunner, Vygotski, Bandura, Gagné, la teoría del procesamiento de la información y otros aportes como los de las relaciones interpersonales de Heider, la disonancia cognoscitiva de Festinger y la atribución causal de Weiner. lo que distingue este enfoque es su carácter integrador y su orientación hacia la educación. Su finalidad es configurar un esquema de conjunto para analizar, explicar y comprender la educación, para hacerlo se nutre de otras disciplinas no estrictamente psicológicas, como la didáctica, la sociología, la orientación o la educación especial. Tiene sus aplicaciones este enfoque constructivista en la orientación en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Y en el modelo de consulta, donde existe el compromiso de todos los agentes. Haciendo gala la multimetodología dentro del campo de la orientación.

El Constructivismo

Más allá de su variante pragmática, el perspectivismo (Arnold 1990) trasluce una primera entrada a las nuevas propuestas. Su postura no es familiar, destaca las limitaciones que se tienen para acceder a cuestiones simples y complejas, por la vía del proceder científico tradicional; de las dificultades para hablar del todo desde las partes o éstas sobre sí misma.

La lección es que si bien la ciencia debe observar y describir desde posiciones privilegiadas, como corresponde a su especialización funcional, no encuentra puntos de apoyo externos que le permitan desarrollar sus descripciones, manteniendo la convicción de estar excluido de éstas. Por el contrario, todo está ligado a todo, por lo tanto, toda esta interdependencia incluye su mirada sobre lo que informa.

En el transcurso de la historia han surgido sólidas alternativas que ofertan nuevos modos para el operar científico. Sus orígenes se encuentran tanto dentro de nuestras disciplinas, como es el caso de la nueva etnografía, la psicología cognitiva o la teoría de los sistemas sociales, como fuera de ellas, especialmente, en los estudios realizados en el campo de una biología fuertemente estrechada con la cibernética de segundo orden.

De tales cruces surge con fuerza, durante la pasada década, el Constructivismo. Corriente epistemológica cuyos axiomas sostienen que nuestros conocimientos no se basan en correspondencias con algo externo, sino que son resultado de operaciones de un observador, quien se encuentra siempre imposibilitado de conectarse directamente con su entorno. Uno de sus principales exponentes, Von Glarsefeld (1995), cita a Protagoras como precursor del Constructivismo. Recordemos que el sabio griego sostenía que el hombre es la medida de todas las cosas y, en tanto tal, determina cómo las cosas son.

Una lógica de autoreferencia, anclada en la observación desde la diferencia hace converger, decididamente, al Constructivismo con la investigación de sistemas autopoiéticos (Maturana). Desde allí empiezan a ser abordados los problemas inherentes a la autoimplicación de las observaciones con las distinciones que las hacen visibles (Luhmann). Por ejemplo, abordando la inquietante pregunta: ¿Es posible observar y hablar de lo social desde afuera?

Se aprecia que la naturaleza del objeto es desplazada por las posibilidades de su observador. Por eso, cuando se pretende conocer la sociedad debemos, en primer lugar, caracterizar las condiciones que posibilitan tal conocimiento.

Para el constructivismo el conocimiento emerge al indicar y describir observaciones, esto es: haciendo distinciones, cuyos resultados constituyen pisos autoreferidos para la emergencia de nuevas distinciones. Tales indicaciones de diferencia son, simultáneamente, acciones epistemolícas y constitutivas ontológicas, en tanto actúan sobre el conocer y el ser que conoce, en su conocimiento, compromisos para su reproducción, es decir, su futuro. El conocer se constituye al observar y describir observaciones, es decir, cuando las distinciones generan indicaciones, cuyos resultados constituyen horizontes para la emergencia de otras distinciones (Spencer-Brown 1979). Su materia se hace sobre la base de noticias de diferencias (Bateson 1985), de mapas y no territorios.

Hasta principios de siglo, las concepciones epistemológicas realistas o empiristas y consecuentemente las teorías del aprendizaje asocianista, eran dominantes en la epistemología y la psicología. Sin embargo, durante el presente siglo ha ido creciendo tanto en el ámbito epistemológico como Psicológico, una fuerte corriente de oposición a dichas concepciones.

Como es bien sabido, uno de los autores que se opuso con más fuerza a los planteamientos empiristas y asocianistas fue Piaget. Tanto en el ámbito epistemológico como psicológico, Piaget define una concepción constructivista de la adquisición del conocimiento que se caracteriza por lo siguiente:

· Entre sujeto y objeto de conocimiento existe una relación dinámica y no estática. El sujeto es activo frente a lo real, interpreta la información proveniente del entorno.
· Para construir conocimiento no basta con ser activo frente al entorno. El proceso de construcción se plantea un proceso de reestructuración y reconstrucción, en el cual todo conocimiento nuevo se genera a partir de otros previos. Lo nuevo se construye siempre a partir de lo adquirido, y lo trasciende.
· El sujeto es quien construye su propio conocimiento. Una actividad mental constructiva propia e individual, obedece a las necesidades internas vinculadas con el desarrollo evolutivo, el conocimiento no se produce.
· Es, pues, evidente que muchos de los principios asumidos hoy por el constructivismo estaban ya presentes en la teoría Piagetiana. Sin embargo, la concepción constructivista Piagetiana implica algunas limitaciones importantes que conviene señalar.

Tal postura modifica radicalmente la comprensión tradicional de lo que se entiende, y enseña, por quehacer investigativo. No deja criterios exclusivos del objeto, válidos en sí, sin contexto o perspectiva, que permitan evaluar neutralmente una determinada observación, hipótesis, teoría o explicación. Queda aquí planteada una oposición con el postulado clásico de la investigación científica, según el cual es propuesto un mundo objetivo, independiente de su observación por un observador.

Así en las epistemologías sistémico-constructivista, la estabilidad que atribuimos al entorno no emerge con independencia de la operación con la observación de su observador. La búsqueda de una verdad objetiva, por sobre parciales versiones, es un valor inalcanzable. El objeto de la investigación se desplaza a sus posibilidades: encontrar explicaciones buenas, mejores o útiles. Éstas, siendo inevitablemente competitivas y dinámicas, en tantos las posibilidades de observación que las sustentan son innumerables, no pueden asegurar observaciones "verdaderas" o "últimas".

Desde este enfoque el observador, en la acción que lo define, ocupa un rol central, configurando lo observado. Por ello, sus descripciones dicen más de él y de los procesos que aplicar para llevar a cabo su misión constituyendo un universo de sentido o realidad. Uno de ellos, es el estilo de observación y dominio de conocimientos asegurando por las comunidades de científicos sociales a través de sus teorías, hipótesis, conceptos, métodos e intervenciones.

El Constructivismo presenta la cualidad de asumir la naturaleza activa, dinámica y proactiva del conocer. Toda observación registrada como tal, esta contextualizada a las perspectivas asumidas por sus observadores.

De allí que la mirada constructivista estimula nuestro interés por conocer las diversas formas a través de las cuales: personas, grupos, comunidades, organizaciones y otras conformaciones de sistemas sociales ordenan y validan sus experiencias.

Bajo los presupuestos sistémico-constructivista, la investigación social, no requiere abandonar sus pretensiones informativas en el mar de lo relativo. Sus preguntas son cómo reconocer y trabajar con éstos niveles emergentes de complejidad reducida, contenido en los dominios socioculturales, sobre qué posición poder hacerlo, cómo estimar su extensión, perdurabilidad, elaboración y explicativa al respecto.

Por su parte Navilla (1972) señala el sentido que existe ante el consenso de reconocer que el individuo puro es una simple entidad metafísica puesto que desde que nace el hombre desarrolla sus aptitudes, señalando que éstas surgen de la relación establecida entre sus capacidades naturales y la de otros hombres. Para que este desarrollo se haga eficiente vale la pena manejarlo mediante el entendimiento y la claridad de lo que se quiere; inyectado con una base sólida de coordinación, organización orientada hacia su propio aprendizaje. No cabe duda que el paso a seguir es la orientación en su máxima potencia.

C.A.N. ha laborado bajo el esfuerzo de dar paso a la integración Educativa y Social, en función de un proceso mancomunado de conocimientos, los cuales permiten el avance de pensares acordes a la nueva manera de vida.

Un cruce de razones educativas inmersas dentro de una episteme omnitiva dará inicio a la búsqueda verdadera del conocer y del ser.

Momento que se espera en éstos últimos siglos donde el hombre se mecaniza cada momento más, sin tener conciencia de su interioridad y donde por resultado se desmorona su proceso de construcción orientadora dentro del marco de la organización como migajas de pan.

Reflexión final

La crisis social hoy en día debe conducirse hacia una nueva reflexión sobre el quehacer de la educación, inserta dentro del campo de la Orientación ante la modernidad que nos arropa (desatinos - sinsabores - desavenencias) un campo de Orientación con sentido lógico, trabajado bajo la realidad del nuevo siglo. Con un sentido de inferencia de suspicacia, que nos lleve a una constante investigación sobre lo nuevo. Ya que el hombre es un ser cambiante y por ende él mismo debe ir construyendo su propio desarrollo.

No podemos quedarnos en la Orientación de ayuda a distancia. Sin conocer la intervención del hombre ante el mundo.

Ya no es una sola vía de trabajo la que nos preocupa son muchas, entonces amigos, colegas Orientadores ¿por qué? No comenzar un nuevo trabajo, pensando en que la orientación debe bañar por completo el proceso educativo. Y así se convertirán en él entrecruce del conocimiento permanente en el hombre y por ende en su desarrollo humano integral a lo largo de la vida.

"No limites a tus hijos a que aprendan lo mismo que tu. ORIÉNTALOS pues ellos han nacido en otros tiempos".

Proverbio Hebreo.

Bibliografía

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MARTINEZ, M. (1998). Paradigma Emergente. Hacia una teoría de la racionalidad Científica. Venezuela: Trillas.

RIBEIRO, I. (1997). El Éxito Empresarial. Barcelona, España: Urano, S.A.

SENGE, J. (1990). La Quinta Disciplina. Barcelona, España: Gramica.

TALCONTT, Parsons y Otros (1997). Apunte sobre la teoría de la Acción. Buenos Aires: Amorrortu Editores.