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Suele relacionarse a algunos países con una bebida como el caso de Rusia y el vodka, México y el tequila, Escocia y el whisky, etc. En el caso de España, la bebida española típica suele ser el vino, aunque un equipo de arqueólogos de la Universidad de Barcelona, coordinado por José Luis Maya, profesor de Prehistoria e Historia Antigua de la Universidad de Barcelona, descubrió recientemente que también la cerveza es patrimonio peninsular. Según estas investigaciones, los restos más antiguos se han encontrado en el modesto poblado de Genó, que estuvo situado en lo que es ahora el pueblo de Aitona, en la provincia de Lérida. Allí trabajó entre 1976 y 1985 el Seminario de Estudios e Investigaciones Prehistóricas, que dirige Juan Luis Maya. Posteriormente, el especialista en Arqueología de la Alimentación Jorge Juan Tresserras estudió los sedimentos de cerveza, a los que finalmente se ha otorgado una datación de 1100-1000 a.C.

Antiguo poblado de Genó

Se trata de los restos más antiguos de Europa, casi 500 años antes de que los alemanes empezasen las primeras elaboraciones, nuestros ancestros de la Edad del Bronce ya degustaban la rubia cerveza. Sin embargo, los de mayor antigüedad en el mundo se encuentran en Sudán y tienen 7000 años.

Aunque el yacimiento arqueológico de Genó, formado por una calle principal y unas 16 viviendas, fue descubierto en 1958, se tardó en determinar que los restos orgánicos que contenían varias de las tinajas correspondían a fermentos de cerveza.
Si en el caso africano, la bebida se había elaborado a partir de sorgo, en Genó, en cambio, la composición es muy similar a la actual. Los estudios paleobotánicos efectuados en dos tinajas del poblado han determinado la presencia de triticum dicoccum, un trigo de montaña muy resistente, que en la actualidad sigue cultivándose en Asturias, y hordeum vulgare (cebada).
Una vez hervía el mosto, se añadían miel y hiervas aromáticas de manera parar activar la fermentación. Para Tresserras, no queda claro qué tipo de hiervas aromáticas se empleaban aunque los análisis de polen detectan la presencia de tomillo, salvia, menta, romero y artemisa, además de probar la presencia de pino en abundancia, en una zona que habría sido de climatología mediterránea algo más húmeda que en la actualidad, pero de temperatura similar a la de nuestros días. Situado en el Bajo Segre, Genó presenta vestigios de un enclave humano en torno al año 1000 a.C.

Aunque no se ha determinado por qué motivos, el poblado quedó destruido a causa de un incendio, y precisamente este hecho propició que quedaran residuos de alimentación: miel, productos lácteos fermentados y la cerveza prehistórica, en este caso. Par los prehistoriadores, el enclave arqueológico ha arrojado nuevas luces sobre el urbanismo en la Edad de Bronce. Genó cuenta con 16 habitáculos que acogían a una comunidad autosuficiente de unas 80 personas dedicadas a actividades agropecuarias. Situadas en forma similar a un circo romano abierto por uno de sus extremos, se cree que el espacio central servía para encerrar a los animales.


San Miguel Zythos

Y como la investigación científica no está reñida con el buen humor, San Miguel - que también colabora con el proyecto de Atapuerca por la proximidad de su planta cervecera de Burgos - decidió favorecer la "restauración" de la cerveza prehistórica, hallada a pocos kilómetros de la fábrica de Lérida. Junto al Departamento de Arqueología de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona y a Catalunya Home Brewer (en cuya página web puedes encontrar más información), llevaron a cabo el proyecto de elaboración de la cerveza más antigua de Europa hasta ahora encontrada. De manera artesanal, se han embotellado a partir de la fórmula del poblado de Genó, y se le ha dado el nombre de "Zythos", utilizado por los antiguos. El producto no podrá comercializarse ya que los conservantes naturales sólo alcanzan una caducidad de dos semanas. Queda, sin embargo, la satisfacción de haber encontrado en Lérida la cuna europea de la cerveza. Un hallazgo nada despreciable teniendo en cuenta que, a pesar de que los romanos la consideraran "alimento de bárbaros", Hipócrates recomendaba a los médicos del Egeo que recetaran esta bebida por tratarse de "un calmante suave que apaga la sed, facilita la dicción, y fortalece el corazón y las encías".

Libro


    Bibliografía:
    • Artículo aparecido en el suplemento ABC Cultural del diario ABC
    • el 10 de diciembre de 1998, firmado por Dolors Massot.
    • Artículo aparecido en la revista Tiempo el 21 de diciembre de 1998, firmado por Sebastián Vivas.
    • Página web de Catalunya Home Brewers.
    Nota:
    • Gracias a Juan José Palacios por su colaboración.

 

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Jaime Miguel Vilá Pérez
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