Final... que viene
a ser principio...
por Susy
La bolsa de suero temblaba casi imperceptiblemente mientras las gotas bajaban muy despacio hacia el fuerte brazo. Al pie de la cama estaba Bra, llorando sin descanso. De pronto se abrió la puerta y entraron Trunks y Pan, ambos ya de edad madura, al igual que la sollozante hija del último saiyan. Trunks abrazó a su hermana y se sentó al al pie de la cama, cerró los ojos y los últimos acontecimientos desfilaron por su mente... esos extraños invasores... la última batalla, la desesperación de su padre por eliminarlos... pero ya había pasado mucho tiempo y para Vegeta ya había llegado la vejez...
Sin embargo, en un último esfuerzo consiguió aniquilarlos... Trunks corrió a auxiliarlo pero ya era tarde, al lado de los restos de sus terribles enemigos, yacía el cuerpo exánime de Vegeta.
En la mente del príncipe se sucedían extrañas imágenes:
"Kakarotto, donde quiera que estés esta vez fui yo quien derrotó a los enemigos. Soy un príncipe, recuérdalo" pensaba Vegeta, agonizante ya.
"¡Bulma querida! Ya pronto nos veremos nuevamente" Y su mente voló a esos días cuando la poseyó por primera vez, joven y hermosa...
"Trunks, parece que se mueve" dijo Bra, esperanzada.
"No, querida, él está en coma, ya sabes." La decepcionó su hermano
"¡Freezer! ¡Ese maldito. Al menos uno de su sangre había tenido el placer de eliminarlo definitivamente. Aunque Kakarotto.... Sí, tal vez ése era su castigo, el no poder olvidar que un guerrero de clase baja lo había superado siempre. Pero Kakarotto había muerto hacía ya tiempo, desparecido con las esferas, para siempre...
"¡Papá!", pensaba Trunks "¡No te mueras! Este mundo tan triste... no será lo mismo sin ti... ya no queda nada... la magia ha muerto... para siempre...
"Tiempo tirano... matas todo lo bueno, todo lo noble... Papá, después de todo siempre hiciste lo correcto" musitó entre dientes
Pero en el debilitado cerebro de Vegeta, el tiempo y el espacio perdían su sentido y las imágenes giraban vertiginosamente... Hasta que al fin comenzó a distinguir figuras que se hacían cada vez más nítidas y claras... "Vegetasei... el rey Vegeta... él mismo, niño aún, con sus manos manchadas de sangre...Nappa... Kakarotto... ¡Bulma!...
"Comprendo que ya no te interese" decía ella, profundamente angustiada "¡ni me mires! ¡estoy vieja, fea! En cambio tú, cada vez más guapo" y se tapaba la cara con las manos nervudas...
"¡Bah, mujer! No estás más fea que antes, créeme" respondía él con estudiada indiferencia. Pero... ¿cómo ignorar que los humanos y los saiyanes envejecen a ritmos distintos?. Por la calle, en ocasiones habían creído que ella era su madre... Y luego, la descarada admiración de algunas muchachas... "¡Adiós suegra!" le gritaron el día antes de que ella, presa de una profunda depresión ya no salió más a la calle... Se había negado a comer... Luego de eso fue como una pendiente. Al poco tiempo moría de una descompensación cardíaca, negándose aún a que él la mirara a los ojos...
"¿Papá?" preguntó Trunks al verlo moverse agitadamente. Pero Trunks se convenció al fin de su error y se sentó en la silla con las manos en la frente. "Ve a casa, Bra, yo velaré esta noche"
Bra abrió los ojos con dificultad y movió débilmente la cabeza, pero la verdad es que estaba rendida de cansancio, así que besó a su padre en la frente, luego se despidió de Pan y de su hermano y se retiró tambaleándose.
Momentos después llegó el médico "Doctor, hace unos momentos parecía sufrir, moverse... ¿hay esperanzas?"
El galeno meneó la cabeza mientras respondía negativamente: "Sería un milagro, su cuerpo está demasiado deteriorado... Y no piense en lo otro... su mente está más allá de nuestro alcance. Es cuestión de horas, nada más... Lo siento..."
Trunks, entonces, a pesar de ser tan gran guerrero, sintió que lágrimas ardientes corrían por sus mejillas. "esto enojaría a mi padre" pensó mientras sonreía débilmente y se las enjugaba con el dorso de la mano.
Así que le tocó a él el turno de rememorar esos buenos tiempos pasados... "Un milagro" ... "¿Y por qué no?" Su padre era más poderoso que muchos dioses... Habían hecho tantas cosas imposibles... Pero le bastó una mirada a la cama para comprender que ya se había pasado el tiempo de Vegeta, el tiempo de las soluciones mágicas a los grandes problemas... ahora era el tiempo de la madurez... Basta de fusiones mágicas, de esferas, de sueños de grandeza. Hasta la cotidianeidad de todos los implementos hospitalarios parecía gritárselo a la cara. Nada... sólo esperar...
La puerta se abrió bruscamente y entró una enfermera con una hipodérmica "Oiga, mi padre está a horas de su muerte ¿por qué no lo dejan dormir en paz?" preguntó entre desesperado y enfadado Trunks. La anciana enfermera lo miró a sus antaño seductores ojos azules y le dijo "Órdenes médicas, retírese, por favor" Y el hijo del último saiyan, el que estuvo a punto de derrotar a Boo en su niñez, fusionado con otro pequeño gran titán, cedió a la presión de una simple mujer que iba a molestar y a quitar dignidad a la agonía de su padre, mascullando apenas "Deberían dejarlo morir en paz".
Mientras tanto en el agonizante cerebro del príncipe todo giraba y se confundía...
¡Cuantos monstruos para vencer y siempre ser el segundo en todo! Salvo ahora que ya no estaba Kakarotto. Así que ya no valía. Lo que sí valía es que había hecho su mejor esfuerzo y había salvado la Tierra aún a costa de su vida como un verdadero saiyan. Morir de otro modo hubiera sido una deshonra.
"Hice lo debido, a pesar de todo, todo llega a su fin, tal vez para recomenzar nuevamente" Y ahora le tocaba volver al país de los muertos, tal vez al infierno... ya ni eso le daba miedo "No me verán temblar"
¡Si al menos alguna vez hubiera sido el más fuerte de su raza! Pero ni eso, como para humillarlo más, hicieron que un guerrero de clase baja y escaso cerebro fuese superior a él... Luego de eso nada...
A veces se preguntaba si al morir mereceria entrenar junto con los más grandes guerreros del universo... ¡¡¡¡Trunks!!!! ¡A ti sí que estas cosas nunca te importaron! ¡Desperdiciaste tu poder! ¡¡Cualquier mujer saiyan de nuestra ilustre familia se hubiera mostrado mas interesada por los combates y los entrenamientos!! ¡Pero ya no quedaba nadie, nadie, nadie en todo el universo conocido que pudiera entenderlo!
Una baba rosada comenzó a correr por las comisuras de los labios de Vegeta y su hijo, presuroso lo limpió con una toalla. "Más entrenamiento, Trunks y menos de estas cosas" alcanzó a pensar Vegeta, mientras movía casi imperceptiblemente los labios.
Es el principio del fin, pensaba en tanto su hijo mientras intentaba fijar en su memoria las facciones de su padre.
En ese momento subió Bra, muy agitada "Trunks, ¿como sigue papá? Tuve un presentimiento y subí"
"No hay cambios, hermanita, ve a tu casa, yo te avisaré"
Bra cerró los ojos y se vio en brazos de su padre, volando a su lado. Luego lloró al recordar cómo su padre le espantaba los novios cuando ella también era joven y bella... En cambio ahora allí estaba. Se arrodilló al pie de la cama, besó la mano de su padre, dispuesta a esperar...
Pasaron las horas, y luego más y más... De pronto Vegeta sintió un extraño escalofrío como de algo que esta a punto de suceder, algo nuevo... Abrió lentamente los ojos y vio a su hija dormida a su lado. Pero la sensación era diferente... La puerta se entreabrió y de repente sintió que su cuerpo se eyectaba con una fuerza increíble... Al fondo, muy a lo lejos, un brillante túnel y una potente luz... Vegeta, entonces fue hacia ella con las manos extendidas sin una pizca de temor o de agresividad, todo era demasiado bello. Inexplicablemente traspasó una puerta de hierros brillantes que resultaron ser sólo parte de esa maravillosa luz líquida que lo transfiguraba y lo penetraba...
En ese mismo instante, sin él saberlo, el marcapasos comenzó a emitir un fuerte silbido mientras que la línea aparecía recta en el monitor. Unos médicos se precipitaron hacia la cama y comenzaron a utilizar shocks eléctricos para la resucitación. Bra, en un rincón del cuarto lloraba sin cesar en los brazos de Trunks quien intentaba sacarla del cuarto...
Y la luz se hizo más y más potente mientras que el viaje del guerrero proseguía. Finalmente el túnel llego a su fin y una figura muy conocida por él apareció. Sus cabellos erizados no dejaban duda sobre su identidad
¡"Kakarotto!"
Gokú se acercó a él sonriente, con la mano extendida "Ven conmigo Vegeta, entrenaremos juntos por toda la eternidad con los mejores guerreros del universo. Vegeta se miró y ya no tenia ni la ropa del hospital, ni estaba envejecido, era el mismo que enfrentó a Boo. Atrás de Gokú estaba Bulma, tampoco vieja y arruinada sino bella y joven como cuando la conoció en Namek. No se dijeron nada ¿para quë? Solo se tomaron de la mano y partieron hacia otra realidad
En ese momento Bra y Trunks corrían asustados entre los médicos quienes trataban de reanimar sin éxito el cuerpo destrozado de Vegeta.
Cuando ya no hubo esperanza de revivirlo y los restos mortales del principe fueron enterrados en su planeta de adopción, el mismo que un lejano día juró destruir, Trunks tomó algo de tierra en sus manos y mientras bajaban el ataúd, dijo en voz baja "Polvo al polvo, cenizas a las cenizas". Luego, acompañado de los otros semisaiyanes, se retiró dignamente, con la cabeza en alto a pesar de un fuerte nudo en la garganta. Porque ahora él era el nuevo
príncipe saiyan.