Una Madre, un anillo...

y una Unión

por Alondra

Capítulo 9: "Luchar por uno mismo"


El espacio... si... tan misterioso e infinito como los lugares que oculta de la vista de los mortales, un lugar en donde han sobrevivido por generaciones poderosas razas de guerreros y pueblos ancestrales que tenían un marcado lugar en el universo.. los saiyajins eran uno de ellos.

Espacio exterior - Año 737 del calendario del Dragón

Un escuadrón de pequeñas naves esfericas surcaba el espacio a toda velocidad con un rumbo fijo. De seguro iban de misión a un planeta para destruír a sus habitantes y luego vendérselo al emperador Freezer como habían venido haciéndolo desde hacía muchos años. En una de las naves un pequeño niño vestido con la indumentaria guerrera y el sello real observaba pensativo el espacio. Era el príncipe Vegeta, el hijo del rey... ahora con casi cinco años de edad.  

El niño observaba con la mirada perdida las miles de estrellas que adornaban el firmamento, era algo que le agradaba mucho porque sentía que le proporcionaba paz y también porque así recordaba experiencias agradables... y una de ellas era su madre. 

Recordaba el día en que se enteró de su existencia y se sintió feliz porque era ella la única persona con la que se sentía en confianza y que le inspiraba algo muy poco común en él... SONREIR. Desde ese día, ella lo visitaba contadas veces entre sus misiones y sin que nadie se enterara... y aún no comprendía porque tenía que ser así. Pero esas visitas siempre lo reconfortaba en la inmensa soledad que sentía en el castillo... la quería mucho, pero eso jamás lo admitiría frente a los demás... y como ella le decía, es el príncipe de una raza guerrera y debe actuar como tal.

Justo en ese momento iba a realizar la prueba más importarte para lo que se estuvo preparando tanto tiempo.. su primera misión de conquista. Se sentía emocionado y también recordó los últimos acontecimientos ocurridos días atrás en el planeta Vejita....


Kaissa había acudido a visitar a su hijo (siempre a escondidas de la vista de los demás para evitar problemas) y ahora charlaba con él acerca de las últimas peripencias de su viaje. Ella se sentía feliz de tenerlo tan cerca, aunque fuera por corto tiempo. El niño era muy despierto y no dejaba de llenarla de preguntas... comportamiento que sólo mostraba cuando estaba con ella...


Una sacudida de la esférica nave sacó al pequeño Vegeta de sus pensamientos y al asomarse por una de las ventanas se dio cuenta que ya estaban cerca a su destino... el planeta Kor. Una voz se escuchó por el intercomunicador...

Rato después las naves junto con las de la escolta aterrizaron dejando dos enormes cráteres en la superficie del planeta que tenía la apariencia de un paisaje prehistórico y lleno de montañas. Mientras los saiyas examinaban el lugar, unos extraños seres con apariencia de lagarto los observaban montados en criaturas que semejaban a dinosaurios, pero de tamaño más pequeño y parecidos a avestruces.

Acto seguido los guerreros montaron en sus cabalgaduras y se alejaron, sin saber que los saiyas ya se habían percatado de su presencia gracias a sus scouters. Uno de los soldados saiyajin dijo...

Horas después...

El paisaje del planeta era desolador, todo estaba destruído y miles de cuerpos muertos regados por todas partes. No cabía duda que los saiyajins eran muy buenos para desabitar planetas, por eso eran considerados dentro de los mejores guerreros del universo.

Vegeta había realizado una labor increíble para un niño de su edad. En verdad era muy poderoso ya que con sólo manejando su ki había barrido con todas las criaturas del lugar, incluso con las enormes bestias que habían intentado atacarlo. Allí se notaba su sangre guerrera y habilidad incomparable. Mientras el niño buscaba algún vestigio de vida en los alrededores en donde estaba, pensaba en que hubiera sido excelente que su madre lo hubiera visto en acción.. se sentiría tan orgullosa de él. De pronto su rastreador captó una pequeña señal y sin pérdida de tiempo fue a su encuentro...

Un cuerpo sangrante, específicamente de uno de los habitantes del lugar, se arrastraba tratando de encontrar refugio de los sujetos que habían asesinado a toda su gente. Vegeta sonrió al encontrarlo y aterrizó justo delante de él...

Vegeta lo silenció rompiéndole el cuello de un solo movimiento, pero sin comprender lo último que había dicho el nativo. Cogió el control entre sus manos y dijo destruyéndolo...

De pronto, un ruido a sus espaldas lo distrajo y su scouter pareció descontrolarse porque marcaba presencias por todos lados seguido de varios gruñidos amenazadores. Rápidamente se dio vuelta para encontrarse con toda una manada de lagartos de afilados dientes y amenazantes garras en sus patas. Todos ellos tenían dispositivos en la cabeza en los que tintineaba una luz roja. Habían sido activados por el guerrero nativo antes de que Vegeta lo matase... y ahora estaba a punto de cobrar su venganza...

Vegeta disparó un rayo hacia una de las criaturas, pero increíblemente del dispositivo colocado en la cabeza del animal salió como un escudo invisible que hizo rebotar el energy ha del niño, ante su sorpresa... definitivamente estos animales no eran corrientes. Y antes de que pudiera hacer algo todos se lanzaron a atacarlo.  

El niño hacía todo lo posible por evitarlos ya que estas bestias eran muy rápidas y ya habían conseguido dañar parte de su traje. Vegeta comenzó a exasperarse y de golpe liberó parte de su energía lanzando varios de ellos contra unas rocas cercanas para luego reducirlos a polvo. Uno de ellos lo embistió haciéndole perder el equilibrio para que luego otro lo atacara con sus garras que esta vez si dieron en el blanco infringiéndole una herida profunda en el brazo....

¡¡FLASH!!

Un disparo salido de la nada voló la cabeza del lagarto que se tambaleó arrojando chorros de sangre por su mutilado cuello para luego caer inerte ante la sorpresa de sus congéneres que se volvieron para ver al atacante.

Una figura encapuchada saltó de entre las rocas y de unos certeros golpes acabó con dos criaturas más. Vegeta se dio cuenta que los lagartos estaban distraídos, así que aprovechó el momento para golpear al que lo tenía sujeto y matarlo. Furioso hizo explotar su ki y sin piedad atacó a los otros que quedaban cerca en tanto que la misteriosa figura peleaba por su lado con una agilidad y habilidades sorprendentes.. como si tuviera mucha experiencia en el combate; y  al cabo de un rato ya no quedaba ninguno.  Vegeta suspiró aliviado... nunca había estado tan cerca de la muerte en su corta vida...

El ruido del scouter lo distrajo. Durante la pelea lo había perdido, pero al parecer todavía seguía funcionando...

Horas más tarde...

El escuadrón del príncipe había retornado con éxito de la misión encomendada y mientras Nappa daba los últimos detalles de la misión a sus superiores, el pequeño Vegeta se recuperaba en uno de los tanques de sanación... no tenía heridas de gravedad, pero de todas formas tenía que estar lo mejor posible para presentarse ante su padre, el Rey Vegeta. El niño lo había hecho muy bien para ser su primera misión y el Rey, informado de todo, estaba muy satisfecho con el progreso de su hijo.

Rato después, el tanque de recuperación dio por finalizada la curación y el pequeño despertó, totalmente curado. Nappa lo observaba desde la puerta de la sala en tanto que los solícitos médicos lo atendían...

Vegeta caminaba por los pasillos rumbo al salón del trono. Ahora su porte era más el de un guerrero y se parecía mucho a su padre. Pero dentro de ese aspecto frío y arrogante que aparentaba delante de los demás, ocultaba una personalidad solitaria y triste... que de no ser por su madre, lo acabaría por completo.  Sin darse cuenta llegó a las puertas del salón del trono y los soldados que estaban en las puertas al verlo le cedieron el paso. Vegeta los miró con aparente desprecio y siguió adelante... debía comportarse como le que era... un príncipe saiyajin.  Con esa idea siguió adelante... en tanto que el Rey lo esperaba con sin moverse de su trono y con una expresión tan fría como el hielo. El pequeño se detuvo delante del trono y  respiró profundamente...

Vegeta se levantó y ya estaba apunto de irse, cuando una idea le vino a la cabeza y preguntó nuevamente...

Más tarde, en la noche, la calma volvió a reinar en el castillo. No se hizo ninguna celebración por el triunfo del príncipe ya que su padre decía que no había momento para esas cursillerías. Vegeta se encontraba nuevamente solo en su habitación, tumbado boca arriba en su ampia cama mientras pensaba en los sucesos del día... no se preocupada tanto por la gritoneada que le había dado su padre, lo que más le intrigaba era aquel extraño guerrero que lo ayudó en ese planeta...

Aburrido, se levantó y fue hacia la ventana. Se quedó observando las estrellas algunas de las cuales tintineaban intensamente. Siempre le habían fascinado las constelaciones y conocía algunas de ellas... por alguna extraña razón, el ver los astros lo hacian sentirse mejor. Como su ventana tenía una saliente parecida a un balcón pensó que sería muy agradable tomar el fresco y al mismo tiempo observar las estrellas. Dicho y hecho, salió de un salto y se sentó en el borde. Se sentía muy bien moviendo sus pequeñas piernas ritmo de su cola en tanto que la brisa nocturna acariciaba sus cabellos. El niño sonrió...

Madre e hijo estuvieron un rato más en silencio observando las estrellas. Muchos de los encuentros que tenían no hablaban mucho, pero compartían el silencio y eso significaba más que mil palabras para ellos. Vegeta observaba a su madre... ella era diferente a todos los saiyas que conocía... era elegante, noble, fuerte, respetable...  y no podía negar que también tenía una mamá muy linda. Esos sentimientos de admiración no le despertaba ningún otro saiya... ni siquiera su padre que en lugar de respeto le inspiraba... MIEDO... mucho miedo. Su mirada era tranquilizadora y amable... le hacían sentirse muy bien... querido...  y lo más importante... AMADO. La observó un rato más cuando sus ojos repararon en el anillo que adornaba la mano de su madre...

El anillo... siempre le había llamado la atención, no sólo porque era bonito y brillante como una estrella, sino porque para su madre significaba mucho y al parecer era la fuente de su fuerza. Era como si ese pequeño objeto hiciera que su poseedor se sentiera el guerrero más poderoso de todos y quería saber si era verdad... estiró su pequeña mano y trató de tocarlo...

Ya estaba a punto de elevar su ki para hacerlo cuando tuvo un sobresalto y se dio cuenta que muchos metros abajo de ellos, en un balcón a la misma altura había un guardia... ya conocía a ese guardia...

Kaissa masculló algo entre dientes. El rey Vegeta había designado a un grupo especial de soldados para vigilar que Kaissa no se acercara ni un metro al príncipe.. incluso estaban con orden de matar si era necesario. La saiya frunció el ceño...

El soldado se extrañó y miró el bulto descubriendo que era una especie de ave de afilado pico, color negro, cabeza roja y garras largas... (algo parecido a un buitre)... llamada por los saiyas "Angapila"...

El guardia se retiró avergonzado en tanto que Nappa giró sobre sus talones y caminó un rato deteniéndose al lado de una puerta entreabierta. Sin voltear dijo...

Una vez que Nappa desapareciera por el corredor, Kaissa se asomó por el corredor, sonrió y corrió hacia el lado contrario protegida por la oscuridad.

 

ESPACIO EXTERIOR

Una nave de enormes dimensiones surcaba el espacio con dirección al planeta Vejita. Tenía forma circular con tres ventanas igualmente circulares en el frente y una compuerta en la parte superior. Dentro de ella había muchos soldados, pero no parecían ser de una misma raza, sino eran de muchas y todos iban y venían haciendo varias cosas. En medio de todo, un sujeto de aspecto rechoncho, de piel rosada y con púas en la cabeza y brazos, caminaba con rumbo a la cabina principal en tanto que los soldados lo seguían con la mirada... era Dodoria, uno de los guerreros más poderosos del universo.

Al rato llegó hasta la puerta de la sala que se abrió para dar paso a una enorme sala y casi cerca a las ventanas había una figura en una silla flotante. Otro guerrero, de aspecto más civilizado, piel azulada y cabellos verdes, se acercó a Dodoria... su nombre era Zarbon, otro poderoso guerrero del mismo nivel que Dodoria.

Zarbon y Dodoria se miraron confundidos, cuando lentamente la silla flotante comenzó a dar la vuelta mostrando a un personaje de pequeño tamaño piel pálida y frío aspecto... era FREEZER, el conquistador de mundos.

El dictador sonrió y dijo con una maligna expresión...

 

Fin del noveno episodio...


Nota de la autora : Hola, como están amigos?.. nuevamente les pido disculpas por haber demorado tanto con la continuación de este fic, pero que será terminado al hilo para que no esperen más el final. Y como nota adicional, el nombre de la estrella que menciona Kaissa, Betelgeuse, fue tomado del fic "Don´t be silly" de Nyaar... gracias a ella por permitirme usarlo.

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