Nuestra
vida juntos
Capítulo 9:
"Visitas y reconciliaciones"
A la mañana siguiente, a eso de las 9:00
am, Bulma despertó y al abrir los ojos se encontró con Vegeta
que estaba de pie junto a la cama y la miraba fijamente para
despertarla (en verdad es una técnica efectiva).
- VG: Vaya, hasta que despertaste
le dijo muy serio.
- BL: Vegeta, anoche yo... dijo
tratando de buscar las palabras adecuadas e
incorporándose para quedar sentada en la cama.
- VG: Olvídalo le cortó Vegeta y
le puso una bandeja con su desayuno sobre las piernas.
- BL: ¿Y esto?
- VG: Tu desayuno.
Bulma miró a Vegeta y luego su desayuno,
que era un café con leche, tostadas con mermelada y un vaso de
jugo de naranja.
- VG: ¿Qué? ¿No te gustó?
- BL: No, no es eso. Al contrario, se ve
muy rico.
- VG: ¿Entonces?
- BL: No, nada. Olvídalo dijo
dando un sorbo a su jugo.
- VG: Bueno, yo ya me voy dijo
dirigiéndose a la puerta y cuando estaba a punto de
salir escuchó a Bulma.
- BL: Espera... por favor, quédate
dijo en voz baja.
- VG: Ahora debo entrenar. Hablaremos
más tarde dijo con su tono de voz habitual y sin
voltearse a mirarla. Luego siguió su camino y salió de
la habitación.
- BL: "Ya sabía yo que iba a
reaccionar así. ¡Pero ni modo!, tenía que decírselo.
Ahora, lo más probable es que no me dirija la palabra y
luego se largue suspiró, pero yo sabía con
quién estaba tratando, así que no tengo derecho a
quejarme. Fue bueno mientras duró" pensó
mientras una lágrima corría por sus mejillas.
El día transcurrió normalmente y cuando
se acercaba la hora de la cena, Bulma bajó a la cocina para
preparar algo. En eso estaba cuando sintió la presencia de
Vegeta, pero lo ignoró hasta que escuchó su voz.
- VG: Mujer, he tomado una decisión. Me
voy de este planeta.
Bulma, por la sorpresa, se hizo un profundo
corte en la mano con el cuchillo al escucharlo.
- BL: ¡Ay! dijo soltando el
cuchillo y sujetándose la mano herida.
- VG: ¿Qué te pasó? preguntó
acercándose a ella.
- BL: No es nada, sólo me corté.
Vegeta tomó su mano y la puso bajo el
chorro de agua de la cocina.
- BL: ¡Ay! me duele se quejó e
intentó zafarse.
Vegeta no le contestó nada y le sujetó
fuerte la mano para que no la quitara. Luego de unos momentos, le
secó la mano y la envolvió en un paño para que dejara de
sangrar. Se miraron a los ojos y Bulma se atrevió a hablar.
- BL: ¿Cuándo te vas?
- VG: Mañana.
Bulma se alejó de él y le dio la espalda.
No había servido de nada todo lo que le había dicho la noche
anterior. Ni siquiera le importaba que ella iba a tener un hijo
suyo.
- BL: ¿No piensas volver, verdad?
dijo volteándose a verlo.
Después de un largo silencio, Vegeta le
respondió.
- VG: ¿Cómo no voy a volver? Aquí
tengo asuntos pendientes. Los androides, Kakarotto y...
ustedes.
Bulma se sorprendió mucho al oírlo decir
eso.
- BL: ¿Nosotros?
- VG: Sí dijo secamente
acercándose a ella. No voy a dejar que cualquier
idiota entrene a ese niño dijo señalando el
abdomen de Bulma. Eso lo haré yo mismo, soy el
más indicado, ¿no te parece? Además... la madre de mi
hijo es muy importante para mí dijo levantándole
el rostro y luego de mirarla unos instantes, la besó.
Bulma comenzó a llorar. No sabía si de
felicidad al escucharlo decir esas cosas tan lindas o por la
tristeza al saber que él se iría al día siguiente. Vegeta se
dio cuenta que estaba llorando y la alejó un poco de él.
- VG: Mujer tonta le dijo secando
sus lágrimas.
- BL: Vegeta...
- VG: Shhh la calló y volvió a
besarla.
Y ahí se quedaron reconciliándose en la
cocina, hasta que Bulma dijo mientras Vegeta la acariciaba:
- BL: Al...algo se está quemando.
- VG: Sí... yo... dijo sin dejar
lo que estaba haciendo.
- BL: No. Es... ¡la cena! gritó
Bulma zafándose de los brazos de Vegeta y apagando el
horno.
Al abrirlo, la cocina se llenó de humo y
los dos comenzaron a toser.
- BL: Ahora sí, cof, cof, cof, que nos
quedamos sin cenar.
- VG: Cof, cof, cof, ven, salgamos de
aquí dijo tomándola de la mano y salieron al
jardín.
- BL: ¿Y ahora qué hacemos?
- VG: No sé.
Después de un rato de estar pensando,
Bulma le sugirió:
- BL: ¡Ya sé! Podemos ir a cenar a un
restaurant.
- VG: ¡No, olvídalo! Odio esos
lugares. Preferiría soportar a Kakarotto dos horas que
ir a cenar a un restaurant.
- BL: ¡Eso es! Iremos a casa de Gokú a
cenar.
- VG: ¡¡¿Qué?!!
- BL: Llamaré a Milk para avisarle que
iremos.
- VG: No, espera.
Vegeta quizo decirle que no quería ir,
pero su hambre era más grande que cualquier motivo que pudiera
encontrar, así que no le dijo nada.
- MK: ¿Hola?
- BL: Hola, Milk. Habla Bulma.
- MK: Bulma, ¿cómo has estado?
- BL: Bien, gracias. ¿Y ustedes?
- MK: Todos bien.
- BL: Milk, estaba pensando en ir a tu
casa.
- MK: ¿Ahora?
- BL: Sí. ¿Hay algún problema?
- MK: No, ninguno. Ven, te esperamos
para cenar.
- BL: ¡Milk! Eeeeh, no iría sola.
- MK: ¿Yamcha viene contigo?
- BL: No. Eeeeh... Vegeta.
- MK: ¡¡Vegeta!!
- BL: Sí, bueno, ya sabes que vive
conmigo.
- MK: Ya veo. Está bien. Sólo... trata
que... tú me entiendes.
- BL: No te preocupes. Él se portará
bien.
- MK: Bueno, los esperamos.
- BL: Gracias, adiós.
- ML: Adiós.
Bulma salió al jardín y encontró a
Vegeta en el mismo lugar donde lo había dejado. Él estaba
pensando en su viaje y en todo el resto de cosas que nunca lo
escucharíamos decir. Lo que más le preocupaba era Bulma.
Realmente la quería y no estaba muy seguro de dejarla sola,
sobre todo ahora que esperaba un hijo suyo. Pero por otra parte
estaban esos androides.
- VG: "¡¡Madita sea!! No quisiera
tener que irme, pero si me quedo aquí no podré
concentrarme en mi entrenamiento como debe ser. Ni modo,
Bulma tendrá que arreglárselas sola. Estoy seguro que
estará bien. Es una mujer muy fuerte"
- BL: Nos esperan para cenar.
- VG: ¿Hmm? dijo saliendo de sus
pensamientos.
- BL: Que nos esperan para cenar.
- VG: ¿Les dijiste que yo también
iría?
- BL: Sí, ¿por qué?
- VG: Porque se me hace raro que no se
haya opuesto la mujer de Kakarotto.
- BL: Le prometí que te portarías bien
dijo guiñándole un ojo.
- VG: ¿Se vale prometer por los demás?
dijo Vegeta tomándola en sus brazos y empezando a
levitar.
- BL: Pues...
- VG: Entonces yo prometo que no les
dirás nada de lo nuestro.
- BL: ¿Qué?
- VG: Lo que oíste. No les dirás nada
dijo con tono autoritario.
- BL: De acuerdo. Pero, ¿podrías
decirme por qué?
- VG: Porque nunca me ha gustado que se
metan en mi vida. Y mucho menos que me den su opinión
sin haberla pedido.
- BL: Pues pronto empezarán a opinar,
porque mi vientre va a crecer y no lo voy a poder
ocultar, ni tampoco quiero hacerlo.
Vegeta no le contestó nada, sólo siguió
con su camino.
- BL: Por cierto, ¿y tú cómo sabes
dónde queda la casa de Gokú?
- VG: No sé donde queda. Me estoy
guiando por su Ki.
- BL: Ah, olvidaba que puedes hacer eso.
Oye, o sea que... ¿nadie puede esconderse de ti?
Vegeta la miró de reojo dudando si
contestarle o no.
- VG: Bueno... no es tan así. Si
Kakarotto escondiera su Ki, no podría localizarlo. ¿Por
qué me preguntas eso?
- BL: Por nada, es sólo que quería
saber si yo podría esconderme de ti.
Vegeta sonrió maliciosamente y le
contestó:
- VG: No podrías hacer eso. Te
encontraría en dondequiera que estuvieras.
Luego de decírselo la besó, mientras
descendían frente a la casa de Gokú.
- BL: Bueno, ya llegamos. Ahora, Vegeta,
quiero que me prometas algo.
- VG: ¿Qué cosa? la miró con
desconfianza.
- BL: Te vas a portar bien. Nada de
poner los pies sobre la mesa, ni de comentarios sobre la
comida, ni de...
- VG: ¡Ya basta, mujer! Actúas como si
fueras mi madre. Yo sé comportarme de acuerdo a las
circunstancias, así que deja de fastidiarme dijo
empezando a molestarse mientras tocaba la puerta de una
manera no muy amigable. Más parecía un allanamiento.
- BL: "Ay, este hombre"
pensó Bulma mientras se acercaba también a la
puerta.
Gohan les abrió.
- GH: ¡Hola, Bulma! ¿Vegeta?
dijo dudando de lo que veían sus ojos.
- VG: No, soy una alucinación
dijo Vegeta irónicamente, sintiendo una palmada en
su trasero. Ho-hola murmuró.
- BL: Hola, Gohan saludó
Bulma. ¿Tu mamá no te dijo que vendríamos?
- GH: No, Bulma. Lo que pasa es que mi
papá, el señor Píccoro y yo estuvimos entrenando todo
el día y acabamos de llegar. Por eso no sabía nada,
pero ¡pasen!
Entraron a la casa de Gokú, se sentaron en
un sillón de la sala y cuando Vegeta iba a poner sus blancas
botas sobre la mesa de centro, sintió la mirada de Bulma y
prefirió cruzarse de piernas y brazos.
- VG: "¡¡¡Grrr!!! Esta mujer me
conoce más de lo que yo pensaba"
- BL: "Ay, Vegeta, cuánto te
conozco"
Así estaban cada uno sumido en sus
pensamientos, cuando apareció Gokú en la sala.
- GK: ¡Hola, muchachos! saludó
alegremente.
- BL: Hola, Gokú.
- VG: Kakarotto, tanto tiempo sin vernos
dijo irónicamente.
- GK: Nunca tanto, Vegeta. ¿No
recuerdas que fuimos a casa de Bulma cuando estabas
haciendo esa dieta?
- VG: Lo recuerdo perfectamente, y
también recuerdo que te acabaste MI cena.
- GK: ¿Eh? Bueno, ja ja ja, ahora
puedes comer todo lo que quieras dijo llevando una
mano detrás de su cabeza.
- VG: ¡Hmm!
- GK: ¡Milk! ¿Qué vamos a cenar?
gritó Gokú desde la sala.
- MK: Tu comida favorita
respondió Milk desde la cocina.
- GK: ¿Oíste eso, Vegeta? Vamos a
cenar lo mismo que no pudiste comer ese día. Tallarines,
carne, y todo lo demás dijo Gokú mientras se le
hacía agua la boca.
A Vegeta también se le hizo agua la boca,
porque desde que había hecho la maldita dieta se había quedado
con ganas de comer tallarines. Pero a Bulma conocer el menú no
le causó la misma reacción. Salió corriendo y se encerró en
el baño. Los dos saiyas la quedaron mirando extrañados. Cuando
volvió, estaba pálida.
- GK: Oye, Bulma, ¿te encuentras bien?
le preguntó Gokú algo preocupado.
- BL: Estoy bien, Gokú, es sólo que
estoy mmm... no continuó porque Vegeta le puso una
mano en la boca para callarla.
- VG: Ha tenido problemas en el
estómago dijo Vegeta soltando a Bulma.
- GK: ¡Vaya! Así que era eso. Ustedes
sí que están en problemas dijo Gokú muy serio.
Bulma y Vegeta dieron un salto porque
creyeron que Gokú se había dado cuenta.
- BL: ¿Cómo? preguntó algo
nerviosa.
- GK: Sí, los dos han tenido problemas
estomacales. Deben cuidar lo que comen.
- BL y VG: ¡¡UFF!! suspiraron
aliviados.
Milk apareció en la sala.
- MK: Hola, muchachos. La cena está
lista.
No había terminado la frase cuando los
tres saiyas ya estaban sentados a la mesa y engullendo lo que
tenían delante.
- BL: Hola, Milk. Discúlpalo dijo
señalando a Vegeta. Desde la mañana que no come
nada.
- MK: No te preocupes, Bulma, recuerda
que yo tengo dos.
- BL: Es cierto dijo sonriendo.
- MK: Pero, ¿y tú no vas a cenar?
- BL: No, Milk, gracias. Estoy algo
enferma del estómago.
- MK: Está bien. Si necesitas algo, me
avisas. Yo voy a ver cómo lleno a esos tres dijo
saliendo de la sala.
Bulma se sentó en un sillón a descansar.
- BL: "Parece que tu papá tenía
hambre" pensó sonriendo y acariciando su
abdomen.
Las horas pasaron entre conversaciones,
sarcasmos, reproches y bromas y pronto llegó la hora de irse.
- BL: Bueno, creo que ya es hora de
irnos.
- MK: Ha sido un gusto tenerlos en
nuestra casa. Vengan a visitarnos más pronto.
- BL: Gracias, Milk. Ustedes también
están invitados a nuestra casa para cuando quieran ir.
Todos quedaron estupefactos al escucharla
decir "nuestra casa", y sólo entonces Bulma se dio
cuenta de lo que había dicho.
- VG: ¡Éjem! Bueno, ya nos vamos.
Adiós dijo Vegeta tomando a Bulma en sus brazos.
- GK: ¡Vaya, Vegeta! Nunca pensé
que...
- VG: ¡Exactamente, Kakarotto! Nunca
pensaste y nunca lo harás dijo Vegeta y comenzaron
a alejarse.
- GK: "Trunks, tenías razón.
Supongo que pronto nacerás" pensó Gokú
sonriendo y entrando a su casa.
Ninguno de los dos dijo una sola palabra
durante el viaje de regreso.
Cuando estuvieron en su habitación, Bulma
se dejó caer boca arriba en la cama y cerró los ojos. Había
tenido unos días agotadores. Afortunadamente todo se había
solucionado. Vegeta se iría durante un tiempo, pero sabía que
regresaría. En cierto modo eso era bueno, ya que les daría
tiempo a los dos para pensar.
Todo estaba en silencio y de pronto sintió
los labios de Vegeta posarse sobre los suyos. Después de unos
momentos, Vegeta le susurró al oído:
- VG: ¿Me vas a echar de menos?
- BL: No le dijo Bulma
sonriéndole y rodeándolo con sus brazos.
Se sumergieron en un nuevo beso,
expresándose todo lo que sentían.
Y ahí se quedaron nuestros tortolitos
iluminados por la tenue luz de la luna (aunque la luna fue destruida hace años, pero así
es más romántico, ¿no?).
Algo nuevo que anotar en el diario de vida:
no tiene sentido estar solo en una vida tan corta. Es mejor
esperar a esa persona especial y al encontrarla nunca dejarla ir.
Pese a los problemas y a las adversidades de la vida, es mejor
dar vuelta la página y disfrutar la vida... ¡¡juntos!!
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