Capítulo 4: "Las duras lecciones de la vida"
Habíamos dejado a Vegeta como un volcán en erupción. Emprendió el vuelo de vuelta a la Corporación a toda velocidad casi convertido en un SSJ X al cuadrado con todas las intenciones de destripar al insolente mocoso que había osado dejarlo en semejante estado. "¡¡¡ESTO SÍ QUE NO SE LO PERDONO!!! ¡¡¡YO, EL PRÍNCIPE DE LOS SAYAJINES, CONVERTIDO EN EL REY DE LOS PAYASOS!!!... ¡¡Cuando le ponga las manos encima...!!"
Mientras el Príncipe volaba a su hogar con esos dulces pensamientos, los niños ya se habían aburrido de jugar y estaban buscando alguna nueva entretención, pero no se les ocurría nada.
Hubo un momento de silencio y luego giraron lentamente la cabeza para mirarse mutuamente con cara de ¡¡no se necesita un mago!! Y exclamaron al unísono "¡¡Las Esferas del Dragón!!"
Sólo había que buscar el radar y se pusieron a revolver toda la casa para encontrarlo, pero no lo hicieron y comenzaron a pensar en dónde lo habría puesto Bulma, hasta que Trunks recordó que aún faltaba revisar el laboratorio.
Eso era un problema, pero Trunks lo solucionó rápido: dejó a Goten vigilando por la ventana de la habitación mientras él buscaba el radar y, si alguien llegaba, él correría a avisarle. Concretado el plan de acción, Trunks corrió al laboratorio.
Habían pasado unos minutos cuando Goten vio la figura de Vegeta que venía acercándose y despidiendo rayos por los ojos y el resto del cuerpo. Al ver su rostro, vino a su memoria el episodio que había protagonizado hacía unas horas. Tenía que avisarle a Trunks, pero asustado como estaba, las piernas no le respondían y más aún cuando sintió un tremendo Ki que venía acercándose cada vez más. ¿Por qué Trunks no lo sintió?, bueno, es fácil, estaba más preocupado de encontrar el radar.
Cuando Vegeta estaba llegando a la habitación, Goten logró mover sus piernas y se escondió junto con su ki debajo de la cama.
Finalmente se fue al baño de su propio cuarto para ver cómo quitarse esa horrible careta.
Goten sintió que Vegeta se había alejado definitivamente, pero se quedó un poco más en su escondite por si volvía. Cuando se sintió más seguro, abandonó la cama para advertir a Trunks, pero frente a él apareció Goku con la teletransportación.
Sin decir más, Goku tomó la mano de su hijo, con la otra se puso al hombro la mochila que reconoció como la del niño y se teletransportó donde estaba Trunks a quien encontraron con las manos en la masa, o sea, registrando los cajones del laboratorio de su madre que si lo hubiese visto lo castiga el año entero, pero como Goku no sabía que tenía tal prohibición, no le dio ninguna importancia.
En ese preciso momento se abrió la puerta del laboratorio, apareciendo Vegeta. Había sentido el poderoso Ki de Goku y fue hasta él para reclamarle por no haberle advertido sobre su aspecto cuando se encontraron en la tienda, sin querer admitir que Goku lo intentó, pero que él lo dejó con las palabras a medio decir. Aún permanecía con la cara manchada; intentó quitarse la pintura con agua, pero no hubo caso, no salía ni un poquito y estaba indignadísimo.
Como dije antes, Vegeta abrió la puerta en el momento que Goku se teletransportó y por consiguiente se encontró frente a frente con Trunks.
Trunks quedó boquiabierto y luego lo miró pálido y espantado. Por una parte estaba en terreno prohibido, pero al parecer eso era lo de menos. De lo que sí se estaba dando cuenta es que su padre creía que él había cometido esa fechoría.
Si hubo alguna oportunidad de que Vegeta lo hubiera perdonado, esta respuesta había acabado con toda esperanza. De hecho fue la gota que rebalsó el vaso. No era posible que aparte de cometer semejante abuso, encima tuviera la desvergüenza de culpar a su mejor amigo que ni siquiera había estado en la casa, o por lo menos eso creía Vegeta, porque si recuerdan en ningún momento vio ni escuchó a Goten.
Mientras esto ocurría, en casa de Goten había otro problema. La profesora de Goten se había comunicado con Milk para informarle que Goten se había estado sacando malas calificaciones y que por tal motivo estaba condicional, es decir que podía reprobar el año, así que hasta no subir esas malas notas no podría seguir participando en actividades extraprogramáticas.
Milk estaba terriblemente furiosa. Goten había ocultado los exámenes y le aseguraba que todo estaba bien y ahora resulta que podía repetir. Milk regañó muy duramente a Goten tal como lo hacía con Gohan cuando niño, sólo que a Gohan siempre le iba bien. Goku sólo miraba la escena, no podía defender al niño puesto que había actuado mal, pero aún así pensaba que el asunto era solucionable.
Goten se acordó que antes debía contarle a Goku lo que había sucedido en la Corporación e intentó hablar, pero cada vez que habría la boca para decir algo, Milk lo hacía callar y lo mandaba a su dormitorio, así que no tuvo más opción que obedecer y hablar con Goku cuando fuera posible.
Y en la otra casa, Trunks y Vegeta estaban jugando al corre-que-te-pillo, haciendo un recorrido turístico por toda la Corporación y convirtiendo el desastre de Namek en una simple remodelación. En cuestión de minutos, Trunks había aprendido todas las técnicas de escape posibles, incluso en una oportunidad se escabulló por entremedio de las piernas de su padre. Sin embargo, cuando llegaron a la sala quedó atrapado en un rincón, viendo cómo Vegeta se acercaba implacable hacia él. Entonces puso carita de Bugs Bunny a punto de ser comido, es decir, de "¡pobre de mí!", abriendo tiernamente sus ojitos llenos de lágrimas y encomendándose a Kami Sama. Esa táctica lo había salvado muchas veces en que había hecho alguna maldad muy, pero muy grande y su padre pretendía castigarlo como ahora, pero que al verlo así desistía. Sin embargo, ésta vez el asunto era demasiado serio para Vegeta y no se conmovió.
Al ver que el plan no le estaba dando resultado, intentó huir volando, pero fue atrapado en el aire e inmobilizado por el fuerte brazo de su padre mientras con la otra mano le propinaba severos golpes, lógicamente midiendo su fuerza y en zonas que al pequeño solamente le causaran dolor, pero ningún daño.
Para Trunks fue terrible, era la primera vez en su vida que su papá le daba una verdadera paliza. Vegeta no solía castigarlo físicamente y de hacerlo era un golpe y relativamente suave. Por lo general solamente lo amenazaba y regañaba, y si de castigos se trataba, le quitaba sus privilegios o no lo dejaba entrenar en la cámara de gravedad, que tanto le gustaba.
Trunks pensó, con toda razón, que era muy injusto lo que le estaba sucediendo. Se sentía muy humillado, incomprendido y traicionado por su mejor amigo, así que entre la pena, la rabia, la impotencia y la golpiza no aguantó y se puso a llorar.
"Suficiente", pensó Vegeta al oír el llanto de Trunks y de inmediato lo soltó, esperando en su interior no haberle dado demasiado duro al pequeño, porque hasta en los entrenamientos tenía cuidado de no golpearlo demasiado fuerte.
Hay que recordar que durante el día sólo había comido un sandwich y algunos dulces, porque Bulma no había preparado almuerzo; y un sayajin sin comida, pues es algo inimaginable, ¿no creen?
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