Es preciso transmitir al mundo este fuego de la misericordia. En la misericordia
de Dios el mundo encontrará la paz, y el hombre, la felicidad. Os encomiendo
esta tarea a vosotros, amadísimos hermanos y hermanas, a la Iglesia que está
en Cracovia y en Polonia, y a todos los devotos de la Misericordia divina
que vengan de Polonia y del mundo entero. ¡Sed testigos de la misericordia!
6. Dios, Padre misericordioso, que has revelado
tu amor en tu Hijo Jesucristo y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu
Santo, Consolador, te encomendamos hoy el destino del mundo y de todo hombre.
Inclínate hacia nosotros, pecadores; sana nuestra debilidad; derrota todo
mal; haz que todos los habitantes de la tierra experimenten tu misericordia,
para que en ti, Dios uno y trino, encuentren siempre la fuente de la esperanza.
Padre eterno, por la dolorosa pasión y resurrección de tu Hijo, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.