LOS GRACIOSOS MEDIÁTICOS. LA TELEBASURA.
Es una fórmula alternativa de información, la cual es transmitida a través de locutores radiofónicos o presentadores televisivos, que basan sus intervenciones en comentarios e intervenciones graciosas. Pero esta fórmula, habitualmente explotada por informadores con un componente personal neurótico (algunos se escudan tras un pseudoprogresismo e informalismo estético; otros, simplemente son clasicones o marujonas), con frecuencia cae en la banalidad y en la falta de rigor, cuando no en la vulgaridad. Suelen ser ofensivos y, en ocasiones, despiadados. Pero ya se sabe: todo lo que hace reir tiene audiencia.
Los programas de telebasura son realizados por ejecutivos, presentadores y periodistas, todos ellos sin escrúpulos (sobre todo para hacer dinero), junto con todo un equipo de gente. Gente que seduce a los participantes para que cuenten sus miserias; que negocia con los famosos pagando cantidades desorbitadas; en productoras que se lucran inflando presupuestos de programas, en los cuales se miente, se engaña, se falsea, se trampean los concursos y se traiciona en nombre de la audiencia. Se soborna, se prometen cosas que no cumplirán; se desprecia a los espectadores y, ante todo, a los participantes -habitualmente de extracción sociocultural humilde, más maleables- que cuentan sus problemas; se les lleva o se les saca en televisión sabiendo que su aparición en pantalla puede destrozarles la vida. Muchos de los individuos que fabrican tales subprogramas son a menudo racistas, clasistas, despóticos, elitistas y crueles. Y todo para ganar mucho dinero, y éxito. Lo hacen conscientemente, en pleno uso de sus facultades mentales y en el ejercicio de su profesión.