En la zona Noreste Argentina hay una muy variada cantidad de atracciones turísticas, las distancias entre unas y otras suele ser grande, (de la Laguna Iberá a Cataratas del Iguazú hay 600 Kilómetros), también la dificultad de los caminos puede retrasar cualquier itinerario, Pero lo experimentado de nuestro guía y el buen estado de su vehículo hace que los viajes tanto en tierra como por el río sean una verdadera aventura.
Internarse en medio de
esta maravilla natural es muy fácil. El diseño de los circuitos peatonales
superior e inferior permite abordar los más de 270 saltos desde todos los
ángulos posibles. El primero se interna en la selva y conduce, por escalinatas
que van en descenso, a los saltos Dos Hermanas, Alvar Núñez y Lanusse. El
segundo en cambio, permite una perspectiva "de postal" de la Garganta del
Diablo, un enorme cañón en el que convergen varias cascadas espectaculares y
desde el cual el Iguazú, que hasta aquí se desliza como un río tranquilo,
abruptamente cae al vacío desde su altura máxima de 80 metros, para desembocar
en el Paraná, 20 kilómetros más adelante a la altura de Puerto Iguazú.
El Parque Nacional Iguazú
se encuentra al norte de la Provincia de Misiones, en Argentina, y al sudoeste
del Estado de Paraná, en Brasil.
Garganta del Diablo
(embarcado): Acceso en botes hasta la base del salto más espectacular de las
Cataratas del Iguazú. Ser partícipe del espectáculo de formación de arco iris
desde el agua.
Sendero Macuco: El sendero, atraviesa la selva virgen y hacia el final del mismo se accede a un mirador desde donde se observa el cauce del Río Iguazú Inferior. Además de un paisaje soñado, el recorrido ofrece el contacto con la fauna de la zona.
Al final del sendero se encuentra Puerto Macuco desde donde se puede acceder a un paseo en lancha por el Río Iguazú Inferior, pasando por el Salto Arrecha, de 35 metros de altura, y por Boquerón, punto ideal para observar los saltos argentinos.
Los saltos del MOCONÁ,(que
en idioma Guaraní significa LO QUE TODO LO TRAGA) es una maravilla escondida de
Misiones, es una falla geológica donde confluyen lo ríos uruguay, Pepirí Guazú,
Serapio y Calixto, formando un cañón de 3 kilometros de largo con caídas de agua
paralelas a su cause, pudiendo alcanzar los 20 metros de altura y 80 metros de
profundidad, estos saltos no son siempre visibles pues cuando el río aumenta su
nivel, los mismos desaparecen bajo la corriente.
En el lugar es ideal para
la realización de safaris fotográficos. Toda el área es un Parque Provincial,
constituyendo un refugio natural para las aves y mamíferos perseguidos por la
casa indiscriminada.
Se propone una travesía
en vehículo 4 x 4, por cuyo recorrido es posible observar diferentes saltos.
almuerzo en el lugar, senderismo acompañado por el guardaparques, recorrido por
la cima del río, y existe la opción de dormir en la reserva en carpas en medio
de la selva (junto a la casa de los guardaparques pues existen animales
peligrosos).
Ruinas jesuíticas.
Ruinas de
San Ignacio, legado jesuita
Las Ruinas de San Ignacio
Miní, testimonian la obra jesuítica, donde se fusionaron la cultura indígena y
la europea.
Declaradas monumento
histórico nacional y patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO; San
Ignacio Miní fue fundada por los misioneros de la Compañía de Jesús.
A partir de 1631, la
actividad de la orden ignaciana se concentró a lo largo de las márgenes de los
ríos Uruguay y Paraná, en la actual provincia de Misiones, se levantaron diez
reducciones: San José; Apóstoles; Corpus; Santa Ana; La Candelaria; Santa María
la mayor; San Javier; Loreto y la más importante San Ignacio Miní.
San Ignacio se encuentra
a 56 km. de distancia de Posadas. La población está emplaza junto a la reducción
jesuítica.
En su apogeo llegó a
contar con una población de 4500 guaraníes. Expulsados los Jesuitas en 1767, San
Ignacio Miní sobrevivió hasta que fue destruida, como otros pueblos, durante la
guerra de fronteras de 1817.
Parte de las ruinas del conjunto quedaron insertas dentro del trazado actual del pueblo de San Ignacio. Fuera del perímetro del pueblo se encuentran partes del núcleo urbano y parte de distintas obras como canalizaciones.
La entrada principal era
una calle central cuya perspectiva, focalizada en la portada del templo,
manifiesta la concepción barroca con que se estructuraba el espacio urbano en
las misiones. El templo mayor, de tres naves, fue construido con piedras de la
zona, la cubierta era de tejas, a dos aguas, sostenida por una estructura de
madera. En toda la arquitectura del asentamiento puede apreciarse el legado
guaraní, palomas, y dibujos de las flores del lugar.
También es posible una
pequeña excursión a la casa del escritor Horacio Quiroga, convertida hoy en
museo donde se exhiben gran parte de sus objetos personales.
Horacio Quiroga, Escritor
uruguayo definido como el mejor cuentista breve de América del sur , que vivió
y se inspiró en estas tierras.
Y realizar un recorrido
por lugares de exuberante naturaleza como Ozununú, y el parque provincial Peñón
del teyú Cuare
Laguna Iberá
Para quienes tengan interés en la ecología y el medio ambiente, los esteros del Iberá, que en lengua guaraní significa “aguas brillantes”, constituyen un atractivo ineludible.
Este ecosistema de casi
19.000 Km2, compuesto por esteros, bañados, canales, arroyos, ríos y lagunas de
considerable extensión y aguas de una transparencia total que permite observar
su fondo de arena, frondosos bancos de algas y grandes cardúmenes de peces de
distintas especies, representa un mundo mágico, con flores exóticas y exuberante
fauna.
El lugar a dado origen a
leyendas de “islas fantasmas” que aparecen y desaparecen, desorientando al
explorador más avezado, aunque en realidad se trata de “embalsados” o suelos
flotantes compuestos por plantas acuáticas que, entrelazándose y con el
transcurso del tiempo van formando una capa de suelo espesa que puede soportar
el peso de animales y hasta el crecimiento de árboles, cambiando permanentemente
de ubicación por efecto del viento y la corriente del agua.
La abundante vegetación
acuática brinda un colorido espectáculo con sus plantas flotantes, cuyas flores
forman extensos jardines que se pierden en la inmensidad de las lagunas, las que
constituyen el hábitat de una variada y sorprendente fauna que transforma al
Iberá en un lugar privilegiado, con más de 350 especies de aves, destacándose
las colonias de garzas blancas o “garzales”, reptiles como la boa curiyú o el
yacaré y mamíferos como el lobito de río, ciervo de los pantanos, carpincho,
aguará guazú y monos carayá, entre otros.
Las noches en el Iberá
dan lugar a vivencias desconocidas, donde este mundo natural de sonidos salvajes
descubre una gran variedad de “duendes” que originan creencias y leyendas que
hacen raíz en los lugareños o “mariscadores” y que luego se transmiten a los
visitantes, traduciéndose en emociones que alimentan la magia y el misterio de
este paraíso de la naturaleza, reino de la vida y de las aguas brillantes.
Se propone, traslado
hasta el lugar a través de caminos terrados casi impenetrable en días de lluvia,
visita al pueblo Carlos Pellegrini y recorrido de la laguna en embarcaciones,
con guías de la zona
Ituzaingo.
La extraordinaria riqueza
de sus recursos pesqueros hacen de Ituzaingó uno de los lugares más admirados
por los pescadores deportivos, a los que ofrece una importante variedad de
especies de gran tamaño. cuyas especies más codiciadas son el surubí, dorado,
pacú y boga que comparten su hábitat con otras igualmente apreciadas como
salmón, patí, manguruyú y bagre, por citar solamente las más conocidas,
brindando al pescador deportivo una gama de alternativas y modalidades de pesca
que sin dudas hacen del lugar uno de los pesqueros más importantes y
privilegiados del país.
El río Paraná en este
tramo de su recorrido ha sido declarado zona de reserva, por lo que no está
permitida la pesca comercial y en consecuencia la práctica de este deporte
constituye uno de los principales atractivos turísticos, llevándose a cabo
además durante el año importantes torneos de esta disciplina. El más importante
es el Concurso Integración de Pesca del Surubí que se realiza en la primera
quincena de octubre, congregando a una gran cantidad de participantes de la
región y de países limítrofes, dada la aceptación con que cuenta entre los
pescadores.
Otro de los atractivos
naturales de mayor importancia para Ituzaingó lo constituyen sus playas, con más
de 15 km. de extensión y alrededor de 10 balnearios habilitados con distintos
servicios.
Existen también
importantes campings con playa propia y excelente atención, muy concurridos por
quienes gustan de la vida al aire libre.
La represa de Yacyretá es
indudablemente otro de los relevantes atractivos turísticos que ofrece el lugar,
la cual es visitada anualmente por más de 30.000 turistas, ya sea por vía
terrestre o acuática.
Las visitas por agua
pueden efectuarse en embarcaciones deportivas
por la zona de islas, ya
que el río Paraná presenta en esta zona una suerte de delta, con vegetación
exuberante y fauna autóctona importante.