PRESENTACIÓN
A LA PRIMERA PARTE
La
Justicia Dominicana
1997
– 2001
Difícil acceso e ineficiente administración de justicia; lentitud indignante en los procesos; continuos reenvíos de audiencias; trabajo pobre; cobro ilegal de tributos; frecuentes violaciones del derecho a la libertad, al debido proceso y a las normas constitucionales fundamentales; estancamiento de las pesquisas; monstruosidades procesales; engavetamiento de expedientes importantes; tapones frente al cúmulo de peticiones de libertad bajo fianza; incumplimiento de las leyes, las disposiciones y los procedimientos jurídicos; aumento en el número de presos en condición preventiva; indiferencia ante las muertes e invalidez a causa de los accidentes de tránsito; trato atropellante y humillante a la ciudadanía y a los abogados; falta de independencia interna; falta de transparencia; actos de corrupción y sofisticación de las corruptelas; vergonzosos conflictos de intereses; nepotismo; jueces que utilizan el cargo como instrumento de venganza, revancha, desquite y represalia; extralimitación en las funciones; arbitrariedades y componendas políticas; temor, politización, negligencia, abusos, atropellos, improvisación, irresponsabilidad, prepotencia, poca preparación intelectual y falta de carácter de los funcionarios judiciales; composición partidaria del Consejo Nacional de la Magistratura; Suprema Corte de Justicia política y politizada, complaciente con algunos poderes, beligerante y respondona, autoritaria y tirana, con una alta concentración de funciones y sin contrapoder, debatiéndose en luchas de poder en su interior y con rebatiñas por la designación de los jueces inferiores, representante de importantes intereses empresariales y con miembros ensoberbecidos, paranoides, opulentos y prevaricadores.
Son sólo algunas de las características con que se ha ido definiendo, en distintos sueltos periodísticos, la composición del poder judicial designado en agosto de 1997. Junto a ellas, destacan también el aumento del presupuesto a su disposición y el consiguiente progreso en los aspectos materiales del ámbito judicial: aumentos salariales, viajes, préstamos, pensiones y jubilaciones a los magistrados, incremento en la empleomanía, acceso a las facilidades tecnológicas: aires acondicionados, computadoras, etc., mejoría en las condiciones físicas de los tribunales, vehículos personales y colectivos, asignación de seguridad policial numerosa, espléndidas decoraciones navideñas, elaboración de folletos, bolígrafos y otros artículos promocionales, creación de bandera, himno y hasta coro del Poder Judicial, entre otras muchas e interesantes muestras de bienestar financiero.
En esta publicación, que no sólo recoge fragmentos de noticias aparecidas en los periódicos nacionales sino también una colección de opiniones de prestantes juristas dominicanos sobre la justicia, se trata de mostrar al lector la verdadera cara del desempeño de la función judicial en los últimos cuatro años. Con ella se pretende equilibrar, en la formación del criterio propio, el gran despliegue de esfuerzos desarrollado por los mismos funcionarios judiciales y a través de organizaciones no gubernamentales que le son afines, en la proyección de una imagen pública positiva, la mayoría de las veces obviando las múltiples debilidades que le afectan y de las cuales es víctima el ciudadano común.
Se procura mostrar al Consejo Nacional de la Magistratura, al Congreso Nacional, al Poder Ejecutivo, mediante el suministro de muestras informativas y juicios calificados, las serias fallas de que adolece ese órgano que intenta imponer su autoridad sobre otros poderes que gozan de mayor legitimidad democrática; presentar algunos de los argumentos que justifican la necesidad de reorientar la tarea judicial; señalar que la falta de límites y de controles sobre cualquier mandato puede conllevar a las desviaciones graves que temía Montesquieu en su idea de que todo poder tiende a crecer hasta que es detenido y que ese desarrollo del poder conduce al abuso y a la arrogancia.
En fin, se procura llamar la atención de los organismos y funciones estatales responsables de enmendar, rectificar y reformar tan importante ministerio, con el objetivo de que el perfeccionamiento de la administración de justicia en la República Dominicana no permanezca siendo una necia quimera.
Leila Roldán
Escribir a la autora: leilaroldan@hotmail.com
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