Estados Unidos al asalto del mundo:

Un hueso duro de roer

 

(Desgrabación del informe de Jorge Guidobono al Congreso de la LSR, en el punto Internacional - Viernes 9 de abril de 2004)

 

Espero que todos hayan podido leer el informe de la Reunión Abierta Mensual del 2 de abril ya que, en un sentido, parto de él.

El marco de la situación mundial es “Estados Unidos al asalto del mundo”, ésa es la definición que hicimos inmediatamente después del 11 de septiembre del 2001 en el Bandera Roja Nro. 54 y que sintetizamos con ese título en el Nro. 55. Incluso, sin la claridad de los hechos de fines de diciembre del 2001, la tapa del Bandera Roja Nro. 55 (del 3 de diciembre) era “Colapso” y la contratapa era “Estados Unidos al asalto del mundo”. El colapso se dio casi como uno nunca se pudo imaginar a los 15 días y “Estados Unidos al asalto del mundo” es una constatación que hoy cualquiera puede reconocer como una obviedad. Pero en ese momento no era tan así, más bien había un barullo bárbaro sobre el terrorismo, se acuerdan que nosotros empezamos el debate sobre qué había pasado con las Torres Gemelas. Ayer la vi a Condolezza Rice: dio una explicación ridícula. Dijo que el problema era que la CIA y el FBI no se conectaban entre sí y entonces, por más que había informes de ambos de que se venía un atentado y que se venía por el lado de los aeropuertos, no se pudieron conectar. Un senador demócrata le contestó que la falta de intercambio de información entre la CIA y el FBI la conoce todo el mundo desde hace 30 años.

A nosotros nos permitió ubicarnos con facilidad frente al 11 de septiembre el hecho de que teníamos cierta claridad un poco antes. Hubo una reunión a la que nosotros asistimos en mayo/junio del 2001, en la cual nosotros pedíamos incorporarnos como simpatizantes de un agrupamiento internacional que se llamaba Nuevo Curso. En ella polarizamos la discusión en base a una intervención que hice ­­–cuya grabación le pedí al MAS pero parece que tienen manía por perder todos los archivos, sobre todo aquellos que no les conviene conservar– en la que terminé diciendo “El futuro es la guerra”. Esto no cayó precisamente bien, no fui aplaudido sino que se anotaron catorce para contestarme, y eso duró varios días. Porque hay un sentimiento pequeño burgués de negar el horror. A mí tampoco me gusta la guerra pero ésa es la realidad. Y me contestaron con tonteras cuyo contenido era: “No se puede repetir el asesinato del archiduque en Sarajevo o la invasión en Normandía del 6 de junio de 1944”, naturalmente no dijeron esas palabras, pero ése era el contenido. Y en realidad tanto Claudio Katz como Aldo Romero me contestan, sin nombrarme, una estupidez: que no hay posibilidades de guerra convencional entre los imperialismos. Pero no contestan a un pequeño problema: el año pasado hubo 38 guerras en el mundo –en Africa, Asia y Colombia–, ¿qué será esto?, ¿será cosa de negros?, o, como creemos nosotros, es que los distintos imperialismos están disputando terreno. Hay guerras por correspondencia o por mandato. Ayer se cumplieron 10 años de la masacre de un millón de muertos en Ruanda ¿y eso qué fue, un problema entre hutus y tutsis? (que eran iguales, y tenían que pedirles la cédula de identidad para saber si los tenían que matar o no, porque físicamente era tan difícil diferenciarlos como a un montevideano y un porteño. Quizá no se tratara entonces de un problema étnico; quizá tenga algo que ver el imperialismo francés que es el que domina la región. Por ejemplo, la guerra en el Congo es impulsada por Estados Unidos para tratar de desbancar al imperialismo francés, belga, europeo.

Si uno sale del terreno de la demonología y entra en el terreno del marxismo, sabe que las guerras son la continuación de la política por otros medios. Hay 38 guerras en un año en el mundo y están todas inconclusas, empezando por las dos más grandes o por lo menos las dos más notorias.

Trotsky, en un trabajo muy lindo que es “A dónde va Inglaterra”, en el año 1926 preanuncia que se va a una segunda guerra mundial. Y todavía no había triunfado Hitler, que lo hizo recién siete años después. ¿Por qué lo decía? Porque el triunfo de la revolución rusa precipitó la paz y la rendición de Alemania cuando se les metió la revolución en su territorio; y entonces quedó inconclusa la gigantesca pelea entre Estados Unidos y Alemania por el reparto del mundo, por lo cual él podía prever que iba a haber un “segundo tiempo”. Y en 1926 Alemania estaba destruida, recién acababa de salir de la hiperinflación y de todo lo demás.

Un pensamiento superficial se queda en “Estados Unidos tiene una superioridad militar absoluta”, es verdad, pero es superioridad militar sin superioridad económica o con retroceso en lo económico, en lo tecnológico, etcétera. Estados Unidos intervino en las dos guerras mundiales sin tener ninguna acumulación armamentista muy fuerte previa, pero reconvirtió rápidamente su gigantesco aparato industrial en aparato militar. Leí hace poco que Japón inventó una computadora que es 150 veces más rápida –naturalmente para la guerra– que todas las computadoras yanquis juntas. ¿Por qué no la va a usar? ¿Porque no se debe? ¿Porque no es moralmente aceptable? Bueno, la burguesía no es moralmente aceptable pero al mismo tiempo no tiene reglas ni límites, en lo de Irak es bastante evidente.

No soy Altamira, en consecuencia no soy pronosticador milimétrico de qué es lo que va a pasar, por eso me equivoco menos. Pero nadie se pregunta qué pasa con el segundo aparato militar del mundo, el ruso. Si en algún terreno la competencia de la URSS con Estados Unidos era muy válida era en el militar, al cual se le dedicaron los mejores esfuerzos, las mejores cabezas. ¿Y eso qué, está archivado? No sé si va a suceder, pero como hipótesis ¿no puede juntarse la tecnología alemana y francesa –que parece que están muy juntas– con el poderío militar ruso? No es poca cosa. Como mínimo como hipótesis hay que manejarla, no es descartable.

Qué formas tienen las guerras, eso no lo sé precisamente porque no soy adivino. Trotsky no predice en 1926 que se va a volver a la guerra de trincheras de la primera guerra mundial. Más bien, en general, las guerras siguientes comienzan siempre como terminaron las anteriores, lo cual es un poco trágico porque la anterior terminó con bomba atómica. A la vez, el poderío atómico por sí solo no resuelve los problemas normales de toda guerra, que es la ocupación de los territorios, la infantería.

Miren Irak, duró tres semanas la guerra convencional, y ahora se cumple un año y los ocupantes están enterrados hasta el cuello y no por falta de superioridad tecnológica, ya que la resistencia los enfrena con armas que se inventaron hace 60 años. Desde el punto de vista convencional, la victoria imperialista fue aplastante a la hora de ocupar; además, la dirección burguesa de Saddam Hussein no era precisamente muy confiable para enfrenarlos, tampoco el alto mando iraquí, con sus generales multimillonarios, etcétera. Pero sin embargo los ocupantes tienen problemas inmensos. No sé si hay una nueva guerra, una nueva guerra en escala cualitativa. Estoy convencido de que hay mucha gente metida en la guerra en Irak, no están metidos sólo los sunnitas y los chiitas. Los kurdos están por fuera casi directamente porque pactaron con el imperialismo por más que tengan algunos problemas por Turquía. Pero están metidos, en particular, parte del gobierno sirio y del gobierno iraní, además de algunos otros gobiernos de la región. También organizaciones fundamentalistas islámicas que intervienen como si fuera en su propio territorio porque efectivamente lo es. Porque toda la división supuestamente nacional es falsa, es un epifenómeno del imperialismo que resolvió “este pedazo de Palestina se va a llamar Jordania, este otro Israel, este otro Siria”… Todos hablan el mismo idioma; todos han sido colonizados por los mismos imperialismos (los turcos durante muchos siglos y después los ingleses y los franceses). Y la descolonización tiene poco más de medio siglo, son sólo dos generaciones. Cualquier persona de cierta edad se acuerda perfectamente cómo fue la colonización inglesa, francesa, y los viejitos se acordarán de la colonización turca. Las cosas hay que pensarlas en términos prácticos.

Empecé diciendo que el problema es “Estados Unidos al asalto del mundo”. Pero cómo sería una guerra interimperialista hoy, si no va a darse así, si va a haberla rápidamente… hay que salir de esas discusiones viciosas. Lo cierto es que hay guerra por todos lados, y eso no es producto de una maldición divina ni de problemas étnicos, raciales, religiosos o lo que sea. No es lo que dice Tofler acerca del enfrentamiento occidente versus oriente. Eso es palabrerío, hay una lucha y hay una resistencia a que Estados Unidos conquiste el mundo. Una resistencia donde se combinan contradicciones interimperialistas con resistencia de pueblos y de burguesías.

Y no es fácil la conquista. Lo más evidente es Irak. Lo que yo dije hace una semana sobre Irak, hoy es viejo. Porque la resistencia ocupó dos ciudades. Se aclaró más lo que ocurrió en Fallujah. Hay dos destacamentos de marines atacando Fallujah desde ayer, y hoy vi al general Kinny que da las conferencias de prensa diarias diciendo “Hemos resuelto unilateralmente un cese del fuego y vamos a seguir por una vía diplomática…”. Esto quiere decir que le fracasó la vía militar. Al mismo tiempo, con ese tono perentorio de general yanqui, afirmó: “Si nos atacan responderemos”, lo cual es una obviedad. Este tipo de detalles está expresando una catástrofe. Entre otras cosas, uno con esto aprende geografía. Fallujah es apenas un pueblito perdido en medio del desierto que puso ante los ojos de todo el pueblo estadounidense la matanza de los cuatro agentes de seguridad, en un espectáculo nada agradable que hace a las formas que la gente encuentra para expresar su odio. Entonces tienen que salir a decirle a los estadounidenses que van a responder con dureza, pero en 24 horas salen a explicar que van a usar la salida diplomática. Esto no es lo más coherente con un camino fascista como el que emprendieron; no imagino a Hitler diciendo eso. Lo que pasa es que Bush tiene una situación interna que no le permite tirar una bomba atómica sobre Fallujah, por lo menos por ahora. [Ver agregado del día sábado, al final del archivo.]

Están saliendo a la luz –gracias a la crisis imperialista– cosas muy importantes, así sea con cuentagotas. Por ejemplo, las decenas de muertos cotidianos que reconoce el Pentágono. En Le Monde de abril sale un artículo acerca de los mutilados de guerra que atiende el principal hospital militar de Estados Unidos. Hablan de entre 3.000 y 4.000 mutilados. Es mucho para un año de guerra. Y a eso hay que sumarle los 10.000 heridos y enfermos que fueron atendidos en el hospital estadounidense en Alemania. Además reconocen cerca de 700 muertos y un jefe de la resistencia dice que son más de 1.000. Eso significa más muertos que durante los tres primeros años de guerra en Vietnam. Y eso lo reconocen ellos mismos.

Sobre Afganistán no hablan más por una sencilla razón: no pudieron resolver nada allí. Están encerrados en Kabul y no pueden salir si no es en avión. Y todas las mafias de los clanes que ellos aprovecharon, son todas traficantes de opio, no se mueven por razones “ideológicas”. Como los talibanes los iban a aplastar, apoyaron a los yanquis. Pero una vez que dijeron “chau talibanes”, se acabó el apoyo. El gran operativo yanqui para sacar el petróleo del centro de Asia por un oleoducto que pase por Afganistán, les ha fracasado. Por eso el petróleo está por las nubes. Llegó a estar a US$ 38 el barril. Cuando empezó la Guerra del Golfo, estaba a US$ 19.

Todo el entramado tiene muchos elementos de fragilidad, incluyendo lo de España que publicamos en el periódico. El primer sorprendido por el triunfo debe ser el propio Zapatero. Nadie pensaba que iba a ganar, pero se dio una combinación de circunstancias que lo catapultó al gobierno. Por mail circuló una descripción de lo que fue Madrid el sábado 13 de marzo. Se habla de que llegó a movilizarse un millón de personas (y así haya sido sólo un tercio, igual es una barbaridad).

Por otro lado, no logran liquidar a la resistencia palestina por más atroces métodos que utilicen para lograrlo. No usan cámaras de gas, eso es lo único que diferencia a Sharon de Hitler, simplemente porque Estados Unidos les manda ayuda económica para comprar balas y armamentos, entonces no necesitan recurrir al gas. Es una dinámica imparable. Por más que digan “Atacamos Gaza y después nos retiramos…”, siguen las masacres. Porque es todo el pueblo árabe el que está involucrado. Las divisiones en la región son completamente artificiales. Dicen que hay un proyecto del “Gran Medio Oriente”. Pero eso no lo puede lograr el ejército sionista, porque es el ejército de un paisucho. Si no lo logra Estados Unidos que es una potencia con casi 300 millones de habitantes tiene dificultades extremas en un país paupérrimo como es Afganistán, es evidente que el ejercito de Israel no puede controlar varios países más del Medio Oriente. Es un país con apenas unos 30.000 km2, lo que equivale a la sexta parte de Uruguay con muy poco más de población. Entonces, se vive un estado de guerra crónico. Por eso fracasó la “Hoja de Ruta”. Por más que la burguesía palestina sea tan comerciante como la sionista, no hay posibilidad de llegar a un arreglo.

Esto en un contexto –sin hacer un análisis acabado de la economía internacional– en que el principal problema que tiene la economía mundial, es la economía de Estados Unidos: tiene US$ 500.000 millones de déficit en la balanza comercial y otros US$ 500.000 millones en la balanza fiscal (o sea en el presupuesto fiscal). Y se está manteniendo sobre la base de que Asia (China, Japón, India, Indonesia, etc.), compran multitud de bonos del Tesoro norteamericano para que Estados Unidos pueda seguir comprándoles a ellos. O sea que es una bicicleta al mejor estilo de Martínez de Hoz y de Cavallo (que terminaron muy mal). Pero, que se hunda la Argentina no significa una crisis económica mundial de proporciones infinitamente superiores a la de 1929. En cambio, si estalla una crisis económica fuerte en Estados Unidos sí provocaría una catástrofe mundial. Por eso yo veo mucha lucha política dentro de Estados Unidos, porque esa crisis no puede descartarse. Yo no veo unidad detrás de la política de Bush, por la resistencia de Irak pero también por la resistencia de sectores de la burguesía norteamericana. La banda de Menem es nada comparada con la banda de Bush. Halliburton y todas las empresas de Cheney se quedaron con todo. No reparten nada con el resto de la burguesía del saqueo de Irak; no es que sólo no reparte con franceses o alemanes. Halliburton, que era la principal proveedora de alimentos del ejército estadounidense, facturó US$ 300 millones de más. Ese escándalo estalló y tuvo que devolverlos, pero ése es el modus operandi.

Uno tiene que plantearse que el capitalismo norteamericano ha dado una especie de vuelta de campana, y utiliza los métodos de la acumulación primitiva capitalista, por ejemplo la piratería. Y si uno va a las relaciones laborales, ve que cada vez se parecen más al esclavismo. Lo que por supuesto no significa que estemos volviendo al esclavismo tradicional ni a un boom capitalista por siglos. Pero todas las grandes empresas japonesas y norteamericanas que se han volcado hacia China e India, puede tener consecuencias explosivas en la región más poblada del mundo con la creación de un inmenso proletariado… A lo mejor, una vez pasada una generación, los que hoy se sienten maravillosamente bien siendo obreros y ganando US$ 20 al mes, tal vez tengan hijos que no se sientan así, y entonces puede plantearse una situación de estallidos revolucionarios en la zona de población más concentrada del planeta.

Por otro lado, aun cuando hay algunos indicios de cierta recuperación económica en Estados Unidos en particular después de la crisis del 2002-3, todo tiene un carácter precario. Ayer publicaron que el FMI está muy preocupado por las consecuencias que puedan tener las dificultades de Estados Unidos en Irak; por ejemplo ayer cayeron las bolsas en Estados Unidos, como una relación de causa y efecto; les fue mal en Irak, y cayeron las bolsas. Además, dicen que la bolsa está superinflada y, en parte, la inflación tiene que ver con el brutal crecimiento del Estado para la economía de guerra.

Hay muchos interrogantes porque, en un sentido, la política domina a la economía. Tengo muy clara la definición de Engels de que la política es economía concentrada. Pero, para mí, ésa es una definición parcial que no necesariamente equivale a “Los 10 mandamientos”, que se aplican siempre. A mí me parece que hay dos problemas muy graves.

El primero es que Estados Unidos no logra imponerse militarmente; y, al mismo tiempo, el traslado de fábricas enteras a Asia le va a quitar el colchón principal sobre el cual se apoyó, que era la aristocracia obrera. El viernes dieron, como gran noticia, que se crearon 300.000 puestos de trabajo; pero lo que no dicen es que son puestos “basura”. No son puestos en el acero, o las automotrices. En la Argentina le dicen “pequeño burgués” a cualquiera; esos obreros vivían diez veces mejor que cualquier pequeño burgués argentino. Y eso creó una base social muy importante para las políticas del imperialismo, que ahora ya no la tiene.

Segunda cuestión, hay una crisis de hegemonía política en el imperialismo mundial, y por eso tiembla la ONU. No es un hecho menor que Estados Unidos haya fracasado en el intento de hacer votar en la ONU la ocupación de Irak. Y en el último año ese problema se ha multiplicado al desnudarse por completo que no había armas de destrucción masiva (si aparecieran ahora todo el mundo tiene claro que las habría puesto Estados Unidos; por eso ni siquiera intentan decir eso, porque sería evidente que es mentira). Por primera vez en mi vida, escuché ayer a un secretario de Estado norteamericano decir que se equivocó, y eso hizo Colin Powell: “El informe que presenté a las Naciones Unidas no era correcto”. Y Colin Powell no dice esto porque sea poco inteligente. Es un cuadro de altísimo nivel. Quiere decir que hay una lucha feroz  Hace una semana Condolezza Rice decía que ella no iba a comparecer frente a la comisión del Senado; y, sin embargo, ayer se presentó y habló.

Esa crisis de hegemonía política –pero no militar; puede eventualmente transformarse también en crisis militar pero no es lo que tenemos hoy– cruza todo, por ejemplo, los US$ 5.000 millones de multa que le impusieron a Bill Gates. Esa crisis de hegemonía política tiene que ver, en primer lugar, con que se quedaron sin un enemigo común (como era la URSS y los estados del este europeo). La Otan, que se creó en 1948 (el Pacto de Varsovia se hizo recién en 1954), se quedó sin razón de ser. Los enemigos actuales, liquidada la Unión Soviética, son más bien un invento. Pero como son gente inteligente, ya en Santa Fe I y II, definieron un nuevo enemigo: “la narcoguerrilla”. Pero eso es muy inconsistente, sobre todo cuando los principales lavadores del dinero del narcotráfico son los bancos estadounidenses.

La hegemonía política estadounidense que fue absolutamente indiscutible desde los acuerdos de Bretton Woods en 1944, hoy está cuestionada. Incluso está cuestionada su legitimidad. Hay demasiada descomposición capitalista de conjunto, a la vez que los principales países imperialistas no se libran de este fenómeno. Si hubiera elecciones simultáneas en Europa sería una catástrofe. Ya pasó España; a Berlusconi, no lo quiere nadie. En Francia le pegaron una paliza tremenda a Chirac, que quiso “zafar” con la política internacional pero tiene un problema: está liquidando el “Estado de bienestar”. En Alemania, en el 2005, lo más probable es que va a perder la socialdemocracia de Schroeder ante la derecha; la derecha no es que sea pronorteamericana; es la tradición imperial de una burguesía sólida, y la socialdemocracia está haciendo el mismo trabajo sucio que hace Chirac en Francia. Yo veo que tienen muchas dificultades. No hay hegemonía clara de sectores burgueses imperialistas porque no tienen mucho para ofrecer. No son los tiempos en que Churchill hablaba de “sangre, sudor y lágrimas” pero en beneficio de Inglaterra para la guerra; ahora es sangre, sudor y lágrimas para una acumulación capitalista de la cual no se recibe nada. En Estados Unidos mismo se expresa esto. Yo creo que la política de Bush es política de Estado. Yo no creo que si Bush pierde, Kerry no siga aplicando en lo fundamental la misma política exterior. Lo que no quiere decir que vaya a ser exactamente igual pero, por ejemplo, Kerry ya reconoció que no se pueden retirar las tropas de Irak, porque eso sería dejar librado a las guerras y el caos a toda la región. En consecuencia, si se quedan, Kerry va a tener que hacer cosas parecidas a las que hace hoy Bush. Al mismo tiempo, Estados Unidos es un continente. No tiene una burguesía homogénea. Hay contradicciones muy grandes entre la costa Este y la del Oeste y los estados del centro del país. Es un país que está en una decadencia muy grande desde hace ya 20 años.

A veces uno tiene el pensamiento fragmentado. ¿Ustedes se acuerdan de que hay 35 millones de pobres en Estados Unidos?, ¿o de que hay 45 millones que no tienen cobertura médica? Y estos números según las estadísticas del gobierno estadounidense, que no son muy confiables.

Lo de China, India y la tercerización de las grandes empresas, en la Argentina aparece como un descubrimiento porque es una política de la última década. Pero es una política imperialista desde hace muchísimos años. Yo entré a trabajar en el año 1962 en un banco que había comprado Rockefeller y para esquivar el convenio bancario por el que te tenían que pagar bastante buena plata, Rockefeller inventó una dependencia que funcionaba dentro del mismo edificio, pero que era otra empresa, que no se regía por el convenio bancario sino por el de comercio. Acá, en la Argentina, el movimiento trotskista en la década de 1990 creyó que los capitalistas habían descubierto la panacea, y era algo viejísimo. Otra cuestión diferente es que era otra época, y se podía pelear de otra manera. Bueno, algo así es lo que están imponiendo en la India y en China, y esto puede provocar un cambio de mucha importancia.

Vamos a América latina, tipo telegrama. Yo veo una situación con elementos prerrevolucionarios; repito, elementos. Yo creo, con Trotsky –y no con los trotskistas argentinos–, que una etapa está marcada por la combinación de dos. Veo etapas intermedias, digamos. Nunca hay etapas “puras” (tomando en cuenta la definción de cuatro etapas que conocemos). Yo creo que, de conjunto en América latina, conviven elementos de una situación prerrevolucionaria con los de una no revolucionaria e incluso contrarrevolucionaria, en un proceso abierto que es imposible saber qué curso va a tener. Desde el punto de vista objetivo, de la situación económica y social, hay claramente elementos de una situación prerrevolucionaria. Desde el punto de vista de la lucha de clases, es desigual, pero no tiene esas mismas características, más bien predomina una situación no revolucionaria. En casi todo el continente hay gobiernos neopopulistas, con las características que puede tener el populismo hoy, en el marco de un capitalismo que no tiene nada para ofrecer. Entonces, ese neopopulismo es Kirchner con el acto en la Esma; es Lula con su plan “Hambre Cero” que no cambió nada (sigue habiendo la misma hambre de siempre); es Chávez que se echa discursos por radio todos los domingos, pero que no rompe con el imperialismo; es Mesa que se emociona con el minero que se inmoló ante el Congreso, pero no pasa de la emoción, no rompe los tratados sobre hidrocarburos… Todo es así. Por ejemplo, el gobierno de Uribe en Colombia, que tiene claros elementos fascistizantes, ha fracasado hasta ahora, no ha logrado en dos años derrotar militarmente a las Farc. Y le tiembla el piso aunque Estados Unidos le está dando una ayuda similar a la de Israel, que recibe US$ 4.000 millones anuales, además de asesores y, como se privatiza todo en el mundo, también se privatizan los ejércitos. Entonces, hay muchas empresas privadas trabajando en Colombia, de la misma forma que eran de una empresa similar los cuatro funcionarios a los que les prendieron fuego en Fallujah. El gobierno perdió electoralmente las principales ciudades de Colombia, como si a la Ciudad de Buenos Aires la ganara De Gennaro.

Yo veo esa situación de conjunto en América latina. Y los efectos Lula tienen una importancia descomunal. Porque el sueño de todos era el triunfo de Lula. Y, para los que les gustan las comparaciones –sobre todo para los obreristas– Allende era médico, socialista y reformista hasta la médula. En el primer año de gobierno de Allende se había nacionalizado el cobre y todos los rubros principales. En cambio, en el primer año de gobierno del obrero metalúrgico Inazio Lula Da Silva, no se tocó nada. Al contrario, aumentó la desocupación… todo lo malo aumentó. Hasta incluso hay sectores burgueses que lo atacan por izquierda, diciendo “reactive un poco, porque si no, se nos acaba el negocio a nosotros”. En cierto modo, en esa analogía Allende-Lula está marcado el fin del ciclo nacionalista, pequeñoburgués, socializante sin romper con el Estado burgués. En realidad, los generales Velasco Alvarado, Torres y Torrijos, todos ellos eran como Lenin comparados con Lula (y, por supuesto, no eran Lenin).

Hoy América latina está llena de bases norteamericanas, en el marco de una lucha interimperialista entre Estados Unidos y Europa por el control económico de la región. Es posible pensar que, América latina como región, pueda ser el eslabón más débil de la cadena imperialista. Como región, insisto, yo no veo ninguna posibilidad de revolución en un país latinoamericano si no es como parte de un proceso regional; en país aislado sería aplastada de inmediato, aun cuando se tratara de un país-continente como Brasil. Seguramente aparecerían desvíos al estilo de “república negra”, o cualquier otra cosa, para eso el imperialismo tiene un montón de gente a la que se le paga para pensar.

Yo tengo esa hipótesis porque, de conjunto, América latina tiene un desarrollo capitalista intermedio, tiene una historia de medio siglo o más de luchas revolucionarias, incluyendo a la revolución boliviana, a la revolución cubana. Hay un cierto desarrollo capitalista y, en consecuencia, también obrero –obrero en el sentido amplio del término, no en el sentido de “mamelucos”–, la mayoría de sus países son mayoritariamente urbanos en América del sur. Yo creo que no hay que medir la situación por cuántas huelgas hubo. Ese método de medición, que es de Lenin, tiene un valor relativo hoy, porque hay 1.000 millones de desocupados en el mundo. Entonces ese ejército industrial de reserva de tamaña magnitud determina que no se pueden descartar levantamientos revolucionarios de otro tipo, por ejemplo como el del 19-20 de diciembre en la Argentina del 2001, o como fue el año pasado en Bolivia, que no comenzaron por la huelga general; al final hubo una huelga. La huelga fue empujada por los cortes de rutas de los campesinos armados y porque se plantaron los cocaleros, que son una categoría que los clásicos del marxismo no podían prever. Yo creo que vamos hacia ese tipo de situaciones de conjunto en América latina, con todas las desigualdades y peculiaridades de cada país. ¿Qué va a pasar con Chávez, por ejemplo? Lo trataron de voltera tres veces, y él sigue ahí sin hacer nada importante. ¿Qué va a pasar en Ecuador? La Conaie empezó a hacer marchas y manifestaciones contra Lucio Gutiérrez, a quien llevó al gobierno. Leí hace días que en el último plenario de la COB, Solares, el secretario general, dice que van a tomar el poder, hacer la revolución; habla asesorado por un par de trotskistas. A la vez, no va hacer nada, lo suyo es pirotecnia verbal. ¿Pero cuánto va a durar eso? Yo no digo que dure 15 días, no; pero tampoco es eterno. También en estos días hubo movilizaciones importantes de los trabajadores sin tierra de Brasil, porque no han soltado ni la tierra de la macetas. La tierra no es un problema “ideológico”, es un problema de vida o muerte. Yo veo así de conjunto la situación en Latinoamérica.

Y también veo un retraso descomunal desde el punto de vista político en las organizaciones revolucionarias. El caso más trágico es Brasil. Hay dos ministros en el gobierno burgués de Lula, que se reivindican de la Cuarta Internacional. Uno es Miguel Rosetto y el otro Genro, de la corriente de Mandel –la más importante del trotskismo– y es el ministro de la Reforma Agraria; además hay otro que proviene del trotskismo –La Nación dice que viene de la corriente de Moreno, cosa que me parece rara porque yo no lo conocía ni de nombre– es Palocci, un médico que es el ministro de Hacienda. Ese es un salto en calidad hacia la descomposición del movimiento trotskista. No es un error, gravísimo, como el de hace 35 años, cuando se votó para Latinoamérica la táctica de la guerrilla rural. Era un error político que llevó a la muerte a mucha gente, aunque la mayoría de los que lo votaron están todos vivos o murieron por razones biológicas. Pero ésa era una política, muy equivocada. Pero esto es pasar a ser gerentes de la burguesía. Miguel Rosetto, el ministro de la Reforma Agraria, tiene que prepararse para mandar a matar gente, o hacerse el distraído mientras los fazendeiros matan a los campesinos.

El ABC de Trotsky es combatir mortalmente a los gobiernos de Frente Popular, no integrarse como ministros. Trotsky decía, “con los argumentos que sea, hay que votar siempre en contra de lo que propone el Frente Popular”. Buscar la argumentación para que sea educativa. Lo decía en relación con el tema del presupuesto de guerra en la República Española. Porque, de últimas, así el presupuesto sea “el mejor”, va a volverse más en contra de los trabajadores que de Franco. Hay que buscar los mejores argumentos, los más comprensibles y educativos para explicar por qué uno vota en contra, pero vota en contra.

En cierto modo, yo resolví no ir a lo de Blumberg –pese a que desde el punto de vista humano, estaba de acuerdo con que el hombre convocara– cuando vi que toda la burguesía le daba publicidad y convocaba y convocaba. Entonces, de inmediato pensé, si yo voy el que está equivocado soy yo, ellos no se equivocan. Es aquello que decía hace un siglo Bebel (“¡Qué macana habrás hecho viejo Bebel, que la burguesía te aplaude!”). En cambio, en el caso de Brasil pasa exactamente lo opuesto, no es que a los ministros los echaron del Secretariado Unificado. Al contrario, Livio Maitán, que es un viejísimo dirigente, salió a cantar loas al ministro de la Reforma Agraria (“Es un ejemplo…”). ¿Qué podemos hacer con todo eso?, veremos. No vamos a permanecer indiferentes. Esa mugre se vuelca sobre todos nosotros. Y, en realidad, casi todo el mundo se calla la boca. Ni el PO, que hizo toda una polémica con las posiciones políticas de Democracia Socialista (la corriente a la que pertenece Rosetto) cuestionó el tema de Rosetto. Porque en realidad yo creo que están de acuerdo. Si Altamira tuviera la misma posibilidad, se zambulle de inmediato. Pero tampoco las demás corrientes dicen nada. Para un trotskista integrar el gobierno burgués es algo mucho más grave que el “No matarás”, y sin embargo los trotskistas se callan la boca.

La contracara de esto, es la invitación que recibimos de nuestro amigo Gilman de San Francisco (Estados Unidos), proponiendo hacer el año que viene un Encuentro para una Coordinadora en México, que es lo que nosotros venimos proponiendo siempre. El lo tomó de nosotros o llegó a la misma conclusión por su lado, no importa. Lo que sí interesa es que sería un paso muy importante. Eso significa empezar a discutir ahora sobre los grandes problemas, no sobre problemas tácticos. Por ejemplo empezar a discutir sobre la integración en un gobierno burgués. También tengo pensado hacer un trabajo que sería una ampliación del debate que hice con Aldo Romero y Rolando Astarita sobre la URSS y los “estados obreros deformados”, sobre todo ahora que lo tengo más claro. El trotskismo posterior a Trotsky hizo su debut con una capitulación al stalinismo definiendo que había estados obreros (“deformados”) aunque no hubiera habido ninguna revolución sino la invasión del Ejército Rojo de la URSS. A partir de esa definición, todo va a estar mal. Si el estado obrero se puede hacer sin revolución; se puede hacer mediante un ejército; se puede hacer mediante la estatización; …entonces, todo aquello por lo que pelearon Marx, Engels, el conjunto de la dirección bolchevique de 1917, todo estaba mal, hay que decir eso. El socialismo no es posible sin revolución, no es posible gobernando como ministros de Lula. Ni tampoco pensando que si Lula se hiciera revolucionario, como el ejército brasileño es el más fuerte, puede invadir a todos los paisitos que lo rodean en América latina e implantar estados obreros deformados a partir de las puntas de las bayonetas del ejército brasileño. La revolución socialista requiere el protagonismo de millones y millones. No es como la revolución francesa que podía trasladar las relaciones capitalistas mediante las bayonetas de Napoleón. Porque pasar de un régimen de explotación a otro, se podría hacer de esa manera, con dificultades pero se podría hacer. Pero la revolución socialista se propone ser un estadio para terminar con la sociedad de clases; no es un acuerdo con otro sector explotador. Bueno, dejo acá.

CIERRE

Jorge Guidobono: Primero, en relación con lo que decía FBruno que me pareció muy interesante. Ayer vi la conferencia de prensa del general estadounidense. Y una periodista le preguntó “¿Qué sabe usted general acerca de que hay soldados que pasan por el hospital de Bagdad para preguntar cuál es el calibre de las balas que les sacan a los soldados que están internados, porque temen que partan de sus propias filas?”. Y el hombre respondió: “No tengo información sobre eso”. Es muy probable que haya algo de eso, porque no se trata de tropas muy fogueadas y hay muchos nervios. Debe haber una crisis muy grande, debe correr mucha droga para darse ánimo, como ocurrió en Vietnam. Yo lo decía el viernes pasado, el gran salto en el consumo de drogas en Estados Unidos fue en la época de la guerra de Vietnam. Yo veo muchos elementos de debilidad, de crisis. Al mismo tiempo no hay que subestimar al imperialismo. El comandante en Jefe se llama Ricardo Sánchez. El imperialismo en general, y el yanqui en particular, tiene una inmensa capacidad de cooptación de las minorías oprimidas o de sectores de ellas. Vean que el secretario de Estado es un negro (Colin Powell), cosa impensable hace tres o cuatro décadas. Condolezza Rice es mujer, y negra. Hay que tomar con mucha seriedad esto. Es todo un emblema, en lugar del Tío Tom, hay un general de cuatro estrellas. Es un imperialismo muy dinámico porque ha sido producto de oleadas inmigratorias, entonces tiene mucha capacidad de absorción. No hay que subestimarlos en esto.

Piensen también que estamos en el siglo XXI, en la era del robot en Marte, y hay al mismo tiempo un apogeo de las religiones más extremistas en todo el mundo, cuando debería ser exactamente lo opuesto; porque la ciencia ha despejado lo que durante miles de años fueron misterios para la humanidad. Sin embargo, hoy los cristianos que están con Bush son algo monstruoso. Frente a ellos el Opus Dei o el Vaticano son casi liberales. En el Bandera Roja Nro. 54, que publicamos después del 11 de septiembre del 2001, yo escribía que en la región hay tres fundamentalismos religiosos: el cristiano, el islámico y el sionismo. Los tres están jugando ahora; no hay un solo fundamentalismo.

Lo que sucede es que estamos ante un régimen agotado. Lo que dice Cele está bien; es una metáfora pedagógica la que yo uso cuando hablo de la piratería, no es que se vienen siglos de desarrollo. Al contrario, hay una sobrevida del capitalismo que conforma sociedades miserables, no sólo desde el punto de vista de quién tiene comida y quién no; nos ponen ante el hecho de que la vida no vale la pena ser vivida, por eso hay un auge de las religiones en todos lados. Se busca algo que tenga sentido en la otra vida, ya que ésta no lo tiene. Por eso hay oleadas de suicidios, en países centrales como Japón. No es gente muerta de hambre la que se suicida.

Lenin decía que la guerra de 1914 marca el fin del capitalismo como un régimen progresivo. A partir de allí se sobrevivió, guerras mediante; también tuvo años de expansión, o de expansión relativa ya que lo hizo sobre la base de hundir a la periferia. Los treinta gloriosos años son gloriosos para Estados Unidos y para Europa, no para el resto. Es imparable la decadencia en los últimos 35 años de toda América latina sin dudas, de Africa, y en Asia también. Se arman fábulas sobre las grandes fábricas que se instalan… sí, pero la India tiene 1.200 millones de habitantes, y no les van a dar trabajo a los 1.200 millones.

Entonces, hay una sobrevida del capitalismo gracias, entre otras cosas, a que la Primera Guerra le sacó mucha sangre a la clase obrera y a la juventud obrera, con millones y millones de muertos. Sobre eso se pudo montar la socialdemocracia y la burguesía mostró su capacidad para sobreponerse. Hay podredumbre sobre todo.

En relación con Cuba, creo que tenemos que hacer una cosa práctica: abrir un debate por escrito. Lenin hacía una descripción maravillosa, cuando le preguntan qué es el socialismo. Y él responde: “Electrificación más soviets”. O sea, desarrollo de las fuerzas productivas más autonomía y dirección de la clase obrera. En Cuba, está claro que no hubo ningún tipo de autonomía, hubo un comandante qu decidía todo. Y si no había posibilidades de socialismo en un país de 22 millones de km2, menos las hay en una isla de 111.000 km2. Un compañero que está desaparecido, que era ingeniero atómico, Federico Alvarez Rojas, viajó a Cuba a comienzos de la década de 1970. Cuando regresó, yo le hice una entrevista de tres horas y me quedó grabado algo que me dijo. Los rusos le habían regalado a Cuba una central de energía nuclear para la electricidad. Pero en Cuba no había un solo río lo suficientemente caudaloso para refrigerarla, y entonces usaban las aguas del Caribe, con lo cual la iban deteriorando enseguida. Es un ejemplo muy gráfico. Al mismo tiempo, no tengo la menor duda de que hay que defenderla. La revolución cubana es un símbolo para Latinoamérica. Yo tengo un miedo pánico a que se muera Fidel Castro. Porque en contra de lo que él dice, si no triunfa la revolución en América latina –y no es fácil–, no olviden que hay un millón de tipos trabajando para cuando se muera Castro. Algo que cualquiera identificaba como un logro de la revolución es que se había acabado la prostitución. Por supuesto que ahora, a caballo del turismo, volvió la prostitución. Toda sociedad que vive del turismo se corroe. Se prostituye la sociedad en su conjunto (“Si alquilo la pieza del fondo, puedo sacar equis pesos”; “Si soy ingeniero pero trabajo como guía turístico gano más”). A la vez digo, la revolución tiene derecho… Hoy, quien le está salvando la vida a Cuba son los iraquíes; y a los colombianos también (Estados Unidos no puede meterse allí porque tiene demasiadas dificultades en Irak).

En lugar de discutir el problema del socialismo en Cuba, lo que hay que discutir es todo lo que puede lograr un país cuando logra expulsar al imperialismo. Debe ser el único país de Latinoamérica donde la gente tiene dientes sanos; no es poca cosa. No es un país donde hay socialismo. El socialismo es otra cosa. El socialismo tiene que ser internacional.

Ni que hablar de esto si nos refiriéramos a Africa. Vean un mapa. Todas las fronteras son líneas rectas, trazadas con una escuadra sobre un escritorio; media tribu quedó de un lado de la raya, media tribu del otro. En Asia, India y Pakistán eran parte del mismo virreynato, junto con Birmania y con Ceylán. Y en el virreynato, la mayor apoyatura que tenían Gandhi y Neru en la lucha contra el Imperio Británico, estaba en Pakistán, con mayoría musulmana. Pero para atizar odios ancestrales los ingleses son genios.

El tema de si hay auténticas nacionalidades en América latina es muy discutible. Yo escribí sobre el nacimiento de Uruguay y más tarde supe que en el mismo año –1830– los ingleses (por supuesto con la complicidad de sectores burgueses locales) crearon tres estados “tapones”: Uruguay, Bélgica y Ecuador.

El problema nacional es muy complejo; hay muchos debates que hacer. En América latina –exceptuando a la Argentina y a Uruguay, donde la población indígena es muy minoritaria o inexistente– las poblaciones indígenas son inmensas; por ejemplo donde dominaba el imperio incaico. Bolivia es un buen ejemplo de ello. Ahora las burguesías acaban de hacer un pacto entre el Mercosur y el Pacto Andino. Ellos quieren crear una nueva generación capitalista. Pero esto va a ser imposible, porque hay intereses que hacen que choquen las distintas burguesías. Porque en realidad la única posibilidad de solución “nacional” para América latina es una revolución socialista en el continente.

Cuando fundamos el MAS, por idea de Nahuel Moreno, redactamos un programa que tenía un punto que era “Expropiación de todos los latifundios para darle tierra gratuita a todos los campesinos de Latinoamérica que quisieran habitarla”. Porque, entre otras cosas, este país está completamente deshabitado. Tiene 37 millones de habitantes en una extensión similar a la de la India, que tiene 1.200 millones. Ahora, para esto, hay que sacarle la tierra a los latifundistas que la tienen. Había quien nos decía “Quieren hacer como Pol Pot”. No, nada que ver con Pol Pot; pero en Bolivia, tener un pedazo de tierra cultivable no es fácil, mientras que aquí es lo que sobra, y a la Pampa Húmeda la van a terminar destrozando con la soja. Bueno, como ven, es un debate para hacer.

No tengo ninguna duda de que la expresión más acabada del socialismo es la extinción gradual del Estado, como decía recién un compañero. Pero para caminar hacia esa extinción, inevitablemente habrá que construir fuertes estados. Salvo que opinemos que tras la revolución la burguesía nos va a decir “Sí, tienen razón, pasen, pasen”.

Por último, muy telegráficamente, Cuba es una excepción en muchas cosas. En realidad, el fundador de la Patria no es Martí, es Fidel Castro que, por necesidad, pasó de ser del 26 de Julio pequeño burgués, democrático y nacionalista, a una declaración donde decía: “Soy marxista leninista de toda mi vida”.

Toda la argumentación contra el terrorismo tiene cierta fragilidad. Lo concreto es que después del 11 de septiembre del 2001, en dos años y medio no hubo un solo atentado hasta el de Madrid… y vaya uno a saber quién fue. Porque no existe sólo Al Qaeda –si es que existe–, hay distintos grupos.

Tenemos que hacer un seguimiento y estudiar con mucha precisión el problema de las religiones. Por ejemplo, cuando el nasserismo enfrentaba al imperialismo, los “hermanos musulmanes” vivían presos porque eran agentes del imperialismo, lo contrario de ahora. Se hundió el nacionalismo laico. Y los lugares vacíos los ocupa alguien en poco tiempo.

Por ejemplo, nadie habla de Argelia, ¿saben cuántos muertos hay?: 180.000. No son los 30.000 desaparecidos de la Argentina, son 180.000 en un país con sólo 30 millones de habitantes. Porque hay una desintegración del Frente de Liberación Nacional y entonces para algún lado va la gente, y va para el lado de la religión y aparece el Frente Islámico.

Acá en la Argentina la Iglesia Católica no crece porque está demasiado desprestigada. Pero han aparecido multitud de sectas, hacen un poco de beneficencia y ya está. Eso de que la religión es el opio de los pueblos está bien, es así, pero con eso no hacemos nada. Porque hay millones de desocupados, de desesperados, y eso es caldo de cultivo para la proliferación de todo tipo de creencias. Cuando yo militaba en el interior del país, casi toda la mejor gente que conocí estaba en alguna secta religiosa. Hay que estudiar bien esto, y elaborar un discurso. No hay que repetir eslogans. Y tampoco hacer como si no existieran. Al menos, nosotros partimos de la base de ser los únicos que cuestionamos al Vaticano. Todos los demás, siguen el razonamiento que una vez expresó Zamora, cuando todavía estábamos todos en el MAS. Yo le decía que tenía que hablar contra la Iglesia Católica, y él me respondió: “No, Jorge, ya tenemos tantos enemigos, nos vamos a ganar uno más…”. Y, sí, y no es cualquier enemigo.

Agregado el día sábado 10

Anoche, después de la reunión, estuve viendo la CNN. Fallujah es Guernica, sólo que no está Picasso para pintarlo. Yo había dicho ayer que había tregua. Bueno, duró 90 minutos la tregua y sólo se usó para enterrar a los muertos. Atacaron en forma arrasadora, horrenda, con bombardeos tras bombardeos. Mi impresión es que Fallujah es el Guernica del mundo actual. Hay una masacre de la población, pero también hay muertos estadounidenses, aunque ellos reconocen muy pocos. Estamos posiblemente frente a hechos históricos. La Nación de hoy titula “Amenazan a Bush con la revolución en Irak”. La síntesis es que la mayor “democracia” del planeta hizo su Guernica.


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