El enfoque sistémico de los problemas
El hecho de pertenecer a un sistema hace que no pueda culparse a alguien en particular, sobre un problema o desajuste. Más allá de las diferencias individuales de sus integrantes, los resultados del sistema suelen ser análogos.
Para poder encontrar respuestas adecuadas a errores, el análisis debe estar puesto en la estructura.
El error más común es buscar un culpable externo a un problema dentro de la organización, a esto se lo define como "pensamiento asistémico". Lo adecuado es analizar las conductas que se producen en la "estructura sistémica", entendiendo que los problemas son estructurales y no personales.
Ante un desajuste o problema en un sistema, hay una explicación compleja, en múltiples niveles, y hay que tratar de alejarse un poco y pensar que los elementos que influyeron, no son puntuales como tampoco inmediatos.
Analizar los problemas estructuralmente significa examinar los patrones de conducta y comprender a partir de ellos la magnitud de los desarreglos. Y son justamente los patrones, los que permiten modificaciones.
Los problemas suelen aparecer como consecuencia de una solución aplicada en otro sector, ante un cambio, el sistema reacciona y ahora el problema lo tiene otro y la mayoría de las veces, quien debe ocuparse de resolverlo, no fue partícipe de la solución anterior.
Hay un fenómeno denominado "retroalimentación compensadora" que se produce cuando hay una mayor presión en el sistema. Esto significa que la acción que se aplica para solucionar un problema, algunas veces deriva en un agravamiento del problema. Hay que ver si en ese esfuerzo por superar una dificultad, no es uno mismo, con su deseo de solución, el que contribuye a darle una mayor dimensión.
La característica negativa de la "retroalimentación compensadora" es que a corto plazo, la solución funciona mientras que su verdadero efecto se obtiene a largo plazo y este es, que el problema vuelve y agravado. Esto demuestra que los problemas en un sistema son difíciles de definir y de medir. Esto es algo así como el efecto de algunos medicamentos, hacen desaparecer el síntoma, pero no la enfermedad.
Hay una tendencia a aplicar soluciones ya conocidas a problemas que persisten. Sin darse cuenta que si la solución fuese tan obvia, el problema sería algo superado y por lo tanto no estaría presente todavía.
Recurrir a una misma solución cada vez, lo que sería un "comportamiento asistémico", no solo tiene la peligrosidad de ser ineficaz sino que resulta mucho peor que el problema original.
Fácil de comprender es si se piensa en las consecuencias de una adicción, como el alcoholismo, por ejemplo. Se comienza a tomar alcohol para aplacar un estado de estrés. El exceso de consumo trae mayores desajustes y la dependencia al alcohol es mayor cada vez. Se recurre a la solución de tomar, en lugar de resolver adecuadamente las causas del estrés.
Los sistemas deben evitar desplazar los problemas para que estos sean solucionados por alguien externo. Aunque cueste mucho al comienzo, hay que poder sobrellevar los propios problemas y tratarlos dentro del sistema. Podrá resultar más complicado o complejo encontrar la solución, pero sin duda será efectiva y fortalecerá al sistema.
En el pensamiento sistémico los desafíos son mucho mayores. Las soluciones de peso son las de largo alcance. Hoy se buscan soluciones rápidas y las implicaciones que traen son, que muchas veces ponen en peligro toda la organización.
Hay que tener presente que en el mundo de los negocios y las empresas, las causas y los efectos, la mayoría de las veces, no se encuentran cerca, vale decir, muchas veces el problema en un sector puede tener su origen en un mal funcionamiento de otro sector, e incluso ser consecuencia de un desempeño pasado.
Así también, cuando se busca una solución, habría que partir por definir qué subestructura es la que puede provocar los desajustes, y que proceso de cambio es el necesario para corregirlos. Cuando se trabaja con sistemas no hay asuntos puntuales.
En el pensamiento sistémico, el tiempo es un elemento fundamental para las soluciones eficientes. Es posible mejorar la calidad y bajar los costos si se da tiempo para lograr los cambios en todo el proceso.
Los distintos miembros de una organización deben pensar, al definir los problemas y afrontar las soluciones, que cualquier cambio que se adopte en una parte del sistema tendrá sus consecuencias en la totalidad, porque hay una interacción entre los distintos componentes.
Para el pensamiento sistémico no existen agentes externos culpables de una situación. El desequilibrio está siempre en la organización. Se trabaja para revertir situaciones dentro del sistema y volver al equilibrio necesario para un eficaz funcionamiento.
Fuente: La quinta disciplina. Peter M. Senge.