CAPÍTULO 12

 

CONCLUSIONES DEL ANALISIS DE RELATORIAS

 

Luego del análisis realizado al conjunto de propuestas contempladas en las relatorías de los Encuentros y Muestras Culturales, arribamos a las siguientes conclusiones:

  1. La acción cultural en la República Dominicana requiere de una reformulación en torno a los criterios de intervención del Estado, los cuales deberán definir con claridad la visión y misión institucional, en el contexto de la realidad sociocultural.
  2. La República Dominicana dispone de una sólida infraestructura cultural, pero la misma queda limitada fundamentalmente a los centros urbanos más importantes, Santo Domingo y Santiago de los Caballeros. Dicha infraestructura cultural carece de un conjunto de políticas de desarrollo sectorial e institucional, lo cual se refleja en la falta de coordinación y dispersión de la acción cultural que realizan.
  3. Es imprescindible que los planes nacionales de desarrollo, al igual que los "modelos" adoptados por los gobiernos y el Estado, integren la cultura como una dimensión de desarrollo. En el país existe una concepción economicista que impide integrar lo cultural en los procesos de reformas y cambios sociales.
  4. La acción cultural del Estado está regida por dos instancias públicas que no responden en la actualidad a las necesidades de desarrollo del sector cultural. Estas son: la Secretaría de Estado de Educación y Cultura y el Secretariado Administrativo de la Presidencia; las funciones de ésta última, no corresponden a una entidad de gerencia cultural. La Secretaría de Estado de Educación y Cultura, por su parte, reduce su estructura y finalidad esencialmente a una acción educativa formal, estableciendo en la práctica un abismo entre la educación y la cultura, que limita el papel de las instituciones culturales bajo su control.
  5. La Reforma y modernización del sector cultural es una acción de carácter multidimensional que toca aspectos conceptuales, institucionales y estratégicos, que involucran a la sociedad dominicana en su conjunto.
  6. La financiación cultural requiere de un nuevo modelo de políticas públicas, que convierta el presupuesto cultural en un instrumento de desarrollo, basado en un sistema de registro y control financiero que haga factible cuantificar e identificar la inversión, proyectando las necesidades de recursos demandados. Tal modelo debe abrir las posibilidades de la participación privada, a través de incentivos al mecenazgo y a otras formas de apoyo al sector cultural.
  7. El Diagnóstico Participativo define áreas y sectores estratégicos de la acción cultural del Estado, sin los cuales sería imposible la articulación de un Plan Nacional de Desarrollo Cultural.
  8. El desarrollo cultural en la República Dominicana requiere de una revisión y actualización de la legislación cultural que reconozca constitucionalmente los derechos culturales. Esto se haría efectivo a través de una eventual reforma constitucional y de la promulgación de una Ley General de Cultura para unificar y dar coherencia a todas las leyes adjetivas.
  9. La cultura dominicana de cara a los procesos de globalización se hace vulnerable en la pérdida de valores propios y ante la asimilación de otros foráneos, que deberán asumirse dentro de un contexto crítico, donde prime la pluralidad cultural como fórmula de la identidad y la diferenciación cultural. Para lo que se necesitará de un apoyo del Estado a programas de formación, educación y promoción de valores.
  10. El esfuerzo de la acción cultural del Estado será efectivo a través de procesos de descentralización, entendidos esencialmente como: a) creación y fortalecimiento de mecanismos de participación y toma de decisiones; b) diseño de intervención horizontal del Estado en la acción cultural, de alcance regional, que haga factible la integración provincial, la cogestión institucional y comunitaria; c) deberá realizarse en consonancia con los procesos de descentralización, definidos en los diversos ámbitos de la sociedad dominicana; y d) como factor de desarrollo de las capacidades de pluralidad y democracia cultural.
  11. Para establecer una descentralización cultural en la República Dominicana se hace necesario la rearticulación y fortalecimiento institucional, pautados por una reforma del sector cultural.
  12. El diseño e implementación de políticas culturales regionales supone la creación de instancias y organismos de dirección regional en el que participen los diversos sectores provinciales.
  13. Las relaciones culturales internacionales resultan fundamentales en el contexto de internacionalización del arte y la cultura, como por la necesidad que tiene la nación de mantener sus vínculos con el gran número de dominicanos que en la actualidad se encuentran residiendo en el extranjero. Las relaciones culturales internacionales deberán ser coherentes con los objetivos de políticas culturales nacionales, las cuales deberán además pautar las líneas referenciales en los procesos de integración cultural con los demás países y asegurar la cooperación internacional, en áreas como la ciencia, la tecnología y la educación.
  14. La definición de una política fronteriza que conserve las diferencias culturales y estimule los rasgos de la dominicanidad, conjuntamente con un plan de desarrollo integral para la zona, se considera fundamental para el progreso y mantenimiento de la idiosincrasia de los pueblos de la región y para el fomento de relaciones basadas en la cooperación y la solidaridad con el vecino pueblo haitiano.
  15. Ante una práctica que privilegia al patrimonio cultural como acervo, se requiere fomentar una visión que integre lo patrimonial como construcción social que permita vincular el pasado, presente y futuro dominicano en permanente configuración histórica.