El filósofo
encadenado*
Luis O. Brea Franco
Consultor académico
y cultural
Tony Negri (1933) es un pensador
italiano, originario de Padua. Sus contribuciones teóricas
sobre la realidad social lo han acreditado como una de las más
importantes referencias teóricas de la izquierda
transformadora. De formación marxista ha sido discípulo
de Bachelard, Merleau-Ponty, Hyppolite y
Bloch, en Francia y Alemania; ha sido colega en la cátedra
de Althuser y Deleuze. En los
últimos años, gracias a la publicación y
difusión de sus trabajos en los Estados Unidos, y a la
traducción a otros idiomas, su pensamiento viene siendo
estudiado y discutido en el ámbito global,
constituyéndose como uno de los pensadores claves del
fenómeno de la globalización y como teórico de
los movimientos que intentan superarla. Fue acusado de terrorismo,
por supuestas acciones derivadas de su pensamiento y condenado a
prisión, como Sócrates, por corromper a la juventud. Su
historia luce, más que un hecho real, un drama político
elaborado para una película de Hollywood.
Catedrático en Ciencias
Políticas -Teoría del Estado-, desde 1973 Negri
participó en "Autonomia Organizzata", una organización
marxista que se oponía firmemente a la idea de un partido de
vanguardia y de una dirección centralizada, planteando la
autonomía de los grupos locales; insistía en que la
organización política debía plantearse de manera
continua el problema de la centralización y la
democracia.
Durante los años siguientes, los
llamados años de plomo: años del terrorismo de las
Brigadas Rojas y del secuestro y asesinato de Aldo Moro, se
reforzó la legislación de emergencia antiterrorista y
se redoblaron los esfuerzos policiales contra los grupos
políticos de izquierda fueran terroristas o no. El 7 de abril
de 1979, Negri fue detenido junto a otros dirigentes de "Potere
Operaio". El fiscal sostuvo que su praxis teórica
constituía el origen de la violencia política de los
años setenta y que era el líder secreto de una vasta
constelación clandestina de organizaciones terroristas -
cuando en realidad sus esfuerzos estaban encaminados en la
dirección contraria: la formación de modelos de
organización más descentralizados.
Las medidas de emergencia permitieron
que Negri, junto con miles de personas, permaneciera en
prisión preventiva durante años sin cargos firmes ni
fecha de juicio. Cuando, cuatro años más tarde, fue
juzgado, las acusaciones originales de ser el cerebro de las
organizaciones terroristas fueron desestimadas. En su lugar, los
jueces lo procesaron basándose en sus escritos,
considerándolo como el responsable "moral" y "objetivo" del
terrorismo. Michel Foucault, enmarcaba, en su momento, el papel del
intelectual en las sociedades occidentales poniendo como ejemplo el
caso Negri: "Claro no estamos en un régimen que envía a
cultivar arroz a los intelectuales, pero, dígame, ¿ha
oído hablar de Toni Negri?, ¿acaso no está en la
cárcel como intelectual?"
Aún hoy, Negri, continúa
en prisión, en régimen de semilibertad, en una
cárcel de Roma. En sus vacaciones, como califica su
prisión, ha meditado profundamente la historia del siglo XX y
elaborado una innovadora, potente, abarcadora, visión de las
relaciones de poder y las nuevas formas de dominación que
vienen emergiendo en los procesos de la globalización;
también ha pensado sobre las posibilidades de
liberación que derivan de las nuevas realidades, a las que ha
denominado, utilizando una metáfora histórica que ha
dotado de nuevo significado, Imperio. Como pensador ha cumplido con
su misión de orientar sobre nuestro ser en el mundo, y lo ha
realizado trascendiendo sus propias adversidades
personales.
* Versión completa
del artículo. En su versión de prensa para El Caribe
hube de recortarlo para que se adecuara al formato del
diario.