2.  LIRICA ELEGIACA




 

2.1.  CALINO DE EFESO

(segunda mitad del siglo VII a.C.)

 

 

       2.1.1  Nota biográfica:

                   Fue contemporáneo y algo mayor que Arquíloco.  Contempló la invasión de los cimerios,  pueblo bárbaro procedente de Crimea y el sur de Rusia,  que descendió,  hacia el siglo 675 a.C.,  a asolar las ciudades de Asia Menor,  entre ellas,  su propia patria.  Nos ha llegado de él cuatro fragmentos.  Los tres últimos parecen haber formado parte de una elegía dirigida a Zeus rogándole por los efesios.  El de mayor extensión,  el fragmento primero,  de veintiún versos,  exhorta a los jóvenes a combatir valientemente por la patria,  por los hijos y las mujeres.  Con un estilo y lenguaje aún homérico,  es decir,  en la tradición del heroísmo guerrero,  este poeta logra expresar una energía viril y sin retórica,  mas ya con acentos personales.
 

      2.1.2.  Textos:
 

           2.1.2.1.  Alzaos,  guerreros.

                   ¿Hasta cuándo estaréis así sin obrar?  ¿Cuándo tendréis, oh muchachos,  ánimo valeroso?  ¿Vergüenza no tenéis ante vuestros vecinos de tan extremo abandono?  ¡Creéis estar en el tiempo de paz cuando la guerra se ha adueñado de toda la tierra!
................................................................
..........................y que cada uno al morir arroje su último dardo.
                       Honroso es,  en efecto y hermoso para un hombre luchar con el enemigo por su tierra y sus hijos,  y su esposa legítima.
                       La muerte llegará cuando las Moiras la hilen,  Ea pues,  que todos avancen blandiendo la lanza y cubriendo el valiente corazón con el escudo,  apenas se trabe el combate.  Porque o está en el destino de un hombre escapar a la muerte, aunque sea descendiente de estirpe inmortal.  Muchas veces, un soldado rehuye el combate y el son de los dardos, se pone a cubierto y en su casa le alcanza la muerte fatal.
                       Este,  en verdad,  no va a ser recordado,  ni querido por el pueblo,  mientras que al otro lamentan el grande y el pequeño si cae.  Pues a todo el pueblo le invade el
dolor cuando es un héroe que muere.  Y si acaso pervive,
es igual a un semidios,  pues como a una torre del muro le
miran con sus ojos porque,  él solo,  hace cosas propias de
muchos juntos.  [1 D]

           2.1.2.2.  Zeus.

                           Compadece a los efesios.................................
Acuérdate de si alguna vez (quemaron) en tu honor
hermosos muslos de buey.  [2 D]

           2.1.2.3.  Vienen los cimerios.

                   Ahora se aproxima el ejercito de los terribles cimerios. [3 D]
 



 

2.2.  TIRTEO DE ESPARTA

(mitad del siglo VII a.C.)


          2.2.1.  Nota biográfica:

     Vivió en Esparta en el mismo período en que habitaba en ella Alcmán.  Se le atribuye diversos orígenes:  Mileto,  el Atica y aún Esparta.  Su poesía celebra el mundo aristocrático y guerrero de Esparta.  Sus temas principales son los que ya inspiraron a Calino:  la gloria del guerrero valeroso,  la verguenza del cobarde,  que se deshonra a sí mismo y se ve obligado a andar sin tierra y esclavo entre gente extranjera.  Entre sus obras,  los antiguos colocaron en un sitial preferencial una elegía nombrada Eunomía:  Buen gobierno,  la cual se dice fue compuesta a raíz de los desórdenes sociales que acompañaron a la segunda guerra mesénica;  en ella,  Tirteo defendía la antigua constitución espartana.  Su poesía contribuyó a crear el ethos espartano.  En los límites estrechos de su ámbito e inspiración logra a veces elevarse a la gran poesía.  Para los helenos su valor social estuvo relacionado a motivos de conveniencia práctica y de orgullo patriótico.  En tiempos modernos su poesía sirvió de inspiración a poetas,  griegos,  italianos y alemanes,  amantes de la libertad y de la independencia de su patria.  A través del verso horaciano “Dulce et decorum pro patria mori” no llega el eco de su poesía.
 

2.2.2.  Textos:
 
 

          2.2.2.1.  A la batalla..

                   ............................ Ea pues,  avancemos cubriéndonos con los cóncavos escudos,  marchando separados los pánfilos,  hileos y (dimanes y blandiendo) en las manos las lanzas de fresno,  matadoras de hombres.  De esta manera,  confiándolos a los dioses inmortales,
obedeceremos a nuestros jefes no con vacilación,  sino que
todos al punto vayamos a la dura refriega ............... (alzándonos) firmes frente a los lanceros enemigos.
                      Terrible será el estrépito en ambos ejércitos al golpear entre sí los redondos escudos; .............. (Se oirá el ruido producido al caer) unos sobre otros ........ el pecho de los hombres alrededor de .................. retrocederán heridos ................ (los cascos) ................. golpeados por las grandes piedras,  producirán un ruido ................ [1 D]
 

          2.2.2.2.  Eunomía.

                       Porque el mismo Zeus Crónida,  esposo de Hera la de la bella corona,  ha entregado esta ciudad a los Heráclidas, en cuya compañía abandonamos el ventoso Erineo y llegamos a la extensa isla de Pélope.  [2 D
                       Oyeron a Febo y desde Delfos
trajeron un oráculo del dios,  de seguro cumplimiento.
                       Así en efecto habló desde su rico santuario el del arco de plata, el flechero,  el Rey Apolo de rubia cabellera:
“Que gobiernen con su consejo los reyes honrados por los dioses, bajo cuyo mandato está la hermosa ciudad de Esparta,  así como los ancianos,  de antiguo nacimiento,
y, después,  los hombres del pueblo,  respondiéndoles con decretos justos;  y,  que no sólo pronuncian palabras honorables,  sino que también obren siempre la justicia;
y no deciden ninguna cosa torcida con daño a la ciudad;
pero que la victoria y la decisión final sea del pueblo”.
Así respondió Febo a la ciudad acerca de esto.  [3 D]
 

           2.2.2.3.  Dulce et decorum pro patria morii.

                   Porque es hermoso que un valiente muera,  caído en las primeras filas,  luchando por su patria.  Es en cambio la cosa más dolorosa de todas vivir como un mendigo,  abandonando la patria y sus fértiles campos,  errante con la madre querida y el padre anciano y los hijos aún niños y la esposa legítima.  Este será objeto de odio para aquéllos a cuyo país llegue cediendo a la necesidad y a la horrible pobreza;  deshonra su linaje,  desmiente su noble rostro
y toda infamia y toda vileza va con él.  Por lo tanto,  si no hay
para un vagabundo ninguna ayuda ni tampoco respeto,  consideración ni compasión, luchemos valientemente por nuestra tierra y muramos por nuestros hijos sin ahorrar nuestras vidas.
                     Así pues, oh jóvenes, luchad unidos y no déis la señal de la huida vergonzosa ni del miedo;  haced grande y fuerte en el pecho vuestro corazón y no tengáis amor por vuestras vidas cuando lucháis con el enemigo;
ni huyáis abandonando caídos a los de más edad,  cuyas rodillas ya no son ágiles,  a los viejos;  pues es vergonzoso que,  caído en las primeras filas,  yazca en el suelo delante de los jóvenes un hombre de más edad,  de cabeza ya blanca y barba cana,  exhalando en el polvo su alma valerosa,  con las ensangrentadas verguenzas cogidas en las manos -visión abominable,  cosa impía de ver- y desnudo;  en un joven,  en cambio,  todo es decoroso mientras posee la brillante flor de la amable juventud:  vio,  su vista produce admiración a los hombres y amor a las mujeres;  caído en las primeras filas,  es un héroe.
                     Ea pues,  que cada uno de vosotros permanezca en su puesto con las piernas bien abiertas, firmemente apoyado en el suelo con los dos pies,  mordiendo el
labio con los dientes.  [6 + 7 D]
 

           2.2.2.4.  Lo excelente es tener valor.

                        No sabría acordarme ni mencionar a un hombre por su excelencia en la carrera o en la lucha,  aunque tuviera la estatura y la fuerza de los cíclopes o venciera en la carrera al tracio  Boreas o fuera más agraciado de cuerpo que Titono y más rico que Midas y Ciniras,  ni tampoco aunque fuera un rey más poderoso que Pélope,  el hijo de Tántalo,  y tuviera la lengua de miel de Adrasto,  ni aunque tuviera la gloria salvo el valor guerrero;  pues no es un valiente en la guerra el que no ose contemplar la matanza sangrienta y ataque al enemigo acercándosele.  Esta es la verdadera cualidad excelente,  éste es,  entre los hombres,  el gremio agonal mejor y más hermoso de lograr para un joven.
                        Es un bien común para la ciudad y el pueblo todo el que un guerrero,  con las piernas bien abiertas, se mantenga firme en la vanguardia sin cansancio, se olvide enteramente de la huida vergonzosa,  exponiendo su vida
y su corazón sufridor, y enardezca con sus palabras,  acercándosele,  al soldado cercano:  éste es el hombre bueno en la guerra.
                        Rápidamente pone en fuga a las furiosas falanges enemigas y con su ardor contiene la ola del combate.  Mas si cayendo en la vanguardia pierde su vida,  dando gloria a su ciudad,  a su pueblo y a su padre herido por delante en muchos sitios a través del pecho,  del abombado escudo y de la coraza,  le lloran tanto los jóvenes como los viejos y toda la ciudad queda enlutada,  llena de penoso dolor;  su tumba,  sus hijos,  los hijos de sus hijos y su descendencia remota,  obtienen honor entre los hombres:  jamás su gloria ni su nombre perecen,  sino que aún estando bajo tierra alcanza la inmortalidad aquél a quien mata el violento
                        Ares cuando despliega su heroísmo,  aguanta a pie firme y por su patria y por sus hijos.  Y si escapa a la Ker de la muerte que abate por tierra y,  triunfador,  alcanza la gloria esplendorosa de la lanza,  todos le honran,  tanto los jóvenes como los viejos, y llega a la morada de Hades después de lograr mucha felicidad.  De viejo,  es distinguido entre los ciudadanos y nadie osa tratarle sin respeto o sin justicia;  todos,  tanto los jóvenes como los de su edad y los más ancianos,  le ceden el asiento.  Que todos intenten llegar con su valor al más alto grado de esta suprema excelencia,  no huyendo de la guerra.  [9 D]
 

           2.2.2.5.  Corazón de león.

                   ... teniendo en el pecho el corazón de un rojo león ...  [10 D]
 

           2.2.2.6.  La plenitud de la virtud.

                   ... alcanzar antes el límite de la virtud que el de la
muerte ...  [11 D]
 



 

2.3.  MIMNERMO

(670?  Al 600?  a.C.)


          2.3.1.  Nota biográfica:

           Fue contemporáneo de Tirteo y de Arquíloco,  y amigo de Sólon,  aunque fuese más joven que éste.  Se le considera originario de Esmirna,  en la época en que las ciudades griegas de Asia luchaban por su independencia frente a las presiones de los lidios.  El influjo de esta cultura de Asia sobre los griegos habitantes en estos territorios,  se refleja en su nombre,  de origen bárbaro.  Los antiguos nos testimonian que en sus andanzas le seguía una joven flautista,  su amante,  llamada Nanno,  muñequita,  quien le acompañaba con su instrumento en la recitación de sus elegías.  A ella le dedicó la colección de éstas.  Este libro fue el primero dedicado a una mujer inspiradora de amor y poesía.  Compuso también una Esmirneida,  en metro elegíaco,  en la que cantaba la victoriosa resistencia de Esmirna contra el ataque de Giges,  rey de Lidia,  hacia el año 685 a.C..

           La inspiración de Mimnermo se manifiesta rica y variada.  Los antiguos lo consideraban el creador de la Elegía,  y,  en ella,  supera la monotonía de Calino y Tirteo mediante la expresión de una sensibilidad más amplia y actual.  Fue el primer poeta que trató el tema del disfrute de la juventud,  que pasa rauda,  y viene rápidamente suplantada por la irrupción triste y dolorosa de la vejez.

           El encanto de Mimnermo estriba en la gracia con que resalta lo físico de la existencia;  hay en su poesía una concreción materialista y corporal muy cercana a la de Arquíloco.  Para él,  la vida es algo transitorio y fugitivo,  la caducidad es su marca,  y su máxima intensidad es la juventud,  que es la perfección perecedora,  el fugaz resplandor en que se conjugan todas las bellezas y las perfecciones de la existencia,  la cual hay que intentar apresar,  pues en ello consiste la felicidad,  después viene el final:  el largo ocaso,  la vejez horrible y deforme.  La suya es una poesía sobre el tiempo vivido y el traspasar de las cosas.  El hedonismo y el pesimismo están presentes en esta poesía.

           Horacio,  el poeta latino,  concluía que “si,  como piensa Mimnermo,  no hay nada de placentero fuera de los juegos amorosos,  vivamos pues en los juegos de amor”.  Fue pues,  Mimnermo el creador del filón poético que invita al Carpe diem.

           Nos son conocidos,  de toda su obra,  sólo quince fragmentos.  Calímaco,  el poeta helenístico,  lo califica como “dulce” por su sensibilidad para los temas relacionados con el goce del amor y de la juventud.
 
 

2.3.2.  Textos:
 
 

           2.3.2.1.  Nanno.

                   ¿Qué vida,  qué placer existe sin la dorada Afrodita?
Ojalá muera yo cuando ya no me importe la furtiva unión amorosa,
ni los dulces dones de la diosa,  ni el lecho,  que son las más
amables flores de la juventud para los hombres y las mujeres;
pues cuando llega la hora de la dolorosa vejez,
que hace deforme incluso al hombre hermoso,
siempre le rondan el corazón tristes inquietudes
y ya no se regocija contemplando los rayos del sol,
sino que es motivo de odio para los jóvenes y de desprecio para las mujeres:  tan triste hizo la vejez la divinidad.  [1 D]
 

           2.3.2.2.  Breve dura la juventud.

                   Como la estación florida de la primavera hace brotar las hojas cuando crecen rápidamente con los rayos del sol,  así nosotros
durante un breve tiempo nos regocijamos con las flores de la juventud
sin que los dioses nos hayan hecho conocer ni el bien ni el mal;
en tanto,  a nuestro lado están las negras Keres,
la una portadora de la vejez dolorosa,  la otra de la muerte.
                    Breve tiempo dura el fruto de la juventud,
tan breve como aquél en que el sol extiende su luz sobre la tierra;
y tan pronto como es transpuesto este término de la juventud,
es preferible la muerte a la vida.
                    Muchos dolores nacen entonces en el corazón:
unas veces la casa está en la miseria
y vienen las penosas consecuencias de la pobreza;
otro no tiene hijos y se marcha bajo tierra junto a Hades
deseándolos más que toda otra cosa;
otro está preso de una enfermedad asesina;
y no existe hombre alguno al que Zeus no envíe
infortunios sin cuento.  [2 D]
 

           2.3.2.3.  Titono.

                          Zeus concedió a Titono un infortunio eterno,  la vejez,  que es peor que la muerte funesta.  [4 D]
 

           2.3.2.4.  Como un sueño.

                         Pero la juventud incomparable es de vida tan corta como un sueño y en seguida queda suspendida sobre nuestra cabeza la triste y deforme vejez,  odiosa y despreciada al mismo tiempo,
que hace a un hombre irreconocible y debilita sus ojos y su
espíritu al envolverlos.  [5 D]
 

           2.3.2.5.  Descanso.

                   Ojalá sin enfermedades ni crueles preocupaciones me llegue la hora de la muerte a los sesenta años.  [6 D]
 

           2.3.2.6.  Lo más justo.

                   Haya entre tú y yo sinceridad,  cosa la más justa de todas.  [8 D]
 

           2.3.2.7.  El trayecto del sol.

                        Al sol le tocó en suerte el destino de trabajar todo el día y ni él ni sus caballos tienen descanso alguno desde que la Aurora
de dedos de rosa sube al cielo saliendo del Océano;  porque por en medio de las olas un bellísimo lecho,  forjado en preciado oro por las manos de Hefesto,  cóncavo,  provisto de alas,  velozmente le lleva,  dormido,  sobre la superficie del agua desde el país de las Hespérides a la región de los Etíopes,  donde están esperándole su rápido carro y sus caballos hasta que llega a la Aurora,  hija de la
mañana,  allí monta en su carro el hijo de Hiperión.  [10 D]
 

           2.3.2.8.  Esmirneida.

                   ..... Después,  abandonando la escarpada ciudad de Pilos,
feudo de Neleo,  llegamos con nuestras naves a la bella Asia
y nos establecimos en la hermosa Colofón con un gran ejército,
emprendiendo los primeros el camino de la guerra cruel;  y desde
allí,  alejándose de su río,  que corre entre los bosques,  tomamos
Esmirna,  la ciudad eolia,  por designio de los dioses.  [12 D]
 



 
 
 

2.4.  SOLON DE ATENAS

(640 - 560 a.C.)


2.4.1.  Nota biográfica:

           Ateniense.  Descendiente de una familia noble que se consideraba originaria del mítico rey Codro,  pertenece por entero a la historia de su patria.  Debió nacer hacia el año 640 a.C.  y murió después del 560,  ya en tiempo de la tiranía de Pisístrato.  El sufragio de sus conciudadanos lo eligió,  en la primavera del año 594 a.C.,  “Arconte,  reconciliador y legislador”.  Esta misión la cumplió con profundo sentido de equidad y absoluto desprecio de la popularidad;  disciplinó las relaciones económicas,  sociales y políticas sobre la base de un concepto nuevo de la dignidad humana.
           El buen gobierno,  la justicia,  la paz y el destino solidario de todos los ciudadanos son los temas de inspiración de toda su obra.
           En sus dos elegías más extensas,  la dedicada A las Musas y la del Buen Gobierno (Eunomía),  traza los esquemas básicos de su modo de pensar:  respeto a la Justicia (Dike),  que siempre se impone,  y rechazo a la riqueza y a los excesos injustos.  La primera elegía de las nombradas,  la única llegada hasta nosotros,  compuesta en setenta y seis versos,  constituye todo un programa de vida bajo el signo de la sabiduría y de la moderación.  En ella reclama no sólo el ólbos:  la plenitud de los favores materiales y espirituales que los dioses pueden otorgar,  sino también la dóxa,  la buena opinión,  que es el don  que dispensan las Musas.  Para él,  la felicidad (ólbos),  sin la mesura que confiere la recta opinión (dóxa) contribuye sólo al ciego arbitrio del destino y de la vanidad,  sólo el comedimiento que nos dona la doxa,  que es la virtud humana por excelencia,  constituye el consciente esfuerzo de los humanos y es lo único agradable a Zeus.
 

2.4.2.  Textos:
 
 

           2.4.2.1.  A las Musas.

                       Bellas hijas de Mnemosine y de Zeus Olímpico,  Musas de Pieria,  escuchad mi plegaria.
                       Concedédme felicidad de parte de los dioses venturosos
y buena fama siempre de parte de los hombres todos;
concedédme ser dulce para mis amigos y amargo para mis enemigos:
para aquéllos,  objeto de veneración;  para éstos,  de terror.
En cuanto a la riqueza,  deseo tenerla,  pero poseerla
injustamente,  no lo deseo:  siempre llega después el castigo.
                        La riqueza que dan los dioses,  viene a manos del hombre destinada a durar toda ella,  desde la base del montón hasta la cúspide;
mientras que la que los hombres honran como consecuencia de la injusticia,  no viene conforme a un orden natural,  sino que lo hace contra su grado,  obedeciendo a acciones inicuas.
Pronto se le junta el infortunio:  su origen,  como el del fuego,  está en un pequeño comienzo.
Al principio es de poca importancia,  pero su final es doloroso:
pues las obras de la injusticia no son duraderas para los mortales,
sino que Zeus está atento al fin de todo lo que sucede y rápidamente,  del mismo modo que las nubes son dispersadas en breve espacio por el viento de la primavera,  que después de remover las profundidades del mar estéril,  abundante en olas,  y destruir los prósperos cultivos en la tierra fértil en trigo,
llega al asiento de los dioses,  al elevado cielo,  y de nuevo
muestra a la vista un tiempo sereno y brilla un sol ardiente,  hermoso,
sobre los fértiles campos y ya no se ve ninguna nube -de esta misma manera es el castigo de Zeus,  y no se irrita fácilmente ante cada delito,  como un hombre mortal;  pero,  a la larga,  el que tiene un corazón pecador no le pasa siempre inadvertido y el castigo,
bien cierto,  se hace visible al fin: tan sólo,  una paga su culpa inmediatamente y otro después;
y los que con su persona escapan a la pena sin que les alcance en su acometida el castigo fatal de los dioses,  éste llega sin falta más tarde:
sin culpa,  pagan aquellas faltas o sus hijos o su descendencia más lejana.  (...)  [1 D]
 

          2.4.2.2.  Eunomía.

                       Nunca perecerá nuestra ciudad por el destino que viene de Zeus ni por la voluntad de los felices dioses inmortales:tan poderosa es Palas Ateneas,  la hija de fuerte padre,  la de corazón valeroso,
nuestra defensora,  que tiene sus manos colocadas sobre nosotros;
pero los mismos ciudadanos,  con sus locuras,  quieren destruir nuestra gran ciudad,  cediendo a la persuasión de las riquezas;
 y,  con ellos,  las inicuas intenciones de los jefes del pueblo,  a los que espera el destino de sufrir muchos dolores tras su gran abuso de poder:  pues no saben frenar su hartura ni modera en la paz del banquete sus alegrías de hoy .......................................... (...)  [3 D]
 

           2.4.2.3.  Naufraga Jonia.

                        Lo sé y dentro de mi corazón hay un gran dolor al ver la más antigua tierra de Jonia que naufraga ............................... [4 D]
 

           2.4.2.4.  Advertencia sobre el tirano.

                       De la nube proceden la furia de la nieve y del granizo y el trueno nace del brillante relámpago:
                       A manos de los grandes perece el Estado,  y el pueblo,  por ignorancia,  cae en la esclavitud de un tirano.
                       El que eleva demasiado a un hombre no puede después contenerle fácilmente,  sino que desde ahora hay que saber todo esto.  [10 D]
 

           2.4.2.5.  Como los atenienses.

                   El mar es embravecido por los vientos;  pero si no se le altera,  es la más tranquila de todas las cosas.  [11 D]
 

           2.4.2.6.  Las edades del hombre.

                   A los siete años el niño,  aún impúber,  pierde los dientes que le nacieron de pequeño;  cuando la divinidad lleva a su término los siete años siguientes,
deja ver las señales de la juventud que llega;
en el tercer período de siete años,  continúan creciendo sus
miembros y su barbilla se cubre de vello,  al florecer con él la piel;
en el cuarto todo hombre llega a la culminación de su fuerza,
que las gentes consideran indicio de excelencia;
en el quinto, es tiempo de que el hombre se acuerde de su boda y busque descendencia de hijos que le sucedan;
en el sexto,  el espíritu humano alcanza su completo desarrollo en todos los aspectos y ya no
quiere,  como antes,  cometer acciones reprobables;
la inteligencia y la lengua son sobresalientes en el séptimo y octavo -catorce años entre ambos-;
en el noveno aún tiene fuerzas,  pero su lengua
y su entendimiento son menos ardientes para una virtud de primer orden;
y si uno llega al término del décimo,  en caso de que le
llegue la hora de la muerte,  no es a destiempo.  [19 D]
 

           2.4.2.7.  A Mimnermo.

                   Mas si me prestas oído,  aunque sea ahora,
quita ese verso y no me guardes rencor porque discurrí mejor que tú;
y cambiándolo,  oh cantor melodioso,  canta así:
“Que la hora de la muerte me llegue a los ochenta años” .....................................................................
                       Que no venga mi muerte sin acompañamiento de lágrimas,  sino
que,  al morir,  deje a mis seres queridos dolor y lamentos .............
                       Ahora me son gratas las obras de la nacida en Chipre y de Dionisio y de las Musas,  que procuran placeres a los hombres.  [20 D]
                       Envejezco aprendiendo siempre muchas cosas.  [22 D]
 
 



 

2.5.  TEOGNIS DE MEGARA

(544? - 480?  a.C.)


2.5.1.  Nota biográfica:
 

           Su nacimiento se ha fijado entre los años 544 y 541 a.C.  y su actividad poética entre el 506 y el 480 a.C.  Fue un aristócrata encerrado completamente en su orgullo de casta,  y esta condición le inspiró su concepción ética y social.  Exiliado de su patria por el predominio político del partido democrático,  anduvo largo tiempo errante por Sicilia,  Eubea y Esparta.  Debido a los hondos cambios políticos acontecidos durante su vida,  que introducen a la nueva época democrática,  él no ve ya en la “areté” aristocrática y guerrera,  el ideal que supo ganar sus propios títulos de nobleza y poder,  y que había dado a los helenos su primer código moral,  sino más bien,  siente el agobio de los tiempos:  los privilegios perdidos,  la riqueza desaparecida y el poder pasado a otras manos.  En él desaparecen los valores morales de aquella tradición aristocrática;  tiene conciencia de ser un sobreviviente de la vieja casta,  con el corazón desconsolado por el pesimismo y lleno de amargas invectivas,  y mantiene,  en algunos aspectos,  la fe en la omnipotencia divina,  contra la cual nada puede el humano.  En él se da la estéril lamentación por un pasado que ya no puede volver y la vana rebelión contra lo que nada ni nadie puede modificar.  Entre estos sentimientos el poeta se conmueve con apasionamiento áspero y desdeñoso.

                   De la obra de Teognis se han conservado dos libros de elegías.  En conjunto tienen unos mil cuatrocientos versos distribuidos en poemas de varia extensión que van desde dísticos hasta poemas de unos veinte versos.  A pesar de este gran legado,  los problemas de autenticidad son enormes,  pues se trata de un conglomerado de poesías del siglo VI y V a.C.,  formado por sucesivas adiciones sobre un núcleo de poemas originales.  A través de su relación amorosa con Cirno,  lleva a cabo su acción pedagógica mediante consejos y valoraciones éticas que reflejan la ambigüedad de su situación social amenazada por los nuevos tiempos.
 
 

2.5.2.  Textos:
 

           2.5.2.1.  A Apolo.

                   Oh señor hijo de Leto,  vástago de Zeus:  jamás me olvidaré de ti al comenzar mi canto ni al calbario,  sino que siempre te celebraré al principio,  al final y en medio;  escúchame tú y séme
propicio.  [E.  1.1-4]
 

          2.5.2.2.  Consejos.

                       Como tu amigo que soy voy a darte los consejos que yo mismo,  oh Cirno,  de niño,  recibí de los hombres de bien.
                       Sé prudente y no busques honores,  éxitos ni riquezas mediante acciones deshonrosas ni injustas.
                       Convéncete de ello;  y no trates con hombres viles,  sino está siempre unido con los buenos;  bebe y come con aquellos, reúnete con aquellos y sé grato a aquellos cuyo poderío es grande.
                       De los buenos aprenderás cosas buenas;
pero si te juntas con los malos,  estropearás incluso tu buen
natural.  Aprende estas máximas y trata con los buenos,  y algún día dirás que aconsejo bien a mis amigos.  [E.  1.  27-38]
 

           2.5.2.3.  El primer mal.

                        El desenfreno,  oh Cirno,  es el primer mal que la divinidad da al hombre que quiere aniquilar.  [E.  1.  151-152]
 

            2.5.2.4.  A quien honran los dioses.

                        Cada cual tiene una desgracia distinta,  y ninguno de a cuanto hombres contempla el sol es completamente feliz.  Pero aquel a quien honran los dioses,  hasta los murmuradores le alaban,
mientras que el esfuerzo del hombre no cuenta para nada.  [E.  1.  167-170]
 

           2.5.2.5.  A la manera del pulpo.

                   Corazón mío,  muda tus cambiables maneras en consonancia con cada uno de tus amigos,
afectando los sentimientos que cada uno tiene.
Aprópiate la manera de ser del pulpo retorcido,
que se muestra semejante a la roca a que está adherido;
acomódate ahora a una y muda luego el color.  La habilidad es preferible a la intransigencia.  [E.  1.  213-218]
 

           2.5.2.6.  El hombre de bien.

                        El hombre de bien,  que es la ciudadela y fortaleza de un pueblo insensato,  goza de poca estimación.  [E.  1.  233-234]
 

           2.5.2.7.  Valores.

                   Lo más hermoso es la justicia,  lo más preciado la salud,  y lo más agradable,  el lograr lo que uno desea.  [E.  1.  255-256]
 

           2.5.2.8.  El camino del medio.

                   Tranquilo como yo recorre con tus pies el camino de en medio y no des a unos,  oh Cirno,  lo que es de otros.  [E.  1.  331-332]
 

           2.5.2.9.  Libertad.

                        Ninguna conducta ha sido prescrita a los mortales por la divinidad,  ni tampoco el camino que se debe recorrer para agradar
a los inmortales.  [E.  1.  381-382]
 

         2.5.2.10.  La honradez.

                        Ningún tesoro dejará,  oh Cirno,  a tus hijos mejor que la honradez compañera de los buenos.  [E.  1.  409-410]
 

         2.5.2.11.  No haber nacido.

                      De todas las cosas la mejor para los humanos es el no haber nacido ni llegado a contemplar los rayos del ardiente sol;
y una vez nacido,  atravesar cuanto antes las puertas de Hades y yacer bajo un elevado montón de tierra. [E. 1. 429-438]
 

          2.5.2.12. No se enseña el bien.

                       Es más fácil engendrar y criar un hombre que inculcarle un ánimo noble;
pues nadie hay que haya llegado a discurrir esto:  a hacer cuerdo al insensato y bueno al malo.
                       Si la divinidad hubiese concedido a los hijos de Asclepio la curación del vicio y de los sentimientos perversos de los hombres,  muchas y grandes ganancias se obtendrían;
y si el carácter fuera cosa fabricada artificialmente y puesta en nosotros,  jamás sería malo el hijo de un hombre bueno,  pues obedecería a sus palabras virtuosas;
pero,  en verdad,  es imposible que,  aleccionándole,  puedas convertir al malo en bueno.  [E.  1.  429-438]
 

           2.5.2.13.  Sólo lo difícil da la gloria.

                   No esforzándose uno los dioses no dan ninguna cosa,  ni una insignificante,  ni tampoco una buena;  son las empresas difíciles
las que dan gloria.  [E.  1.  463-464]
 

           2.5.2.14.  El vino revela al hombre.

                   En el fuego reconocen el oro y la plata los entendidos;
 y el carácter del hombre,  por muy sensato que sea,  es el vino el que
lo hace ostensible bebiéndolo en exceso,  hasta cubrir de infamia
al que antes era sabio.  [E.  1.  499-502]
 

           2.5.2.15.  Pensamiento y corazón.

                   Aquel cuyo pensamiento no puede más que su corazón,
siempre,  oh Cirno,  está en la desgracia y se haya en errores funestos.
[E.  1.  631-632]
 

           2.5.2.16.  Infame pobreza.

                   Infame pobreza ¿por qué,  pesando sobre mis hombros,  llenas de vergüenza mi cuerpo y mi espíritu?  Contra mi voluntad,  a la fuerza,  me enseñas muchas infamias:  ¡a mí que entre todos los hombres conozco lo bueno y lo bello!  [E.  1.  649-652]
 

           2.5.2.17.  Animo sereno.

                   No te aflijas en exceso en tu corazón por las dificultades;
ni te regocijes en exceso por la prosperidad;
pues el saber soportarlo todo es cualidad del hombre noble.  [E.  1.  657-658]
 

           2.5.2.18.  Todo es posible.

                   No hay que hacer un juramento como éste:
 “jamás sucederá tal cosa”;  porque los dioses se ofenden y son ellos precisamente quienes tienen en sus manos la realización de las cosas.  Del mal suele salir el bien así como del bien el mal;
a veces,  un hombre pobre se enriquece repentinamente,
y el dueño de grandes riquezas las pierde todas de repente en una noche;
a veces,  el hombre prudente se equivoca mientras la gloria se hace compañera del insensato y el malvado,
a pesar de serlo, logra honrosas distinciones.  [E.  1.  659-666]
 

           2.5.2.19.  Feliz viaje.

                          Ojalá,  lleno de alegría,  acabes felizmente el viaje a través del vasto mar y ojalá Poseidón te conduzca al término para alegría de tus amigos.  [E.  1.  691-692]
 

           2.5.2.20.  Convite.

                         Alegrémonos ahora bebiendo en medio de una agradable
conversación;  los dioses se cuidarán de lo que haya de suceder
después.  [E.  1.  1047-1048]
 
 



 
 

2.6.  JENOFANES DE COLOFON

(565-478 a.C.)


2.6.1.  Nota biográfica:

           Vivió en su ciudad natal hasta los veinticinco años,  cuando fue conquistada por Hárpago,  general de Ciro.  Exiliado viajó a la Magna Grecia,  visitó Mesina,  Siracusa,  Elea,  Lípari y otras ciudades de esa región.  Fue una personalidad potentemente original y nueva.  Vivía recitando sus propias composiciones poéticas a la manera de los rapsodas homéricos itinerantes.  Gozó de una vida prolongada,  murió casi centenario.
           Tenemos noticias de cinco libros de “Parodias”,  y de otro poema a la “Fundación de Elea”,  semejante a la “Esmirneida” de Mimnermo,  y de las “Antigüedades de los samios” atribuida a Semonides,  y en los cuales,  Burckhardt sitúa los orígenes de la historiografía helénica.
            Compuso un poema “Sobre la naturaleza”;  en él descubre la existencia de un orden supremo,  por encima de lo sensible,  lo social y lo humano;  en este poema,  con palabras solemnes,  expone su concepción del dios único,  desvinculado del politeísmo y el antropomorfismo afirmado por Homero.
            De toda su producción,  sólo nos quedan unos cuarenta fragmentos,  que no alcanzan los cien versos.  La obra de Jenófanes,  continúa la temática tradicional de la elegía,  mas le inspira un espíritu nuevo al cobrar conciencia de su valor educativo;  se expresa en versos de pulida forma y se caracteriza por una notable variedad de motivos y de tonos en el tratamiento de los temas que son familiares a la lírica de su tiempo:  el simposíaco;  el autobiográfico;  el de la verdadera virtud o excelencia (areté).
 
 

2.6.2.  Textos:
 

           2.6.2.1.  Unico Dios.

                        Un dios único,  sumo entre los dioses y hombres,  ni por el cuerpo ni por la mente similar a los mortales.  El lo ve todo,  comprende todo,  oye todo.....  [Frag.  19]
 

           2.6.2.2.  Antropomorfismo.

                        Pero si tuvieran manos los bueyes,  los caballos y los leones o pudieran pintar o componer obras de arte como los hombres,  los caballos semejantes a los caballos y los bueyes a los bueyes figurarían las imágenes de los dioses y modelarían estatuas conforme a la figura que cada uno posee...  [Frag.  13]
 

           2.6.2.3.  Banquete.

                   Porque ahora está limpio el suelo y las manos de todos y las copas;
y un servidor circunda nuestras cabezas con trenzadas
coronas mientras otro nos ofrece en un pomo un oloroso perfume;
la crátera está en pie,  colmada de alegría;
y hay guardado más vino en las ánforas,  dulce como la miel,  oliendo a flores,  que da palabra de que nunca hará traición agotándose.
En medio de la reunión lanza el incienso su perfume sagrado;  hay agua fresca,  agradable,  cristalina;
a nuestro lado se haya el rubio pan y la acogedora mesa,  cargada de queso y rica miel;
el altar,  en el centro,  está recubierto de flores y el canto y el bullicio de la fiesta llena la casa.
El hombre cuerdo debe,  lo primero,  celebrar a la divinidad
con relatos reverentes y palabras puras;  y una vez que ha hecho las libaciones y le ha pedido que le dé fuerzas para poder obrar la justicia -pues esto es lo primero de todo-,
no hay ningún mal en que bebas en tal medida que puedas regresar a casa sin la ayuda de un esclavo,  si no eres muy viejo.
De entre los hombres alaba al que después de beber deja ver su buen natural:
que su pensamiento y su esfuerzo están puestos en la virtud.  No entra en batallas de Titanes o Gigantes,  ni tampoco de Cantauros
-ficciones de los antiguos- ni en violentas reyertas:  ningún bien hay en ellas;
pero sí de tener una reverencia,  siempre buena,  para con los dioses.  [1 D]
 

           2.6.2.4.  Aprendiendo de los lidios.

                        Aprendiendo de los lidios inútiles refinamiento cuando
estaban libres de la odiosa tiranía,  iban a la Asamblea,  en número
no inferior a mil en total,  con vestidos teñidos todos de púrpura,
llenos de presunción,  luciendo sus bien peinados cabellos y
perfumados con raros ungüentos.  [3 D]
 

           2.6.2.5.  Metempsicosis.

                         Ahora pasaré a otra historia y mostraré el camino ............
                        Dicen que un día,  como,  según pasaba,  apaleasen a un cachorro de perro,  se compadeció de él y dijo estas palabras:
                       “Alto,  no le golpees,  pues es el alma de un amigo mío,  a la que he reconocido al oír su voz”.  [6 D]
 
 



 
 
 

2.7.  HIPONACTE DE EFESO

(alrededor de la mitad del siglo VI a.C.)


2.7.1.  Nota biográfica:

           De su vida sabemos muy poco.  Huyó de su patria a Clazómenas,  probablemente para escapar de la tiranía que en ella imperaba.  Era de condición noble,  mas envilecido por las circunstancias y la propia voluntad.
           Vivió en un ambiente de refinada cultura y malicia;  en una sociedad con influjo de las más antiguas culturas de Asia Menor,  sin ideales,  y preocupada sólo por el goce individualista e inmediato de la vida.
            En sus versos nos describe su vida como la de un cínico mendigo.  La suya fue una época de disolución de la cultura helénica,  avasallada por el dominio del elemento oriental que arropaba con su poder a toda Jonia.
            Recientemente nuevos papiros nos han dado a conocer numerosos versos suyos,  alrededor de 170,  mas en condiciones muy fragmentarias.  En sus yambos empleaba palabras pintorescas y vulgares,  gustaba de la obscenidad y de  la evocación  de la atmósfera picaresca en que vivía.  En su poesía predominaba un crudo realismo.  Fue imitado y tomado por modelo por el gran Aristófanes y por el erudito helenístico Calímaco.  También Catulo lo imitó en poemas de atrevida falta de pudor.
 
 

2.7.2.  Textos:
 

           2.7.2.1.  A un enemigo.

                   ¿Qué comadrona te limpió y te lavó mientras pataleabas,  a ti,  digno de ser fulminado por Zeus?  [12 D]
 

           2.7.2.2.  Degenerado pintor.

                   Infame Mimnes,  no pintes en el costado de bancos numerosos de un trirreme una serpiente que huya desde el espolón en dirección al piloto;  pues es una desgracia y una infamia para el piloto,
oh esclavo hijo de esclavo,  el que una serpiente le muerda la
espinilla.  [45 D]
 

           2.7.2.3.  Invocación por el poeta.

                          Hermes,  querido Hermes,  hijo de Maya,  nacido en Cilena,
imploro tu ayuda,  pues tengo un frío terrible .............................
                          Da a Hiponacte un manto, una túnica persa,  unas sandalias,  unas zapatillas y sesenta piezas de oro ...
¡Una sorpresa de fortuna!  [24 a D]
 

           2.7.2.4.  Los días más agradables de la mujer.

                          Dos son los días más agradables de la mujer:  cuando uno se casa con ella y cuando la saca a enterrar. [2 A D]
 

           2.7.2.5.  Maldición a un perjuro.

                        ... lanzado de un lado a otro por las olas.  Y ojalá que en Salmideso los tracios de alta cabellera le acojan,  desnudo, benignamente -muchos trabajos pasará allí,  comiendo el pan de la esclavitud-,  helado de frío.
                          Y que al salir de la espuma marina vomite muchas algas y castañetee con los dientes por el rigor del clima, yaciendo con la cara en el suelo,  como un perro,  tendido a lo largo de la misma orilla...azotado por las olas.
                           Esto querría yo ver sufrir a ese hombre que me ha agraviado y ha pisoteado el juramento,  él que era antes mi amigo.  [79 a Arch D]
 

           2.7.2.6.  Pegarle a Búpalo.

                           Tenedme el manto, voy a machacarle un ojo a Búpalo;
pues soy ambidextro y cuando golpeo no fallo.  [70 D]
 

           2.7.2.7.  Un fármaco.

                          Oh musa,  háblame del Eurimedontiada,  el remolino marino de estómago previsto de cuchillos que come sin orden ni medida;
dime como muere el infame de mala muerte según la ley,
lapidado,  por decisión del pueblo,  junto a la orilla del inquieto mar[77,  1-4 D]