Por Luis O. Brea Franco
Catedrático y consultor cultural
Lobrea@mac.com
La Secretaría de Estado de Cultura (SEC) está dotada, por disposición de la ley, de un presupuesto que debe alcanzar el 1% del total del gasto público anual. Se habla, para el 2001, de seiscientos millones de pesos. Esta cifra sería la mayor inversión jamás realizada en la cultura dominicana desde la creación de la República.
A través de continuadas declaraciones los funcionarios de la SEC han señalado que tienen planes elaborados para atender a las diversas problemáticas de la cultura.
Pensamos que lo correcto sería que tales planes se divulgaran y que todos pudiéramos conocer el programa articulado de las políticas culturales que se desplegarán durante el presente período constitucional. Igualmente debería de hacerse público el organigrama funcional, los reglamentos internos y la cuantía de la empleomanía con que contará la nueva institución.
Es importante conocer cuáles serán las políticas para la promoción del libro y la lectura; aquellas que se aplicarán para las escuelas de arte; qué se hará para la protección y puesta en valor del patrimonio cultural; cómo se van a manejar los museos, cómo se hará el fomento de las artesanías, la de las artes plásticas, de la música o de las artes escénicas, qué se va hacer para ampliar los mercados e incentivar las industrias culturales, cómo se profundizará en la reforma cultural del Estado y en la concertación de un Plan de Desarrollo Cultural, cuáles van ha ser las facilidades para la financiación privada de la cultura, entre otras.
Mas, sobretodo, deben publicarse y explicarse minuciosamente las partidas del presupuesto para el año 2001: clarificar sus objetivos generales y sectoriales, las estrategias y la metodología de su ejecución.
La cultura, además de valores y símbolos, constituye un importante sector de la economía: produce bienes y servicios, y con la creación de la SEC el Estado se ha comprometido a transformar esta área en un eficiente sector productivo al servicio de la sociedad.
Ahora que el debate social gira en torno al tema de la políticas fiscales y de las prioridades en la inversión social, me luce sería oportuno escuchar las propuestas de las nuevas autoridades en torno a las prioridades de la inversión pública en el ámbito cultural: cómo se visualiza aumentar la participación del sector cultural en el PBI, cómo se eficientizarán y mejorarán los servicios culturales que el Estado brinda a los ciudadanos, cuál será la política para fomentar el empleo y el crecimiento social de artistas y creadores, cuáles, y dónde, serán edificadas las infraestructuras necesarias, etc.. Todo ello es parte del compromiso de propiciar el desarrollo cultural y la identidad de los dominicanos.
Estimo que con claridad de objetivos, una metodología coherente de ejecución y la oportuna información a la ciudadanía se crearían la garantía de éxito de las políticas estatales y permitiría a los agentes culturales integrarse a ella para producir el crecimiento de la oferta cultural en calidad y cuantía para beneficio todos.
Publicado en el diario El Caribe, el sábado 11 de noviembre del 2000.