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Carta del Dr. Belisario Porras a la Cámara de Diputados sobre la situación militar en la frontera con Costa Rica República de Panamá Poder Ejecutivo Nacional Presidencia Mensaje No. 40 Honorables Diputados: Encontrándose el país en absoluta tranquilidad, consagrados nuestros conciudadanos a las labores fructíferas de una nación pacífica, y perparándose el Gobierno para dar comienzo al plan redentor de los caminos nacionales, nos sorprendió el día 22 de febrero a las 4 de la tarde la noticia de que el día anterior una fuerza militar del Gobierno de Costa Rica, a las órdenes de un Coronel de su ejército, había traspasado la línea del status-quo fronterizo entre los dos países y había ocupado el pequeño pueblo de Coto, en donde reside la autoridad panameña de aquella sección. Esa misma tarde el Poder Ejecutivo adoptó todas las medidas y todas las órdenes necesarias para repeler con la mayor celeridad posible aquella agresión inmotivada que parecía increíble por lo absurda. El General Manuel Quintero V., Secretario de Fomento, partió para la Provincia de Chiriquí durante la noche del 22 al 23 con una parte del Cuerpo de Policía Nacional para desembarcar lo más cerca posible del territorio invadido, y mientras tanto toda aquella Provincia, movida por el impulso patriótico más loable, principió a ofrecer sus hijos para defender el territorio nacional. Esa situación creada de modo tan repentino, tenía desde el principio caracteres de suma gravedad. Era un ataque desleal y pérfido que encontraba el país desprovisto de elementos de guerra y de fuerzas militares organizadas, y parece que el propósito de Costa Rica hubiera sido el inferirnos una grave ofensa en la seguridad de la impunidad. Para sorprender a los invasores que confiaban en nuestra absoluta impotencia, el Gobierno resolvió mantener completa reserva sobre sus decisiones y sus movimientos, pues, hubiera sido un crímen de esta patria el ancunciar nuestra expedición corriendo el peligro de que el invasor reforzara sus tropas y atacara con número mayor nuestras escasas fuerzas. Organizóse enseguida otra expedición y hoy podemos decirle al país que su dignidad y su honor están a salvo, que nuestras fuerzas en campaña son suficientes para expeler al agresor, como ya lo han expelido, y suficientes también para mantener la integridad nacional. Esos son los hechos graves que han motivado la convocatoria de la Asamblea Nacional a sesiones extraordinarias. El Poder Ejecutivo declaró turbado el orden público por Decreto número 39, de fecha 26 de febrero, que lleva la firma de todos los Secretarios de Estado, de acuerdo con el artículo 47 de la Constitución, y a vosotros toca considerar y resolver sobre las medidas adoptadas. Los Secretarios de Estado en los Despachos de Gobierno y Justicia y de Relaciones Exteriores, le darán a la Honorable Asamblea los informes que ella necesite para ilustrarla en sus deliberaciones y le presentarán los proyectos de leyes que sean necesarios para atender a la situación anormal del país y para creas una fuerza armada permanente que nos permita en lo futuro defender con rapidez y con eficacia el honor y los derechos de la Nación. BELISARIO PORRAS |