Gustavo Bove Fotos: Diego Quivén http://www.yeyeye.com
Maná es una de las agrupaciones con más trayectoria del rock
latino. Su historia se remonta a finales de los 70 cuando se hacían
llamar Sombrero Verde. El combo mexicano tuvo que batallar bastante
para ocupar el lugar de privilegio que hoy ostentan en el mercado
hispano. A partir de la placa ¿Dónde Jugarán los Niños?,
Maná
se convirtió en una banda de estadios, despertando singular pasión
en cada punto de Latinoamérica donde llevan su espectáculo. Además,
fueron los primeros artistas latinos en ganar un Grammy. Antes del
show planeado para el 5 de Mayo en el Estadio Ferrocarril Oeste de
Buenos Aires (Argentina), el cantante Fher y el bajista Juan
Calleros mantuvieron una extensa charla con Yeyeye.com, en la que
repasan sus comienzos, analizan los pros y los contras de ser parte
una banda tan popular, se refieren a su relación con Carlos
Santana, y adelantan cómo será su próximo disco, que tal vez sea
grabado en inglés.
Yeyeye: ¿Por qué lado notan el mayor crecimiento del grupo desde
que se llamaban Sombrero Verde hasta la fecha?
Fher Olivera: Desde entonces todo ha cambiado muchísimo. Las
letras, la música. Cada propuesta discográfica que hacemos lleva a
la evolución. Nos gusta siempre estar avanzando, buscando nuevas
alternativas, nuevos panoramas musicales y literarios.
Y: ¿Cuáles son los primeros recuerdos que les vienen a la cabeza
cuando se les hace mención a esas primeras épocas?
FO: Son épocas increíbles, donde dábamos nuestros primeros pasos.
Me vienen recuerdos de una furgoneta con la cual íbamos tocando de
bar en bar por todo el país. Tratando de ganar credibilidad con la
gente, con los medios. Te podría decir que es tan o más divertido
que ahora, dado que si queríamos estar una o dos semanas en un
lugar porque nos gustaba la playa nos quedábamos. Cuando se nos
acababa el dinero nos marchábamos a seguir tocando en otra ciudad.
Esa libertad ahora no la tenemos. El otro día comentaba que lo
mejor de esos momentos es que nunca faltaba el tequila y las chicas.
Esas son cosas fundamentales para estar alegre, feliz y apasionado.
Y: ¿Cuando hacen un análisis de su éxito, creen que fue una
cuestión de suerte, o lo relacionan con una acumulación de
trabajo?
Juan Colleros: Yo creo que ha sido un poco de todo, de grabar
discos, de tocar mucho, de hacer muchas giras. Todo eso sumado al
apoyo recibido de las radios y la prensa. Y sí, para lograr
cualquier cosa en la vida necesitas una cuota de suerte. La suma de
todas estas cosas ayudaron.
Y: ¿Cuánto tuvo que ver, para ustedes, el éxito de gente como
Miguel Mateos o Soda Stereo en todo el territorio mexicano para el
resurgimiento del rock en español en su país?
FO: Contribuyó muchísimo la movida argentina a que las estaciones
de radio abrieran sus puertas al rock en español, y de esta manera,
la música cantada en nuestro idioma llegara a la gente.
Y: Ustedes participan en proyectos a favor de la ecología y tienen
tomada una postura clara en cuestiones sociales. Sin embargo, en las
letras de sus canciones ese compromiso no se nota.
FO: Yo creo que eso tiene que ver con los temas de difusión que la
compañía discográfica lanza. Ellos nunca le dan importancia a
canciones más comprometidas. De esa manera, la gente identifica a
Maná por las canciones de amor. ¡Ojo! Yo creo que el amor también
ayuda a mejorar las cosas. Además, no hace falta que el artista esté
comprometido socialmente, y es una opción muy válida también. El
arte por sí mismo es una contribución muy grande a la sociedad, es
de las cosas más puras que un ser humano puede ofrecer.
Y: Ustedes hacen pop-rock, pero están dentro de una corriente que
el mundo conoce como "Música Latina". ¿Qué sienten
cuando se los mete en la misma bolsa con Ricky Martin, Luis Miguel o
Jennifer López?
JC: Es verdad, meten todo en una misma bolsa. No le dan mucha
importancia al rock que se hace en países como México, Argentina,
Chile, o Colombia. Le dan más importancia a los artistas que salen
en la televisión, y tienen mucha promoción.
FO: El mayor problema es que esos artistas no reflejan realmente lo
que es Latinoamérica. A ellos los arman como productos, les
escriben hasta los temas; no hay una realidad en su interior, son
artistas armados para entretener. Los gringos están absorbiendo una
movida prefabricada para tener éxito. Muestran bonitas caras,
bonitas nalgas o tetas, pero no representan a un chavo o una chava
latinoamericana. El otro día decíamos en el New York Times que en
algún momento el público anglo se va a abrir al rock latino como
se abrieron a Frida Kalho, a Octavio Paz, a Borges, a García Márquez,
a Neruda, y a mucha otra gente que sí refleja la realidad
latinoamericana.
Y: A pesar de ello, en conferencia de prensa declararon que grabarían
en inglés ¿No es contradictorio hacer esa concesión?
FO: Hay muchas razas y culturas que se sienten excluidas de los
Estados Unidos. Hemos peleado mucho para que esto no pase. Tendrías
que ver lo mal que trata la policía a los de otras razas, y no sólo
a los latinos. Nos hemos quejado por actitudes xenofóbicas. Sería
también racista si hacieramos que el arte de Latinoamérica sea sólo
para los latinos. Nuestra idea es compartir la música que hacemos
con los gringos. Posiblemente hagamos un disco, que si bien no sería
en su totalidad en inglés, tendría ciertos aspectos para hacernos
entender, con el afán de mostrarle una propuesta latinoamericana.
Nosotros escuchamos durante muchos años, desde los 60, el
rock&roll en inglés, sería una forma de decirles "aquí
estamos nosotros".
Y: ¿Cómo es el momento de la composición en Maná? ¿Cómo atraen
a las musas?
FO: A las musas se las atrae de diferentes formas. Particularmente,
me gusta mucho escribir en la playa, al lado del mar. Me llevo
algunas cositas inspiradoras: una mujer, tequila, vino, y todo lo
que tú te puedas imaginar (risas). También llevo una pequeña
grabadora, papel y pluma. Yo no creo mucho en la tecnología para
componer. Luego la canción la llevo a la sala, Alex (González, el
baterista) la escucha, y cada quien empieza a meter su instrumento.
A veces ellos me muestran la música y yo escribo según lo que me
inspira esa melodía. Es un proceso relajado. Nos gusta que las
canciones de Maná se puedan tocar en una guitarra. Le tenemos mucho
miedo a la tecnología, nos parece que le quita el alma a la música,
le quita el aire, la espontaneidad, las vísceras. Creo que el uso y
el abuso de la tecnología, desgraciadamente, ha producido un hueco
muy grande en el rock&roll.
Y: ¿Es algo tan importante, como se ve desde afuera, granar un
Grammy?
FO: No. Soy totalmente antipremios, no creo en ellos. Lo peor que le
puede pasar a un artista es empezar a perder esa ingenuidad que
tiene acerca de la música. No tengo ni un disco de oro en mi casa,
ni me interesa saber cuántos tenemos, o cuántas placas vendemos,
trato de estar ajeno a todo eso.
Y: Tienen 20 años de carrera ¿Cuál es el secreto para estar tanto
tiempo juntos?
JC: Nos conocemos desde hace tantos años que somos muy amigos, casi
hermanos. Además, nos respetamos mucho.
FO: Con el tiempo hemos desarrollado ciertas reglas de convivencia.
Con tus amigos sabes donde termina tu libertad y comienza la del
otro. Tenemos muy buen sentido del humor, todo el tiempo nos estamos
cagando de la risa, cotorreando. Dentro del seno de la banda no hay
egos, admiramos el trabajo de cada uno. Tu puedes estar orgulloso
con lo que tú haces, pero eso no quiere decir que el de al lado es
un idiota que está por debajo tuyo.
Y: ¿Cómo se sintieron al estar compartiendo un estudio o un
escenario con una leyenda como Carlos Santana?
FO: Me emocioné muchísimo. Reconozco que parte del concepto
musical de Maná, de fusionar el rock con estilos más latinos, está
inspirado por Carlos. Yo considero que él está a la altura de Bob
Marley o John Lennon. Cuando empezamos a cotorrear y entrar en
confianza, descubrí su gran calidad humana. Ese señor es un fuera
de serie; nada es casualidad, por eso las cosas le resultan tan
bien.
Y: ¿Cuál es la actitud más rockera que podrían llegar a tener
como grupo?
FO: Yo creo que el rock nació de la manifestación y de la
protesta. La actitud más rockera que podría llegar a tener una
banda es seguir protestando, y no sólo a nivel social, sino a todo
nivel. Creo que la esencia del rock seguirá siendo ésa, desde que
nació con los estibadores de Alabama, del Mississipi, y de todos
esos lugares donde nació el Rhitmyn & Blues que luego se
convierte en rock&roll. Pero el rock también es sueños, es
alucine, y porque no decirlo, es sexo, drogas. El rock&roll es
todo.
Y: Después de tantos años de éxitos, ¿siguen encontrando
motivaciones?
FO: Te podría dar varias respuestas, pero primero iría al fondo de
por qué estamos aquí: cuando comenzamos teníamos una necesidad
increíble de expresarnos, de hacer música, letras, de sentarnos a
tocar, a componer, a grabar. Esa emoción aún sigue estando muy
fuerte en nosotros. También, hay muchas metas para cumplir. Maná
no ha tocado en Italia, Brasil; en Europa hemos tocado dos o tres
veces, somos muy poco conocidos. Todo eso también es una trampa, te
vuelves adicto a la adrenalina de tocar en vivo, e ir ganando
mercados. Llega un punto en el cual te preguntas "¿cuándo te
vas a bajar de este tren?"; "¿dónde está tu vida
personal?", yo no tengo hijos, me faltan un montón de cosas.
Todo ese karma es parte del muy alto costo que tengo que pagar por
estar subido a este tren bala que es la carrera del grupo.
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