CAPITULO PRIMERO La fina piragua, larga y estrecha como la hoja de una espada, remonta lentamente la margen del Rio Cuyaba, al golpe ritmico de los seis remos que la impulsan... --Arriba!...Arriba!...Arriba!... Sesi torsos morenos se inclinan sudorosos para volver a alzarse tensos for el esfuerzo, mientras las anchas paletas de madera se hunden en las aguas verdosas... --Arriba!...Arriba!...Arriba!... El hombre cuya voz dirige a los remeros, marcandoles el ritmo, es un indio de la raza tupi, alto, macizo, recio, como tallado en caoba vieja...A su voz, los galeotes parecen reanimarse a realizar el mayor esfuerzo y sus ojos mongolicos, casi azules de puro negros, buscan la aprobacion del hombre balnco, sentado justamente en el medio de la piragua, con el casco de corcho sobre la nuca y la mirada inquieta recorriendo las margenes del rio donde se amontona la selva... --Cuando llegaremos al poblaco ese?... --Los hombres estan remando bien, patronn, pero la corriente es fuerte. --Te he preguntado cuando llegaremos... --Hoy patron; si no nos agarra la tormennta. Ha mirado el largo y estrecho trozo de cielo que deja libre la selva sobre el rio, como interrogando a las nubes negras henchidas de amenaza de lluvias y truenos... --Hace ocho dias que estoy de viaje. Ochho dias remontando este rio que parece no acabarse nunca... --No es igual bajar el rio que subirlo; hay que tener paciencia, patron. --Paciencia...paciencia!... El hombre blanco ha APRETADO LOS LABIOS como para contener la emocion dolorosa que le embarga mientras su mano inquieta oprime aquella carta doblada en el fondo del bolsillo de su chaqueta, y sus ojos vuelven a recorrer el litoral oscuor y verde, mientras el indio responde con el frio laconismo de las razas primitivas. --Contrastaste mi barca para llevarte a Porto Nuevo y a Porto Nuevo te llevo. --Es alli!...En aquellas casas de paja qque se ven en el playon de arena?... --No, patron. Porto Nuevo todavia esta llejos, mucho mas lejos... --En el fin del mundo por lo que veo! En el fin del mundo, en el corazon de la selva, en el rincon mas apartado del Estado de Matto Grosso; esto es, en el centro mismo de America, en las selvas de aquel Brasil inexplorado e inmenso, se alza en efecto Porto Nuevo. Aldea de mineros, de buscadores de oro, de aventureros ansiosos de jugarse la vida, de desesperados; en guerra abierta con el universo...Asi se presenta a los ojos del hombre que llega. --Llegamos, patron...Este es Porto Nuevoo. Demetrio de San Telmo no ha aguardado un instante para saltar a las mal unidas tablas del muelle, aspirando, como si el aire le faltara, el vaho pegajoso, humedo y caliente de los pantanos entre los que se alza el pueblo. Es un hombre alto, delgado, musculoso, de anchas espaldas y punos recios. Un mecho de cabellos castanos, le cae lacio sobre la frente; los ojos, de un color gris de acero se entrecierran como para adquirir mayor fuerza; por la camisa de lino entreabierta se ve el ancho pecho de atleta, y sacude las piernas largas y agiles, torturadas por la imnmovilidad de la piraguq durante dias enteros... --Que te debo? --Lo convenido, patron, y lo que sea tu voluntad para el aguardiente de los muchachos que han remado bien. --Toma, coge tu dinero y el resto para eellos... --Que Dios te ayude, patron. --Espera...Sabrias decirme donde vive Riicardo Silveira?... --Traigo y llevo carga de estos muelles,, desde hace anos, patron; pero no bajo nunca a Porto Nuevo. Por que no preguntas en la taberna?... El indio ha vuelto a saltar a la piragua, haciendo una sena a los remeros, indiferentes al gesto de Demetrio San Telmo, que extiende la mano como queriento detenerlos... --Arriba!... La barca se aleja. Han seguido remontando la corriente, sin mirar al hombre cuyo rostro parece mas sombrio en aquel momento. Aun aquel indio enigmatico e indiferente era un companero para el...Ahora se vuelve para mirar al pueblo con una horrible sensacion de absoluta soledad. Apenas puede darsele ese nobre a los barracones diseminado a la orilla del rio, a las dos docenas de casuchas de adobe que se amontonan en el centro, al remedo de plaza publica, donde ubicadas frente a frente, como desafiandose, estan la iglesia y la taberna... --Puerto Nuevo... Tras vacilar un instante ha ido hacia la taberna y otra vez sus dedos estrujan la carta doblada en el bolsillo de su chaqueta como pidiendole los remedios necesarios para responder al ruego que hay en ella... --Podria informarme alguien donde vive RRicardo Silveira?... Todos los ojos se han clavado con estupor en el recien llegado, como si no le comprendieran; pero algunos senalan al hombre que ocupa el centro del grupo; un hobre alto, musculoso, grueso, con rubicunda faz de alcoholico, que arrebata mas que tomar la botella que le acerca el cantinero. --Es usted el que puede informarme, senoor...? --Botel...Botel es mi nombre. Y no tengoo por que informar de nada a nadie. Probablemente no buscara usted a Ricardo para nada bueno. --Si lo conoce le ruego que me informe. Acabo de llegar a Porto Nuevo, ocho dias de viaje, solo por verle. El indio que me trajo me aconsejo que preguntara en la taberna. --Ya se acabaron los buenos tiempos en qque Ricardo compartia su whisky con nosotros. Siga su camino...y pregunte en otra parte. Aqui no nos importa lo que le pasa a usted. Una ira subita descompone el rostro del forastero pero antes de que acudan a sus labios las palabras, antes de que el VIOLENTO ademan conque va hacia los borrachos se complete, una mano firme y suave le ha sujetado por el brazo... --Quiere usted venir conmigo, senor?... --Eh, que!... --Le ruego que venga conmigo. Creo que ppuedo darle los informes que necesita . Ricardo Silveira le esperaba a usted...Venga... Pocos pasos les han bastado para estar fuera de la taberna y Demetrio mira con extraneza el chaleco cerrado, la chaqueta negra, el rostro pulcramente afeitado y los ojos serenos, claros y azules que se fijan con interes en el. --Le vi bajar de la piragua...Y estaba een la puerta de la Iglesia cuando cruzo usted la plaza... ...Sera usted Demetrio de San Telmo? --Exactamente...Como sabe?... --Yo soy el Reverendo Williams Johnsson y fui muy amigo de su hermano de usted. --Fue?...Quiere decir que no lo es ahoraa?...Sin embargo... --Le llevare a la casa de su hermano desspues que hayamos hablado y que haya descansado unos momentos; se le ve muy fatigado, amigo mio. Venga conmigo...Vivo aqui, junto a la Iglesia. --No importa mi cansansio...Si sabe usteed donde vive Ricardo, indiquemelo, se lo ruego. Necesito verle enseguida; estoy seguro de que me espera desesparado... --Ya no le espera...No pudo esperarle. --Que dice usted?... --Su hermano ha muerto. * --Beba, amigo mio...Beba usted, se lo ruuego. Un poco de whisky cae muy bien en momentos como este...Por la pena que usted demuestra, veo cuanta razon tenia el pobre Ricardo en aguardarle, en confiar en usted, en pensar que todo hubiera sido distinto para el si usted hubiera estado al lado suyo; pero por desgracia... --Llegue tarde!...Llegue demasiado tardee!...Tardo demasiado en escribeirme esta carta Ricardo. Fueron inutiles todos mis esfuerzos...Dios no quiso permitir que llegase!...Dios parece que no mira hacia la tierra!... --Calmese, amigo mio...Comprendo su doloor; ya se por Ricardo lo que el significaba para usted... --Era mi unico hermano, Reverendo. --Se que mas que hermano supo usted ser un padre para el..., no obstante llevarle pocos anos. Ocho, verdad? --Si...Eramos hermanos de madre solamentte. Por eso tenemos distintos apellidos. --Ricardo me hablo largamente de eso durrante los pocos dias de nuestra amistadad. --Pocos dias?... --No fuimos amigos, como usted comprendeera, mientras el frecuentaba la taberna. Botel, ese a quien se dirigio usted primero, fue su companero inseparable durante los nueve largos meses que Ricardo estuvo en Porto Nuevo. Con el encontro la mina, con el paso dias y noches bebiendo. --Que dice usted?...Ese hombre era amigoo de mi hermano?... --Ricardo no era el mismo que usted conoocio seguramente, cambio mucho aqui, en este ambiente, y no deba culparlo demasiado por eso. Un gran dolor puede tambien cambiar al hombre mas nombre, cegarlo, enloquecerlo... --Un gran dolor? Demetrio de San Telmo ha vuelto a ponerse de pie. Su esplendida figura parece mas alta, mas recia, en la modestisima salita del Reverendo Williams Johnsson. Hay un temblor de angustia en sus labios y casi bruscamente rechaza el vaso que el pastor vuelve a ofrecerle. --Perdoname, Reverendo; no deseo beber een estos meomentos. Necesito toda la lucidez de mi espiritu, necesito que me diga usted la verdad...Un gran dolor, ha dicho usted...Fue acaso un gran dolor lo que trajo a Ricardo a Porto Nuevo? Lo que lo aparto de su empleo, de sus amigos, de su carrera, de su vida feliz en Rio de Janeiro?...Siempre temi algo de esto!... PADRE WILLIAMS: Solo los ambiciosos vienen a lugares como este. Los que ambicionan minas de oro y diamantes como Botel. Los que ambicionan como yo, ganar almas para el cielo...Su hermano Ricardo tuvo aqui la obsesion de la riqueza, busco infatigablemente la mina que habia de convertirle en millonario en pocos meses; pero lo dejo todo cuando llego aquella carta, la carta de aquella mujer... --Que mujer era esa?...Acabe, Reverendo Williams, se lo suplico...Fue una mujer, verdad?... --Asi creo. Una mujer que le hizo buscarr la riqueza, que le hizo buscar despues la muerte, al rechazarle cuando la habia alcanzado... --Que me esta usted diciendo?...Busco Riicardo la muerte por su propia mano?... --Los datos que yo tengo sobre el particcular son bastante vagos. Solo se decirle que sabia que iba a morir, puesto que escrituro la mino a nombre de usted... --A nombre mio!... --Todos los papeles estan perfectamente en regla y en mi poder. Cuando se haya calmado, cuando se encuentre con fuerzas, le llevare hasta el bungalow de su hermano, en las afueras del pueblo. No es demasiado lejos y aun estan alli todas las cosas. En una nota para mi me pedia que las pusiera en manos de usted. --Entonces mi hermano se ha suicidado?....Mi hermano ha muerto por una mujer!..Puedo saber su nombre, Reverendo?...Quiere dicirmelo ahora mismo, en el acto?... --Mi pobre amigo...Su nombre, el nombre de ella no lo se. Sospecho que solo Ricardo podria decirlo y se llevo su secreto a la tumbo...Su hermano bebia espantosamente; tomaba luego medicinas y calmantes para aplacar sus nervios, pildoras, narcoticos.., que se yo!...El hombre mas fuerte no hubiera podido resistir y el llego al total agotamiento... --Es increible!...Increible!...Un muchaccho como Ricardo que parecia tener toda la alegria de la vida...Solo porque usted me lo dice, porque usted me lo asegura, puedo creer que es verdad todo esto... --En su carta, le decia algo, no?...Me ddijo que le habia escrito a usted y que tenia fe en que usted llegara para liberarlo, para arrancarlo de aqui, aun contra su voluntad si fuera preciso. Su hermano me hablo mas de una vez de su energia y de su entereza, Demetrio... --De que sirven la energia y la enterezaa contra lo que no tiene remedio? --Sirvanle al menos para sopartar mejor esta gran pena... --Mis propos sentimientos no me preocupeen, Reverendo; pero el...el...Todo fue extrano, incomprensible en su conducta desde que salio de Rio de Janeiro. Me escribio una absurda carta en la que ni siquiera me dicia hacia donde emprendia viaje... --Tengo entendido que salio de la Capitaal sin rumbo fijo. En el tren conocio a Botel que feu quien le trajo a Matto Grosso, quien le arrastro hasta Porto Nuevo. Aqui vivio como un insensato mientras buscaba la riqueza, esa riqueza que anhelaba como un obsesion... --Para ella!...Por una mujer que tenia uun precio!...Digame cuanto sepa, hableme claramente, por favor, Reverendo...Piense que he cruzado el pais entero para acercarme a el, que llegue con la esperanza de salvar a mi hermano del peligro de que me habla en esta carta, estas cuatro lineas de desesperacion y de locura...y le hallo muerto, muerto de esa manera...Es para volverme loco yo tambien!... PADRE WILLIAMS: Comprendo lo que siente; pero no puede hacer otra cosa que ensayar la virtud de la resignacion y recoger su herencia... --Que me importa la herencia!...Que me iimporta esa maldita mina que costo la vida a mi hermano!...Lo unico que quiero, lo unico que necesito es averiguar, saber...Lleveme usted a su casa, Reverendo!... --Por desgracia no puedo salir en este mmomento...Es aquel bungalow que se ve en lo alta del la colina. El del techo de pizarra. Pero repito que seria preferible... --Gracias por todo, Reverendo...Despues nos veremos. Se ha ido muy de prisa y una suave voz de mujer suena a espaldas del pasto. --Padrecito. --Eh! En la puerta que separa su modesta sala de la iglesia, hay una muchachuela indigena, cuyos pies descalzos se acercan a el sin hacer ruido. Viste una estrecha tunica de colorines, los cabellos muy negros le caen en dos trenzas casi hasta las rodillas. Sobre la piel color de cobre, brillan con reflejo acerado los grandes ojos negros... --Era el amo nuevo, Padrecito?... --Si. --El hermano del patron Ricardo?... --Si. --Fue para alla?... --Si. Pero no vayas tu a perturbarle...qquiere estar solo, necesita estar solo. --Pero alli esta mi ropa...y mi cama. Y el amo Ricardo me pago un ano de jornal adelantado. Con lo que me dio compre estos collares. Yo debo pagarlos trabajando para el... --Te agradecera mucho mas que lo dejes een paz; al menos hasta manana. Ya dispondra el despues lo que desee... --Viene a quedarse?... --No se nada, Ayesha. --Y va a estarse solo alla en la montanaa...sin que nadie le haga su comida?...Toda la casa esta desarreglada. Como usted echo las llaves y no me dejo entrar...Como sabe usted que el amo nuevo no me quiere, padrecito?... --Esta bien, Ayesha...Se lo preguntare mmas tarde, cuando vaya a buscarlo. Ahora ven conmigo. Te vendra muy bien escuchar el sermon que voy a decir esta tarde... (As neither DEMETRIO nor YADIRA pays attention to the wise advice of PADRE WILLIAMS, the story continues...) * En la cumbre de la colina, unica prominencia del terreno en toda la comarca, se alzan tres bungalows de madera, uno de ellos totalmente abandonado, proclamando que nadie le habita de mucho tiempo atras; uno recien pintado de chillones colores, rodeado de arboles y de una especie de jardin tropical; y el ultimo, el mas lejano, acaso el mas pobre, el de aspecto mas sombrio, aquel en que el grueso techo de pizarra parece pesar sobre las despintadas paredes, es el que habitara Ricardo y cuya puerta franquea ya Demetrio de San Telmo, cada instante mas contristada el alma... --Y aqui vivia mi hermano!...Aqui murio!!...Aqui arrastro una vida miserable...por culpa de quien?...De quien?... En un pequeno armario abierto de par en par, se amontonan los frascos; remedios contra la malaria, contra las fiebres tropicales, contra las picaduras de insectos venenosos... --Aqui vejeto mas que vivir, enfermo, abbandonado...Aqui vio venir la muerte, o la busco el mismo, desesperado ya... --Buenas tardes... --Eh, que!... --Buenas tardes, senor...Sera usted el ppariente que esperaba Ricardo?... --Seguramente, pero... --Yo soy su vecina mas proxima...Vivo enn el bungalow pintado de amarillo...Soy la esposa del doctor Botel... --Ah!... Venciendo su amargura, Demetrio de San Telmo ha reparado con mas atencion en la mujer que entrara casi furtivamente. Es joven y no es fea, no obstante su gesto de cansancio y las canas prematuras que blanquean sus sienes. Su mirada triste, sus modales suaves, le han predispuesto en favor de la recien llegada. --Me mira usted sorprendido. --Se lo confieso. Nunca pense que ese seenor Botel estuviera casado, y menos con una dama. --Oh...su opinion es muy amable, aunque no para mi esposo, ciertamente. --Si, es el quien la envia... --Oh, no...El todavia no ha regresado. PPero yo le vi a usted subir desde el pueblo y por la ropa y el aire, no me parecio usted uno de los tantos buscadores de minas, sino algo distinto...Cuando vi que abria las puertas de la casa de Ricardo y que entraba aqui, no me quedo duda de que se trataba de su hermano Demetrio de quien el tanto hablaba, y por fin me decidi a presentarme...de una manera bastante incorrecta, pero en fin...aqui no es como en la ciudad. Esta vida es distinta... --Y terrible para una mujer como usted, a lo que adivino. --No puede usted imarinarselo. Por eso nno hay que culpar demasiado a la novia de su hermano... --La novia de mi hermano?... --Bueno...Usted sabra toda la historia.... --No se absolutamente nada. El Reverendoo Johnsson, que es la unica persona del pueblo con quien he hablado, apenas me ha podido dar datos my vagos...Se que mi hermano estaba enfermo, que hacia una vida infernal, que desesperado, tal vez hasta busco la muerte por su propia mano...y se que todo eso fue con causa de una mujer. Una mujer a la que usted parece conocer. --Oh, no...Solo por el retrato. --Que retrato? --El que estaba en aquel marco. Su hermaano de usted lo hizo pedazos aquella noche, cuando recibio la carta, y desde entonces no se ocupo mas de nada. Bebia y bebia como un loco...Llegaba al amanecer arrastrandose...y aun mandaba a la muchacha a traerle mas whisky de la taberna...Pero mi esposo y los peones siguieron trabajando en el lugar que el habia indicado y asi hallaron la mina. --Me cuenta usted cosas increibles... --Y no sabia usted nada de esto?... --No. Mi hermano salio de San Paulo paraa trabajar en su carrera, para desempenar un importante cargo... --Su carrera... --Mi hermano era abogado. No lo sabia ussted?... --Nunca lo dijo. --Llego a ser el hombre de confianza dell millonario Castelo Branco en Rio de Janeiro...Un dia abandono su cargo; la sed de oro parecio enloquecerle. --Un noche, hablando con mi esposo, muy bebidos ambos, le oi contar algo asi...El queria ser rico, su novia le habia prometido aguardarlo si lograba hacerse rico en un ano; y el vino a Matto Grosso, comercio en ganados, estuvo entre los buscadores de diamantes del Rio Parana; sufrio de paludismo, de malaria...Mi esposo lo trajo a Porto Nuevo... --Y Ricardo lo sufrio todo, lo afronto ttodo, por una miserable mujer a la que era preciso comprar con dinero...es inaudito, increible!... --Su propio hermano lo comprendia asi, ssenor San Telmo; pero aquella mujer le obsesionaba...Esperaba hacerla cambiar...Cuando llego la carta... --Dos veces me ha hablado usted ya de essa carta...La vio usted?...La leyo?...Supo exactamente lo que decia?... --Decia que iba a casarse con otro...unoo que ya era millonario... --Oh!... --Su hermano bebio como nunca aquella nooche. Desde alla sentia yo sus gritos, el ruido que hacia al destrozar los muebles...Ayesha, la indita que le servia, llego temblando a mi casa, dijo que su amo se habia vuerto loco... Mi marido no estaba. Yo, con mucho miedo, me decidi a acercarme. Su hermano estaba solo en medio de la sala, habia destrozado el retrato de ella y lloraba como un nino sobre sus pedazos... --Es absurdo, increible!... --El le aguardaba a usted, sin embargo....Comprendo su pena, su gran pena de usted. Ha callado impresionada por el dolor que refleja el viril semblante de Demetrio de San Telmo, y queda silenciosa mirandole, mientras el inclina la cabeza como bajo el peso implacable de la desgracia, para alzarla casi desafiante despues... --Como era la mujer del retrato?... IRMA: Muy hermosa, ciertamente...Una verdadera belleza. Un porte aristocratico, delicado, hasta cierto punto se comprende que tuviera miedo de compartir todos estos trabajos con su hermano. Para una muchacha de buena familia, criada en la capital, esto es peor que el infierno. --Pero no vacilo en ordenarle a el que sse hundiera en este infierno... --Cuando se ha nacido en la abundancia sse tiene miedo de ser pobre. --Nunca dijo su nombre mi hermano?... --Nunca...era un perfecto caballero. --Que tenia eso que ver?... --Es indiscreto, pero tengo entendido quue ella le habia amado generosamente antes... --Quiere decir que habia sido su amante??... --Eso pienso...Son cosas muy delicadas; claro que yo no tengo la seguridad. Pero ese mismo secreto en que su hermano guardaba el nombre, aun cuando hubiera bebido hasta perder el sentido casi, indica algo, verdad?.. --Su suposicion es muy acertada...y era lo unico que le faltaba a la dama del retrato; ser ademas de todo, una mujer liviana...MALDITA!... --Senor San Telmo... --Perdoneme...Me exalto hasta no ser dueeno de mis palabras. Pero le aseguro que... --Oh, mire usted!...El Reverendo... El pastor llegaba en efecto a la puerta...grave y sereno como siempre. --No se alarme, senora Botel. Vine a busscar al senor San Telmo por si queria pasar la noche en mi casa y hacerme el honor de acompanarme a la hora de la cena... --Es usted muy amable; pero... --Confio en que no ha de desairarme. Bajjaremos juntos dentro de un rato... --Reverendo...No crea que he venido por curiosidad...Yo... --Botel salio de la taberna y no tardaraa mucho en llegar. Se disgustare si no la encuentra. --Salio ya?...Con permiso de ustedes enttonces...Me voy mas tranquila dejandole bien acompanado, senor San Telmo...Si puedo servirle en algo... --Buenas tardes... Se ha ido casi corriendo, mientras una sonrisa compasiva asoma a los labios del Reverendo. --Espero que no le habra molestado demassiado la visita de la senora Botel...Es una buena mujer a quien el tiraniza sin piedad. A veces habla mas de lo debiera; pero... --Ahora hablo menos de lo que yo hubieraa querido escucar...Sus palabras y las de usted, solo me han dado la tristisima certidumbre de que todos ignoran el nombre de la mala mujer que destrozo la vida de mi hermano... PADRE WILLIAMS: Y no le parece a usted que es mejor?...Que gana con alimentar rencores que le amarguen?... --Por desgracia viven aunque la voluntadd no les alimente. --Lo mejor para usted seria ceder los deerechos de la mina a algun Banco y liquidar con todo esto. Le sera muy facil; la mina es riquisima; tiene oro para vender y regalar... --No me interesa el oro de la mina. A esse dinero solo le encontraria un empleo digno: La venganza. --Por favor!...Esta usted loco...La vengganza contra quien?..Contra una mujer cuyo nombre ignoramos?... --No es un imposible averiguarlo. Se quee era joven, que era hermosa, que pertenecia a la mejor sociedad de Rio de Janeiro. Seguramente a la sociedad que frecuenta la casa del millonario Castelo Branco. Ese fue durante dos anos el mundo de mi hermano...parecia vivir feliz. Ella de daba esa falsa felicidad, ella lo acerco a la gloria para hundirle despues en el infierno...No cree usted que merece ser tratada de la misma manera?... --Por favor, calmese...Me da miedo su exxaltacion...Es una locura haber pensado en la venganza...Destrozara usted su propia vida, sin que pueda remediar nada de lo que ya ha ocurrido a Ricardo. --Piensa usted que mi vida no esta destrrozada?...Piensa que puedo vivir tranquilo despues de todo esto?...Que puedo gozar de este dinero?...No Reverendo Johnsson...Usted es de otra raza, de otra sangre...se ha consagrado a un ministerio diveno y no comprende lo que pasa por mi alma...Pero yo se que mi vida no tiene ya mas que un objeto: cobrar esa deuda, castigar esa infamia... --Pero de que modo podra valerse? --No lo se. --Su prentension es absurda. Aunque sea como usted dice, de otra sangre y de otra raza; soy hombre y soy joven. He sentido la indignacion de todo esto. Creo como usted, que un crimen como el de esa mujer debe ser castigado; pero dejo a Dios el cuidado de toda venganza, de todo castigo...Algun dia su justicia le alcanzara; algun dia llorare por todas las lagrimas que ha hecho derramar, algun dia sufrira lo que sufrio Ricardo... --Puede usted estar seguro de eso, Reverrendo Johnsson. [In book version PADRE WILLIAMS is younger man... .and being Protestant, not Catholic, it is possible for him to marry & still serve the church (same actor played him in both TV versions, years apart). Therefore it is HE whom Demetrio sees as a more serious rival than "el francesito" who knew Veronica's father (a more comical character than "our" Andres). ] PADRE WILLIAMS: Deseche esas ideas que le hacen dano...Necesito verlo tranquilo para poner en sus manos muchas cosas que le pertenecen. En este maletin estan los papeles de su hermano, algunas alhajas y un buen punado de pepitas de oro puro; son de la mina y le pertenecen a usted. Valen unos cuantos cientos de contos de reis... Ha abierto el pequeno maletin de cuero que momentos antes extrajera de un armario...Los ojos de Demetrio resbalan indiferentes sobre los gruesos trozos de oro, se detienen tristemente un instante sobre el reloj y la sortija de su hermano, y ven al fin algo de que la mano se apodera al instante. --Un panuelo de encajes...De ella, si....de ella!... Lo ha estrujado con rabia. Es un pequeno cuadrangulo de seda, leve y lejanamente perfumado; y al borde mismo del encaje, un ancha INICIAL que se clava en las pupilas de Demetrio de San Telmo, como queriendo desafiarle. El Reverendo Johnsson se inclina, preguntando: --Que es? --Poca cosa...un panuelo de encajes...Baastante sin embargo para senalarme el camino de la venganza!... END OF CHAPTER ONE CAPITULO SEGUNDO --Pero Johnny...Quieres no decir mas tonnterias?...Me matas de risa con esos proyectos... Son las seis de una esplendida tarde de mayo, los criados retiran los restos de la seculenta merienda y el impecable servicio de plata, mientras en la rotonda de cristal anexa a la terraza, do muchachas y un joven, charlan con la alegria y volubilidad de la juventud y la confianza... --Siempre te ries de todos los proyectoss de Johnny para trabajar. Haces mal en desanimarlo, Veronica... --Sencillamente no creo en la firmeza dee sus propositos de trabajo, y si me permito gastarle alguna broma es solamente para estimularlo. Verdad que tu lo sabes y no me lo tomas a mal? --Yo se que siempre tienes razon, Veroniica. Realmente no soy hombre de trabajo; amo demasiado la vida, la belleza, me gusta demasiado mirar el cielo, el mar...y los ojos de ciertas mujeres... --Adulador! --Los admirables ojos de las mujeres de mi tierra. Soy el hombre que normalmente tiene que dar este sol y este clima, que no se hizo para extenuarse en el trabajo, para amontonar ambiciosamente lingotes de oro, sino para gozar de la vida aunque muchos se atrevan a reprocharnoslo. --Sabes que pienso exactamente igual quee tu; pero a Virginia la estamos escandalizando. ELLA ES UNA HORMIGUITA QUE TIENE POR IDEAL DE VIDA LLENAR CON UNA OCUPACION CADA INSTANTE. --No tanto; pero aunque se burlen ustedees de mi, me gusta estar ocupada. Como soy pobre creo que debo aprender a bastarme a mi misma, y he leido siempre que la ociosidad es la madre de todos los vicios. --Puede ser; pero tambien es la madre dee todos los refinamientos y de todas las exquisiteces...En la ociosidad sonamos, y creo que no hay nada mejor que los suenos, prima mia. --Bravo!..Asi me gusta que defiendas nueestra causa.--Johnny siempre defiende lo que tu quieres, y hace lo que tu mandas. Soy yo la que siempre esta de mas... --Vamos, tonta!...Vas a tomar una broma en serio?...Nadie la critica tu laboriosidad; pero tenemos que justificar nuestra pereza. JOHNNY: Ay, Veronica!...Con ser tan bonita creo que ya has hecho bastante... La llamada Veronica ha sonreido halagada, echando hacia atras la hermosa cabeza de perfecto perfil helenico. Es realmente muy bella, tanto como, encendidos de pasion, los ojos de su primo parecen demostrar...Los suaves cabelles andulados azulean de puro negros, negrisimas son las cejas y las pestanas, igual que las pupilas de profunda mirada ardiente; las mejillas de una palidez mate y sana, y la boca jugosa, dulce y fresca como un esplendido y maduro fruto tropical. Todo en ella da una sensacion de dominio, de fuego, de pasion; desde sus suaves movimientos, llenos de exquisita voluptuosidad, hasta la altiva gracia con que se yergue su cabeza. --Ser tan linda como Veronica debo ser uun encanto... --Tu tambien eres muy linda, Virginia. Al volverse a Virginia, la expresion de Juan de Castelo Branco ha cambiado. Es un gesto fraternal, tierno y afectuoso, como de hermano mayor, que se acentua al ver ruborizarse el fino rostro de lineas exquisitas, porque Virginia de Castelo Branco, prima de Johnny y de Veronica, es tambien una lindisima muchacha; menuda, fragil, de grandes ojos claros, de dorados cabellos, de boca breve y fina; tiene la gracia un tanto infantil de ciertas porcelanas y el encanto ANGELICAL de los ninos tristes. A veces, por contraste extrano, pasa por sus ojos de cielo un chispazo acerado, el fulgor de una voluntad, de una fuerza insospechable; pero casi inmediatamente los parpado sombreados de espesas pestanas, bajan ocultando aquella chispa hasta apagarla. VIRGINIA: --Ya se que no te gusto nada... --Pero, nena, que tonteria! --Me di cuenta desde el primer dia que lllegaste. Al mirar a Veronica quedaste deslumbrado... --Bueno... --Claro que no puedo culparte...Veronicaa es encantadora, y yo no valgo nada, casi nada... --Que estas diciendo, hija de mi alma?.... Dona Sara de Castelo Branco ha aparecido bajo el arco que divide la rotondo a de la sala. Es una mujer alta, imponente, vestida con regia elegancia y que aun conserva restos de una belleza que debio ser notable. Su mirada pas inquieta por el rostro de su hijo, resbala con frialdad sobre la esplendida figura de su sobrina Veronica, que se ha puesto de pie al verla entra, para posarse luego con profunda ternura en la rubia Virginia, que como una chicuela corre a refugiarse en sus brazos. --Yo no valgo nada, pero tu si me quierees, verdad, tia Sara?... --Te quiero yo y te queremos todos en essta casa, te apreciamos en todo lo que vales...no creo que haya nadie capaz de decirtelo contrario. Su mirada se ha vuelto hostil al fijarse en Veronica, que sonria con breve sonrisa resignada. Has sido tu, verdad Veronica?...Seguramente empleaste con ella alguna de tus brusquedades, o de esas bromas de dudoso gusto que acostumbras usar. Demasiado conoces la sensibilidad de Virginia y como me molesta que le digan nada que pueda mortificarla. --Estas siendo injusta, mama. Veronica nno ha hecho absolutamente nada, no had dicho nada que pueda mortificar a nadie--protesta Johnny. --Conozco mas que tu a Veronica...se suss manas... --Con su permiso, tia...si no me necesitta me ire a mi cuarto. --Veronica!... --Dejala!... --No, mama; no puedo dejarla. Le has habblado desagradablemente sin ningun motivo, sin niguna razon. Era a mi a quien respondia Virginia cuando tu entraste...Con tu permiso, mama. --Es el colmo!...Johnny...Johnny! --No le llames...No te disgustes con el,, tia Sara; no le digas nada, no quiero que por mi se mortifique nadie...A mi no me importa que los demas no me quieran...Me quieres tu y con eso me basta! *** --Veronica...quiero pedirte que perdoness a mi madre... --Oh!... Veronica se ha vuelto lentamente al escuchar muy cerca la voz de Johnny de Castello Branco. Esta en el extremo de la gran terraza que da sobre los jardines, respirando al aire espeso, cargado de perfumes de aquel atardecer de mayo, y aun parece mas esplendidamente bella bajo el cielo azul, que en la rotonda de cristales; aunque hay una sombra de tristeza que vela sus grandes ojos, profundos y ardientes. --Te trato mal sin razon alguna. --No te preocupes; ya estoy acustumbradaa. --Que dices?... --Nada que deba inquietarte, Johnny. En las simpatias y antipatias no se manda. Nunca tuve la suerte de agradar a tia aSara... --Es increible. Por que? --Virginia fue siempre su preferida; dessde aquella manana en que huerfana a los diez anos vino a comer el pan de este casa donde ya me daban a mi cobijo y abrigo... --Nada mas natural, tu padre era primo hhermano del mio; fueron camaradas y amigos desde ninos. --Si. Lo he oido contar: su companero dee locuras y calaveradas. Mi padre se arruino porque quiso, segun dicen...tiro el dinero a manos llenas, vivio locamente, fue prodigo con su fortuna y con su vida, y murio a los treinta anos en un duelo ridiculo por una mujer vulgar... --Quien te ha dicho eso?... --Todo el mundo lo sabe en Rio de Janeirro. La propia tia Sara conto la historia mas de una vez casi en mi presencia cuando yo era una nina. --Es imperdonable en mama!... --Por que ha de ser imperdonable?...Ellaa no podia sospechar que mi precocidad adivinara sus medias palabras, sus alusiones veladas. Despues do todo, aquellos fueron mis mejores anos en esta casa. --Como?... --Antes de que Virginia viniera, mi tia me queria mas... VERONICA: Antes de que Virginia viniera, mi tia me queria mas...Luego, claro, el contraste de su dulzura con mi brusquedad, de su diplomacidad con mi franqueza agresiva, de su laboriosidad con mi pereza, de mi caracter violento y apoasionado con el suyo apacible y suave...es natural que mi tia eligiera a la criatura docil y mansa que se plegaba a sus caprichos sin una protesta, prefierendola a la rebelde y audaz que mi padre me habia ensenado a ser. Que quieres?...Tengo muchos defectos y tia Sara no quiere perdonarmelos... --A mi me pareces encantadora...maravilllosa, unica! --Eres el hombre mas amable que he conoccido en mi vida. Se lo que soy en realidad; no se luchar con astucia, no quise luchar con Virginia para ganar el corazon de tia Sara. Ademas, me dieron poco tiempo... --Si; ya se que casi inmediatamente fuisste interna a un colegio, mientras Virginia se quedaba en casa. --Siempre fue delicada de salud; tuvo aqqui mismo profesores particulares. --Por desgracia su instruccion no ha gannado mucho con eso...Tu en cambio... --Fui al colegio de disciplina mas severra que pudo encontrase en la Capital; tia Sara juzgaba que me hacia falta. Me obligaron a estudiar, no es gran merito de mi parte. Me apasione por los deportes, por el piano, y fui bastante feliz alli; las maestras me estimaban. --Todo el que te trate tiene que estimarrte, que adorarte, Veronica. --No hay que exagerar. Por unas causas oo por otras mi salida el colegio fue retrasandose. Cuando volvi a esta casa era una extrana, y Virgina la nina mimada...Ademas, ya la has visto; es blanda, nona, mimosa, y le basta derramar una lagrimita en los brazos de tia Sara, para que esta la complazca en cualquier cosa. Sus caprichos son ordenes en esta casa, no se si lo has notado... --Supongo que mi padre habra sabido al mmenos compensarte... --El tio es muy bueno, claro que esta siiempre tan ocupado. Desde que tu has llegado es que lo vemos mas. Esta orgulloso de ti, contento de haberte visto regresar con tu carrera de ingeniero. --Mi carrera de ingeniero, que como con razon dijiste antes, no me ha servido mas que para hacer castillos en el aire. Casi diez anos lejor del hogar, viniendo en vacaciones en las que no soliamos coincidir. --No...la tia preferia siempre que yo approvechara los cursos de verano. En ellos aprendi idiomas, perfeccione un poco la musica, aprendi natacion, esgrima...despues de todo la idea no fue mala. --Esgrima?...Me hizo una gracia cuando mme dijeron que eras una esgrimista formidable...Sabes que tengo ganas de desafiarte?... --Cuando quieras, pero te advierto que nno vale la pena, no es para tanto. --Y que me dices de un paseo a caballo ppara esta tarde?... JOHNNY: Y que me dices de un paseo a caballo para esta tarde? VERONICA: Magnifico!...Siempre que no nos retrasemos para cenar. --Regresaremos cuando tu quieras. Voy a mandar ensillar tu caballo y el mio. --Aguarda...tal vez debieras invitar a VVirginia; preguntale al menos si quieres acompanarnos. --Monta muy mal y enseguida se cansa; quuiere ir a paso de coche funebre y si la dejamos atras hace una rabieta. --Si no la invitamos se disgustara tia SSara. --Cargo con toda la responsabilidad. Lo mejor es que nos vayamos sin decir una palabra a nadie...O es que no quieres ir sola conmigo? --Por Dios, Johnny que disparate! --A veces me parece que me esquivas, quee te molestan mis asiduidades. --Pero que tonteria!... --Si tu supieras adivinarme...si yo fuerra capaz de decirte... Se ha detenido como otras veces, antes de que la confesion de amor escape de sus labios, como si en el fondo de aquellos ojos de Veronica, negros y ardientes como dos abismos de extrano fuego, hubiese algo que a la vez lo fascian y le espanta. --Que?... --Nada...quisiera saber lo que piensas, quisiera conocer el fondo de tu alma, esa alma hurana que temo no llegar a comprender jamas... --Eres incorregible, Johnny...Damos o noo nuestro paseo a caballo? --Lo damos... --Te advierto que yo me arreglo en cincoo minutos y luego voy a tener que esperarte... --Cualquier hombre es capaz de vestirse y desnudarse cinoc veces en el "momentito" que tarda cualquier mujer en cambiarse. --Eres todo un psicologo!... --Y tu la criatura mas adorable que conooci jamas. Eres como el sol de Rio... --Pues del sol de Rio todos hablan mal....dicen que quema demasiado. Han cruzado juntos la amplisima terraza. Joven, buen mozo, distinguido, Johnny de Castelo Branco no hace mal papel junto a la esplendida muchacha de negrisimos cabellos y piel color de ambar. Por eso, desde la puerta de la rotondo de cristales, unos ojos les siguen rencorosos...Los de Virginia... --Encantados de la vida...ya los vez, tiia Sara. Todo el mundo le estorba a Veronica cuando esta junto a Johnny; por eso hace lo posible por alejarme, y despues de todo es natural. El, cuando esta con ella no echa de menos a nadie... --Vamos, no digas tonterias...Yo se que le agradas muchisimo a tu primo; pero si tu, de tontita, no vas con el y le hablas... --Que va a hacer el si ella le sonsaca?.... --Ah!...Lo sonsaca? --Quiero decir...que le cuenta cosas intteresantes, le habla en forma que el no tiene ojos mas que para mirarle, y de pronto se va Johnny va tras ella como es natural y yo me quedo sola. Eso pasa cada rato. --Pues cuando eso pase, me vas a hacer eel favor de irte tranquilamente desde ellos vayan...No faltaria mas! --Para que me hagan otro desaire?... --No te lo haran. Mi hijo es incapas... --Johnny es muy bueno; pero... --Pero nada. Te aseguro que yo arreglaree este asunto. Esa Veronica! --Pero sin decirle nada, tia Sara...Desppues dice que tu la reganas por culpa mia y me toma mas rabia... --Que te tome toda la rabia que quiera, pero que se porte contigo como tiene que portarse. * --Caramba, muchacha...que guapa estas coon ese traje! --Ah, tio...No te habia visto... --Ya, ya!...Tienes mucha prisa a lo que parece... --Johnny se ha empenado en que damos un paseo antes de cenar, y si volvemos tarde disgustaremos a tia Sara. Teodoro de Castelo Branco, de pie en la puerta de su despacho, envuelve a su bellisima sobrina en una mirada de orgullo paternal. Distinguido, airoso, arrogante a pesar de sus sesenta anos, parece ser la figura apropiada para moverse en el marco senorial de aquella especie de palacio que heredara de sus antepasados. Mayorazgo de una noble familia, lleva con igual soltura su abolengo y sus millones, y sonrie con agrado mientras examina cada detalle del traje de montar blanco, que tan esplendidamente realza la figura de Veronica... --Podrias servir de portada a un magazinne...Supongo que ese granuja de Johnny estara encantado de poder lucir una companera como tu por toda la ciudad. --Naturalmente que estoy encantado, papaa...Pero soy mucho mas egoista de lo que supones. Me gusta llevar a Veronica por donde yo solo pueda mirarla. --Lo cual no deja de ser una prueba de bbuen gusto. Veronica es la flor mas hermosa de esta vieja casa de los Castelo Branco... --Creo exactamente igual que tu, papa. --Y entre los dos terminaran por sacarmee los colores a la cara...Sin contar con que se nos va la tarde. --Dame un beso, hija mia, y si este tontto galan siglo XX que tienes a tu lado no es capaz de hacerte madrigales, cambialo por tu viejo tio... --Ya oiste, Johnny?...En la propia casa tienes un rival!... --Que Dios les acompane...Y no vengan muuy tarde para no hacer rabiar a Sara. Se han ido, pero las ultimas palabras del tio han llegado claramente a los oidos de dona Sara, que se acerca con gesto amargado... --Que pasa? --Nada mujer, no pasa nada. --A donde van Johnny y Veronica! --Viendolos en ese traje esta de mas preegunatar...Simplemente a dar un paseo a caballo. --Escondiendose. --No se esconden, puesto que acabo de haablar con ellos y me han dicho dondo van. --Ni siquiera han pensado que Virginia qquerria acompanarlos... --Probablemente no le interese. Siempre le tuvo miedo a los caballos. --Estoy segura de que no le han dicho naada. Esa Veronica! --Dejate de tonterias, Sara...Veronica ssabe lo mismo que tu y que el paseo no podia ser del agrado de Virginia. --Por eso probablemente habra querido daarlo... Tengo entendido que espontaneamente no piensan en ella jamas. --Lo cual supongo que producira las quejjas de la mimosa de Virginia; pero despues de todo, es natural... --Natural, que?... --Que les agrade estar solos. --No se por que va a ser natural!...Ese tonto de Johnny! --Tonto?...Y ha escogido a la muchacha mmas linda de Rio de Janeiro?...Claro que la tiene en su propia casa... --Ha escogido...ha escogido!...Por lo quue veo te parece perfectamente bien que Johnny ande flirteando con Veronica... --No. Eso me pareceria muy mal. Me parecce perfectamente que se enamoren y se casen... --Ah, si! --Despues de todo, que mas podemos deseaar?...Claro que Johnny hubiera podido escoger entre las mas ricas herederas del pais entero; pero hay bastante dinero para los dos en casa... --Por lo visto te has olvidado de nuestrra Virginia... --Por que piensas eso?...Nunca he pensaddo en abandonarla. Si sus sentimientos la llevan a casarse con un hombre pobre, tendra mi apoyo material... --Ya...una limosna; mientras que la que se case con Johnny... --La que se case con Johny sera la duenaa de esta casa. Johnny tiene perfecto derecho a elegir a su companera y debemos darle gracias a Dios si es Veronica; esa criatura, que es como una flor a la que adornan tantas cualidades... --Que equivocado estas con ella!...Que cciegos son los hombres cuando tratan de juzgar a una mujer!...Les basta con que sea bonita para perdonarle todo lo demas...Pues oye lo que te digo, Teodoro: Veronica no sera la esposa de Johnny mientras y pueda evitarlo. No la soportare por el resto de mi vida...Que se case con quien le de la gana, que se largue!...No me opongo a que le dos esa ayda material de que hablabas; pero es al angel de Virginia, a la que yo he preparado para ser esposa de Johnny. --Virginia es un angel, no puedo negarloo; pero Johnny esta demastrando que prefiere casarse con una mujer... --Teodoro! --Por favor, no discutamos mas...Al fin y al cabo, eso no seremos tu o yo quien lo decida. Es Johnny mismo, el unico que ha de determinarlo! En el pequeno rectangulo de seda del panuelo, al borde mismo del encaje, se abre la INICIAL grande, ancha, como marcando ostentatosamente su derecho de propiedad sobre la leve prenda femenina, que tantas veces han estrujado ya los dedos de Demetrio, durante las horas de aquella noche interminable... --Una mujer cuyo nombre empieza con "V"....Una mujer lo bastante opulenta para usar panuelos de esta clase...Si el perfume pudiera tambien determinarse... Pero el perfume es demasiado tenue. Una reminiscencia vaga, y los labios de Demetrio se crispan en una amarga mueca que quiere ser una sonrisa, al considerar cuantas veces estrecho Ricardo aquel panuelo entre sus manos, cuantas seguramente lo llevo a sus labios, sonando que era la blanca mano de quien lo recibiera, y que algo de aquella mujer, tan absurdamente adorada, flotaba en el perfume desvaido... --Dolor por dolor...miseria por miseria....lagrima por lagrima teno que cobrarselo. Un leve paso le hace alzar la cabeza sorprendido, para hallar un rostro casi infantil, moreno y sonriente. --Soy yo patron...Ayesha... --Ayesha? --Ya es de dia claro, patron. Puedes apaagar la lampara. --Que haces aqui?...Que quieres?... --Yo era la sirvienta de tu hermano, pattron; y te servire en todo lo que tu me mandes. --Por el orden y la limpieza de esta cassa bien puedo juzgar de tus habilidades... --La casa esta sucia y desarreglada, pattron; pero no es culpa mia sino del Reverendo que no me dejo entrar despues que se llevaron al patron Ricardo. El padrecito echo las llaves, dijo que tu irias a dormir y a comer a su casa, y el, que tanto truena contra los que dicen mentira, no dijo la verdad. --El Reverendo Johnsson me invito a su ccasa. Fui yo quien no quiso ir. --Y te acostaste en esa cama? --No me acoste en ninguna parte. --Que quieres para desayunarte? --Nada. --Si no comes nunca vas a morirte de hammbre. --Eso no es cuenta tuya... --Por todo un ano soy tu criada. El patrron Ricardo me pago justo el jornal de un ano, cuando le trajeron las pepitas de oro de la mina. En casa de Isahac compre con eso estos collares...Son muy lindos, verdad?...Este es de oro y corales...Este tiene tres diamantes azules del Rio Caroni. Por que no quieres ni mirarlos?...Estas muy triste porque se ha muerto el patron Ricardo?...Yo tambien...era muy bueno. Nunca me pegaba, como hace Botel con sus criadas. --Botel?... --Tu vecino. Le pega hasta a la mujer bllanca con quien esta casado. Siempre que los hombres blancos se emborrachan, le pegan a las mujeres, verdad?... --No se. Supongo que sera la costumbre dde Porto Nuevo. --Que quieres que te traiga para desayunnar?...En el pueblo hay pinas y naranjas, y leche de cabra, y tortas de maiz. Tambien puedo hacerte el CAFE como lo hacen en San Paulo; me enseno el patron Ricardo. --No quiero nada; pero no te vayas...aceercate...Tu te acuerdad del retrato que estaba en ese marco?... --Si. El patron Ricardo decia que era muuy linda. A mi no me gustaba...tenia una cara de antipatica!... --Verdad?... --Si. Cara de mala...de muy mala, verdadd?... --Procura describirmela...De que color ttenia los ojos, los cabellos? --En el retrato, lo qe no era negro era blanco. --Ya...No sabes nada. No podras decirme nada. Nadie puede decirme nada!...Vete de una vez y dejame en paz!... --Me querras a tu lado si te digo cosas de la mujer del retrato?... --Sabes algo?...Dime todo lo que sepas!...Habla!... --El patron Ricardo la adoraba... --Eso ya lo se. --Y se sentaba alli donde tu estas, con su botella y su vaso, a tomar su whishky y a mirar el retrato. --Sigue...y que mas?... --A veces le hablaba, como si fuera una persona de verdad. --Y que decia?... --Cosas buenas y malas. Unas veces le lllamaba maldita; otras: adorada; otras escribia muchos pliegos para ella, sabes?...Y me mandaba a echar la carta, esto es, darsela al patron del bote grande que pasa cada semana. --Para quien eran esas cartas, a quien iiban dirigidas?... --Yo se las entregaba al capitan en sus propias manos. --Me refiero al sobre. Que decian los soobres de esas cartas?... --Como puedo saberlo?... --No sabes leer?... --No, patron. --Nunca ensenaste una de esas cartas a nnadie?... --El patron Ricardo se hubiera enojado. Siempre me encargaba que nadie debia ver esas cartas... --Tomaba todas las precauciones! --A veces, cuando estaba contento, le deecia a todo el mundo que iba a casarse con ella, y que tendria que fabricarle un palacio tan lindo como el palacio en que ella vivia. --Dijo el que vivia en un palacio?... --Un palacio de marmol blanco, con jardiines por todos lados. --No oiste nunca un nombre, un nombre dee mujer...un apellido?... --Apellido!... --Si. A quien nombraba?... --A veces a toda la gente del pueblo. --Y de fuera del pueblo, de gente a quieen tu no hubieras visto jamas?... --Nombraba a los Castelo Branco. --Eso ya lo imagine!...Pero a quien mas??... --A nadie mas. Ese nombre si lo repetia muchas veces, algunas mirando el retrato. --Ah, si!... --Tal vez ella se llamaria de ese maneraa... --Todo es posible!... Un ruido en las mal unidas tablas del portal le hizo levantarse... --Ve a ver quien llega. --Soy yo San Telmo, y ahora si vengo a bbuscarle. --Buenos dias, Reverendo...Agradezco su interes en todo lo que vale; pero... --Venga usted a mi casa. Alli, despues dde unos dias de calma, podra determinar... --Ya he determinado. Pasado manana salgoo rumbo a Rio de Janeiro. --A negociar su parte en la mina?...Paraa eso no es necesario ir tan lejos, en el propio Curaba hay bancos que... --No. No vendere la mina; deseo conservaarla...Costo demasiado. Comprendo que esto me obligara a una entrevista con Botel; pero me armare de toda la paciencia que haga falta. --Si algo vale mi consejo, me atreveria a decirle que mejor negociara su parte. Botel es un hombre grosero, arbitrario, brutal. En este ambiente se mueve como el pez en el agua, y usted, en cambio... --Este ambiente me esta gustando cada veez mas...espero saber moverme en el yo tambien como el pez en el agua. --Botel es un mal enemigo. --Yo tambien, Reverendo...No puede ustedd siquiera sospechar hasta que punto puedo ser un enemigo implacable. --Siento que mis pobres palabras no acieerten a disuadirlo de empenos tan lamentables... --Mis resoluciones estan tomadas, y no sseria nada de extrano me volviese usted a ver por aca. --Entonces...vamos. --Padrecito...usted prometio hablarle. Ambos han vuelto soprendidos la cabeza. Habian llegado a olvidar la presencia de la muchachuela indigena, que desde el rincon a que se retira al entrar el Reverendo, ha escuchado tensa la atencion cada palabra. --Es cierto. Ayesha pretende quedarse a su servicio, seguir cuidando de esta casa que os propiedad de su hermano, como la tierra que la rodea. La compro a su primer amo que se marcho de aqui arruinado, y el papel de compra-venta esta entre los documentos que le he entregado. --Conservare con verdadero gusto esta PRRECIOSA casa. --Y a mi tambien, patron?...A mi tambienn?... --A ti?...Si, la idea no esta mal. --Lo mejor sera que busques trabajo en ootra parte. --El Padrecito qiere echarme...Yo trabajjo bien, patroncito; ya veras que linda, que limpia te encuentras la casa cuando vuelvas... --No deso que se toque nada de esta casaa, ni siquiera para limpiarla. Has oido?...Eres libre de hacer lo que te venga en gana hasta que yo regrese. --Gracias, patron; estaras muy contento de Ayesha el dia que le permitas cuidarte. * --Si quiere usted hablar con Botel, estee puede ser el mejor momento. --Eh!... --Considero indespensable la entrevista si va usted a quedarse con su parte en la mina. Mirelo, alla va... Bajo el ala del modestisimo portal de aquella casa de madera, que anexa a la iglesia es la residencia del Reverendo Williams Johnsson, la mano de este senala al hombre que pasa, doblando por la estrecha callejuela que hay entre la taberna y varios destartalados establecimientos comerciales. --Va ahora a la taberna? --Todavia no; acaba de bajar de su casa.. Ahora esta un par de horas en el Consultorio. --Consultorio?... --El Doctor Botel es medico, y son lo baastante escasos por estas regiones, para que el ejercicio de su profesion, aun en la forma que el lo hace dejo de ser lucrativo. --Pero es absurdo!... --A estas horas suele estar despejado. CCerca de las once toma el camino de la taberna, y entonces si no se puede contar con el...Aunque lo ultimo que suele perder es el instinto profesional. Ha salvado algunas vidas, aun en el peor estado. --Increible! --Le cuento todo esto porque quisiera quue se diera cuenta de como son estos lugares antes de tomar una determinacion respecto a sus propiedades aqui. --No se preocupe, Reverendo; se lo que uusted desea, y se tambien lo que yo deseo, lo que hare. Hablare ahora con Botel. Espero que esta tarde cruce, bajando el rio, la piragua que me trajo hasta aqui. En ella misma pienso marcharme. --Quisiera recomendarle con Botel pacienncia y tacto. --Los tendre. --Y hacerle notar una circunstancia curiiosa. Ese hombre sin corazon, que roba y engana a los nativos, que los hace trabajar peor que a esclavos, que parece odiar a la Humanidad, suele respetar la palabra empenada a un hombre blanco. Puede usted fiarse de su palabra si se la da. --Gracias por el informe. Hasta pronto, Reverendo. * DEMETRIO: Buenos dias. "DR MOGUEL": Oh, caramba! Jaime Botel apenas ha tenido tiempo de colgar en la percha su viejo sombrero de caza, apartando a puntapies las sillas desvencijadas de aquella habitacion estrecha y baja, que sirve a su consultorio de antesala y despacho; cuando le sorprende la llegada de Demetrio de San Telmo. Los vapores del alcohol parecen totalmente disipados; pero no es menos siniestre el rostro rubicundo sombreado por una barba de dos dias. --Necesito hablar con usted, doctor Boteel. Soy Demetrio de San Telmo; no se si recordara que hace tres dias le hable para preguntarle por la direccion de mi hermano. --Si hubiera usted dicho quien era, le hhabria atendido; pero en Porto Nuevo no tenemos por costumbre atender a los entrometidos que vienen or van...tenemos por aqui demasiados, y ninguno suele traernos nada bueno. Quiere sentarse?... --Sentados hablaremos con mas calma. No se si recordara usted que somos socios por la voluntad de mi hermano. --Ya...Y no por mi gusto; soy bien francco. Se me subio la sangre a la cabeza cuando ese tonto de Ricardo dijo que queria escriturar su parte en la mina a nombre de usted; pero lo hicimos porque yo le habia dado mi palabra de escriturarla como el quisiera cuando me dio los datos. Supongo que viene usted a decirme que va a vender su parte a un Banco. --Se equivoca, doctor Botel. --A un particular, entonces? --A nadie. La explotaremos nosotros. --Usted?... --Por el momento usted solo, puesto que yo me marcho. He pensado que puede ocuparse de la explotacion, sacar los gastos ademas de la cantidad que usted estime conveniente por su trabajo personal, y luego darme la mitad de las utilidades. --Seria usted capaz de hacer asi las cossas?... --Si me da usted su palabra de hacerlo ttodo escrupulosamente, creo que sera el mejor sistema que podremos adoptar, al menos por un tiempo... --Naturalmente que le doy mi palabra; peero aguarde...aguarde...Pondra usted en papeles lo que acaba de decir?...Firmara un contrato?... --No tengo inconveniente de ninguna classe. --Y donde debo remitirla su parte?... --Puede confiarla al Reverendo Johnsson.. --Mucho confia usted en el!... --Confio en el y en usted, Botel. En cuaalquier hombre puede confiarse. --Tiene razon despues de todo...que diabblo! Con las malditas mujeres es con las que siempre sale uno vendido y tracionado...menos mal que usted es de los mios, no un tonto como Ricardo!...Un pobre tonto que se dejo embaucar. --Doctor Botel... --No se alborote!...Yo lo apreciaba. No quisiera mas que ver a la damisela de su historia, aqui, en Porto Nuevo, al alcance de mi mano. Malditas mujeres!...Hacen lo que quieren de nosotros y al fin siempre salen ganando. --Esta vez no, Botel...Lo he jurado sobrre la tumba de mi hermano!... Demetrio de San Telmo ha afirmado poniendose bruscamente de pie, mientras la mirada de Botel se llena de sorpresa. Luego, como si temiese haber dicho demasiado, como si los ojos llenos de curiosidad del medico le molestasen, recoge el casco de corcho que dejase en una silla a la entrada. --Supongo que conoce usted a algun abogaado, a algun notario? --Tenemos cuatro. Acuden como las moscass a la miel...buena tajada se llevan de lo que le arrancamos a la tierra, sin exponerse y sin cansarse!...Hasta hace poco habia que bajar hasta Cuyaba para escriturar algo; ahora es mas facil. --Si quiere usted ocuparse de los detallles del contrato, se lo agradecere. --Lo mandare a hacer en el acto. A las ttres le espero en la taberna para firmarla. No me gusta entrar a la casa del Reverendo Williams Johnsson, y a el le gustaria menos verme por alla. --Hasta esa hora entonces. --Aguarde...Perdone una pregunta indiscrreta...Va usted a Rio de Janeiro para algo relacionado con Ricardo?... --Voy para un asunto absolutamente partiicular. Si quiero usted algo... --De las ciudades, nada. No volvere a meeterme entre sus calles; me faltaria aire que respirar. Buen provecho le haga su Rio de Janeiro. A mi no hay nada que me interese alla... * La piragua que lleva a Demetrio de San Telmo, va ahora rio abajo; los remeros parecen no hacer el menor esfuerzo al impulsarla cuando se desliza, cortando las aguas verdosas, firme y segura como quien sabe adonde va. El indio de la raza tupi... El indio de la raza tupi, que es patron de la barca, no marca sino, muy de tarde en tarde, el ritmo en que deben hundirse las anchas paletas, dejando las margenes atras. Mira de reojo examinandolo al hombre blanco sentado en el fondo de la piragua, muy cerca de el; le parece mas cansado, mas palido, mas sombrio, como si en aquellos tres dias hubieran pasado anos, y mira tambien el pequeno maletin de cuero puesto a sus pies, como la mas preciosa prenda de su equipaje. --Te quedaste poco en Porto Nuevo, patroon...No pense volver a verte tan pronto...A los que quedan alli, casi nunca vuelvo a verlos mas. Encontraste pronto el oro, verdad? Ahora es el hombre blanco el que no responde, el que permanece como ausente, APRETADOS los labios y el pensamiento lejano... El tendria ahora que luchar con una corriente mas impetuosa, mas indomable que la del rio Cuyaba. Luchar acaso contra la sociedad entera, arrancar a una mujer de su vida exquisita y mimada para destrozarla, para pisotear su alma y volver a remontar aquellas mismas aguas llevandola como un trofeo...Podria hacerlo?...No habria sonado con realizar un imposible?... --Si tienes prisa podemos bogar toda la noche. Los hombres estan descasados... --Si. Tengo prisa...Te pagare el doble ppor el viaje si manana mismo estamos en Cuyaba. --Cambiare los remeros al amanecer y segguiremos bogando, a menos que tu mismo quieras descansar. --No. No perdere el tiempo descansando. Quisiera estar ya en Rio de Janeiro. --Hast alla vas?... --Hasta alla. Ha suspirado entrecerrando los parpados, y la vision de la ciudad surge como la finge su deseo, en aquella clara y solemne noche de mayo. Iluminada, feliz, bulliciosa, sensual, como una mujer en traje de baile... * Hay fiesta en el palacio de los Castelo Branco, una de las tantas que don Teodoro ha querido organizar para dar la bienvenida a su hijo unico, ausente de su hogar durante los largos anos de estudiar en el extranjero. Y la senorial mansion parece brillar con un esplendor nuevo, entre los jardines que bana la luna y las amplias terrazas discretamente iluminadas... --Donde esta Johnny?... --Donde va a estar...mas que bailando coon Veronica, tia Sara? --Pero contigo tambien ha bailado, hijitta de mi alma. --Dos piezas...al principio. Cuando todoos los muchachos estaban alrededor de Veronica y a el no le dejaban acercarse. --Ya volvera, palomita mia...No creo quee sea muy del agrado de mi hijo Johnny verla tan solicitada. --Al contrario. Dicen que cuantos mas muuchachos pretenden a una muchacha, es mas interesante. --Esas son tonterias. Un hombre sensato prefiere siempre a la mujer modesta y recatada. Es en aquella rotonda de cristales, entre el salon y la terraza, que parece ser uno de los lugares favoritos de Virginia y Dona Sara. Desde alli examinan a las parejas que giran al compas del vals y ven tambien a las que, apartandose del bullicio, bajan por las amplias escalinates a las enarenadas veredas del jardin, buscando la complicidad del ambiente para la palabra de amor que acude a los labios. Pero la pareja que ambas buscan con la vista, no esta en el gran salon ni en la terraza... --Voy a ocuparme de que sirvan la cena. Puse tarjetas en los lugares, indicando a quien pertenecian, y tu puesto esta junto al de Johnny... --Pero a Johnny no le va a gustar. --Estara encantado. Ya se yo como hago llas cosas...Vienes conmigo...? --Prefiero quedarme aqui, tia Sara... --Pero si te escondes no te sacaran a baailar y no te divertiras nada. --Bailare mas tarde, cuando Johnny quierra sacarme. --Ya veras como no tarda. Hasta ahora, ppequena mia... La ha acariciado como a una nina antes de alejarse. Apenas queda sola, la expresion de Virginia cambia; cruza por sus ojos aquella especie de raro relampago y empujando la puerta lateral de la rotonda de cristarles sale a la terraza para bajar a los jardines con paso tan rapido como liviano. * --No quieres que volvamos a entrar a la casa, Johnny...? --Entraremos enseguida si lo deseas; perro aqui fuera la noche esta deliciosa. No sentias calor alla dentro...? --Un poco...Pero la musica comenzara a ttocar, se pondran a buscarnos. --La proxima pieza me corresponde, y si no te opones, prefiero pasarla aqui, en este maravilloso rincon del jardin donde no llegan las miradas ni los comentarios, donde hasta la musica parece mas grata. --Eres todo un romantico. --Otras veces me dices que soy todo un ppsicologo. Quisiera serlo, para adivinarte...Que piensas cuando te quedas como sonando...? --Lo unico que pienso es que debemos reggresar al salon. La tia Sara me echara de menos a la hora de disponer que sirvan la cena, querra tener a su lado a alguien que cargue con la culpa si algo sale mal... --Supongo que para eso le bastaran el Maayordomo y el Ama de llaves. --Calla un momento, por favor...Creo quee viene alguien. --Si; Virginia. --Perdonenme que les haya interrumpido. Llevo una hora buscandote, Veronica, por encargo de tia Sara...Ya sabes lo que le molesta que no atendamos a los invitados cuando ha fiesta en casa. --Supongo que no es Veronica la unica enncargada de atenderlos; en la casa estaban los demas; tu, mis padres... --Faltabas tu, en cuyo honor se esta danndo la fiesta, y Veronica, por quien vienen la mayor parte de los muchachos... --Virginia...! --Es la verdad. Y antes te gustaba... --Que estas diciendo...? --Pero si no quieres que lo diga delantee de Johnny... --Puedes decirlo donde te de la gana. --No tienes por que disgustarte ni ponerrme esa cara. Tampoco vine a buscarte por mi gusto, sino por evitar que tia Sara siga disgustandose. Dijo que era ya la hora de servir la cena y que no se podia fiar uno de los criados, que el Mayordomo era una calamidad y al Ama de llaves habia que virilarla. Ahora, si no quieres ir, alla tu...Yo convolver y decirle a tia Sara... --No tienes que decirle nada. Ire al commedor inmediatamente...Con tu permiso, Johnny... Se ha alejado tan rapidamente que Johnny no ha acertado a detenerla. Un instante vacila desconcertado y va al fin a seguirla, cuando Virginia con suave sonrisa, apoya en su pedcho las dos manos sujetandole... --No te vas a ir tu tambien...En el comeedor no haces falta. --Pero en el salon si, por lo visto; ya que segun tu estan solos los invitados, y puesto que la fiesta es en mi honor, soy yo el mas obligado a estar con ellos, no Veronica? --Te has disgustado? --Me teo que mama y tu, algunas veces, cconfunden el papel de Veronica en esta casa. --Yo?...Que dices, Johnny?...Yo, que haggo?... --Casi nada. Pero Veronica vive inquietaa, mortificada, como si la acosaran... --Johnny!...Como puedes decir una cosa ssemejante?...Veronica es la predilecta de todas. --Creo todo lo contrario. --Todos la quieren mas que a mi cien vecces...hasta los criados. --Efectivamente...he notado que los criaados la quieren y la respetan como a nadie...Por algo sera. --El tio Teodoro la idolatra. --Tambien reconozco que papa es imparciaal. --Mas que imparcial; a mi no me quiere nnada, nada... --Te equivocas, Virginia. --Como tu, que tampoco me quieres. --De donde lo sacas?... --Ahora mismo hay que ver como me miras,, el tono en que me hablas. Has dicho que yo tengo la culpa de que a Veronica no la traten como tu querrias que la tratasen... --No he dicho eso. He dicho que tu con ttus mimos, y mama con su carino exagerado por ti... --Oh, Dios mio!...Te parece que tia Saraa me quiere demasiado, te duele que tenga lastima de mi, que quiera defenderme, porque me ve insignificante, sola?... --Ni estas sola, ni eres insignificante,, Virginia. Estas en tu casa donde todos te quieren, y yo tambien. En las seis semanas que hace que he regresado, no he visto un solo detalle en contra tuya. Mama en cambio es dura y es injusta con Veronica...de eso es de lo que estaba hablando. --Tia Sara sabe perfectamente quien es VVeronica...Tu estas muy enganado, y el tio Teodoro tambien... VIRGINIA: Tia Sara sabe perfectamente quien es Veronica...Tu estas muy enganado, y el tio Teodoro tambien... JOHNNY: Que estas diciendo, Virginia?... --Nada. --Nada no. Has dicho algo y algo muy dellicado. Tus palabras parecen implicar una acusacion contra Veronica. Formulala claramente... --No. --Si. Te lo exijo. --Johnny...eres muy malo. --No se si soy malo o si soy bueno; peroo has dicho algo que tienes que aclarar. Dijiste que ni yo ni papa conociamos a Veronica, dando a entender que por eso la estimabamos... --Yo no he dicho eso, Johnny...Me has enntendido mal. Te juro que no quise decir nada malo contra Veronica. Pero me da rabia que le quieres tanto... --Virginia...que dices? --Nada. Estas ciego por ella...Te ha desslumbrado. Sigue ciego. --Virginia...aguarda! --No quiero aguardar...Vete al comedor jjunto a Veronica y ayudale a servir los platos...Sigue detras de ella como un perro faldero...no me importa nada!... --Virginia!... --Eres un ingrato!...Un ingrato!... --Virginia!... Con la agilidad de una gacela, Virginia ha corrido hacia la casa, saltando los macizos de flores, cruzando como un relampago la escalera y la terreza, perdiendose en los salones iluminados. Y cuando al fin Juan de Castelo Branco penetra en la casa, es su padre quien le sale al encuentro. --Ah, Johnny...Donde te metes?...Te he eestado buscando... --Sali un momento al jardin. --Solo?... TEO: Ah, Johnny...Donde te metes?...Te he estado buscando... --Sali un momento al jardin. --Solo?... --Bueno... --Te lo digo, porque he visto a Veronicaa en el comedor. --Estaba con Veronica; pero la mandaron llamar. Parece ser que mama le encarga de todos los trabajos desagradables... --La ayuda con frecuencia, pero no es paara tanto. Tu madre esta un poco cansada de sus obligaciones como ama de casa y Veronica lo hace muy bien. Es una pequenez que no debe disgustarte. Tiempo te queda de charlar con ella y estar a su lado. --No todo el que quisiera, papa. Siempree hay alguien que se las arregla para interrumpirnos. --No te precupes tanto, que tiempo tendrras...Ahora te buscaba porque ha llegado un joven que no conoce nadie. Parece ser que tu le invitaste... --Yo?... --Un ingeniero...Dice que te lo presentaaran en el Casino ayer tarde, y la diste una tarjeta con tus senas. --Ah, si!...Ya recuerdo. Le pidio a un aamigo mutuo que nos presentara. Me dio la impresion de ser un perfecto caballero. Hablamos de esgrima, de caballos; le invite a venir un dia cualquiera...no pense que hoy mismo se presentara. --Tal vez es un advendizo con ganas de sser admitido en sociedad. No quisiera reprenderte; pero obraste un poco a la ligera. Aqui no tenemos todavia las costumbres norteamericanas...Comprendo que con la larga ausencia lo hayas olvidado; pero en Rio de Janeiro somos mucho mas parsimoniosos para abrirle a nadie las puertas de nuestra casa... --Tienes razon, papa. Pero me cayo de prronto tan simpatico, me parecio un hombre tan energico, tan decidido, tan firme...Adoro esos caracteres contrarios al mio...y me temo que ya no tenga remedio. --Claro que no lo tiene, ni es necesarioo. Le hicieron pasar a mi despacho, pero invitale a que tome parte en la fiesta. Ya que vino, me parece lo mas natural. --Bien. --Oye...como se llama? --Demetrio de San Telmo. Voy a buscarlo.... END OF CHAPTER TWO CAPITULO TERCERO Demetrio esta solo en el lujosisimo despacho del dueno de la casa. Su mirada recorre las gruesas cortinas, los cuadros de firma, las obras de arte, las ediciones de lujo de las joyas de la literatura mundial, que se amontonan en los altos estantes, como preguntando a los objetos inanimados las escenas de que bien pudieron ser mudos testigos. Sabe que en aquel despacho trabajo su hermano muchas horas, junto al millonario Castelo Branco, acaso sobre aquella misma mesa escribiera sus cartas de amor, a recibiera bajo aquel rico artesonado, promesas y palabras de ternura. Aquella casa tiene para el una facinacion extrana. Se asoma a las ventanas que dan al jardin y luego, cruzando la amplisima estancia, queda bajo el arco de una puerta contraria al lugar por donde entrara. Una mampara de cristales, ahora abierta, da acceso al gran comedor profusamente iluminado. Sobre la larguisima mesa, media docena de criados disponen la suculente cena fria. Plata, porcelana, bacarat, orquideas y rosas desbordando jarrones de Sajonia; pero nada de aquello roba un instante a su mirada. Desde el primer momento sus ojos se han fijado en la mujer que silenciosamente dirige el movimiento de los criados y su sola presencia le estremece. No recuerda haber visto nunca una belleza mas completa, mas atrayente, mas rotunda, a la vez exquisita y sensual, con los sueltos cabellos negrisimos rizandose sobre los hombros, cuya fino color de ambar destaca el traje de noche que la envelve, rojo y cenido como una llama...Su vos llega hasta el...Una voz llena, rica, calida que le estremece a pesar suyo. --Los licores en aquella mesa, Genaro....Y no te olvides de servir su plata especial al Ministro de Suecia. Por un instante, Demetrio de San Telmo no ha pensado en nada que no sea la belleza de aquella mujer, la fascinacion extrana que parece emanar de toda su persona...y sigue escuchando aquella voz deliciosa... --Hace falta un puesto mas, Genaro...creeo que ha llegado otro invitado a ultima hora. --Donde lo pongo, senorita Veronica?...EEs persona importante? --No tengo la menor idea. Ponlo en cualqquier parte...Oh!... Al alzar la cabeza su mirada parece chocar con la del hombre que esta de pie en la puerta del despacho, y se detiene un tanto sorprendida de la audacia de aquel descondocido, de porte y figura tan arrogantes... --Buenas noches... ---Buenas noches. Un silencio involuntario se alarga mientras se miran examinandose. Tambien ella parece medirlo y valorarlo, bajo la linea impecable de su smoking (tuxedo). Su gesto le parece altanero, casi rudo en el firme pliegue de los labios, en la dura mandibula cuadrada, en los grises ojos de mirada inquisitiva, en la ancha frente despejada, curtida por el sol de Mato Grosso y San Paulo. VERONICA: Dispenseme, senor...Deseaba usted algo? DEMETRIO: Usted es quien tiene que dispensarme. Temo haber sido horriblemente indiscreto. Creo que soy ese invitado de ultima hora, que le ha dado a usted el trabajo de mandar poner un puesto mas... --Ah... --Llegue sin intencion de asistir a una fiesta. Creo que tomandome demasiada prisa en aceptar la amable invitacion de venir alguna vez a visitar al senor Juan de Castelo Branco... --De todos modos, creo que es igual. --Temo abusar de la bondad de los duenoss de esta casa. Aunque seria magnifico que ese puesto que mando usted poner :en cualquier parte", fuese al lado suyo... --Caramba... Johnny ha aparecido de pronto. --Senor San Telmo...Que susto me dio al encontrar el despacho vacio..., pense que se habia marchado usted cansado de esperar. Acaban de avisarme en este momento que usted habia llegado; pero me alegro de ver que por si mismo se ha proporcionado compania... --Perdoname usted. Temo haber sido indisscreto por partida doble, no solo llegando en un dia de fiesta, sino atreviendome a salir del despacho. Supongo que la senorita sera su hermana... --Es mi prima. Voy a presentarte al ingeenero Demetrio de San Telmo, Veronica... --Veronica?... --Veronica de Castelo Branco. --Tanto gusto. --A sus pies... Se ha inclinado, reprimiendo el temblor con que su mano estrecha la que Veronica ha extendido; fina mano de color de ambar, de contacto suavisimo, donde brillan las unas como pedacitos de laca... Como extrana y lejana oye la voz de Johnny vibrante de entusiasmo... --Veronica es el tipo ideal de mujer modderna, de que hablabamos en el Club la otra tarde...Tambien con ella podra usted discutir de esgrima y caballos. El senor San Telmo es un deportista furibundo, como nosotros, y un enamorado ademas de las bellezas naturales de nuestro pais... --Entonces, haremos buenas migas... --Y un verdadero ingeniero, ademas. El ssi ha hecho puentes y caminos, y se siente capaz de abrir tuneles y derribar montanas, con algo mas que con la imaginacion. --Entonces, es el amigo que tu necesitabbas. --Un verdadero profesor de energia, seguun tengo entendido. A los trenta y dos anos ha dirigida ya seis grandes obras, cuarto de ellas completamente gratis...por amor a la Patria. --Entonces, es casi un heroe. --He tratado de cumplir con mi deber hassta ahora, senorita, y he podido realizar cuanto me he propuesto, nada mas. --Y dice: "nada mas". Ahi es nada. Realiizar cuanto se ha propuesto! De heroe lo subo a la categoria de mago, de taumaturgo... --Yo me conformo con envidiarlo con todaa me alma... Desde la puerta, Virginia habla acercandose. --Veronica!...Tia Sara esta furiosa!...PPor que no has mandado a avisar que la cena esta preparada? Oh, dispensen, no sabia... --El senor Demetrio de San Telmo...Mi prrima Virginia de Castelo Branco... --Tanto gusto... --A sus pies, senorita...Creo que soy ell unico culpable del retraso que viene usted a lamentar, y le pido mil perdones por eso. --Usted es quien tiene que perdonarme. NNo habia reparado que estaban ustedes... Como desmintiendo la palabra, su mirada ha recorrido curiosa y avida la gallarda figura que tiene delante, para ir despues de Johnny a Veronica, en uno de aquellos relampagos en que parece penetrar las almas... --El senor es el invitado de Johnny que nadie esperaba, verdad?... --Le esperabamos en cualquier momento, VVirginia. Ha hecho muy bien en honrarnos esta misma noche. Supongo, Veronica que ya te habras ocupado... --Iba a hacerlo en el momento que te aceercaste. Genero...Para el senor San Telmo ponga un puesto a mi lado. La comida habia transcurrido sin ningun incidente notable; manjares y licores exquisitos, servicio impecable, musica delicios, e invitados afines llenaban una vez mas la nota social, con un triunfo para la vieja y aristocratica mansion de las Castelo Branco. Y ahora, mientras el mejor CAFE de San Pablo se sirve en diminutas tazas de porcelana, los invitados se dispersan un tanto, formando grupos o parejas con sus vecinos de mesa, y es por eso que Virgiania se cuelga del brazo de Johnny, mientras la mirada de ete va un tanto inquieta hacia el angulo apartado donde Veronica y Demetrio parecen charlar con el gusto y l soltura de antiguos amigos... --Te has aburrido mucho durante la cena,, Johnny?...Johnny!... --Eh, que?... --No me escuchabas?... --Dispensa...me distraje un momento. --Mirandolos... --Como?... --Es muy guapo y muy arrogante, tu amigoo, y ademas, es el ultimo que ha llegado, esta es muy importante para Veronica... --Que quieres decir?... --Nada...una broma. Pero tratandose de VVeronica ni una broma puedes sopartar. --Virginia...Sabes que esta noche te enccuentro un poco rara?... --De veras? --No se lo que quieres, ni lo que te proopones... --No me propongo nada. Y en cuanto a queerer, que mas da que uno quiera lo que no le han de dar?... --Lo que no le han de dar?...Te aseguro que entiendo muy poco de charadas, y no tengo paciencia para decifrarlas. --Conmigo tienes poca paciencia, ya lo sse. Te violentas por cualquier tonteria que yo diga. --Bueno...Virginia... --No me estoy quejando de ti; de mi mismma en tal caso...De mi suerte...que no me dio los medios de provocar el entusiasmo de todos cuantos me rodean, como le pasa a Veronica... JOHNNY: No podemos hablar de otra cosa que no sea Veronica?... --No vas a decirme que te molesta hablarr de ella. Yo se que todo lo suyo te interesa. Que alguna vez querrias hasta preguntar...pero eres demasiado caballero, verdad?... --No creo tener que preguntar nada de unna persona que ha vivido desde nina en mi casa. La vida de Veronica es bien diafana. --Como una copa de cristal...Mira esta. Sonriente, derramando muy despacio, gota tras gota, su sutil veneno, le ha quitado la copa mediada de licor de las manos, alzandola a la altura de los ojos... --Una diafana copa de cristal..., has beebido en ella varias veces y nadie podria notarlo...Otro podia haber bebido tambien y sus labios no habrian dejado marca... --Virginia!... --No seas tonto!...Cualquier broma te ennfada...Me bebere lo que has dejado en la copa para saber tus secretos...aunque son bastante claros. Tu si que no eres enigmatico. --Y ademas detesto los enigmas...Es la ssegunda vez que has insinuado algo sobre Veronica que no me gusta nada. Comprendo que por celos y tonterias de muchacha, puedas a veces disgustarte con ella; pero tus palabras veladas envuelven una acusacion... --Johnny!...Que es lo que estas pensandoo?...Que es lo que te has creido?...Yo quiero a Veronica como a una hermana...(Like Cain "loved" brother Abel!) No diria de ella lo que no debo decir, aunque me atormentasen... --Lo que no debes decir?...Que es ello?.... --Nada...absolutamente nada. Por lo demaas, hay cosas que saltan a la vista. A todo muchacho que llega nuevo lo acapara. Debes verlo por ti y por ese senor San Telmo... --Por mi no hay nada que ver, y en cuantto al ingeniero San Telmo, no sabes cuanto le agradezco que se haya mostrado amable con el, siendo mi invitado. Si todos le hubieran recibido con la frialdad y la indiferencia que tu y que mama, el pobre se hubiera sentido muy mal. --Ah...se lo agradeces?...Y tambien le aagradeces que los haya sentado a su lado?... --Daba igual el que otro, puesto que mamma habia dispuesto que you me sentara al otro extremo de la mesa. --Y al lado mio, verdad?...Te advierto qque se lo dije a tia Sara...Sabia que para ti iba a ser una molestia tener que sopartarme durante toda la comida... --No es eso, Virginia...Como puedes penssar?... --Tu mismo me lo estas diciendo. Probabllemente te molestara tambien bailar conmigo la primera pieza que toquen despues de la cena, como es costumbre con las companeras de mesa... --Siempre me siento muy satisfecho y muyy honrado de bailar contigo, Virginia; pero te confieso que esa especie de ritual, de ceremonial de corte con que hay que llevar las fiestas en Rio de Janeiro, me parace anticuado y desagradable... --Si...a veces es desagradable la urbaniidad...Tambien Veronica choca con lo que ella llama convencionalismos sociales. Claro que no siempre...Hoy, por ejemplo, estoy segura de que no es ningun sacrificio para ella, bailar ahora con tu amigo San Telmo, Miralos...Que te dije?...Son los primeros en volver a la sala de baile...Quieres que les sigamos?...Cuando termine la pieza cambias de pareja y ya esta. No tienes por que disgustarte... --Quieres obligarme a decirte una vez maas que no estoy disgustado?... --Me encantaria poder creerlo...Soy tan feliz cuando te ocupas un poquito de mi... --Chiquilla!...No eres mas que una chiquuilla!..Hago mal en tomar en seria lo que dices...Vamos a bailar. DEMETRIO: Realmente creo que no sirvo para esto. Mas vale que deje de atormentarla. Demetrio de San Telmo ha cruzado el salon sin lograr adaptarse al ritmo que la orquesta marca, para detenerse al extremo opuesto junto al arco que comunica con la rotonda de cristales. VERONICA: Creo que exagera usted, San Telmo... --No. Lo hago rematadamente mal, y ustedd lo sabe. --Creo que le falta solo un poco de pracctica. Hace mucho tiempo que no baila?... --Varios anos...Creo que desde que deje la Universidad. Desde que recibi mi titulo he tenido mucyo trabajo... --Menos mal si had sido con fruto... --Profesionalmente, ya oyo usted a su prrimo; cuatro obras gratis y dos bastante mal pagadas... --Mejor para usted si uede hacerlo. Quieere decir que es usted rico. --Halla usted que la riqueza es una grann ventaja? --Bueno...no puedo negarlo. Con dinero sse compra casi todo, y la primero, la libertad personal. --Pero no el amor... --El amor es una palabra muy elastica.... Insensiblemente se han ido adentrando en la especie de remanso que forma la rotonda de cristales, hasta deternerse junto a la gran vidriera, mas cerca de la terraza que del salon. --Quiere que nos sentemos?... --Si me hace usted el honor de concedermme el tiempo de este baila... --La corresponde de derecho. Supongo quee tambien habra olvidado las viejas reglas de la etiqueta portuguesa que seguimos al pie de la letra, en esta casa, desde los tiempos de Don Pedro Primero. --Ya me lo imagino, conociendo, como toddo el mundo, la ejecutoria de los Castelo Branco. --Se supone que descendemos de los conquuistadores. Como usted compredera, yo a estas cosas, le doy muy poca importancia. --Ya oi a su primo. Es usted una mujer mmoderna, practica. Cree en el poder, en la fuerza y en el irrestible atractivo del oro... --No debo negarselo. Seria presentarme aante sus ojos mejor de la que soy, y mi mayor defecto es ser demasiado franca. No se mentir, enganar ni disimular... --Ya!...Sin embargo... --Sin embargo, que? --Nada...Seria un necio si pretendiera jjuzgarla, o creer que puedo tener de usted una opinion mas o menos acertada. Hace poco mas de una hora que nos conocemos... --Es verdad, le confieso que no me da essa impresion. Hay algo en usted que me es familiar. No se si es la voz, los rasgos de la cara. Me recuerda usted a alguien a quien he tratado mucho.. --A Ricardo Silveira, sera?... Sus ojos se han clavado en los de Veronica como dos punales, al ver iluminarse las oscuras pupilas y sonreir los frescos labios... --Ricardo Silveira?..Efectivamente...Sinn parecerse, se parecen...Es usted su pariente acaso?... --Fui su mejor amigo, nada mas!... Habia mentido dominando sus nervios, midiendo y pesando cada palabra, como quien escoge cuidadosamente las armas que han de emplearse en un duelo a muerte; pero Veronica vuelve a sonreir.. --Ha dicho que fue su mejor amigo?...Quiiere decir que le ha perdido la pista...como todos los demas?... Sus ojos se han clavado en los de Veronica como dos punales, al ver iluminarse las oscuras pupilas y sonreir los frescos labios... --Ricardo Silveira?...Efectivamente...Siin parecerse, se parecen...Es usted su pariente acaso?... --Fui su mejor amigo, nada mas! Habia mentido dominando sus nervios, midiendo y pesando cada palabra, como quien escoge cuidadosamente las armas que han de emplearse en un duelo a muerte; pero Veronica vuelve a sonreir... --Ha dicho que fue su mejor amigo?...Quiiere decir que le ha perdido la pista...como todos los demas?... --Nos despedimos en SAN PAULO, hace casii tres anos. El vino lleno de ilusiones a trabajar a Rio de Janeiro. Nada le parecia mas codiciable sobre la tierra que ser abogado particular del senor Castelo Branco... --Mi tio lo apreciaba mucho. --Y por que le despidio?... --Despedirle?...No creo que le despidierra, a la verdad. Mi tio hablo en varias ocasiones de lo que le apenaba el empeno de Ricardo en marcharse; pero no puede reprocharsele a la juventud que tenga ambiciones. Usted mismo, si no fuera rico, estoy segura que haria todo lo posible por lograrlo... --Yo no creo que el dinero pueda comprarr la felicidad. Odio a las gentes que se venden por dinero, las desprecio con toda mi alma... ---Naturalmente que son despreciables. YYo tambien las desprecio, aunque no tome para decirlo un tono tan dramatico. Pero no hallara usted despreciable que Ricardo Silveira sintiera en sus nervios y en su sangre el placer de la aventura, el deseo de hacer cambiar su suerte en uno o dos anos, hasta en unos meses quizas. Justamente he estado leyendo que los buscadores de diamantes del Rio Caroni, pueden con un poco de suerte hacerse ricos en menos de un ano... --Algunos se han hecho ricos, en efecto;; pero son infinitamente mas los que se han quedado en la selva para siempre, devorados por las fieras, victimas del paludismo y la malaria...y muchas mas veces, del alcohol o de la punalada traicionera de algun companero, de alguno de esos nativos a los que se obliga a trabajar como esclavos... VERONICA: Si; desde luego; el asunto tiene sus riesgos. No podria llamarse aventura, si no lo tuviera. Pero a mi no me sorprende que un hombre corra todos los riesgos por lograr lo que se ha propuesto. Es mas, me parece extrano que un hombre como usted no comprenda esas cosas. Usted parece ser de la casta de los que nacen para triunfar, para vencer dificultades, para ser mas fuerte que la selva con sus fieras y sus traiciones y sus enfermedades... DEMETRIO: Puede ser. Pero Ricardo no era de esa casta... --Que quiere decir?...Acaso...Ha tenido noticias de el, noticias malas?... --No. Ninguna. Ya le he dicho que estabaamos desde algun tiempo bastante distanciados. Pero precisamente por eso se lo digo; cuando no ha regrasdo ni hemos vuelto a saber de el... --Se fue hace siete u ocho meses... --No. Hace mas. --Nueve...diez a lo sumo. Estoy perfectaamente segura. Estaba con nosotros al comenzar la primavera del ano pasado. La primera vez que dijeron que Johnny regrasaba... --Ah, si?... --Decidio el viaje de repente, de la nocche a la manana... --Y a usted le parece perfectamente?... --Le confieso que si; es que prefiero viivir a vegetar. No estoy de acuerdo con las gentes que todo lo guardan sin gastarlo: el dinero, la vida, las emociones. Yo prefiero entregar el corazon, aunque me traiga dolores y lagrimas, luchar para vencer o ser vencida, y amar u odiar; pero plenamente... --En eso estamos de acuerdo, senorita Caastelo Branco. Yo tambien creo que solo hay dos cosas, por las que se puede vivir plenamente: el amor o el odio. Concibo vivir para la pasion, o para la venganza... Por sus ojos grises ha pasado un relampago extrano; Veronica le mira como fascinada; hay tanto fuego en sus palabras, es tan profunda, tan energica la expresion de su rostro; y como Johnny frente a ella, se siente a la vez atraida y espantada, sonriendo con leve sonrisa a flor de labio para disimular... --Le parece risible lo que he dicho?... --Creo que nada de lo que usted diga pudde ser risible...Me resulta usted un hombre inquietante...Ademas, no ha hecho mas que afirmar mis palabras. Yo tambien concibo que pueda vivirse para un gran amor, para una gran pasion, or para una gran venganza... Demetrio va a contestar, pero la rubia cabeza de Virginia asoma en la rotonda de cristales. --Aqui estan, Johnny...Creo que nos perddonaran si les interrumpimos una conversacion demasiado interestante; pero llevamos por lo menos veinte minutos buscandoles...No somos molestos?... --Por Dios, senorita!...Quiere usted senntarse?... Demetrio ha dejado el asiento que ocupaba junto a Veronica, que Virginia se apresura a ocupar; mientras Johnny se acerca mas despacio, con cierta gravedad extrana en el, fijos en Veronica los ojos interrogantes... --Te sentiste mal, Veronica?... --Yo?...Que ocurrencia!... --Como no siguieron ballando... --Fue culpa mia... --El senor San Telmo se empeno en que loo hacia rematadamente mal, y aunque yo creo que le hubiera bastado un poquito de practica, prefirio que charlasemos un rato... --No puedo criticarle. Hubiera elegido llo mismo de estar en su caso. --Pido mil perdones a la senorita de Casstelo Branco. Espero que usted la compense en las proximas plazas... --Esta que ha comenzado justamente me coorresponde. Me perdona usted, verdad? --No faltaria mas... --Vamos, Veronica?... --Vamos...Y no le preocupe a usted no saaber bailar, senor San Telmo, tambien es grato charlar algunas veces... Ha aceptado el brazo que le ofrece Johnny, arrancandose casi con esfuerzo del lado de San Telmo; mientras Virginia sonrie con falsa ingenuidad. --Se ve que han simpatizado ustedes desdde el primer momento. --Efectivamente...Su hermana de usted ess encantadora... --No somos mas que primas, y ni siquieraa primas hermanas...Johnny y yo si. Mi padre y el tio Teodoro eran hermanos, el de Veronica era un primo, segundo o tercero...,es una coincidencia casi la de tener los apellidos iguales. --Ya lo veo. En realidad se parecen usteedes muy poco, quise decir, nada. --Con lo cual no salgo yo ganando...Veroonica es una belleza oficial. --Cada una en su tipo... Ha hecho un esfuerzo para ser galante. No sabe por que no le inspira simpatia aquella muchacha; mientras, a pesar suyo, los ojos y el alma se le van tras Veronica de Castelo Branco. Ahora la ve de lejos, en el salon iluminado, bailando en brazos de su primo, exquisita, inquietante, distinta y superior a las demas, y empieza a comprender que por una mujer asi pierda un hombre la razon y la voluntad. Una sospecha subita se le clava como un pequeno dardo mortificante, y vuelve los ojos a Virginia que sonrie de nuevo... --No se si seria una indiscrecion pregunntar... --Preguntar que?... --Lo es sin duda; pero acaso puede ustedd disculparme. A veces es preferible indagar que cometer una falta de tacto. Su primo de usted y la senorita Castelo Branco estan comprometidos?... --Oh, no!...De donde lo ha sacado?... --De ninguna parte. Pero bueno...me pareecio, temi por un instante. Espero que a su primo no le haya molestado encontrarnos aqui. --No se preocupe...Johnny quisiera que nnadie se acercara a Veronica; pero no puede evitar que todo el mundo se acerque a ella, ni que ella los reciba a todos con agrado. --Ah... --Es natural. Cuando se es tan linda y ttan solictada, se pierde un poquito la cabeza...Veronica es muy buena, ella no tiene la culpa de nada; pero los ejemplos... --Que ejemplos?...Que culpa?... --No me haga usted caso. Hable como si ffuera usted de Rio de Janeiro. Pense que estaba al corriente de lo que todo el mundo sabe; pero no sabiendolo usted, no debo decir una palabra... --Le ruego que la diga. --No estaria bien... --Si lo sabe todo el mundo, que importa uno mas?... --Bien...Si no se lo digo yo se lo dira otro. Los padres de Veronica hicieron una vida lamentable, su padre fue un calavera que mato a disgustos a su pobre madre, cuando Veronica no tenia mas que cinco anos. Desde entonces vivio sola con el, entre sus criados y sus amantes...Se cuentan horrores de aquella casa...Figurese usted lo que vio y aprendio. Cuando al fin mataron a ese mal hombre y Veronica vino a casa de tia Sara, ya no tenia remedio. --Que edad tenia entonces?... --Creo que mas de nueve anos. Ya estaba hecho su caracter...a la vista salta. --Ya! --No sabe usted lo que sufre con ella laa pobre tia Sara. Pero hago muy mal en contarle todo esto...yo soy la menos indicada para hablar. Yo la quiero mucho y le perdono de todo corazon los malos ratos que me hace pasar. Ella no tiene la culpa, verdad?... Demetrio no responde, mira solo con su ardiente mirada inquisitiva, aquellos ojos claros, aquella boca blanda que sonrie ingenua, infantil casi, aquellas mejillas suaves, aquellos ademanes monjiles, timidos, recatados y la oleada de repugnancia que las palabras de Virginia ha levantado en su alma, se apaga como frente a la sin razon de un loco, como frente a la injuria inconsciente de una criatura...mientras la tentacion de seguir preguntando vuelve a ganarle... --Su primo esta enamorado de Veronica, vverdad?... --De Veronica se enamoran todos, por un rato...Ella no puede querer por mucho tiempo a nadie. Que le pasa?...Por que se levata?..Quiere bailar?... --Lo hago desastrosamente, senorita...Peero podemos pasear por la terraza. Esta noche hace un calor de verano... --Si, tiene razon. Vamos a la terraza.... * Por el otro lado del salon, alli donde la puerta se abre a una terraza mucho mas pequena, sobre la que se tienden frescas enredaderas perfumadas de jazmin y madreselva, Johnny aprovecha el final de la pieza, para apartar un instante a Veronica de los demas. --Hace calor esta noche...demasiado caloor. No quieres que salgamos a respirar?...Casi me siento mal. --Te lo note bailando; ni un momento hass tomado el compas...Que te pasa? --Nada. --Estas disgustado?... --No. --Cualquiera lo diria... --No tengo nada; como no sea el aburrimiiento soberano de esta fiesta, que no nos falta mas que bailar cuadrillos o lanceros...que barbaridad!...Vivimos con sensenta anos e atraso... --Pero Johnny!...Esta manana me estabas hablando entusiasmado del aire senorial que conservan todavia las fiestas en nuestra sociedad... --Debia estar de muy buen humor esta mannana. --Mejor que ahora, desde luego. Te cayo mal la cena?... --Puedes burlarte. Es tu diversion favorrita... --Que dices, Johnny?..Cuando me he burlaado de ti? --A cada rato...Guardas todas tus atenciiones y todas tus consideraciones para los extranos. --No te estaras refiriendo al senor San Telmo. Era tu invitado. --Por eso le atendias, Veronica?... --Supongo que forma parte de mis deberess, puesto que vivo en la casa... --Desde luego. Pero parecias tan encantaada charlando con el; estabas tan interesada escuchandole... --No es un hombre vulgar. Comprendo que simpatizaras inmediatamente con el; tiene una forma de ser extrana y atractiva... --Temi que pensaras todo eso, mientras tte miraba desde lejos en el comedor, escuchandole. No tenias ojos mas que para el... --Tenia que mirarlo, puesto que me estabba hablando. --Pues yo no te mire mas que a ti. Me immporto poco de mi companera de mesa... --Asi estara Virginia, Dios santo!.. --Por que me la pusiste al lado?... --Fue tia Sara la que repartio las tarjeetas en los puestos. Era logico, ademas que se sentara junto al Rey de la fiesta, siendo la nina mimada de la casa... --Tu sabes que para mi eres la primera ddel mundo. --Ya... --Por que no dispuisite un puesto para mmi a tu lado, como hiciste con Demetrio de San Telmo?... --Era distinto el caso; ademas, el me loo habia pedido a tiempo. --Ah, si...Se atrevio a tanto?... --No creo que tenga nada de particular. Conmigo mal que bien ya habia estado charlando...No creo que se sienta muy comodo en una sociedad en la que no conoce a nadie... --Se lo regalamos a Virginia para lo atiienda. Si es cierto que la fiesta es en mi honor, debo mandar en ella, y mando que no te separes de mi lado. Todas las piezas que toque la orquesta las tienes que bailar conmigo, y las que no bailes, charlarlas... --Pero estas loco?...Que mosca te ha piccado?... --Tu lo sabes, Veronica...demasiado lo ssabes. No te rias de mi, no me mires con esos ojos malos de burla, que me desesperas, que me enciendes la sangre...Veronica, yo te... --No, Johnny, por favor!...No hables... --Sabes lo que voy a decir?... --Esta noche no, Johnny...No me digas naada...Aguarda, por favor...Esta noche no... --Te quiero Veronica...te quiero!...No ppuedo callar mas!... Le ha tomado las manos oprimiendolas con ansia, mientras su mirada busca el fondo de las pupilas negras que se le ocultan bajo las pestanas, porque Veronica no ha respondido y a la luz de la luna parece helada y palida como una estatua de alabastro. --No me respondes, Veronica?...Por que?.... --Te pedi que callaras...Te suplique quee esperases; que esta noche no...No...Dejame, Johnny!... --Que te deje?... --Pero sin ofenderte, sin tomarlo a mal....Dandote cuenta de que me has sorprendido...Me han sacudido de un modo tus palabras, que... --No, Veronica; no es eso...No puede serr eso. Cuando me pedias que callara tu sabias que iba a hablarte de mi amor. Por eso quisiste rechazarme... --Recharzarte es precisamente lo que no quiero. Has sido tan bueno conmigo!...Eres tan digno de ser amado, tan adorable... --Veronica...que quieres decirme?...Que soy todo eso; pero que tu o puedes amarme, verdad?...Que rechazas mi carino, que no quieres ser mi esposa... --Johnny...Se cuanto valen tus palabras,, se cuanto vale el amor que me ofreces...Lo que son tu corazon y tu lealtad... --Pero no me quieres. --Te quiero, como a un hermano... --Veronica... --Tal vez mas...Con una ternura, con unaa estimacion y una gratitud tan grandes... --Nada tienes que agradecerme, Veronica.. Si acaso perdonarme que en mi ceguedad no me haya dado cuenta de que era poco para aspirar a ti. --Por favor, Johnny, basta...No digas abbsurdos. Acabo e decirte que te considero el mejor hombre del mundo, la criatura mas encantadora, mas adorable de la tierra... --La criatura...un poco nino, verdad?....Nino de alma... --Nino mimado de la fortuna, de tus padrres; pero eso ni es un defecto, ni puede echarsete en cara. No eres tu, que todo te lo mereces; soy yo la que... --Quieres a otro?... --No, Johnny... --Entonces, que puede detenerte?... --Muchas cosas, Johnny...Has pensado en lo que diran tus padres? --Papa lo sabe todo. Sabe mi amor por tii y lo aprueba. --Y tia Sara?... --Con mama habra que dar una batalla...PPero se da y se gana! --No tan facil como supones. Si tu le diices a tu madre que quieres casarte conmigo. le das el mayor disgusto de su vida. --Pues aunque asi sea. Sera muy lamentabble que persista en esa injusticia; pero no me detendra. Para otras cosas me falta decision, no para defenderte y adorarte. --Johnny...eres muy bueno; pero... --Si no quieres a otro, si no es porque el amor de otro llena tu alma por lo que me rechazas, permiteme que siga al lado tuyo, que te siga adorando, que luche hasta ganar tu corazon...No me contestes enseguida si no quieres; aguardo...Yo sabre aguardar y esperar y callar si hace falta... --Johnny... --Ahora soy yo quien te suplica...No me contestas, no me digas nada. Dejame querete, dejame ganarte...Admiteme a tu lado como un amigo, com un hermano, que ya luchare yo por ir transformando tu afecto, por ir mereciendo que un dia me quieras como yo te quiero a ti...apasionadamente!...Con toda el alma!... Se ha inclinado para besar sus manos, mientras conmovida, emocionada, Veronica lucha con sus lagrimas... --Esta bien. Accedo..., pero con una conndicion. Hemos de seguir siendo amigos, amigos nada mas; frecuentaremos la sociedad mas que ahora, trataras otras muchachas, permitiras que yo haga lo mismo, y si al cabo de seis meses, me sigues amando como dices que me amas, si consideras que solo conmigo podras ser feliz, tratare de darte esa felicidad... --Veronica!...Mi vida, mi alma!... --Quieto!...Eso no...Los amigos no se beesan en la boca...Tienes que ser formal como hasta aqui. Si es posible un poquito mas que hasta aqui... --Como tu quieras, mi reina, mi tirana.... Otra vez le ha cubierto de besos las manos, besos ardientes que no llegan sin embargo al corazon de Veronica, aquel corazon que locamente, ya ha empezado a sonar con otros ojos y otros labios... * --Que le parece a usted?... --Un pura-sangre admirable... --Es el caballo predilecto de Veronoica.. --Demasia fogoso para una muchacha. --No para ella. Ya vera como lo domina. Es una amazona fantastica...Acerca los nuestros, Esteban. Mande ensillar para usted este alazan, y para mi el retinto. Son las siete de una manana clara y bajo el beso de oro y fuego del sol de Rio, la Naturaleza parece reir y cantar. Es frente a las caballerizas de los Castelo Branco, tan admirablemente equipadas, como surtidas de buenos caballos..Johnny y Demetrio escogen las monturas entre el ir y venir respetouoso de los mozos de cuadra... --Los dos tienen una magnifica estampa. Pero los otros dias vi un caballo en su cuadra que me hubiera encantado montar...un zaino de bastante alzada. --Se refiera usted a Sultan. Efectivamennte es un bellisimo animal; pero bastante peor que el de Veronica. Mi padre lo compro encantado en su buena estampa, o creyendo que por volver yo de los Estados Unidos, tenia la habilidad de un cow-boy. La verdad es que no lo he montado mas que una vez y me hizo pasar un mal rato. --Tal vez necesite hacerlo correr un pocco...Si no le importa a usted prestarmelo... --Por mi no hay inconveniente alguno; peero le advierto que es un caballo dificil, y yendo con muchachas... --Cuando se trata de muchachas tan audacces como Veronica de Castelo Branco, hay que ir prevenidos...Ni ese lindo retinto que va usted a montar ni el alazan que quiere usted prestarme son capaces de competir con el caballo de su prima Veronica, si acaso se le desmandase... --No lo creo. Ya le digo que lo domina dde un modo admirable, y como anfitrion debo velar por la seguridad de usted. --No se preocupe. Mande ensillar a Sultaan. --Como?...Va usted a montar al "demonio de los Andes"?... Asi le llaman a ese caballo los mozos de cuadra. Es Virginia la que se acerca sonriendo, haciendo volverse a los dos jovenes que la saludan deferentes... --Y a todo esto, buenos dias... --Pues ya ves...Me anime. Aunque Veronicca quiso asustarme con el coco de que a las siete en punto teniamos que estar listas y arregladas. Ya ven...me levante temprano, fui a oir Misa, me he cabiado de traje y Veronica todavia no esta. Claro que le gaste la broma de esconderle las botas de montar, y trabajo le doy para encontralas... --Es usted traviesa como una chiquilla.... --La broma tendria mucha gracia si no noos retrasara a todos. Quieres decirme donde se las ha puesto para ir a auxilaria?... --En mi closet...pero aqui tengo la llavve. Virginia, con sus lindos pantalones de montar, su camisa de seda blanca, parece una chicuela. Los cabellos dorados sobre la espalda, risuenos los labios y los ojos burlones, aun parece mas menuda, mas fragil de lo que es en realidad. --Quieres darme esa llave?... --No se la entregare sino al senor San TTelmo, que es el unico que se ha dignado sonreir...tu en cambio me has puesto una cara de juez... --Es que si salimos muy tarde no podremoos llegar hasta Copacabana... --Sobre todo llevandome a mi que soy unaa remora...Eso quieres decir, verdad?...Hoy te prometo portarme como toda una amazona, y hasta galopar, siempre que sea a tu lado. --Dame la llave, anda... --Ya dije que al senor San Telmo. --Pero Virginia!... --Tendre mucho gusto en entregarsela a lla doncella ...Quiere usted ocuparse, entre tanto en que me ensillen a ese "demonio de los Andes" de que hablamos antes?... --No tiene por que molestarse. Esteban sse la llevara. --Sera un placer. Supongo que hallare a alguien en el hall. Con permiso. Se ha apoderado de la llave que Virginia le ofrece y marcha rapidamente hacia la casa. En aquel traje que tan acostumbrado esta a llevar, se mueve con magnifica arrogancia, aunque el descuido de ciertos detalles hace sonreir a Virginia que se vuelve zalamera hacia Johnny. --Por que no se habra puesto corbata?....Te has fijado que tampoco lleva guantes?...Este amigo tuyo mas parece un buscador de mines que un muchacho de carrera...Tal vez con tu trato se refine algo. --No creo que le haga falta. Me parece bbien como esta. No todo el mundo puede ser lo mismo... --Tal vez lo haga para gustarle a Veroniica...Te has dado cuenta de como le interesan los hombres rudos y salvajes?... --No me he dado cuenta de nada. --Pues fijate y veras...Estoy seguro de que tu amigo San Telmo le resulta admirable. --Como?...Lista ya?... --Con quince minutos de retraso, pero noo por mi culpa. --Ya lo se. Traia la llave del closet dee su prima Virgina... --Abri con un cartapapel. Por fortuna laa cerradura no era de seguridad. --Con un cortapapel?... --Si. Haciendo palanca... --Es usted muy habil... --Me defiendo como puedo de las pequenass maldades de Virginia. --La considera usted una nina perversa.... --No es tan nina...y en realidad, no me he puesto a considerar lo que es. En este caso creo adivinar su intencion; temio que si yo estaba lista antes que ella, Johnny se empenase en que nos marcharamos sin esperarla. --Ah, si? --No juzgue mal a Johnny, es mas bueno qque el pan...pero Virginia le abruma, le empalaga...No puede sufrir sus dengues y sus nonerias, especialmente en los paseos a caballo, de los que mas de una vez he tenido que volver yo sola, a pedir que les envien el auto; porque Virginia se ha agarrado de su brazo y se ha negado llorando a volver a montar. --Ya me imagino el disgusto de su primo,, tan empenado en gustar de la compania de usted. En la entrada posterior del hall, de la que se baja directamente al jardin, por cuatro escalones de marmol, se han detenido a hablar Veronica y Demetrio. Ella ha prescindido de la chaqueta de su traje blanco de montar y la blusa de seda realza y destaca las lineas de su cuerpo perfecto. Los cabellos negrisimos son marco admirable de su cara un poco palida en la casi total ausencia de maquillaje; los ojos parecen mas profundos, los labios se le antojan a Demetrio San Telmo como un rubi de fuego y sangre; todo en aquella mujer le fascina, le subyuga, le atrae; hasta ese temor, hasta ese espanto de que sea ella la mujer en quien debe vengar la muerte de su hermano; y ella parece gozar, como saboreando una gota de escondida miel, aquel resplandor de admiracion involuntaria que dulcifica un instante las grises pupilas de aquel hombre. --Comprendo los sentimientos de Johnny; y esa pequena envidia un tanto celosa que Virginia no puede disimular... --Virginia no tiene por que envidiarme. Su suerte es mucho mas clara que la mia... --Tiene que envidiarle cuanto es usted, cuando vale, cuanto hay en su persona de superior y admiarble. --Senor San Telmo!... --Perdoname...No he sido capaz de disimuular que me parece usted maravillosa, unica... Las mejillas de Veronica se han encendido con vivo rubor de enamorada. Por primera vez le turba la admiracion de un hombre, y apenas acierta a contestar... --No creo que sea cierto nada de eso; peero lo mas agradable que me ha ocurrido en mi vida, es que usted lo crea, que usted lo diga, que usted lo piense...Pero es muy tarde...Vamos con los demas!... --Buenos dias, Veronica... --Halo, Johnny...Estas bien? --Maravillosamente, puesto que te tengo delante. No pense que pudieras llegar inmediatamente. El amigo San Telmo debe ser una especie de mago... --El milagro fue obra exclusiva de Veronnica. Aqui estan sus llaves, Virginia... --Como abrieron?...Como abriste?...No mee habras roto la crradura, Veronica... --No, querida; me limite a descomponerteela. Asi estaran menos bien guardados tus secretos. --Yo no tengo secretos. Y si llego a sabber que ibas a hacer una cosa asi... --No me habrias gastado la broma de escoonderme las botas. Ojala no vuelvas a hacerlo. Ganeremos tiempo... --Aqui esta su caballo, Veronica... --Cuidado, Veronica!...Genaro, sujetalo bien. --Permitame a mi hacer las veces de palaafrenero. --Es lo que iba a hacer yo precisamente.... --Pues lo haremos a medias...no se procuupe usted. Lista?... Habil y audazmente la ha colocado sin esfuerzo en la montura inglesa, antes de que Johnny tenga tiempo de hacer nada; pero ya Virginia se agarra al brazo de su primo... --Por lo visto no importa que yo me desnnuque. Ayudame a montar... --Tu yeguita es mas mansa que un perro ffaldero...Vamos, arriba!... --Gracias...Eres muy amable. Con pedirtee las cosas dos o tres veces es bastante... --Creo que ahora no has necesitado tantoo. Ahi traen ya su caballo, Demetrio. --Como...Va usted a montar a Sultan?... --Johnny ha sido lo bastante amable paraa prestarmelo. --Es un animal peligroso... --Son los que me gustan, precisamente. --Le gustan las dificultades?... --Si. Para vencerlas. Usted mismo me lo dijo la primera vez que hablamos... --Tengo que confesar que es verdad. Peroo tenga cuidado...Sultan es capaz de darle un mal rato a cualquiera... --Tampoco su caballo es un coderito...Esste por lo menos me da la facilidad de alcanzarla, si el suyo se desboca... --No hay cuidado... --Por si acaso. No es justo tampoco que el caballo mas brioso del grupo lo lleve una muchacha... --Ah, vamos...Es cuestion de superioridaad masculina. --No cree usted en ella, verdad?... --A ratos... --A ratos, es cierto; ya cuentan ustedess con la fuerza de su debilidad para dominarnos... --Es nuestra unica defensa contra la jacctancia masculina... --Bueno...esto es casi una escaramuza. --El senor de San Telmo no pierde ocasioon de presentar batalla a las mujeres... --A las mujeres, no; a la mujer... --Caramba...No le suponia a usted en lass ideas de Schopenhauer... --Me parece que has encontrado a un adveersario digno de ti, Veronica... --Ya se encargara Sultan de vengarme... --No lo crea; conozco bien a los caballoos...Este no es tan fiero como parece. Ahora vera... Rapidamente, por sorpresa, Demetrio ha saltado agilmente a la montura del fogoso animal, dominandole por completo en pocos instantes. --Magnifico!... --Estupendo!... --Una demostracion contra la que no sirvven discusiones... --En marcha... ***** --Maravillosa paisaje!... --Yo lo hallo fascinante...Y he oido deccir a muchos extranjeros que es uno de los mas bellos rincones de la tierra. Demetrio y Veronica han avanzado hasta el borde mismo de la especie de terraplen, desde donde se domina en efecto el fantastico panorama que forman, desde la base del Pan de Azucar, la Bahia de Rio de Janeiro y la playa de Compacabana. Un brillante sol de mediodia parece brunir el azul maravilloso del cielo, y del mar y el verdor lujoriante de la costa, entre las anchas pinceladas de arena dorada y la linea airosa de los modernos edificios. No lejos de ellos los fogosos caballos descansan atados a la sombra de un arbol... --Frente a esto a veces resultan inutilees las palabras...verdad?... Los ojos de Veronica parecen extasiarse en el paisaje; los de Demetrio la miran solo a ella, cargados de dudas, de interrogaciones, de locas ansias angustiades. --Por aqui se baja hasta la playa por unn caminito muy estrecho entre las piedras. Y de aquel lado, junto a la arena, hay una gruta con un manantial. Podriamos intentar bajar si no fuese tan tarde... --Se ve que conoce usted el terreno palmmo a palmo. Estuvo antes aqui muchas veces, verdad?... --Algunas...Este era el paseo favorito dde su amigo Ricardo. --Que?... --Pero muy rara vez lo hicimos a caballoo. Casi siempre veniamos en automovil hasta el terraplen y bajabamos a la playa por el camino que le digo. Eran paseos que Virginia organizaba... --Venian los tres solos?...Venia tambienn Johnny?... --Johnny no conocio a Ricardo. --Se encargaron de despacharlo antes de que el llegara. --Que quiere usted decir?...Despacharlo??...No comprendo... --De veras no comprende?... --Por que he de comprender?... --Por nada. Son locuras mias, disparatess...No haga caso. --Se entristece usted mucho cada vez quee piensa en su amigo...Teme acaso que le haya ocurrido alguna desgracia?... --Le interesa de veras saber la suerte dde Ricardo?... --Naturalmente...Fuimos amigos; creo habberselo dicho en otra ocasion. Convivimos casi dos anos. Mas de una vez he pensado en escribirle; pero como no tengo la menor idea de donde esta... --Su carta llegaria demasiado tarde. --Como?... --Quiero decir, que esta muy lejos. Quieen sabe por que negras selvas de desesperacion y de angustia!...Aunque a el ya quiso darle el destino, el infierno en la tierra... --Que esta tratando de decirme?...Que haa muerto?... --Derramaria usted por el una lagrima?.... --Me apenaria extraordianariamente que hhubiera muerto...Pero no ha muerto, no es verdad. El hecho de que no sepamos de el no quiere decir nada. Los que se meten en la selva desaprecen a veces por anos enteros... --Mas facil es que desaparezcan para sieempre. --Por que tiene que pensar lo peor?...Y por que me lo dice de ese modo como si quisiera atormentarme?... --Si yo pudiera estar seguro de que es vverdaderamente un dolor para usted la muerte de Ricardo... --Naturalmente que seria una pena...Peroo por que me lo dice asi?...A veces no le entiendo, Demetrio...parece que estuviera usted loco...y la verdad, no es agradable. --No se asuste, Veronica...Mis arrebatoss son momentaneos. A veces me traiciona la fantasia, otras, tengo una especie de morbosa curiosidad por asomarme al corazon de las mujeres...Le gaste una especie de broma, me temo que bastante desagradble!...Quiere perdonarme?... --Claro...Pero le aseguro que llego a assustarme. Me senti bastante mal...No parece que Virginia y Johnny tardan demasiado?... --Ahi los tiene usted ya...Me ocupare dee sus caballos para que descansen. ******* --Preocupado, hijo?... --Eh, que?... --AL menos, distraido y pensativo...eso no lo puedes negar y menos a mi que te conozco tanto. La mano blanca, cuidada con senorial esmero de Teodoro Castelo Branco se ha apoyado afectuosamente en el hombro de su hijo, mientras la mirada bondadosa, comprensiva, parece interrogar mas que las palabras... --No volviste muy satisfecho del paseo dde esta manana...Que paso?... --Nada. --Estas seguro?...Mucho me temo que la iintromision de ese amigo, me estoy refierendo al senor San Telmo, en vuestra intimidad, no haya sido muy acertada... --Creo igual que tu, pero el mal ya estaa hecho. Ademas, no tengo nada contra el. Es un perfecto caballero y un hombre que vale mucho, demasiado. --Demasiado por que?...No estas seguro dde ti mismo?...Has comenzado a ver en el a un rival?... --Por favor, papa...Dejemos esto. --Por que hemos de dejarlo?...Lo que mass me interesa en el mundo es tu felicidad. Y despues, la de Veronica. Les veia a ambos muy bien encaminandos...Que ha sucedido para que las cosas cambien?...Cuando bebemos el champan de tus bodas?... --No lo se, papa. --No te has decidido aun a hablarle a tuu prima?... --Le hable. --Ah... --Le dije cuanto la queria...y me pidio una tregua. --Una tregua?... --Para pensar, para reconsiderar sus senntimientos; para estar segura de los mios, que cree un capricho pasajero, una ventolera de nino mimado... --Si no es mas que eso, en ti esta conveencerla de lo contraio. --Y con el alma confiaba poder hacerlo, papa. La noche que le hable, la del baile, hace ya casi dos semanas, me sentia seguro de mi mismo, fuerte, optimista, confiado...ahora es distinto. --Por San Telmo?... --Demetrio de San Telmo vale diez veces mas que yo, padre, y Veronica es lo bastante mujer para comprenderlo y valorarlo. TEO: No digas eso. No aceptes esa idea como definitiva; lucha, defiendete, demuestra lo que eres y lo que vales disputandole su corazon valientemente. Veronica es buena; te conoce, te quiere, y si tanto la quieres, bien vale la pena... --Es verdad!...La quiero tanto, tanto....que mi gran amor tiene que servir de contrapeso para los meritos que me faltan...La adoro, padre, la idolatro!...Luchare con todas mis fuerzas para rescataria...Era mia...,la estaba haciendo mia...y...Virginia!... Al volver la cabeza ha visto a Virginia de pie en la puerta del despacho, escuchando avidamente sus palabras, palido el lindo rostro, torcida la boca de angustia, relampagueantes los grandes ojos claros... --Perdon..., perdon si he llegado a inteerrumpirles...Venia a buscar a tio Teodoro. Tia Sara me mando a buscarlo. Esta en su cuarto...Quieres ir, tio?... --Voy alla. Se ha ido mientras Virginia va hacia Johnny, para hablarle con lagrimas en los ojos. --Perdoname, Johnny..., perdoname. Yo noo queria escucharte, fue sin querer...Pero me da mucha pena...Me da mucha pena lo que has hablado. --No tiene que darte pena; ni vio que raazon puedes tener para llorar. --Perdoname otra vez...Ya estan secas miis lagrimas, mis pobres lagrimas...mias tenian que ser para disgustarte... --Virginia!... --Pero no te molesto mas, no quiero moleestarte. Ves?...Contra mi voluntad sigo llorando...Mas vale que me vaya; te librare del fastidio de mirarme llorar...Perdoname..., perdoname...No sirvo para nada... Se ha ido despacio, cruzando el hall, mientras se seca las lagrimas, tal vez esperando que la voz de Johnny la dentenga, que vaya tras ella a consolarla; pero Johnny no ha dado sino un paso, deteniendose al ver aparecer otra figura, la que enciende sus suenos, la que llena su alma... --Veronica!... --Que ha pasado, Johnny?... --Nada, o casi nada. --Virginia iba llorando. --Ya sabes que para eso no es necesario mucho. --Desde luego; pero... --Pobrecita, es muy buena; pero resulta insoportable!... --Johnny!.. --Sigue siendo la misma chiquilla que noo me dejaba jugar cuando veia yo a casa por vacaciones. No habia diversion que no me estropeara; pero luego todo eran mimos y dengues y lagrimas. --Ya..., ya... --Te sonries?... --Que otra cosa puedo hacer?...Me hace ggracia ver que por primera vez le esta fallando su sistema. --Su sistema?...Piensas tu que es asi poor sistema?... --No se que decirte. En realidad Virginiia, que a ti te parece tan criatura y tan diafana, es para mi un enigma. --Que estas diciendo?...Un enigma?... --Mas vale que te rias...Quisiera poder pensar como tu. --Te ha hecho algun dano, Veronica?...Tiienes alguna queja seria contra ella?...Dime la verdad. --Pensandolo despacio, no tengo nada conncreto de que acusarla; y aunque lo tuviera no lo haria..., asi es que dejemos el tema en paz. --Por que no lo harias?...No tienes conmmigo todo la confianza necesaria?... --Claro que la tengo; pero no me gusta jjuzgar a los demas. Cada uno es como Dios lo ha hecho, a su modo y a su manera; unos remontarse como las aguilas, otros se arrastran como los gusanos... --Que quieres decir?...A quien te refierres?... --A nadie. Era una imagen para comparar.. --Veronica... Le ha tomado tiernamente la mano, que tiemble entre las suyas como si quisiera escapar, y clava en los ojos negrisimos los suyos suplicantes. --Veronica!...A que precio podre ganar ttu amor?...A cambio de que esfuerzo, de que sacrificio, de que hazana?... --Johnny querido, habiamos convenido en no hablar de amor por una temporada. --Ya lo se; pero HAY COSAS MAS FUERTES QQUE LA VOLUNTAD. Veronica, respondeme a lo que te he preguntado, que prueba, que esfuerzo, que sacrificio es menester?... --Por Dios, Johnny; recuerda nuestro paccto. --No puedo recordarlo!...Solo se que te amo, y como te amo! --Oh, Demetrio!... En efecto; Demetrio de San Telmo acaba de llegar y se inclina ceremoniosamente frente a Veronica. --A sus pies, Veronica. Como esta, Johnnny?...Temo haber llegado a destiempo, demasiado temprano... --Temprano para que?... --Absolutamente a destiempo, efectivamennte. Me habia invitado usted esta tarde para unos asaltos en la sala de armas... --Es verdad, Demetrio; dispenseme. Mi caabeza anda mal. --No lo culpo. Ha sonreido levemente ironico, mirando a la bellisima muchacha, ahora absolutamente desconcertada, y aun le parece mas hermosa encendidas de rubor las mejilla, huidizas las pupilas oscuras bajo las espersas pestanas. --Me dijo que los viernes solian reunirsse unos cuantos amigos en la sala de armas y anadio usted que hasta Veronica tiraba a veces su cuarto a espadas, cosa que me sorprendio y me hizo bastante gracia...era la unica habilidad que le faltaba a la senorita Castelo Branco. Veronica se ha erguido como si el fino dardo le hubiera herido en lo mas hondo. En un instante ha recobrado todo su aplomo, todo su admirable dominio de la situacion y aunque sonrien sus labios hay un relampago de desafio en la ardiente sombra de sus pupilas. --Me gusta la esgrima y dicen que no lo hago del todo mal. Mas que mi cuarto a espadas, puedo echar esta tarde un asalto a florete, y contra usted tambien, senor San Telmo. --De verdad?...pense que no cruzaba usteed sus armas con los varones. --Entonces no podria cruzarlas con nadiee. Creo que en todo Rio no pasamos de tres aficionadas; claro que a mi me viene de casta, era el deporte favorito de mi padre. En nuestra casa de la Pua Dos Mares, teniamos una gran sala de armas... --En este caso sera un alto honor... --Que con su permiso reclamo para mi priimero. Desde que he llegado estoy queriendo hacer esgrima con Veronica, sin lograr que se disponga a practicar un rato. Creo que tengo derecho a reclamar mi prioridad. --No puedo discutirselo, aunque defiendoo el segundo lugar. --Caramba...voy a tener que traer un carrnet como en los bailes; porque Alberto Guerra Camoes y Julio Estrada tambien estan esperando la ocasion, y creo que vendran esta tarde. --Esos no cuenta. Y se que los derrotas con mucha facilidad... --Luego, es usted temible. --Aguarde a juzgar por si propio, Ingeniiero. Y piense que por orden cronologico le corresponde el ultimo lugar; pero LOS ULTIMOS SERAN LOS PRIMEROS... Ha sonreido con conqueteria deliciosa, a tiempo de senalar el precioso reloj de porcelana que adorna la chimenea de marmol. --Son las cinco y cuarto. Mi tia no tarddara en mandar que sirvan el te. Me permiten que vaya a cambiarme de traje?... --Supongo que todos tendremos que hacerllo. Yo vine preparado porque pensaba tener solo el papel de espectador... --Tengo dos petos y caretas en abundanciia. Quiere venir conmigo a mis habitaciones?...Ya encontraremos algo que le sirva. Le ha tomado del brazo, pero quedan inmoviles mirando alejarse la figura arrogante y gracil, tras la que parece irseles el alma. --No hay otra mujer como Veronica!... --Tiene razon, Johnny; no la hay!... ***** --Ah, Virginia!... --Te extrana encontrame en tu cuarto?.... --Un poco. Que ocurre?... --Nada. En la butaquita forrada de cuero, que con la lampara, el estante de libros y la mesita fumador forman un grato rincon de estudio en la habitacion de Veronica, Virginia de Castelo Branco, sentada en desenfada actitud, aspira con deleite el humo de un cigarrillo, mientras sus ojos ahora frios y burlones, recorren la estancia para fijarse luego en el rostro sorprendido de su prima. --Sabes que tienes un cuarto muy agradabble?...Lo has arregaldo con muy bien gusto y con mucha originalidad. --El tuyo es mucho mas lujoso... --Lo arreglo tia Sara, como para el bebee que imagina que soy. --En todo caso para un bebe real (royal)). Creo que tienes los muebles mas caros de la casa. --Tia Sara me quiere mucho, te molesta?.... --Absolutamente nada. --Es muy propia de ti esa respuesta; exaactamente la que esperaba. Te importa muy poco que te quiera tia Sara. --No he dicho eso... --Lo das a entender, que es igual. Nuncaa hiciste nada por conseguir que te quisiera, ni que te estimara, y ahora te extranara que se oponga a que te cases con su hijo. --Que?... --Te extrana que yo este enterada? --No. Ya se que te las arreglas para entterarte de todo; pero desde luego me sorprende tu actitud, tu manera de hablarme, y hasta el haberte encontrado en mi cuarto donde nunca solias entrar. --Vine a fumar un cigarrillo, sabes?...MMe encanta fumar, pero tia sara siempre habla mal de las mujeres que fuman, y prefiero que no vea cigarrillos y colillas en mi cuarto... --Las dejas en el mio, ya lo veo... --Tia Sara casi nunca viene por aca, y ddespues de todo, a ti que mas te da...No es mas que un detalle... --Pero da la casualidad de que yo no fummo. --Bah!...Es un pecado venial, y tu tienees bastante desfachatez para decirle a tia Sara que fumas porque te da la gana...Entra en tu tipo; en el mio no, sabes?... --Virginia...que te propones? --Que quieres que me proponga?...Nada....o acaso hacer un esferzo para que seamos amigas. --Somos parientes... --Ya lo se; pero amigas no lo fuimos nunnca. Siempre me miraste desde tu altura, como una cosita insignificante... --Si. Como una pequena cosita capaz de mmorder y de aranar. Mas de una vez, recien llegada a esta casa, me clavaste las unas o los dientes... --Oh, Veronica!... --Claro que luego ibas a refugiarte en llos brazos de tia Sara, llorando de una manera que no podia caber la menor duda de que tu habias sido la lastimada. --Que rencorosa eres, Veronica!...Todaviia te acuerdas de esas tonterias de la infancia. --Tonterias que hicieron a tia Sara enceerrarme en un colegio, antes de los seis meses de tu haber llegado. --Un colegio de donde saliste maravillossamente bien educada...Johnny esta encantado de tu cultura, todo el mundo se hace lenguas de lo mucho que sabes. --Supongo que esperas que te lo agradezcca a ti. --Despues de todo, podias mirar asi las cosas con un poco de buena voluntad, y no guardarme rencor. --No te le guardo. --Magnifico!...Entonces, por que no te ssientas para que charlemos como dos hermansas?...Nunca lo hemos hecho. --Otro dia sera. Hoy tengo que cambiarmee de traje; me esperan los muchachos. --Ya!...Johnny; y a Demetro lo senti lleegar. --Lo sentiste?... --Estabas muy acaramelada con Johnny. --Ah!...Nos estabas espiando... --Espiar es una palabra muy ofensiva; vii por casualidad. Johnny te agarraba las manos, iba a besarte...Demetrio llego con mucha oportunidad; que si no... --Si no, no habria pasado nada...No es ccierto que Johnny fuera a besarme. --Me permites que no lo crea?... --Cree lo que te de la gana y dispensamee, creo que voy a vestirme. --No creo que te estorbe mi presencia; hhasta puedo ayudarte. Estaras encantada de poder lucirte en traje de esgrimista delante de tus admiradores...es una de tus excentricidades que hacen mas efecto. --Virginia, basta!...A que has venido?....Que te propones averiguar?... --Yo?...Nada!... --Por que no me dejas tranquila?... --Quiero ver como te arreglas, descubrirr el secreto de tu maquillaje, saber en que consiste el atractivo misterioso que te hace manejar a los hombres como monigotes. --De donde sacas eso?... --Salta a la vista. No te hablo de los ddemas, a los que te has cansado de dar calabazas (old custom to refuse suitor); vamos a dejarlo en los dos ultimos: Demetrio y Johnny. --Quieres dejar a Demetrio en paz?... --Por que?...Es el preferido?... --No es nada; dejame. --Te gusta horrores; ya lo se, y te gustta precisamente porque no puedes manejarlo. --Virginia, basta!.. --Es ademas un gran recurso para poner aa Johnny fuera de si, para obligarlo a que piense en casarse. Si no hubiera sido por Demetrio no estaria tan decidido. --Quieres callarte?...No me interesa lo que digas, ni con que intencion lo digas; quiero que me dejes en paz. --Esta bien. Con una condicion: Renunciaa a Johnny!... --Que?... --Jurame que pase lo que pase no le oiraas una palabra de amor, ni accederas a lo que te pida. --Pero Virginia, con que derecho?... --No te casaras con Johnny, Veronica!....No seras tu la duena de esta casa. Jurame, dame tu palabra de que seguiras rechazandolo, o vas a tropezarte conmigo. --Y quien eres tu para pedirme ese jurammento y esa promesa?...Con que derecho pretendes mandar en mi vida y en mi alma?...Yo hare lo que quiera, lo que mi corazon me pida, lo que me mande mi conciencia y nada mas!... --No!...No, Veronica; con Johnny no te ccasaras!... Ha dicho estas palabras ganando la puerta, totalmente transfigurada. Energica, agresiva, desafiante se alza como una viborilla dispuesta a morder, y por sus ojos verde azules, cruza aquiel diabolico relampago que le da extrano parecido a un felino... --Virginia!... Se ha ido corriendo. Veronica ha dado unos pasos hacia la puerta como si fuera a detenerla; pero es ella la que se detiene bruscamente paralizada...Que le importa Johnny, despues de todo; si solo un afecto de hermano le hace escuchar bondadosamente sus palabras de amor?... Otra figura es la que parece erguirse ate sus ojos; aquel hombre altanero de mirada de aguila, aquel Demetrio de San Telmo dominador y fascinate, en cuyos extranos ojos ha leido tantas veces la palabra de amor que no confiesan los labios... Rabidamente va hacia el amplio espejo de su cuarto; se contempla a si misma...Es lo bastante mujer para no ignorar ninguno de sus encantos, para saber hasta que punto son poderosas sus armas, y un solo proposito arde en su pecho...Llegar al corazon de Demetrio de San Telmo, conquistarlo, hacerlo suyo, e irse despues muy lejos de aquella casa, cuya atmosfera cargada de intrigas parece asfixiarla... Lejos de Virginia, de dona Sara, de Johnny, con su ingenuo amor, que no es capaz de corresponder...Solo al pensar en el tio Teodoro, tan parecido a su padre, el corazon tiembla como si sangrase; pero otra vez le deslumbra le imagen de aquel hombre, que por si solo representa cuanto sono que la vida pudiera brindarle... Amor, amor inmenso; aunque fuese empanado de lagrimas y tenido de sangre; el amor que pide su alma ardiente para quemarse en el como en una gran hoguera que se consumiese alumbrando... CAPITULO CUARTO --Quieres mas te, Teodoro?... --Oh, no..., no...Absolutamente nada...SSolo estoy deseando ver esos asaltos. Teodoro Castelo Branco ha rechazado la taza de te que por segunda vez le ofrece dona Sara. El amplio local destinado para ejercicios y sala de armas, en el suntuoso palacio, esta concurrido como pocas veces aquella tarde; es un salon lo bastante grande para poder servir de pequeno teatro. Un tablado en forma de escenario presenta el lugar para la esgrima y en lugar de lunetas, son comodas butacas de cuero y livianas mecedoras de Viena, amen de pequenas mesas y otros mueblecillos auxiliadores los que ocupan la parte destinada a los espectadores. Se ha servido te, licores y frutas segun el gusto de cada cual. Y hasta una docena de simpaticos mozalbetes en traje de esgrimista van de un lado a otro haciendo y escuchando comentarios sobre los pasados asaltos... --Alberto Gomez ha estado fantastico, veerdad, papa?... --Si, hijo...Y tambien Julio Estrada. Sii sigue este entusiasmo por la esgrima sera cosa de volver a establecer los premios de copas y medallas que repartiamos aqui cada ano, en tiempo de mi abuelo y de mi padre. --No creo que el entusiasmo dure mucho. Los muchachos de ahora encuentran eso de la esgrima bastante anticuado... --Pues a mi me encanta. Es el deporte dee major nobleza, sobre todo entre caballeros. Una de las pocas cosas que no me gusta de los americanos es eso de dirimir las cuestiones de honor a punetazos. --Me satisface oirte hablar asi, hijo dee mi alma...Eso me indica cuanto queda en ti de nuestra vieja raza. --A mi lo unico que me gusta es lo bien que te queda ese traje; por lo demas, estoy temblando que se hagan una herida o que se salten un ojo con uno de esos dichosos floretes. Johnny ha sonreido satisfecho de la mirada de orgullo maternal, en que le ha envuelto dona Sara. Realmente se ve bien con aquel traje hecho correctamente a su medida, y siente un pequeno e inconfesable placer, al verificar que Demetrio de San Telmo no parece el mismo, aprisionado por aquel peto que le queda estrecho, sombrio y pensativo; como si los mas negros pensamientos le atormentaran. Esta sentado en un rincon un poco apartado; pero hacia el va Johnny con gentil sonrisa de anfitrion. --No ha tomado usted nada, San Telmo... --No deseo nada, gracias. --Quiere tirar un asalto conmigo mientraas esperaramos a Veronica? --Que le pasa a Veronica?...Por que no eesta aqui ya?...Tanto tiempo necesita para mudarse de traje?...Hace ya una hora que la dejamos. --Piense en lo que hemos tratado nosotroos... --De todas maneras. --Ahi viene Virginia...ella sabra. Voy aa preguntarle. Ha cruzado rapidamente el salon yendo hacia la puertecialla, donde efectivamente acaba de aparecer Virginia en traje de tarde; y mientras los invitados se aprestan a presenciar la nueva exhibicion de esgrima, se acerca para hablarle en tono impaciente y confidencial. --Bajo contigo Veronica?... --No. --Donde esta?... --La deje en su cuarto, y tardara un ratto en bajar. Ni siquiera habia empezado a cambiarse. --Ah, no?... --Tu sabes como es ella. Le encanta que la esperen. --No...no sabia... --Y yo todavia quisiera que tardara mas.... --Como?... --En cuanto aparezca, ya no tendras ojoss mas que para mirarla. --Tu crees?... --Y tendras razon. Yo no soy de esos envvidiosos que niegan la verdad. En traje de esgrimista esta muy guapa. Ha fruncido los labios en una mueca casi infantil, como si fuera a romper a llorar, apoyando su mano en el brazo de Johnny que la mira nervioso y desconcertado. --Quieres sentarte a mi lado un ratito mmientras ella llega?...No es mucho sacrificio para ti?... --No es ninguno. Deja las tonterias de eesa clase... --Comprendo que te fastidio, Johnny; perro sufro tanto... --Tu sufres?...Tu?... --A veces creo que mas de lo que puedo rresistir. Ven...hace demasiado calor aqui dentro. Necesito un poco de aire... Ha tirado de el obligandole a cruzar la puerta. Y ahora estan bajo aquella especie de camino techado de glicinas y madreselvas, que conduce, desde el cuerpo central de la casa, hasta el amplio pabellon donde estan instalados los salones de armas y gimnesia. Unos bancos de marmol bordean el camino, y hacia uno, un poco mas apartado, como arropado entre el ramaje de los arbustos, es hacia donde Virginia conduce a Johnny con la decision de un disignio diabolico... --Pero por Dios, Virginia... --Ven aqui. Sientate...oyeme. Dedicame ddiez minutos nada mas; despues estaras al lado de ella toda la tarde. --Pero Virginia... --No es mas que un momento. Si supieras todas las dudas, todas las zozobras, todas las angustias que pasan por mi alma... Nadie parece haber notado la evasion de Johnny y Virginia de la sala, nadie, excepto el sombrio visitante que vino desde Matto Grosso a la Capital. Aun no sabe impulsado por que fuerza, Demetrio ha cruzado tambien aquella puerta, procurando pasar inadvertido: acaso presiente en la actitud y el gesto de Virginia, que algo importante puede escuchar... Tal vez es solo el ansia de saber algo de Veronica...Sin que ellos le vean, se ha deslizado por detras de los bancos; quiere saber, necesita saber; no importa el medio ni el recurso de que tenga que valerse; y acierta a ocultarse tras el macizo de enredaderas, en el preciso instante en que Virginia y Johnny toman asiento en el banco a quien sirve de espalda... --Virginia...te doy mi palabra de honor que no entiendo lo que te pasa, ni lo que tratas de dicirme... --Johnny...Es tan duro y tan dificil...QQuisiera que tu lo adivinaras... --Te juro que no tengo cualidades de maggo. --Ya lo se; ni siquiera de hombre avisaddo... --Como?... --RESULTAS TONTO A FUERZA DE SER BUENO. --Virginia!... --Es la verdad, la tristisima verdad...YY yo, que no puedo soportar verte tan ciego, yo que sufro hasta morirme porque sepas toda la verdad; tengo miedo de que no me creas, de que me juzgues calumniadora y mala... --De sobra sabes que eso no puede ser, VVirginia. Quieres dejar ya ese tono dramatico?...Eres una chiquilla, una adorable chiquilla, a quien quiero como un hermano. No quiero que estes triste ni que te preocupes, ni que tengas por que quejarte de nadie. Soy tu hermano major y te ayudare a ser feliz. --Yo no puedo ser feliz, mientras tu... --Mientras yo, que?... --Nada...Nada. --Otra vez las lagrimas?...Pero criaturaa...Quieres dejarte de sentimentalismos tontos?...Anda, dame el brazo; volvamos a la sala de armas...Tomaremos un par de copas de Oporto y me prometeras no volver a estar triste... --Lo unico que te interesa es quitarme ddel medio y callarme... --No, Virginia... --Lo comprendo perfectamente. Me quitariia yo misma...No es por mi gue sufro; es por ti, Johnny... --Por mi?... --Por ti, Johnny; por ti...que no sabes nada, y a quien no puedo decir nada. --Y que habrias de decirme?... --No, no...Es inutil; nunca me creeras. --Sabes que me estas poniendo en cuidadoo?... --Estar en cuidado es lo mejor que podriia ocurrirte; asi no te enganaran. --Quien trata de enganarme?... --Ella. --Que estas diciendo?...A quien te refieeres?... --Ella, para ti, no es mas que una. La mmujer a la que has entregado la vida y el alma: Veronica, si quieres que te hable mas claro. Johnny ha palidecido; pero mas aun que el, con un temblor mas doloroso y mas hondo, se ha agitado Demetrio de San Telmo, estremecido hasta las entranas. Su mano crispada se ha hundido hasta el bolsillo, estrayendo aquel cuadrado de seda, bordeado de finisimos encajes, aquel panuelo de mujer que rescatara de entre las cosas de su hermano, donde una inicial, una "V" ancha, de elegante trazo, parece marcarle con demasiada claridad el camino... Johnny se ha puesto de pie casi con brusquedad. Por un momento siente el impulso de alejarse de Virginia, de no escucharla mas; pero un agudo, un finisismo dardo de celos, penetra en su alma envenenandole y detenienole a pesar suyo. --Hace dias que tratas de decirme algo dde Veronica...Pero no empleas sino medias palabras. Si vas a seguir asi, mas vale que no me digas nada!... --No sabes lo que diera por poder callarrme: pero la conciencia no me deja...Oh, Johnny!...Johnny!...Tienes razon; mas vale que no te diga nada...Despues de todo, no soy yo quien debe hablar. --Espera, Virginia; aguarda...Aguarda.... --No, Johnny, no... --Si. Habla. Habla. --No me lo perdonarias nunca; me odiariaas como si yo tuviera la culpa de lo que ella ha hecho... --De lo que ella ha hecho?... --Mas me vale callar. --No. Ahora no callaras...Ya has dicho ddemasiado. Cuando se insinuan las cosas en la forma en que tu acabas de hacerlo, no hay mas camino que hablar pronto y claro. --No hablare!... --Hablaras porque te lo mando. --Oh, Johnny! No me aprietes asi...Me haaces dano... --Dispensame. No fue mi intencion; pero necesito que hables...Que sabes de Veronica?...Es acaso novia de Demetrio de San Telmo?... -Si fuera eso solamente... --Si fuera eso solamente, que?...Acaba. Es eso, y ademas... --No, Johnny...De Demetrio nada, absoluttamente nada que yo sepa. Lo que tu has visto y nada mas. Ay, Johnny querido...! Tu eres como mi hermano. Ya antes lo has dicho, y siendo como mi hermano, yo no puedo callar; pero no puedo hablar tampoco...La pedirias cuentas, armarias un escandalo...Lo sabrian los tios...seria horrible!... Johnny se ha erguido respirando profundamente para contener la emocion que le embarga; esta muy palido y un sudor helado empapa sus sienes y sus manos... --Quieres hacerme el favor de hablar claaro?...Que pasa con Veronica?... --Cuando hable creeras que la estoy caluumniando. --No creere nada. Habla. --Oh, Johnny...Johnny!...Para que yo habblara tendrias que darme tu palabra de honor, que jurarme...Si. Que jurarme por la vida de tus padres, que ni Veronica ni ellos sabran nunca que he sido yo quien te ha dicho la verdad... --Que verdad?... --La verda sobre Veronica... --Cual es?...La estoy esperando. Y esperro que para acusarla estaras muy segura y tendras pruebas que presentar. --Yo no la estoy acusando, Johnny... --Que es entonces?... --Nada...nada...Mas vale que no hable.... --Ahora tienes que hablar aunque no quieeras. Ahora tengo yo que saber toda la verdad...De que pensabas acusar a Veronica?... --Yo no la acuso y tengo pruebas ademas.... --Pruebas de que?... --De que no debe casarse con ella un hommbre honrado. --Que?...Que has dicho?... --Johnny, me rompes los brazos!...Sueltaame!... --Estas suelta!...Pero por ultima vez....habla!... --No dire una palabra si no me juras anttes, que Veronica nunca lo sabra, que no le diras nada a tia Sara, que no le haras ningun dano...Juramelo, Johnny...Juramelo! --Esta bien!...Jurado. Pero jurame que nno diras tu nada que no sea verdad. Jurame que me probaras cuanto dices...y no llores mas!... Virginia ha secado sus lagrimes, el diabolico relampago cruza otra vez por sus pupilas y ahora es ella la que se agarra al brazo de Johnny con ansia desesperada... --Ven al fondo del jardin, donde nadie ppueda escucharnos. Por aqui va a pasar ella dentro de unos segundos. Pueden vernos, pueden oirnos...y lo que voy a confiarte, Johnny, solo tu tienes que oirlo, solo a ti soy capaz de decirtelo, para salvarte de una mala mujer. Porque te amo, Johnny...Porque te amo!... Solo un instante ha cruzado el asombro por las pupilas castanas de Johnny. Bruscamente inquieto mira a todos lados. Luego, su mano endurecida por la angustia, aprisiona con rabia el brazo de Virginia, arrastrandola a traves de los macizos de flores, a donde espera que nadie les vea ni les oiga; pero Demetrio de San Telmo ha seguido sus pasos; cien veces mas tembloroso, mas palido, mas transido de angustia que el propio Johnny, mas desgarrada el alma por el presentimiento de aquella revelacion que ya creee adivinar... --Habla... --Johnny...Si tu supieras el sacrificio que me cuesta. Solo por ti. Solo por ti seria capz de hacerlo... --Acaba de hablar, Virginia. --Ya veo que no te importa nada, ni mi ddolor, ni mi sufrimiento, ni mis lagrimas...ni mi amor siquiera... --Oh, Virginia!... --Ya se que ella es el mundo entero paraa ti, que fuera de ella no ves ni oyes, ni te importa nada...Estas ciego, loco...Eres capaz de dar un escandalo, de preguntarle a ella, de hacer que se enteren los tios. --Ya te he dado mi palabra de honor de ccallar!...Que mas quieres? Que mas exiges?...Te estas burlando de mi... --Johnny querido... --Por ultima vez...habla!...Por que no ppuede casarse con Veronica un hombre honrado?... --Porque ella no lo es. --Que?... --No pongas esa cara, o no podre seguir hablanado...Ella no tiene la culpa. Tu sabes como se crio, tu sabes como era su padre... --Que tiene que ver su padre en todo estto?...Por que pretendes que no es honrada?...Por lo que hicieron los demas?... --No iria pura al altar!... --Por que?...Por quien?...Cual es su amaante?... --Johnny, no levantes la voz... --Me estas diciendo que Veronica tiene uun amante!... --No...no... --Pues que?...Acaba!... --Ella quiso a un hombre, or parecio queererlo...A un hombre que la adoraba; pero que no podia casarse con ella porque era pobre, sabes?...No tenia nada. Y Veronica suena con ser rica, con ser la duena de esta casa, con tener el mundo a sus pies... --Que hombre era ese, y que paso con esee hombre?... --Casi vivio en esta casa...era como un Secretario del tio Teodoro. Se veian a diario, salian juntos; estaban horas y horas perdidos en este jardin... --Y que mas?... --Salian a pasear a caballo por los camppos, solos, totalmente solos. --Y que?...Yo tambien lo hago y no preteenderas... --Tu eres distinto; tu no serias capaz dde una infamia... --Y ese hombre?... --El no tuvo la culpa...ella era quien llo sonsacaba... --Que?... --Sin mala intencion...por coquetear...PPero el que juega con fuego, en el se abrasa... --Y que?... --Oh, Johnny!...No quieres comprenderme.... --Quiero obligarte a que hables claro, eenterarme hasta de la untima silaba, beberme todo el veneno de tus palabras!... --Crees que lo hago por mal?...No te dass cuenta? --No quiero darme cuenta de nada sino oiirte hasta el fin...Como se que lo que dices es verdad?...Como sabes que ese hombre fue amante de Veronica?...Como puedes probarlo?...Dijeste que podias. --Si preguntaras a los criados... --Los criados?...Pero los criados saben??... --No hablaran...Los tiene de su parte. EElla siempre tiene a las gentes de su parte; las subyuga, las domina, las maneja como quiere... Y cuando uno desesperado habla, creen que lo hace por mal. --No es eso. Admito que digas la verdad;; que hubo aqui un hombre de quien Veronica estuvo enamorada, hasta adivino quien es...No le conoci, pero le oi nombrar demasiado: Ricardo Silveira, verdad?... --Si...Si...Primero fueron novios; pero nadie lo supo, nadie mas que yo...Ella no queria que tia Sara se enterara. No queria estar comprometida para poder flirtear con los demas. Ellos disimulaban que se querian; se veian de noche, a escondidas...en el jardin. Aqui mismo. Te has fijado que el cuarto de Veronica tiene una ventana sin rejas?...Por las enredaderas es muy facil trepar...y el entraba en su cuarto. --Lo sabes tu?...Lo viste tu?... --Si, Johnny, lo vi muchas veces...El prrimer dia crei que era un ladron; sali corriendo de mi cuarto, fui a gritar; pero Veronica se habia dado cuenta y me tapo la boca... --Que estas diciendo?... --Me metio en su cuarto casi arrastrandoo, me maltrato...Si, me maltrato...Es mucho mas alta, mucho mas fuerte que yo... --Virginia!... --Te lo juro...Me amenazo con matarme, ssi se lo decia a tia Sara...Parecia una fiera...Me dio miedo y tambien lastima...Si tia Sara lo hubiera sabido la habria echado de la casa. --Hiciste muy mal en callar. Debiste deccirselo toda a mi padre!... --Me dio miedo. El tio Teodoro no me quiiere a mi, la quiere a ella. Contar una cosa asi es horrible. Me hubiera odiado...como tu; como tu me estas odieando, y ella no me habria perdonado jamas...Jamas... Ha retrocedido cubriendose el rostro con las manos, mientras Johnny devora su angustia y su rabia. Y no duda; cuanto ha dicho Virginia le parece logico, claro; cree tener ante si la escena, y la voz quejumbrosa sigue derramando como gotas de veneno corrosivo, razones y palabras. --Seguramente se querian...Se querian muucho...Pero Veronica tiene miedo a ser pobre, suena con vivir en un palacio, con tener muchos criados. Cuando a los dos o tres dias me atrevi a hablarle del asunto, me dijo que Ricardo Silveira se iba a casar con ella. --Y por que no lo hizo?... --El le habia jurado, le habia prometidoo que volveria rico en pocos meses. Habia conocido a un hombre que iba a buscar diamantes al Rio Caroni, y habia firmado con el. Le hablo del Matto Grosso, de las minas de oro...de las selvas de caucho, y le pidio que lo esperara. --Entonces, Veronica...? --Lo dejo marchar...Al principio le escrribia, recibia cartas; cartas que ella quemaba despues de leer. Y cuando hablabamos, siempre me decia que seria millonaria, que el volveria cargado de riquezas...Todo cambio cuando tu llegaste... --Cuando yo llegue?... --Tu ya eras millonario...No tenia que eesperar que hicieras fortuna, y ademas, la posicion, el nombre, el gusto de mandar en esta casa; de imponerse a la voluntad de tia Sara, de obligarme a mi a callar; porque entonces ella seria la duena de todo...Comprenderas que era mejor, mucho mejor...y resolvio atraparte!... --Tambien te dijo que habia resuelto esoo?... --No. Johnny; no me lo dijo; pero a la vvista salta...Tu te enamoraste de ella al verla, y del otro no se sabe nada...Puede ser que ella le haya escrito rompiendo con el, puede ser que piense que se ha muerto, como tantos que van a la selva...Johnny!...Johnny querido...perdoname por haberte hecho tanto dano!...Tu sufres...Sufres...Pero si te hubieras casado con ella sufririas mas, infinitamente mas; porque ella no te ama... Ha quedado mirandolo con ansia, esperando la reaccion de aquel hombre herido con golpe tan brutal; pero pasa un largo rato sin que Johnny hable. Ha quedado inmovil, la mirada vaga, mordiendose los labios hasta hacerlos sangrar, como saboreando el dolor infinito que cada instante penetra mas en su alma, torturandola mas hondo, desgarrandole. --Johnny...Johnny... --No me ama, es verdad; no me ama ni me amara jamas...Ahora lo veo claro...Ahora comprendo sus dudas, su angustia...Por eso me ha apartado de ell, por eso me rechaza... --Como?... --Si, si...Me ha dicho que no me quiere,, me ha rechazado!...Me ha hablado de su afecto de hermano...Es todo cuanto puede darme. Y tengo que reconocer que, al menos conmigo, ha sido leal!... --Johnny...Yo te ruego... --Dejame, Virginia...Dejame ahora...No ppuedo mas!... --Johnny!...Johnny!... Virginia ha corrido a traves de los macizos del jardin, hacia el lugar por donde Johnny se ha alejado con gesto de desesperacion, como si huyera de si mismo. --Johnny!... Ninguno de los dos ha reparado en el hombre que llegara hasta ellos, escondiendose tras los arbusto, en el que ha oido tambien esa confesion, como si cada palabra fuese una punalada; en aquel en cuyo pecho se levantan ciegas olas de furor y de angustia, amenazando con ahogarle, porque rugen con identicas voces dentro de el; celos, amor, dolor y venganza...en aquel, cuyos punos se han cerrado, viendo caer hecha polvo su ultima esperanza, viendo hundirse el CASTILLO de suenos que a pesar suyo levantara. --Tenia que ser ella!...De todas las mujjeres del mundo, tenia que ser ella!... Un dolor casi fisico le oprime el pecho. Parece que el corazon se le detiene, que el aire le falta, como si al conjuro de aquel nombre las fuerzas le abandonaran. --Ella...tenia que ser ella; Veronica....Veronica, la unica mujer sobre la tierra a quien yo hubiera sido capaz de amar! END OF CHAPTER FOUR CAPITULO QUINTO --Johnny!...que tienes?... --Oh, papa!... --Que pasa?... Como un sonambulo, Johnny ha cruzado bajo la pergola, sin pensar detenerse frente a la puerta del pabellon de la sala de armas, cuando Teodoro de Castelo Branco le ha salido al encuentro. Tras el, el rostro ahora jovial de dona Sara y varios amigos curiosos, cuya presencia ahorga la dolorosa exclamacion, a punto de asomar a los labios de Johnny. --Que pasa?...Estamos esperando por ti. --Eh?... --Te toca tu turno. Veronica acaba de deerrotar a Julio Estrada, que era el vencedor de los anteriores... --Veronica!... --Faltan tu y San Telmo. --Excusame con los invitados, papa. --Excusarte por que?...Que pasa?... --Te sientes mal, hijo?...Te veo muy pallido. --Johnny, que te ha pasado?... --Absolutamente nada, papa. Milagrosamente ha logrado dominarse. Es necesario que calle, que disimule, que se trague aquel dolor, aquella ira. Los ojos interrogantes clavados en el le crispan, le exasperan... --Si realmente estas mal... --No, no tengo nada. Es ridiculo alarmarr a todo el mundo por un ligero malestar. Vamos!... ******* De un sorbo ha apurado Johnny el segundo vaso de Oporto, mientras el criado le acerca la careta de alambre, el florete y los guantes. No he mirado a Veronica, no ha querido mirarla, aunque la siente a pocos metros, junto al cuarilatero donde han de medir las armas y tiembla cuando ella se acerca a el. --Donde te habias metido?...Tenias el prrimer lugar...Ahora me encontraras cansada y te sera mas facil ganar. --No te preoccupes, la partida esta perddida para mi de antemano. --Perdida?...Por que dices eso? --Ya lo veras. Sin mirarla, ha ido hacia el cuadrilatero Le parece que el suelo se hunde, que las paredes giran frente a sus ojos enturbiados de angustia, no sabe el mismo por que se mueve, por que va como un automata, prestandose a lo que de pronto le parece un estupido juego. --Preparado?... Un mozo le ha puesto la careta; torpemente empuna el arma, y se detiene para contemplarla con indefinible mirada...mientras ella frunce las CEJAS sorprendida. --Johnny!, que te pasa?... --Nada; creo que me siento mal. Dejemos para otro dia el asalto. --Si le es a usted lo mismo cambiar de aadversario, Veronica, ocupare con placer el lugar de Johnny!... Demetrio de San Telmo se ha abierto paso adelantandose hasta el cuardrilatero. Nadie ha reparado en su regreso a la sala de armas, a nadie le sorprende su actitud extrana, sus labios crispados en rictus de amargura, sus ojos mas frios y duros que la hoja del acero que empuna su mano. --Descanse usted, Johnny; dejeme a mi ell placer de derrotarla!... Johnny le ha mirado como si no le comprendiera. Se mueve como un automata, incapaz de disimular, de sobreponerse, de seguir la farsa social a que las circunstancias le obligan. Demetrio se ha repuesto totalmente y una especie de espantosa serenidad da como nunca a cada uno de sus movimientos soltura y arrogancia. --Johnny...Que es lo que sientes?... --No se preocupe...Nada grave. Malestarees que esta usted acostombrada sin duda a presenciar... --No le comprendo. --Pues no torture mas su imaginacion. Vaamos al asalto... Veronica se ha erguido. Como siempre que Demetrio de San Telmo emplea ese tono cortante, algo se rebela en su alma altiva. Es su orgullo de mujer encendiendo su sangre, es el presentimiento de que aquel hombre que a veces parece amarla, sera para ella un terrible enemigo, es algo que escapa a su razon, pero que la obliga a mirarle aceptando el reto... --El placer de derrotarme tal vez no seaa tan facil de alcanzar como usted se imagina. Quiere probar?... De un salto ha ocupado su puesto en el cuadrilatero. Nunca parecia mas bella a Demetrio que cuando sus ojos brillaban con aquella especie de fulgor diabolico. Los negros cabellos sedosos caen hasta los hombros, contrastando con la cenida chaqueta de raso blanco, sobre la que destaca un corazon de seda. El negro pantalon de raso, cenido hasta la rodilla, la gruesa malla y la fina zapatilla de charol rematan el conjunto, realzando aquel cuerpo inquietante de Venus criolla. Y en la mano, que protege el guante de amplia munequera, el fino florete italiano...Un gran silencio se ha hecho en la sala de armas, mientras todos se acercan para no perder un detalle del mas interesante asalto de la tarde, mientras los ojos grises y los ojos negruzcos crusan sus mirads, como un anticipo del duelo que va a efectuarse... --En guardia!... --Un momento...No se pone usted mascara de alambre?... --Jamas la he usado. Pero puede usted coonservar la suya si teme sufrir un rasguno en la cara... --Seria absolutamente impropio ante una adversaria lo bastante audaz, para no proteger una belleza como la suya... --Me encargo de proteger la con el floreete, Ingeniero...No le dejare a usted amenazarla... ---Muy segura esta de su habilidad. --Un poco menos que usted; pero bastantee... --Si me lo permiten, ejercere de Juez dee campo...porque el asunto toma todas las caracteristicas de un verdadero acontecimiento... Es Julio Estrada quien se acerca, aprobado por don Teodoro... --Me parece muy bien, porque Veronica ess de las que se enardecen... --En guardia!...Saludo...Medir terrano....Ya!... Las delgadas hojas han chocado en el aire. Picada en su amor propio, Veronica ataca con rapidez vertiginosa, mientras Demetrio retrocede desconcertado... --Bravo, Veronica; muy bien...Magnifico!! Nunca pudo pensar que un brazo de mujer tuviera tanta habilidad y tanta fuerza. Con trabajo detiene las primeras estocadas, porque mas que el boton del florete, son aquellos negros ojos ardientes y magnificos los que con su fuego lo acorralan y abrasan... No...No podra luchar con ella; tiembla solo al pensar que puede lastimarla, herir aquel rostro que ha rehusado protegerse, en un jactancioso gesto de audacia; pero el recuerdo de Ricardo pasa repentinamente por su alma...Acaso no esta alli para vengarlo?... Acaso no fue justamente aquella esplendida belleza lo que perdio para siempre al hombre que llevaba su sangre?...Acaso no acaba el mismo de desafiarla?...No es aquel juego un simbolo de lo que seran sus vidas de ahora en adelante?... --Cuidado!... Duramente ha detenido un golpe certero, rozando casi con el boton del florete la mejilla aterciopedada, y repentinamente es e'l el que ataca. --Demonio!...Cuidado, Veronica!...Quieree cansarte!...Un poco mas de galanteria, Demetrio... Demetrio no oye ni ve nada mas que a la mujer que tiene delante; los ojos ardientes, la boca encendida, el rojo corazon de raso sobre el peto blanco...Un instante desea desesperado que aquello no sea un juego; anhela poder herir y matar, atravesar en un solo golpe el pecho desleal, nido de viboras para su hermano; acabar de una vez, destuir aquella belleza, aquella gracia, aquel conjunto de perfecciones creada para el mal... --Cuidado!...Cuidado...Cierra bien esa gguardia, Veronica!... Julio Estrada no ha gritado en vano. Veronica ha retrocedido defendiendose...Escapando milagrosamente, parando en el aire los terribles golpes que el florete de Demetrio descarga, amagando su frente, sus mejillas, su cuello...rozando el rojo corazon de raso sobre su peto blanco... --Calma...calma!...Un momento!... Ferozmente Demetrio sigue atacando...Ahora ya ni siquiera ve el rostro de Veronica; mira solo aquella mancha roja, aquel brillante adorno, que es de pronto como una nube que le cubre los ojos enloqueciendole...cegandole!... --Ah!... --Cuidado!... Un botonazo violento ha desgarrado el raso...Veonica da un paso atras...y el arma de Demetrio caie sobre la suya como un rayo!... --Demetrio!... --Alto!...Alto!... El florete ha caido de la mano de Veronica bajo el golpe brutal; su rostro expresa sorpresa mas que espanto. --Demetrio!... La nube roja que cegaba a Demetrio de San Telmo, se ha desvanecido en un instante y con un gesto de forzada cortesia, vuelve su propio florete para ofrecerselo, inclinandose... --Tome usted mi florete!...Sigamos!... --No hay necesidad. El placer de vencermme ya lo ha ganado... --Veronica... -Si se hubiera tratado de un verdadero dduelo, nada mas facil para usted que matarme despues de haberme desarmado. El triunfo es suyo...Y ademas, debo confesarle que estoy cansada. Es usted un mal enemigo, Ingeniero. Don Teodoro se acerca cenudo y disgustado... --Opino lo mismo!...Y para ti, Veronica,, se acabo la esgrima esta tarde!...Ven a tomar un vaso de Oporto. El senor San Telmo puede seguir tirando asaltos con estos senores, hasta que gaste su exceso de fogosidad...Ven, hija, ven... --Estoy a sus ordenes si desea continuarr, ingeniero San Telmo!... Julio Estrada le ha retado con tono desafiante; pero Demetrio parece haber recobrado la razon de pronto...y se inclina para despedirse... --Muchas gracias...Para mi es un poco taarde...Excusenme todos...Con permiso... Pero la voz de Veronica le detiene calida y musical... --Demetrio!... --Me llamo usted?... --Ha pasado el asalto. Los peores enemiggos, desde el punto de vista deportivo, se dan despues la mano...Aunque usted no lo crea tambien se perder. He extendido la diestra aun temblorosa, despojada del guante, con tan tierno gesto femenino, que Demetrio la estrecha entre las suyas, como llevado por un impulso involuntario. --Le felicito y le recuerdo que manana ttenemos un paseo a caballo. --Gracias, Veronica...A sus pies. Se ha inclinado saludando tambien a los duenos de la casa, y sale luego muy de prisa, mientras Teodoro de Castelo branco lo sigue con la vista, sin reprimir el gesto de franco desagrado. --Vamos, tio...Y la copa de Oporto que mme havias brindado?... --La tomaremos enseguida. Ven aca... La ha alejado un poco de los demas que vuelven a ir hacia el cuadrilatero, mientra con gesto paternal le enjuga la frente con su propio panuelo... --Ese imbecil no sabe lo que es esgrima de salon. He estado temblando de que fuera a lastimarte. No vuelvas a hacer esgrima sin careta; no vuelvas a hacer esgrima con el tal San Telmo. Me temo que su educacion deje bastante que desear... --Pero es un hombre de mucho merito, tioo; y un perfecto caballero, ademas... --No discuto su merito como constructor de puentes y caminos...Puede ser muy digno y muy honrado; pero no es el hombre que quisiera ver al lado tuyo, hija mia...y en lo de caballero... --Pero tio Teodoro... --Ninguno de tus amigos seria capaz de ttomar asi un asalto de esgrima, ni aun con otro hombre; cuanto menos con una muchacha... --La culpa fue mia, por desafiarlo. Yo ffui la culpable, por las bromas que le habia gastado antes... --Ninguna broma justifica su actitud. Fuue verdaderamente chocante; y asi quise que lo entendiera. Por que lo llamaste cuando ya iba a marcharse?... --Le trataste muy mal, tio...Todo el munndo le puso mala cara...Se iba tan confuso, tan avergonzado, que acaso no habria vuelto mas... --Lo cual hubiera sido magnifico. Es jusstamente lo que estoy deseando: que no vuelva mas. --No digas eso, tio...Si me quieres, no digas eso... --Tanto ha llegado a interesarte?... --No es eso, tio; es que es una injusticcia...El no hizo nada; yo fui la culpable. Y despues de todo, tuvo razon; yo soy la que abuso de los muchachos desafiandolos y luciendome a costa de ellos, a cuenta de su galanteria...Ahora me doy cuenta de que cuando hacen esgrima conmigo se dejan ganar. --Te tratan con la consideracion que merreces y nada mas. Te aseguro que si yo hubiera tenido veinte anos menos, le doy una leccion a ese caballerote, como queria darsela Julio Estrada ("Carlitos"?); y asi mismo voy a decirselo a ese tonto de Johnny...Que, a proposito, no se donde esta. --Se habra seguido sintiendo mal?... --No lo se. Ire a buscarlo. Tu no te preeocupes mas y atiende a los invitados. Recuerda que eres la joya de esta casa... --Gracias, tio... --Y que en ella quiero verte brillar parra siempre, ocupando el puesto mas importante... --Tio Teodoro... --Nada de sonrojarse...Tu y Johnny son mmis dos amores; y no te digo nada mas...Hasta ahora... Sola un instante, Veronica se deja caer en la comoda butaca, acariciando su muneca aun dolorida, mientras una extrana sonrisa acude a sus labios... --Tiene razon el tio...No es un caballerro, es un salvaje...Un salvaje adorable... Y dulcemente ha suspirado. END OF CHAPTER FIVE CAPITULO SEXTO --Johnny!... --Que...quien?... --Yo, hijo... --Ah, papa! Se fueron ya los invitados?.... --Todavia no; con excepcion de uno, peroo quedaron atendiendoles Veronica y Sara. Sigues sintiendote mal?... --No; estoy mejor, papa. Teodoro de Castelo Branco se acerca mas a su hijo, observando con profundo interes su rostro descompuesto y palido. Es en las amplias y sencillas habitaciones que forman una especie de departamento privado, dentro del propio palacio, dando comodidad e independencia al hijo unico: una alcoba, un pequeno despacho, bano anexo, terraza y una puertecilla privada que sale al jardin. Alli es donde Johnny se ha refugiado huyendo de todos...parece que le hirieran las sonrisas, las palabras mas simples, las frases galantes sonando alrededor de Veronica; la presencia que apenas puede soportar, y hasta el afectuoso interes de su padre parece aumentar su desasosiego y su angustia. --Ve a atender a mis amigos y disculpamee como puedas... --Ya los atienden las mujeres, sin contaar con que los que han quedado son de confianza. Tu indeseable ingeniero San Telmo acaba de marcharse. --San Telmo... --Si; despues de portarse como un groserro con Veronica. --Como?... --Ya le dije a ella de que no veia la neecesidad de que le tratarais como amigo intimo. Si ese hombre te simpatiza, si estas de acuerdo con sus ideas profesionales, muy santo y muy bueno que tengas negocios con el; pero veanse en el Casino o en el teatro, o en el Club de Ingenieros...o donde te de la gana. --Que hizo Demetrio?... --No lo viste?... --No. --Tu estabas en la sala cuando empezo ell asalto... --Me fui enseguida. El calor era insoporrtable. --Veronica es demasiado buena, con un tiipo que no es de nuestra clase. --Me temo que eso entra en las costumbrees de Veronica. --Que?... --Hacer amistad intima con gentes que noo son de nuestra clase. --De donde sacas eso? --Yo... --Ni yo lo hubiera consentido, ni ella hhubiera sido capaz, y no tanto por orgullo de sangre, sino por educacion, por principio. Piensa que solo tu has traido a casa a ese advenedizo, del que nadie sabe en realidad una palabra. --Y Ricardo Silveira no era un advenedizzo?... --Ricardo Silveira?... --Si, tu abogado, o secretario, o lo quee fuera...que vivio dos anos casi como quien dice en esta casa. --Era bien diferente... --Ah, si!... --Ricardo era un muchacho exquisito; porr su educacion, por su trato, por su calidad moral. De simple empleado paso a ser como de la familia, por sus propios meritos. --Por sus propios meritos, o porque tu ssobrina favorita te lo recomendara!... --Como?... --Veronica, si, Veronica!.. --Pero Johnny, hablas como un loco...Quee te pasa?... --Nada!.. --No es posible. Tu estabas perfectamentte bien y ahora pareces enloquecido de rabia. Tu malestar en la sala de armas, no fue malestar fisico; algo te ha disgustado hasta el extremo de hacerte perder los estribos y casi la razon...: como me imagino, es algo a causa del tal Demetrio... --No metas a Demetrio en esto. No tiene que ver absolutamente nada! Sera un bruto, un salvaje; pero bien se ve que es un hombre honrado. El otro en cambio...! --A que otro te refieres?...No creo que toda esa rabia sea a cuenta de un hombre, a quien no conociste, y quien no pudo hacerte jamas ningun mal. --Me ha hecho el peor de los males! --Johnny!...Que dices?... --Nada. No debo, no quiero, no puedo habblar. --Por el contrario, creo indispensable qque hables en el acto. --Sabes donde pueda estar Ricardo Silveiira?... --Como voy a saberlo?...Se fue, hace cassi un ano. Nunca supe ni por que ni a donde...Esa marcha fue lo unico raro en esta casa...Pero a que viene todo eso?...Cada instante me intrigas y me confundes mas. Que te ha pasado, o que te han dicho?... --Crees posible que alguien me de razon del paradero de Silveira?... --No lo creo. Pero para que necesitas saaber ese paradero?...Hablas de ese disparate como si se tratara de algo de vital importancia. Quieres acabar de decirmelo todo...de hablarme claro?... --Hablar...hablar!...De nada servira si no podemos mas que hablar... --Que quieres decir?... --Nada, papa. Olvida esta conversacion aabsurda, estupida, sin sentido...Vuelve a atender sus invitados y olvidate de mi. --No soy un nino, Johnny, a quien puedass enganar. Te pasa algo muy grave. No me movere de aqui sin que me lo hayas dicho. --Y si yo hubiera dado mi palabra de honnor de callar?...Si hubiera jurado que no lo sabria nadie, para tener derecho a escucharlo? --No me crees capaz de guardar un secretto?... --En este caso seria yo el incapaz de guuardarlo. --Pues bien, seo lo que sea, hayas promeetido, o hayas jurado, para mi es igual. Te han dicho algo que te atormenta, que te ha enloquecido de rabia; algo probablemente relacionado con Veronica. Si te niegas a hablar le preguntare a todos!... --Eso no, papa; no puedes mover un escanndalo, ella no ha de saber nunca... --Que?... --Nada...nada!...Mejor es que me dejes, papa!... --De sobra sabes que no he de dejarte. PPuedes decirme lo que sea, ya que tienes mi palabra de honr de callar, y te aseguro que si no lo haces, hare venir aqui a Veronica y entre los dos... --No, papa; no podria soportar su presenncia en este instante!... --Luego es de ella!...Es contra ella lo que te han contado?...Pero, quien ha sido la chismosa...de donde vino la calumnia?... --No es chisme ni calumnia; tiene demasiiada logica, por desgracia. --Quien acusa a Veronica?...Espero que nno se trate de tu madre... --No...no es ella. La pobre mama... --Pero si alguien que le es muy allegadoo...Virginia!... --Como lo sabes?... --No lo se; estoy preguntando. Pero sin querer me has dado la clave...Que es lo que te ha dicho Virginia de Veronica?... --Le jure que no se lo diria a nadie, y a Veronica menos que a nadie...Le prometi que no tendria ella ningun disgusto, que sabria callar y disimular, guardando para mi solo la ventaja de saber la verdad. No me obligues a faltar a mi juramento, a mi palabra... --No te obligare; pero es necesario que sepa yo toda la verdad. Si Veronica ha cometido una falta, si esta en un peligro, eres tu el primero que debe ayudarme a protegerla, a salvarla, aun de si misma; puesto que tu y yo somos los hombres de la casa y esta en nuestra hombria escudar y defender a nuestras mujeres aun contra su propia debilidad!... --Pero!... --Eso es lo que significa ser un hombre,, un caballero y un Castelo Branco!...Las mujeres en cada familia como la nuestra, son como la ensena de la Patria, el estandarte que hay que cuidar y defender con nuestra propia sangre, y que nos deshonra si cae en manos extranas!... --Papa!... --Levanta esa cabeza y dime todo cuanto sepas, cuanto te hayan contado. Podria ordenartelo, pero te lo suplico, Johnny...habla de una vez, habla!... --Esta bien; lo sabras todo, te lo dire todo! ******* --Que le pasa a mi palomita que parece ccomo asustada?... --A mi?...A mi nada, tia Sara...Pero no te parece muy raro que ni Teodoro, ni Johnny, ni Veronica hayan bajado a cenar?... En el lujoso comedor, un poco sombrio a fuerza de suntuoso, estan solas Virginia y dona Sara. La mesa dispuesta con cinco cubiertos parece grande y destartalada con ellas dos; pero dona Sara, gastronoma y golosa impenitente saborea encantada los manjares que Virginia apenas logra picotear. Dos criados de librea sirven en absoluto silencio, con tecnica impecable; llenando con frecuencia, de vino blanco, la fina copa de bacarat que Virginia ha vaciado varias veces con avidez. --No es la primera vez que Veronica y Teeodoro buscan un pretexto para cenar en sus cuartos... --Pero es que no habia ocurrido desde ell regreso de Johnny, y ahora ademas es el propio Johnny quien falta... --Se sintio mal en la sala de armas; ya lo sabes... --Y el tio Teodoro?... --Teodoro es un maniatico, no hay que haacerle mucho caso. Ya sabes sus teorias de que la Humanidad come demasiado. Si por el fuera nos moririamos de hambre. Sirveme otro poco de perdiz, Genaro; esta deliciosa...Teodoro no me dejaria repetir, siempre con sus vaticinios de enfermedades. Pero tu no comes, hijita... --No tengo mucha gana. Estara Veronica ccon ellos, o en su cuarto, tia Sara?... --Como va a estar con ellos?...No viste que se fue para su cuarto, apenas se fueron los muchachos?...Mejor dicho, apenas se fue Demetrio de San Telmo. Teodoro debe haberla reganado por la manera absurda de tirar esgrima con el... --El tio Teodoro nunca le regana. A el ffue a quien le puso mala cara. --Parecia un duelo de verdad. Hubo un moomento en que crei que iban a matarse; pero bueno es que haya encontrado Veronica la horma de su zapato, como dices tu. --Tu crees?... --Un muchacho con mucho genio!...Ay, si se casaran, si se la llevara bien lejos; si no tuvieramos que soportarla mas!...Te alegrarias tu mucho, verdad?... --Ay, tia Sara, para que me preguntas essas cosas?...Demasiado sabes lo que Veronica me mortifica, lo que me hace sufriir y rabiar; pero no lo deseo ningun mal... --Ni yo tampoco. Le deseo un marido enerrgico que se la lleve lejos, y que le quite esos humos de potranca slavaje, nada mas. --Pero Johnny sufriria...Sufriria mucho si ella se casara con otro y se marchara...Si alguien le contara cualquier cosa mala de Veronica, si no pudiera quererla mas, sufriria mucho, verdad?... --No dudo que sufriera un poco al princiipio. Por desgracia, mi hijo Johnny me parece a veces tan tonto como su padre; pero despues se alegraria muchisimo de haberse librado de semjante plaga..., se le pasaria el sarampion del enamoramiento tonto, volveria los ojos a donde tenia que haberlos vuelto desde el principio... --De eso no tengo esperanzas, tia Sara...., a lo mejor hasta me coge rabia. --A ti?...Por que?... --No se; los hombres son tan raros... --No tienen nada de raros, hijita; lo unnico que pasa es que aunque sean muy sabios, en cosas de amor son unos pazguatos..., por eso las mujeres tenemos que cogerlos de la mano y llevarlos por donde queremos llevarlos... --Pero yo no se hacer eso, tia Sara... --Lo hare yo por ti, cuando llegue el moomento, y poco a poco aprenderas...Eres una chiquilla, un angel; pero si sigues mis consejos, venceras. --Tus consejos... --Claro, pequena, claro...un poco de pacciencia y nada mas. Con tu primo se siempre sencilla, natural y amable; que vea siempre en ti a la muchacha buena, a la esposa ideal...de lo demas, me encargo yo para felicidad de ambos... --Que buena eres, tia Sara; y cuanto tenngo que agradecerte! Me dejas que me acerque ahora al cuarto de Johnny a preguntarle como esta? --Lo deseas mucho? --Me da una pena pensar que se siente maal!... --Su padre le acompana, y luego ire yo aa verle; pero si quieres adelantarme... --Si...si, tia Sara...Dejame ir ahora miismo para llegar un momentito antes, acercarme de puntillas y darle la sorpresa...Me perdonas que te deje sola en la mesa?... --Lo unico que no puedo perdonarte es quue no hayas comido nada. --Es que estoy triste y estoy impacientee...Dejame que vaya ahora mismo... --Anda; despues te llevare un vaso de leeche a la cama, y te lo vas a tomar entero si no quieres disgustarme. --Lo que tu quieras, tii'ta linda...Te aadoro... --Es una chiquilla...una chiquilla angellica!...Los amores desganan...Genaro; traigame ya el asado. ******* Solo en su cuarto del hotel, Demetrio de San Telmo ha estado con la frente entre las manos, hundido en el abismo de sus pensamientos, tratando de ordenar el caos de su alma. Frente a la ventana abierta no ha visto la noce llegar, ciego por igual al parpadear de los luceros y a las luces multicolores de la ciudad; pero al fin ha levantado la cabeza, palido y frio el semblante, mas dura y audaz la mirada que antes, mas apretado el menton voluntarioso. --Hare lo que tengo que hacer! Ha ido hacia la mesa encendiendo una pequena lampara, y busca en los cahones pluma, sobre y papel, sentandose luego con aquella calma suya que tanto tiene de siniestra. --Una farsa contra otra farsa...!una menntira, contra un engano; un falso amor, contra otro amor mas falso!... --Sin que tiemble su mano ha comenzado uuna carta de amor... --"Veronica, mi alma... Le extranara a uusted el comienzo de esta carta y este lenguaje que usted no espera de mi; pero soy incapaz de expresar mis sentimientos con palabras, mas facil es confiarlo al papel y a Dios le pido que no aparte usted los ojos de estas lineas...Siga leyendolas, Veronica, o sere demasiado desdichado..." ******* --Para mi?... --Si, senorita. La trajo un muchacho, unn mensajero con el uniforme del Hotel Palatino; pero dijo que no esperaba contestacion. --Esta bien. Gracias...Ah, aguarda!...Lllevate todo esto. --Apenas ha cenado usted, senorita. Se ssiente usted mal?... --Nada. Un poco de cansancio...Me acostaare temprano. La doncella recoge rapidamente la cena casi intacta, que Veronica dejara sobre la mesilla de su cuarto, mientras ella va hacia la butaca y enciende la lampara de mano, como para leer mejor aquellas lineas, aquella carta, cuyo remitente ha adivinado desde el primer instante. En el largo sobre con membrete del Hotel, la letra ancha y firme delata la fuerte mano que la trazara, aquella mano cuya potencia ciega, cuya fueza brutal recuerda Veronica con leve sonrisa de enamorada... --No quiere nada la senorita?... --Nada. Ah!...Johnny siguio bien?... --No se, senorita. Ni el ni don Teodoro fueron a la mesa a cenar; pero no oi decir que tuviera nada de cuidado. Quiere la senorita que vaya a preguntar?... --Ya lo hare yo misma esta tarde... Al quedar sola ha rasgado el sobre de aquella carta; son pocas lineas, pero mientras va leyendolas, mientras resbalan sus ojos sobre las apretadas palabras, el corazon le late mas deprisa, acelerando el ritmo de la sangre... "Veronica...Si es usted capaz de perdonar lo imperdonable, tal vez podra excusar mi arrebato de esta tarde. --Salvaje mio!... "Temo estar muy lejos de ser un hombre de sociedad, de su sociedad de usted, cuando menos, y temo que poco han de servir para mi disculpa, las torpes frases de una carta. Si me hace usted el honor de sostener su invitacion de pasar manana a caballo, le ruego estar junto a la verja lateral un poco antes que los demas. Estare alli aguardandola, desde media hora antes de la acostumbrada, con la esperanza de que se digne darme la felicidad de escucharme a solas unos instantes. Su mas rendido servidor, que besa sus pies y espera su indulgencia. Demetrio de San Telmo..." Como una musica de cielo, como un repique de campanas de plata y de cristal, asi suena aquel nombre en sus labios, asi repercuten aquellas palabras en su alma...Si; es amor lo que siente; solo la ilusion divina del amor, solo la emocion sagrada del amor puede derramar sobre un alma tal torrente de felicidad, y corre hacia la puerta llamando a la doncella... --Maria!...Maria!...Maria!... --Llamaba la senorita?...Pasa algo?... --Donde esta el muchacho que trajo esta carta?... --Ya le dije a la senorita...Era un menssajero del Hotel Palatino. La entrego y se fue. Pero si la senorita quiere enviar a algun criado con alguna contestacion... --No, Maria. No es necesario...Cuando ell no ha mandado aguardar al muchacho... Ha ido hacia la ventana, aquella ventana sin rejas, hasta la que los gruesos troncos de las enredaderas forman una florida escala, y desde la cual, en aquella noche de calma y entre los mil letreros que rubrican el cielo, entre el millon de luces que parpadean a distancia, busca con anzia, como si pudiera encontraria, aquella que corresponde a la venata de otra alcoba, aquella desde la que tal vez Demetrio de San Telmo esta mirando hacia alla... ******* --No creo una palabra!...No creo absoluttamente nada!... Teodoro de Castelo Branco se ha puesto de pie, tan alterado por angustia como por la ira. Su noble figura de patricio se yergue indignada, su razon, sus sentimientos, su corazon y su inteligencia rechazan la historia que acaba de oir, como algo que no es posible concebir ni soportar... --Eso no puede ser verdad!...Es estupidoo que lo hayas creido... --Eschucame, padre; eschucame...Te juro que mi primer sentimiento fue recharzarlo, te juro que desesperadamente grite! No, no, no lo creo!... --Pues eso es lo unico que tienes que seeguir pensando. Veronica una aventurera vulgar!...Veronica una mujer liviana!... --No es eso, padre!...No es eso...Bien ppudo caer por amor... --Amor?...Amor a quien?...A ese tonto dee Ricardo?... --Dijiste antes que no era un hombre vullgar. Me has hablado de el como de un perfecto caballero, como de un hombre con todos los atractivos... --Si, si...No puedo negarlo; pero, que ttiene que ver eso?...Eso no importa para que una mujer honrada, para que una Castelo Branco pierde la cabeza... --Veronica es una mujer de carne y huesoo; no importa que sea una Castelo Branco. Es capaz como todas de sentir y amar, y de enloquecer si un canalla desliza en sus oidos esas palabras que suelen fascinar a las mujeres!... --Nunca crei que Ricardo fuese un canallla... --Muchas veces se engana uno. Bien pudisste pensar una cosa y ser otra...ya que tu mismo me has hablado mes de una vez de la amistad de Veronica con ese hombre. --No lo niego. Mas que amigo, Ricardo erra un familiar, un hombre de la casa... --Salian juntos a todas partes; juntos yy solos... --Tampoco puedo negarlo. Iban con Virginnia casi siempre; pero ella volvia lloriqueando, quejandose con quien quisiera oirla, que no le habian hecho caso... --Quieres nada mas claro?...Tenian las mmismas aficiones, los mismos gustos; pintaban, tocaban el piano, hacian deportes...leian los mismos libros... --Nada de eso es bastante para acusarloss...Una prueba, dame una prueba...No comprendo que sin una prueba pudieras dejarte enganar. --Que mas prueba que la evidencia?... --Quien los vio?... --Virginia... --No es verdad!... --Lo vio con sus ojos, mas de una vez, eentrar al cuarto de Veronica por la ventana. Me lo ha jurado, me lo ha asegurado llorando...Lo vio muchas veces y callo obligada por Veronica, por miedo y por lastima!... --Es absurdo!...Es una historia monstruoosa y ridicula al mismo tiempo. --Esa historia monstuosa y ridicula, esaa historia que me ha destrozado el alma, es ademas la mas clara explicacion a la conducta posterior de Veronica... --Que conducta?... --La de rechazarme, la de asustarse de mmis palabras de amor, la de ofrecerme un afecto de hermano, mientras se refugia en un silencio incomprensible... --Ha sido asi?... --Si...si...Su conciencia le obliga a reecharzarme. --No puedes afirmar por deducciones... --No son deducciones. Todo esto tiene unn espantoso sabor a verdad. Piensa...piensa..., recuerda...Tu mismo me has contado...Que no te ciege el carino de padre con que siempre la miraste. Mil veces me diste a entender... --Supuse que Ricardo estaba enamorado dee Veronica. Mil veces le vi con Virginia cuchicheando y supuse que era su confidente, que escuchaba sus quejas y sus penas de enamorado sin esperanza... --Sin esperanza?... --Veronica a veces le trataba mal. Critiicaba su falta de ambiciones, se burlaba de su romanticismo...y el tomaba en serio sus bromas. --Bromas?... --Claro...Veronica las usa con todos suss amigos, sin contar con que es una mujer superior; lo bastante sincera para hablar claro, lo bastante audaz para exponer sus ideas sin preocuparse a quien le pueden molestar... --Si, si...todo eso es Veronica; pero enn este caso, en este horrible caso, hemos de convenir en que todo era una farsa. Ella lo amaba...Sus burlas eran la mscara con que encubria la verdad de su alma; le amaba y queria obligarle a cambiar, a dejar de ser pobre, sonador, insignificante...y el, por amor a ella... --Cala!...Hay alguien detras de esa puerrta. Si es tu madre no debe saber nada. Has oido?...Ni una sola palabra!..Calla, disimula y abre... Rapidamente Johnny obedecio a su padre. --Virginia!... --Johnny...Tio Teodoro...Perdonenme; perro las voces de ustedes se oian en el pasillo, se oian bien claro. Virginia esta en la puerta de la alcoba de Johnny y nadie podria hallar un rostro de mas dulce y triste expresion que el suyo. --No hubiera querido que supieras nunca esto, tio de mi alma; pero no culpo a Johnny si ha faltado a su juramento, a su palabra...Esta sufriendo tanto... Teodoro ha hecho un esfuerzo para contenerse, por no traducir en palabras la ira violenta que le sacude el alma. Frente a aquel suave rostro consternado, frente a aquellos ojos azules proximos siempre a empanarse de lagrimas, toda protesta parece injusta y brutal... --Hice mal en hablarte, Johnny...Hice muuy mal. Yo sabia que tu no eras capaz de complir tu juramento, que no ibas a guardar para ti solo lo que te dije, desesperada al verte sufrir por ella...Yo sabia que esta cosa horrible tenia que pasar...Ahora lo sabran todos, lo sabra la tia Sara...y Veronica no me perdonara jamas!...Como yo no debiera perdonarte, Johnny; porque me habias jurado callar, lo habias jurado...Oh, Dios mio...Dios mio!... --No tienes por que lamentarlo tanto, Viirginia. Ni por que reprocharle a Johnny, que ya tiene bastante sobre su alma. Tambien el tiene mi palabra de caballero, y soy el primero en oponerme a que Sara sepa nada de este escandalo... --Claro...Quieres proteger a Veronica....Eres muy bueno, tio de mi alma...Tio Sara es muy recta y muy justa, y nunca estuvo del todo enganada. A ella no pudo enganarla tu predilecta... --Yo no tengo predileccion por nadie!....Y no admito que haya nadie mas recto ni mas justo que yo. Pero precisamente por ser justo y recto necesito saber siempre la verdad y el punto en que se apoyan las denuncias... --Yo no he denunciado...Yo no acuso a naadie...Si no quieren creerme, no me crean. Si piensan que he mentido, me ire de esta casa...a pedir limosna, a trabajar de criada... Se he cubierto el rostro con las manos, un temblor convulsivo parece sacudirla. Profundamente conmovido, Johnny avanza enfrentandose a su padre... --Tiene toda la razon del mundo; la culppa es mia...Ella no queria hablar..., yo la obligue. --No necesitas defender ni amparar a naddie. Esto es una familia, no un tribunal. Un hogar que fue hasta ahora puro, limpio, honrado, y a todos nos importa por igual, que no caiga la sombra de una mancha sobre nuestro nombre inmaculado. Que la carro~na y la lepra moral que acabamos de descubrir, no puede ser descubierta ni por un amigo ni por un sirviente, y lo que hay en tu conducta de mas reprochable, Virginia, no es haber hablado ahora, sino haber callado; cuando debiste confierme a mi lo que pasaba, cuando aun era tiempo...Yo hubiera remediado ese estupido dano, yo habria hecho casarse a Ricardo y a Veronica, amparandoles en su debilidad, y corrigiendoles en su locura... --Papa... --Todo esto es para decirles a ustedes, que nadie saldra deshonrada de esta casa, que no habra un comentario que pueda herirnos ni mancharnos, que nadie corre peligro material, en una palabra...Pero para regular mi conducta moral en lo futuro, para marcar normas a mi alma, necesito saber si Veronica es una mujer liviana, o si tu eres una calumniadora despreciable! --No, tio Teodoro!...No!... --La verdad no saldra de las cuatro pareedes de este cuarto; pero aqui la necesito y la exijo. Va buscar a Veronica, Johnny... --Que te propones? --Tio de mi alma!... --Que venga aqui inmediatamente, sin quee tu madre se de cuenta de nada. Y delante de ella, palabra por palabra, vas a repetir lo que has dicho a Johnny!... --Tio de mi alma...Yo te jure que es verrdad...que vi por mis ojos a ese hombre trepar la ventana del cuarto, que le senti muchas veces a traves de la puerta, que les sorprendi besandose en el jardin, en los paseos a caballo...Para que iba yo a decir eso?...Como iba a inventar una cosa tan horrible?...Nunca lo hubiera dicho, mas que por salvar a Johnny de una mujer que no es digna de el...Te lo juro por mi vida!...Por la memoria de mis padres... --Basta!...No dudaras despues de oirla, padre?...Y si lo dudas, yo estoy seguro, absolutamente seguro. No necesito para creerla, absolutamente de nada mas!... Se ha enfrentado a su padre, mientras Virginia se prepara para jugarse el todo por el todo...Ha caido retorciendose en el sofa... --Muy oportuno el ataque de nervios! --Ya has enloquecido de angustia, papa!....Recuerda ademas que no tienes derecho a hacer uso de lo que te confio. Ella no es culpable; la obligue a que hablara, te lo he dicho cien veces...Virginia!...Virginia!...Haz algo, papa; ayudame!... Pero la voz de dona Sara sono del otro lado de la puerta... --Abra aqui...Abran... --Lo unico que nos faltaba!...Abre esa ppuerta. Entra, Sara!... --Johnny, Teodoro! que pasa?...Oh, Virgiinia!...Hijita de mi alma...Pero que es esto?... --No alborotes tanto; es un simple ataquue de nervios!... --Se perfectamente lo que es, porque habble con el medico!...Tu no sabes lo que tiene, ni te interesa; nunca la quisiste como debiste quererla; pero yo si...yo si...Lo unico que tienes que hacer es avisarle al medico, me oiste?... --Hay diez criados que puedan hacer eso.. Dejame a mi en paz!... --Avisa tu, Johnny; llama al doctor Andrrews inmediatamente!...Corre tu, Johnny, te lo ruego!... --Voy enseguida, mama; calmate. Ire yo mmismo en el auto. CAPITULO SEPTIMO Acomodada entre almohadones del sofa del cuarto de Johnny, mientras criados y doncellas se mueven a su alrededor, obedeciendo las ordenes de dona Sara, Virginia abre los ojos con languida expresion de volver a la vida. --Donde estoy, tia Sara?... --Estas en el cuarto de Johnny...vinistee a saber de el y ahora eres tu la enferma. Has tenido un disgusto, verdad?...Con Teodoro seguramente...fue con el!... --Ay, tia Sara de mi alma!...El tio Teoddoro no me quiere, y yo le quiero tanto a el... --Hijita querida!...Que te hizo ese viejjo cascarrabias?... --Nada, nada...Si la culpa no es de el; la culpa es mia, como siempre...soy muy torpe!...Ya se que delante de el no podemos decir la menor cosa de Veronica... --Ah, fue por Veronica?... --Hice muy mal, no debo nombrarla siquieera...Se puso hecho una fiera, y lo que dije fue una tonteria; pero hice muy mal...Ay, Dios mio, cuando acabare de aprender?.. --No necesitas aprender nada, y no llorees mas por eso!...Estaria bueno!...Ya le dire yo a Teodoro lo que hace al caso. --No, tia Sara, por favor!...No discutass con el; me tomara mas antipatia de la que me tiene. Por me no quiero que se disguste nadie... --Por ti me tomo yo todos los disgustos que haga falta!... --No, tia Sara, te lo ruego!...Donde estta Johnny?... --Fue por el medico. --El...el personalmente? Se ha molestadoo tanto por mi? Ha sido tan bueno?... --Tu te lo mereces todo, y Johnny lo commprede. Me parecio muy disgustado con su padre...Pero cierra los ojos, no te muevas, no vaya a repetirte el mareo... --Estoy tan debil...como si me fuera a mmorir..., el corazon no me late apenas...No podria resistir otra discusion, otro disgusto...Una palabra dura me mataria sin remedio... --Nadie va a decirte nada que te desagraade. Ahora mismo, entre Genaro y Esteban, qui estoy bien; y asi cuando llegue Johnny... --Ahi lo tienes!... Johnny llega en efecto, triste y malhumorado; pero hay una expresion de lastima en su noble semblante. --Como esta Virginia? --Mejor, mucho mejor, hijito. Y el doctoor Andrews?... --No lo encontre, ni en la consulta ni een su casa a estas horas. Debe haber ido a alguna parte, a alguna fiesta...Volvia a decirte eso, y a preguntarte que otro medico podemos llamar mientras el viene; porque le deje recado en los dos sitios y trataban de localizarlo por telefono... --Johnny!... --Virginia, estas mejor, nena?...Paso yaa?... --Estoy mejor...Pero me siento tan tristte y tan debil...Ay!... --Todavia llorando... --Que le dijo el energumeno de tu padre??... --Mama!... --Debio reganarla de mala manera...le coonozco muy bien. --Ya le dije a tia Sara que la culpa fuee mia exclusivamente...Soy una tonta; tio Teodoro es muy bueno...Que no se vaya a disgustar con el, que no le diga nada. Pideselo tu tambien, Johnny...Te ruego que se lo pidas tu tambien... --No le dire nada si no quieres; pero poor ser tan sufrida y tan buena, no te tratan algunos como debieran. Que paso, Johnny?... --Una tonteria..., nada, verdad, Johnny??... --Efectivamente...papa se disgusto y...yy Virginia se asusto de verle. --Donde esta el tio ahora?..A donde fue??... --Se encerro en su despacho. --Solo, o con Veronica?... --Solo, totalmente. (Sigh of relief!...)) --Alli es donde el pasa sus berrinches!....No te preocupes mas...Se pondra a leer a los filosofos griegos y saldra hecho una seda. Quieres llamar a los muchachos para que lleven a Virginia a su cuarto, Johnny?... --Yo puedo llevarla, si ella quiere. Perro no decidiste nada con respecto al medico. Podemos llamar a otro. --El doctor Andrews es el unico que la eentiende. Voy a hablarle por telefono a su enfermera, para que no deje de venir a la hora que sea. Enseguida vuelvo. Les ha dejado solos. Tierna y debil, Virginia extiende la mano a el. --Johnny!... --Estas mejor, realmente?...Paso el maleestar?... --Un poquito mejor, pero tengo un dolor muy grande aqui, en el pecho, como si me ahorgara...Es el corazon, sabes?...Tia Sara no lo sabe, ni quiero que lo sepa. --Estas enfirma del corazon?... --No te preocupes de eso; ya el doctor AAndres lo sabe y me cura sin decirselo a nadie... --Pero...! --Yo lo supe por casualidad, y nos pusimmos de acuerdo para que tia Sara no supiera. No hables nunca de eso... --Esta bien... --No quiero que les guardes rencor a tioo Teodoro y a Veronica cuando yo... --Cuando tu, que?... --Si yo no puedo resistir esa entrevistaa horrible... --No es necesario efectuarla, Virginia. Papa tuvo razon al decir que esto no era un tribunal ni una audiencia. Dejaremos las cosas como estan... --Pero tio Teodoro no querra... --Ya le hablare yo luego. Despues de toddo, si Veronica no me quiere y me lo ha dicho lealmente, no tengo por que seguir hurgando en su vida pasada, ni pidiendole cuentas de unos acontecimientos que no me pertenecen... --Johnny...que noble y que bueno eres!.... --Callare y papa tambien guardara silenccio. Los males ya no tienen remedio. Si algun dia ese hombre volviera... --No volvera!... --Por que?... --Tengo el presentimiento de que se ha mmuerto. --El presentimiento?... --La seguridad casi...es mas; la seguriddad completa. --Como?... --Hay un periodico en que aparecen los nnombres de los que se mueran por otros estados. --Sabe Veronica que ese hombre ha muertoo?... --Ella fue quien me lo dijo y me enseno el periodico; pero no le hables jamas de esto...Se pondria furiosa conmigo. --No te preocupes. Probablemente no le hhablare de esto ni de nada en mucho tiempo. --Es lo que te iba a suplicar que hicierras!...Johnny, Johnny; eres el hombre mas bueno de la tierra, y yo te quiero tanto...tanto... Ha tomado la mano que el le acerca cubriendola de ardientes besos, mientras apretados los labios, Johnny traga en silencio su dolor y su rabia. --Veronica para mi es como si hubiera muuerto!..Eso...como si hubiera muerto!... ***** --Papa!... --Ah, eres tu?... --Vengo a pedirte que me dispenses. Duraante unas horas perdi totalmente el contro de mi mismo..., he estado como loco. --Lo se..., lo comprendo. Teodoro de Castelo Branco se ha puesto de pie, apartando sobre el escritorio de madera labrada, del mas puro estilo renacimiento, el libro que leia. Es efectavamente uno de aquellos profundos libros filosoficos, en los que su espiritu halla calma y sosiego para afrontar con serenidad las tomentas. Es un gran senor, no solo socialmente; su rango espiritual traduciendose en cada uno de sus gestos, parece dar a su hijo, en aquel instante, la norma de la vida... --Cualquiera puede perder los estribos uun momento. No fuiste tu el unico, Johnny..., los perdi yo; con mas obligacion de contenerme. Pero me alegro ver que ambos parecemos haber vuelto a la razon. --Si, papa. --El golpe ha sido duro, dado el gran affecto que los dos sentiamos por Veronica. --Sentiamos?... --Si. Nos acostumbramos a mirarla como aalgo muy nuestro, demasiado ligado a nuestro corazon y a nuestra dignidad; y no, hijo, es un ser humano, independiente, duena de su vida. No tenemos el derecho de tiranizarla, aunque si nos quede el de retirarle nuestro afecto. --Papa...nadie mas dolorido, mas herido que yo en este asunto. Sin embargo, quisiera pedirte para ella un poco de indulgencia. Yo... --No...lo que ha hecho no merece nuestraa indulgencia. --Crees ya que realmente lo ha hecho?.... --He tenido tiempo para pensar despacio muchas cosas, para unir datos y detalles en mi mente y en mis recuerdos. Si lo que ha dicho Virginia es una calumnia, se parece mucho a una verdad por lo menos, y si uno a eso el hecho de haberte rechazado... --Supongo que es lo unico que tengo que agradercerle, ese grito postrero de su conciencia. --Asi es, mirando las cosas friamente, qque mujer que no ame a otro hombre, puede rechazarte?...Para una muchacha pobre, rechace a un hombre rico, joven, guapo y bueno, tiene que ser por una razon muy poderosa...El amor a otro hombre, or una mancha en su pasado demasiado fea. --Papa, yo quisiera que dejaras este asuunto tranquilo, que no investigases..., quisiera poder olvidarme de todo esto, demostrarle que no me importa tanto que no me quiera. Esta tarde me porte como un imbecil, como un tonto delante de todos. Dejame que sean mi indiferencia y mi disprecio los que salven mi dignidad!... --Asi lo espero. --Ademas, hay algo que tu ignoras...Virgginia esta enferma... --Enferma?... --Si. Lo de hoy no fue un simple ataque de nervios. Su corazon anda mal. --Como lo sabes?... --Los sintomas coincidian asombrosamentee con los de un companero de la Universidad, que padecia del corazon y sufria ataques de esa especie. Murio poco tiempo antes de que yo vinera... Teodoro ha mirado a su hijo gravemente, con aquella mirada suya fria, inescrutable, que a veces borra de su noble semblante el menor rasgo de indulgencia. --Ya!...Eso fue sin duda lo que Sara quiiso darme a entender. --Lo sabe mama entonces?...Ella no quierre que lo sepa. --Es un asunto entre ellas dos y su mediico. Nunca intervine mucho en las cosas de Virginia. Esta mejor ahora?...Paso el malestar? --Asi parece. Yo mismo la lleve a su alccoba. Mama y la doncella estan al lado suyo. --Y Veronica?... --No ha salido de su cuarto desde que see encero en el. Parece que dijo a la doncella que iba a acostarse inmediatamente, para madrugar manana. --Teneis paseo a caballo. --No pienso ir con ella. Bien puede ir ssola con Demetrio de San Telmo!...Seguramente tambien cuenta con el. --Lo invito en mi presencia...a pesar dee la forma grosera en que se porto con ella; le llamo cuando iba a marcharse, recordandole el paseo de manana. --Parece ser que los hobres de baja estoofa son sus predilectos... --Nunca lo hubiera creido; pero he de reendirme a la evidencia!...Vas a acostarte ya, hijo? --No; voy a salir, quiero distraerme un rato...Rio de Janeiro tiene fama en el mundo entero de ciudad alegre y bulliciosa. Es ridiculo pensar que llevo aqui dos meses y no he salido solo un dia. --Es un dano que puedes remediar inmediaatemente... --Peor suerte le cupo al que pago con suu vida el deleite de amarla. --Con su vida?... --Si; el seductor ha muerto. --Muerto?...Dices que ha muerto?..De donnde lo sabes?... --Virginia lo sabe por ella, por la proppia Veronica. --Quieres decir que ella seguia en comunnicacion directa con el?... --Parece ser que lo leyo en uno de esos periodicos cde provincia, que a veces traen noticias de cuanto pasa hasta en los campamentos de la selva. Guardo el recorte y se lo enseno a Virginia. Pos eso ella tuvo miedo. --Miedo de que? --No me lo dijo claro...Crei entender quue su miedo era, que al considerarse completamente libre, no vacilara en hacerme su presa; y si yo te dijera, padre, que es justamente ese detalle, la idea de que Veronica no ha tenido un momeno de tristeza, no ha tenido una lagrima para el hombre que murio tratando de amontonar las requezas que creia necesitar para merecerla, es lo que me ha desenganado de ella mas amargamente... --Hijo!... --Si, si...Podia perdonarle que por amorr hubiera caido, podia perdonarle hasta su miedo a la pobreza; pero que no tenga corazon... --Comprendo, hijo..., comprendo. Nadie mmejor que yo puede comprenderte. Pero es preciso que te sobrepongas; lo de irte a divertir un rato esta noche es la mejor idea...Anda..., anda. Piensa que el mundo es muy grande, que hay en el demasiadas mujeres, que un engano no es toda la vida y que el hombre nacio para dominar sus sentimientos, no para hacerse esclavo de ellos. Hasta luego, hijo querido...Quiero verte proceder como un hombre cabal, entero..., como el hombre que eres. Le ha estrechado la diestra como a un amigo simplemente, borradas las diferencias que el respecto de hijo y la ternura de padre ponen entre ellos... --Se nos ha destruido un sueno muy belloo...Pero no podemos dejarnos abatir por eso. Hubiera querido que mis nietos fueran Castelo Branco dos veces. Sea como sea quiero conocer a mis nietos... ***** El sol de Rio, claro, ardiente, dorado como un bano de miel sobre la tierra, derrama sus primeros rayos sobre el jardin de los Castelo Branco, cuando destaca en la calle lateral, bordeada de arboles espesos, la arrogante figura de Demetrio de San Telmo. Con uno de esos dolorosos refinamientos del despecho, ha cuidado como nunca de todos los detalles de su traje; la chaqueta de corte impecable le hace mas esbelto..., pulcramente rasurado su rostro, apenas conserva las huellas de la terrible tormenta moral, que desde la tarde anterior ha sufrido..., apenas si una leve crispadura un tanto mas amarga, da a sus labios un sello cruel; apenas si parecen mas grises, mas frias, mas como de acero sus pupilas. --Veronica!...Pero que sorpresa!... --Sorpresa por que?...O no fue usted quiien escribio esta carta?... Recostada en la verja, mas fresca y luminosa que la manana de fines de primavera, Veronica sonrie mostrando el largo sobre con membrete del Hotel; y tambien ella parece haber puesto un especial cuidado, en su "toilette". Los sedosos cabellos, aun humedos del bano reciente, se esponjan formando el brillante marco negro que tanto realza su perfil de ambar palido..., la boca parece como nunca fresca; la piel mas transparente, mas encendida como si el ritmo que acelera su corazon hiciera correr su sangre mas de prisa. Hoy no viste de blanco; negro es el ce~nido pantalon de montar, roja como una llamarada la blusa de amplias mangas que sustituye a la chaqueta...Jugetean sus manos con la fina fusta de junco y prendida coquetonamente a los cabellos una enorme gardenia blanca, cuyo aroma se confunde con el de su pelo... --No espere que tan temprano..., vamos, quiero decir...Me tome la libertad de rogarle que bajara un momento antes que los demas; pero... Ni siquiera me atrevi a esperar a que usted accediera. --No le parece a usted demasiada modestiia para un espadachin de su empuje, senor ingeniero?... --Aun recuerda el desdichado lance de ayyer? --Todavia tengo hinchada la muneca. --Veronica... --Oh, no se preocupe!...No ponga esa carra tan seria. Eso no me impedira obligar a Goliat a correr. Estoy perfectamente...Fue solo una broma para ver la cara que ponia usted...y no ha podido sr mas desolada...De modo que, absuelto... --Es usted muy buena..., muy amable, quiise decir. Y tambien ha sido muy amable esperandome, como le pedi que lo hiciera. Mande esas lineas al azar, sin hacerme demasiadas ilusiones respecto a la bondad de usted. Pero ya que se ha tomado la molestia... --Y si yo le dijera a usted que fue un pplacer?... --Seria demasiada gentileza... --Pues demasiada o no, esta demostrada ccon los hechos. Y si le hubiera usted advertido al muchacho que aguardara respuesta, lo habria sabido desde ayer. --De veras?... --Mande a la doncella tras el; pero ya sse habia ido. No quedaba mas que venir... Hasta ver su asombro al llegar, pense que estaba usted demasiado seguro de que yo haria lo que usted me pidiera. --Apenas me atrevi a esperarla, sin embaargo. Aun ahora, frente a usted, casi me parece mentira... --Mentira que?... --Mentira todo. Su presencia, su mirada,, el tono de su voz... Cualquiera diria que es usted sincera... --Como..., como?... --Oh, perdoneme!... No se expresarme bieen. Quise decir... que no merecia tanta cortesia de parte de usted quien ayer se habia portado de un modo tan descortes. Justamente le rogue estos momentos de hablar a solas, para pedirle perdon en la mejor forma que pudiera, y darle las gracias tambien por haberme librado del desaire de su tio y de sus amigos, indignados con tanta razon... --Quiere usted que dejemos ya lo del asaalto a esgrima?...Me recuerda un momento muy malo para mi carrera deportiva; una derrota en toda regla... --No... --Si. En esos si no hay lugar a duda de ningun genero. Sabe usted que el boton de su florete arranco casi totalmente el adorno de mi chaqueta?...Sabe usted que todavia no se como pude defenderme de una estocado en plena cara?... Es usted asombrosamente fuerte, y desconcertantemente violento... Hubo un momento en que me dio miedo... --Por Dios!... --A usted solo se lo confieso... Me dierron miedo sus ojos, Demetrio. Me miraron de un modo tan extrano; como is me odiase usted intensamente... --Que tonteria!... --Que descanso oirle reir y decir eso: qque tonteria!... Si... Fui una tonta temiendole... Usted no seria capaz de hacerme ningun dano. Es una cosa extrana; pero desde el primer momento tuve la impresion de que junto a usted, una mujer esta protegida siempre... --Una afirmacion muy amable... --Diga usted mejor, muy sincera. --Le gusta a usted alardear de franquezaa... --Me gusta mostrarme como soy, frente a mis verdaderos amigos. No me da las gracias?...Le considero a usted el primero de ellos... Estoy equivocada?... --Por Dios, Veronica!... Ha enrojecido conteniendose. Lejos de ella, en la soledad de su alcoba, que facil le parece lo que tiene que hacer..., pero frente a aquellos ojos, de mirada luminosa, cerca de aquellos labios tersos y frescos, que terrible la lucha de su alma!..., que insoportable aquella angustia, que toma frente a ella apariencia de invencible timidez!... --Bien... Ya se que no puedo hacerle preeguntas dificiles... Quiere que nos sentemos?... Hay un banco detras de aquellos arbustos. Podra usted decirme todo lo que, segun su carta, tenia que decirme... --Son tantas cosas... --Pues empecemos... Venga... No se esta aqui mejor?... --Estupendamente... Conoce usted a fondoo todos los rincones de este jardin. --No es estrano viviendo, como quien dicce, en el. --Ya. --Adoro las flores. Aqui me hago la ilussion de estar en pleno campo, en pleno bosque algunas veces... Si yo le dijera que tengo bastante de primitiva... Me hace muy feliz el contacto con la Naturaleza. --Con la Naturaleza de jardin... Veredass de arena, arbusto recortados, insecticidas administrados oportunamente... Si; convengo en que es muy grata esta naturaleza, y bastante distinta de las selvas de Matto Grosso, por ejemplo... --Y si yo le dijera a usted que me gustaaria ir a la selva? --Tendria que reirme. --Por lo visto, no me cree usted capaz dde soportar ninguna molestia; pero se equivoca totalmente... Con una razon sentimental yo seria capaz de soportarlo todo. --Que dice?... --No me asustaria la selva... Seria capaaz de acompanar a ella, a mi esposo, por ejemplo, si es que fuera constructor de Caminos y Puentes... --De veras?... --Duda de mi palabra? --No. Me complace extraordinariamente oiirla. Creo que tiene suficiente amor propio para sostenerla... --Amor propio nada mas?... Eso no lo harria por amor propio, sino por amor ajeno... --Veronica!... --Que quiere decirme, Demetrio?... Se ha acercado mas a el, asomandose a las pupilas grises, que un instante se han nublado, como si la voluntad de Demetrio desfalleciera; aquellas pupilas que le han hablado de amor tantas veces, y que ahora huyen de las suyas, demasiado atormentadas, mudas en el dolor de su horrible confusion de sentimientos. Con verdadero esfuerzo Demetrio se pone en pie... --Ya deben haber bajado los demas... No cree que deberiamos hacernos presentes?... --Oh!... Olvide decirle que los demas noo vienen. --Como?... --Johnny no se sentia muy bien ayer, commo usted sabe. Y Virginia se enferma con frecuencia; pero no creo que sea nada serio porque aun no ha llegado el medico y tia Sara lo manda a buscar a la menor molestia que ella siente. --Para usted no usan tantos cuidados, veerdad?... --Por fortuna tengo una salud excelente.. Quiere usted que llame ya al mozo de cuadra?... --No. Un momento...Puesto que no hay priisa, tal vez pudiera decirle a usted, algo de lo que es preciso que le diga... --Estaba dispuesta a escucharlo hace un momento... --Si; ya lo se... Perdoname...Soy un neccio. Mucho menos due~no de mis emociones de lo que imagine... Pero es preciso que le diga..., es preciso que le hable claramente. Yo no se que concepto le merezco, Veronica... --No lo sabe de veras?... --Veronica... --Demetrio... En este instante me parecee usted un ni~no, y es tan extra~no mirar como a un nino a un hombre como usted... Me parece que desea y que teme, que duda y que tiembla... No le he dado ejemplo de sinceridad?... No le estoy mostrando mi corazon y mis sentimientos?... Esto es una locura, Demetrio; una santa locura de la que estoy tan enferma como usted... Sigue callando?... Tendre que decirlo yo tambien?...Tendre que ser yo la que diga?... --No Veronica. Lo dire yo... He so~nado.... Deseo... Anhelo... --Que?... Que?... --Quiere usted ser mi esposa?... --Demetrio!... Le ha echado los brazos al cuello, ha acercado a los suyos los dulces labios ardientes... Demetrio de San Telmo vuelve a sentirse loco, ciego, y une la suya a aquella boca, paladeando la hiel de su propio corazon en lugar de las mieles de aquel beso... CAPITULO OCTAVO Los lugares mas importantes y mas concurridos de Rio, vieron crusar, gallardo jinete y esplendida amazona, a Demetrio de San Telmo junto a Veronica de Castelo Branco. Murmullos, cuchicheos, comentarios, mirades de admiracion y miradas de envidia, y al fin, cuando el sol alzandose en lo alto del cielo color de turquesa derrama sus rayos mas ardientes, cascada de oro derretido sobre la ciudad, Sultan y Goliet emparejan sus pasos junto a la verja de la mansion de los Castelo Barnco, y ganan acelerando el ancho sendero enarenado... --Hasta aqui, Demetrio. --Me permites ayudarte?... --Desde luego!... --Genaro!... Genaro!... Por favor, hagasse cargo de los caballos... El mozo de cuadra ha acudido solicito, y mientras Veronica, entregadas las riendas, sonrie a Demetrio de San Telmo... --Hoy se han portado maravillosamente.... --Les hicimos correr poco. Me hubiera guustado cansarles... --No quisiste que llegaramos hasta Copaccabana. --Temi que se nos hiciera tarde para reggresar... --Estoy segura que aun no son las doce; tiempo sobraba. --Por que no lo dijiste antes?... --Deseaba complacerte... Me parecio que tenias un deseo especial de pasear por la ciudad. --Asi es; por los lugares mas concurridoos de la ciudad. Te molesta que te hayan visto a mi lado?... --!Molestarme?... --No temes a los comentarios?... --Por que he de temerlos?... Soy absoluttamente libre y duena de mi volundad... --Te han visto algunos de tus amigos, hoobres que seguramente te han prtendido... --Si; no vio Julio Estrada... --Fue tu novio?... --Yo nunca tuve novio, Demetrio. --De veras?... Han dado unos pasos hacia la casa buscando la sombra de los grandes platanos. Veronica se recuesta en el a~noso tronco del mas proximo al camino central, mientras Demetrio clava en ella su mirada dura, imperiosa, interrogante. --De verdad?... Estas segura de lo que ddices?... --Claro que estoy segura!...Por que no hhabia de estarlo? Siempre me preguntas como si didaras de todo lo que digo... --Efectivamente... dudo. --Pues haces mal. Cuando me conozcas mejjor, sabras que no miente jamas. --Una afirmacion que suena muy bien... --Pero en la que no crees por lo visto. Sabes que tomas a veces un aire uy una mirada inquisitorial?... --Que te molesta mucho, verdad?... --No se que contestarte. De ti, mucho, mmucho, no me molesta nada; pero... --Pero que?... --Me gusta mas cuando me miras de un moddo mas suave, cuando tus ojos me hablan de la ternura de que tan avaros se muestran tus labios... --Mis labios?... --Si; no es un reproche; pero hemos estaado juntos toda la ma~nana, y aun no me has dicho lo que me hice la ilusion de oir tantas veces... Claro que los lugares por donde andabamos no se prestaban mucho, pero en fin... --Que era lo que deseabas oir de mis labbios?... --Si te lo digo yo, ya no tiene gracia. --Creo que te lo he dicho todo antes... --Si, en cuatro palabras. Me has pregunttado si quiero ser tu esposa, pero acaso me has dicho que me amas?... --Supongo que eso es bien facil deducirllo. --Claro. Por fortuna soy pobre de solemnnidad, nadie puede hablarme en la forma que tu lo has hecho sin amarme, porque solo amor puede llevar a un hombre a casarse conmigo. --La deduccion es exacta... amor, solo aamor... Hay cosas que no necesitan preguntarse. --Pero que resulta maravilloso oirlas. NNo lo sabes, Demetrio?...Te dare buen ejemplo... Demetrio, amor mio, tanto trabajo te cuesta decirme que me amas?... Es preciso que sea yo quien te lo diga una y cien veces, hasta que a fuerza de escucharlo aprendan tus labios a decir palabras de amor?... --Veronica!... --No te esfuerces..., ya veo que no te ssalen. Harias menos esfuerzo horadando un tunel con tus propias manos, or quitanto a paletadas una monta~na, pero no importa, te comprendo, te adoro, y tal vez por ser como eres te quiero mas... --Veronica... --Ya iras cambiando; estoy segura que irras cambiando, y aunque no cambies sera igual. Te quiero como eres; creo que te quise desde el primer instante, cuando al volverme te vi en la puerta del despacho de mi tio, mirandome como deslumbrado... --!Deslumbrado... has dicho la palabra eexacta, como frente a un abismo de fuego en el que presintiera que iba a consumirme, a desaparecer, a ser aniquilado... --Aniquilado?... Dices cosas extranas.... --Olvidalas... --Es una solucion muy facil que me ofrecces siempre que no comprendo tus palabras, ?no seria mas sencillo explicarmelas?... --No hay nada que explicar, no vale la ppena. Quieres que entremos a la casa?... Tal vez seria conveniente que hablase hoy mismo con don Teodoro de Castelo Branco. --No, Demetrio; hoy no. --Despues de habernos exhibido juntos enn los lugares mas concurrridos de Rio, me parece lo mas correcto de mi parte... a menos que desees conservar tu libertad, que te moleste la idea de tener un novio oficial... que quieras ocultarme. --Por que se te ocurre esa idea tan desaagradable?... !Ocultarte... ocultarte!... No sabes que soy feliz?...No sabes que quisiera gritarle al mundo entero que te amo?... --Por que quieres entonces que calle?.... --Por unos dias solamente..., hasta por unas horas, quiza. Dame tiempo de preparar el animo de mi tio, de hablarle a Johnny de algo que para el sera doloroso, de no hacer dano con nuestro amor a los que me quieren, a los que me ampararon dandome su carino... Dejame no ser una ingrata!... Veronica ha apoyado su mano ligera, fina mano color de ambar, en el hombro de Demetrio, mientras una infinita dulzura pasa por su semblante, deteniendolo acaso en el ansia de saborear su presencia unos minutos mas, acaso de arrancar a sus duros labios las palabras de amor que tanto anhela escuchar de ellos, acaso con la esperanza de asomarse un poco mas al alma apasionada y hura~na de la que son ventanas los grandes ojos grises. --!Ingrata?... Te preocupa la idea de paarecer ingrata?... --No tanto de parecerlo, como de serlo, Demetrio. Johnny me ama... !Oh, no pongas esa cara!... Supongo que te disgustara, pero no hay razon para ello. Me quiere desde antes de que tu llegaras. Y si considera que le han robado lo que tenia ya por suyo... --Te tenia ya por suya... Bueno es escuccharlo de tus propios labios... --Celoso mio... No me mires asi. Me amabba, y con la santa confianza del que ama, confundia con amor mi afecto fraternal. Seguramente le parecia absurdo que yo pudiera recharzarle... --Y tu por que no le amas?... --Vuelves a hacer preguntas tontas?... AA menos que sientas la necesidad de oirme responder que al corazon no se le manda, y que da la pequena casualidad que quiero a otro, menos amable, menos galante, que vale para mi mas que el mundo entero... --Veronica!... A pesar suyo se ha conmovido, mientras Veronica continua con tierna sonrisa... --Perdoname si el retrato no es muy halaagador; pero con frecuencia no mereces nada mas. Eres tan exigente, tan desconfiado, que a veces me pregunto: como puedes amarme, si tienes de me una idea tan lamentable? --Perdoname, Veronica. Soy un hombre exttrano. Pero si tu supieras como anhelo hacerte mia, llevarte lejos de aqui, estar donde solo seamos tu y yo frente a frente, hacer que me adores, que me idolatres. --?Para idolatrarme tu tambien?... --Para sentir que me perteneces, que erees mia nada mas....... Casi rudamente ha vuelto a estrecharla en los brazos temblando de una emocion extrana, y hay tanto fuego en sus pupilas y hay tal pasion en aquel beso con que ha aprisionado los labios de Veronica, que los grandes ojos negros se cierran como saboreando un extasis sonado. --Demetrio!... Mi amor..., mi vida... --Veronica... Eres capaz de amar?... --Y eres capaz tu de preguntarmelo?... NNo lo ves? No lo palpas?... Si apenas has hablado, si nada has tenido que hacer para que este amor mio se te ofrezca sumiso. Si todo en mi debe hablarte de mi amor. Mas que mis palabras, mis gestos, mis miradas... Demetrio... Por que parecen siempre interrogarme tus ojos?... --Tal vez porque me parece mentira que ttu puedas amarme... Le ha besado la mano casi ceremoniosamente. Luego, un deseo de huir, de alejarse, se clava en el con ansia insoportable... --Hasta la tarde... ******* -- Oh, Virginia!... Estabas ya levantadaa?... Te sientes mejor? --A la vista salta... Muy contenta debess venir esta manana cuando estas tan amable. --Si. He dado un esplendido paseo. -- Sola?... --Con Demetrio. Demasiado lo sabes, puessto que has estado mirando desde esa ventana... -- Que penetracion!... Como pudiste vermme si estaba la cortina echada?... --Las cortinas de encajes son tu especiaalidad; nos conocemos desde hace anos, Virginia... En el recodo que forman tres ventanales que caen desde el amplio hall sobre los jardines laterales, Veronica ha encontrado a Virginia; una bata de seda sobre las ropas de cama, zapatillas silencioses y los largos cabellos rubios sueltos sobre la espalda. Seria realmente un conjunto angelical, sin aquella burlona expresion, sin aquella sonrisilla perversa, que asoma a sus labios casi siempre que queda solas con Veronica... --Te advierto que no he sido yo sola a nnotar tu coloquio bajo los arboles... Genaro y la doncella te estaban espiando; te lo digo para que si llega a oidos de los demas, no pienses que les he ido con el cuento. Que? Se te ha declarado el ingeniero San Telmo ya?... --Si. Se me ha declarado, y hablara muy pronto con el tio Teodoro. No tendras que resistir mucho la tentacion de ir con el cuento a tia Sara... Puedes decirselo si te da la gana. --Ya sabes con ella no hay cuidado... Essta deseando que te cases con quien sea y que te largues... La pobre no te soporta; no se por que sera... --Podria responderte muchas cosas; pero no quiero discutir esta manana contigo; ni contigo ni con nadie... Me siento demasiado feliz. Tus insidias no me hacen dano. Que gran coraza es la felicidad!... --Te sientes realmente dichosa?... --Si, Virginia. Si tu supieras hasta quee punto ser dichoso da ganas de ser bueno!... --De veras?... --Todo nos parece distinto. Que facilmennte perdonamos todas esas pequenas ofenses que en los dias grises nos amargan la vida!... Con que generosidad quisieramos repartir nuestra felicidad a manos llenas!... Que todo el mundo sonriera..., que todo el mundo sintiera como siento yo, en esta manana maravillosa que el sol entero se me ha medido en el pecho!... --Y todo... por Demetrio de San Telmo?.... --Te parece mentira?... --Supongo que habrias puesto todo tu amoor propio en conquistarlo. --No se trata de conquista. En este casoo, creo que seria mas exacto decir que la conquistada soy yo... Su amor me fascina!... Me envuelve!... Me penetra hasta la medula de los huesos!... Corre como mi sangre por las venas!... Me hace latir el corazon mas de prisa. --Ya... Lo que llaman locura de amor!.... -- Te ries?... Te burlas?... Te sorprendde?...Nunca quisiste a nadie, Virginia, verdad?... -- Que?... --Si. Nunca quisite a nadie. Y yo, ahoraa, por la primera vez, siento el deseo de que hablemos con franqueza; porque he pensado de repente, sintiendo yo el amor, que acaso tu enfermedad tenga remedio. -- Mi enfermedad?... Que dices?... --Tienes el corazon duro... el alma secaa... Viviste solo para tu egoismo... Finges, enganas, mientes... Tu avaricia no tiene limites... Eres pobre y anhelas la riqueza... Eres altanera y te finges humilde, para que te soporten junto a si los soberbios... No sabes disfrutar de ningun bien, porque el bien de que otro disfruta es el unico que tu quieres. -- Veronica, me estas insultando!... --Te estoy diciento la verdad, por primeera vez... Te estoy hablando como a un ser humano!... Como hermana, como amiga; como algunas veces, quien sabe con que intencion, me pediste tu que lo hiciera. Virginia, tu eres desgraciada..., el mal que haces, no te da dicha de ninguna especie; por eso es que sigues aferrada a tus pequenas maldades, a tus actitudes mentirosas..., a tu mundillo de falsedades... que al fin de cuenta, que es lo que puede darte?... Un vestido nuevo?... Unos muebles mas caros?... Una alhaja o un regalo cualquiera?... Una sonrisa mas de tia Sara?... Tu crees que vale la pena de arrastrarse como un gusano por cosas tan pequenas?... --!Pero que estas diciendo?... Como te aatreves?... -- A ser sincera?... A hablarte con el ccorazon en la mano?... Porque la felicidad me hace sentirme tan buena, tan valiente, tan fuerte, que hasta a ti soy capaz de quererte!... De darte el mejor de los consejos: ama, Virginia!... Ama sinceramente, entrega el corazon a un amor verdadero..., quiere a un hombre con toda tu alma, no para ser feliz, sino para tratar de hacerlo dichoso a el, y tu propia feliciad sera el premio!... -- Basta!... Basta!... Que te crees?... --Creo que acaso quieras a Johnny realmeente, y que el es tan digno de ser amado... -- Caila!... -- El camino de su corazon esta libre paara ti... No te estorbo, ve por el... Se feliz... y acaso llegues a ser buena!... -- Basta!... Basta!... No me estas oyenddo?... Quien eres tu para hablarme como lo haces?... Recogida, pordiosera... Hija de un cualquiera, que no tienes que estar en esta casa, donde yo estoy con todos los derechos!... -- Virginia!... -- Malvada!... Maldita!... Maldita si.... Te odie siempre... Y ahora vienes a a tirarme a Johnny como si fuera una piltrafa que se le da a un perro!... -- Virginia!... No has comprendido?...Esstas loca... -- Te odio!... Te odio!... Te he aborreccido desde nina, y muy pronto te he de ver como yo quiese; arrojada de todas partes, despreciada como la ultima ramera... -- Que?... !Que?... --Como las mujerzuelas con que te criastte junto a tu padre... -- Callate!... --Tu padre el borracho... El tranposo.... El ladron!... Veronica no ha resistido mas... Su mano se alza para caer furiosamente, una y otra vez sobre las mejillas de Virginia, que grita como si la matasen... -- Tia Sara! La senora Castelo Branco ha aparecido en lo alto de la escalera y corre hacia ellas... --!Que?... !Que?... Que pasa?... Que ha sucedio?... -- Tia Sara de mi alma!... Llorando como una nina se ha arrojado en los brazos de dona Sara, cuya mirada va furiosahacia Veronica... --!Hija de mi alma, que te han hecho?.... !Que le has hecho?... --La he abofeteado porque ofendio la memmoria de mi padre... --!Que?... --!Ay, tia querida, quiero morirme!... yy me morire!... --!Pero como te has atrevido a eso?... EEres una infame!... Una abusadora!... Tu proceder con esta nina enferma es canallesco!... Pero te juro que no quedaras impune, porque soy capaz de!... -- Quieta!... No sigas por ese camino veergonzoso y lamentable! Teodoro de Castelo Branco ha sujetado la mano de Sara, alzada ya sobre Veronica. Mientras Johnny mas palido aparece tambien... Veronica se ha vuelto a el, palida, temblorosa, desconcertada... -- Tio Teodoro!... Es que usted no sabe lo que me ha dicho... Es que usted no sabe... -- Pudiste pensar que Virgina esta enferrma!... Pudiste recordar que bajo este techo ha sido una norma inalterable la decencia y el muto respeto. -- Tio Teodoro!... --No se lo que te ha dicho, ni quiero saablerlo.... Se que tu conducta lamentable y detestable no debe volver a repetirse mientras estes en esta casa. Esta casa debe merecer un enorme respeto, y no podre perdonarte si vuelvas a faltar a el. --Yo... --Hazme el favor de irte a tu cuarto y aahorrarnos el disgusto de verte en la mesa!... ***** Como una automata ha entrado Veronica en su alcoba. Aun no puede pensar..., aun no acaba de comprender. Las piernas casi no la sostienen... Una insoportable opresion en la garganta y en el pecho parece ahorgarla y va hacia la ventana buscando el aire que le falta, buscando la razon que no encuentra. --Todos contra mi... Tio Teodoro tambienn!... Como si me despreciara, como si me odiara... Dios mio!... Pero que es esto?... Por que?... Por que?... A la pregunta dolorosa, no halla respuesta su alma contristada, y vuela el pensamiento como pajaro que escapara a los barrotes de su jaula... -- Demetrio!... Mi Demetrio!... Por que no estoy al lado tuyo?... Por que no estas aqui para devolverme esa dicha tan pura que pusiste en mis manos y que se ha ido de proto no se como, no se por que?... CAPITULO NOVENO -- No baja la senora?... --No lo se, senor. Quiere que suba a preeguntar?... --Suba y digale que la estamos esperandoo para sentarnos a la mesa, y que me agradaria muchisimo que Virginia viniera tambien. --La Senorita Virginia ha vuelto a acosttarse, y la senora mando llamar el medico... --Esta bien. De todos modos haga lo que le he dicho, y ordene al pasar que sirvan el almuerzo. Don Teodoro de Castelo Branco ha reprimido con esfuerzo un gesto de disgusto, mientras Johnny apura de un sorbo la segunda copa de vermouth. -- Por que no suspendes el recibo de estta tarde, papa?... --Esos recibos son tradicionales en estaa casa... Me extrana que no lo recuerdas. Nunca se suspendieron sino por causas verdaderamente graves. No creo que la escena de hace una hora, por desagradable que sea de' suficiente motivo para que nuestras costumbres se alteren. -- Es absurdo, crispante, lo que ha ocurrrido!... Razon tenia Virginia en temer a Veronica!... --Si..., la teme... Sin embargo, la buscca y la desafia. -- Crees que es cierto lo que dijo Veronnica?... Consideras capaz a Virginia?... --Ya no se de lo que es capaz nadie, hijjo de mi alma. La vida me ha deparado ultimamente tan amargas sorpresas... --Si, papa; pero... --Calla. Ahi llega tu madre. --A Virginia le ha dado otro ataque... aahora estaba mejor y la deje con la doncella! Por que no subes a ver si la convences de que tome alguna cosa, Johnny?... Esa criaturita se nos va a debilitar hasta el ultimoextremo..., apenas prueba bocado!... Y con disgustos como el que esa malvada acaba de darle. Te aseguro que no se me pasa la rabia, estoy que la sangre me hierve... Para que demonios me sujetaste la mano?... --Ya era bastante lo que habia ocurrido.. No era precisa seguir dandole a los criados el espectaculo vergonzoso de otra escena de esas. --Siempre defendiendo a Veronica!... --Creo que hoy no puedes decir eso. --Te limitaste a mandarle que se nos quiitara de delante, con lo que la libraste de que yo le tirara algo a la cabeza!... La trataste demasiado bien, sin embargo estoy segura que te pesa como si hubieras cometido una injusticia... --Bueno, mujer; ya esta bien. --No esta bien. Esta rematadamente mal. La pobre Virginia tiene marcados en la cara los cinco dedos de esa..., bueno, no se como calificarla!... --Queries dejar ya ese asunto?... --No lo dejo; quiero saber hasta cuando tenemos que estar soportando a la tal Veronica, si es posible consentir que trate a Virginia de esa manera!... --No lo ha consentido; estoy absolutamennte seguro de que no volvera a ocurrir nada semejante. --Si me dejara llevar de mis impulsos, lla ponia en la puerta de la calle immediatamente!... -- Basta, Sara; te suplique antes que diieramos por terminado el desagradable incidente!... -- Lo cual es magnifico para Veronica, yy no hay derecho!... Mira si tendre razon que ni siquiera Johnny la defiende!... --Yo, mama... --Johnny prefiere no meterse en nada, y hace muy bien. Vamos a la mesa. --Una nina delicada, enferma... Es un abbuso incalificable. -- No basta mi promesa de que no volveraa a repetirse nada parecido?... -- Es que no puedo yo sufrir su presenciia!... Despues de lo de hoy, es que no puedo... --Yo hallare solucion al problema; pero sin escandalo, sin que tengamos que escuchar los comentarios de la gente... --!De veras?... Consentirias en enviarlaa a cualquier otra parte fuera de aqui?... --Lo deseo tanto como tu pudas desearlo.. -- Teodoro de mi alma!... Por fin una veez en la vida estamos de acuerdo. Buscaras a quien mandarsela..., a quien endilgarsela?... --Si, Sara; te lo prometo!... ***** -- Maria... Maria!... -- Llamaba la senorita?... -- Estan ya en la mesa?... --Si, senorita... -- Y Veronica?... --En su cuarto, senorita; no ha salido dde el. De un salto con aquella agilidad felina con que se mueve a veces, Virginia ha dejado la cama arrojando a un lado la colcha de seda. Nerviosamente va de un lado a otro de la estancia..., aun la rabia enciende sus pupilas y sus punos se cierran como si pretendiera estrujar en ellos a la que desde nina le obsesiona, encendiendo su hoguera de rencor y de envidia. -- Ojala no saliera nunca mas de alli!.... Ojala se quedara muerta! -- Senorita!... --No iras a repetirle mis palabras a naddie, chismosa!... -- Senorita, yo... ! -- Como lo hagas le dire a mi tia que tee entiendes con el portero, que te vi la otra noche... -- Senorita!... --Y te pondra en la calle, porqe ya sabees que la mujer del portero es ahijada suya, y le dire muchas cosas tuyas que se' tambien... -- Pero senorita!... --Ahora silencio, y traeme la comida proonto... Quiero acabar antes de que tia Sara regrese... !Vuela, idiota!... --Si, senorita... Ya va..., ya va... --Espera!... Le hablaste al medico?... --Si, senorita. Le dije que no viniera hhasta despues de las nueve. --Bien. Ahora traeme de todo, una botellla de Jerez tambien, del de mi tio, sabes?... Ya sabes donde lo guarda. --Pero no quedan mas que seis botellas!.... Van a notar la falta. --Ya le echaran la culpa a alguno de loss criados nuevos... Vuela! -- Voy, senorita!... --Y no hables demasiado porque te costarra caro... Anda!... De un empujon la ha hecho cruzar el umbral de la puerta, cerrandola despues. Luego, sigilosamente saca del bolsillo de su pijama una llave pequena y la hace funcionar en la cerradura del mueble proximo a la cama... Un grueso texto de medicina, marcado en varias paginas, absorbe su atencion durante unos momentos. Concienzudamente parece estudiar los sintomas de una dolencia..., luego lo cierra y una breve sonrisa aparece en sus labios. -- Veronica!..., maldita!, te has dado eel gusto de abofetearme; pero lo vas a pagar muy caro... Por esto, por esto, perderas a Demetrio tambien!... ***** Son las seis de la tarde. Un cuarteto de cuerdad ejecuta amenizando el suntuoso te', y como siempre en cada fiesta, la mas florida sociedad de Rio llena los amplios salones de la vieja mansion senorial, orgullo del aristocratico barrio, donde aun parecen so~nar con el pasado, las sombras de la antigua corte brasilena. Vestida de azul claro, peinada y arreglada con el mayor esmero, Virginia espia desde su atalaya favorita: la rotonda de cristales, donde su vista domina por entero el concurrido salon y la amplia terraza del frente. -- Te sientes bien, hijita?... -- Mucho mejor, tia; no te preocupes porr mi..., no te inquietes... --No hubiera querido que te levantaras ssin que antes te viera el medico... --El doctor Andrews siempre viene con reetraso..., tiene tantos enfermos. --Ya se que no fue culpa tuya; pero hubiieras podido esperar... --Ya sabes que el tio Teodoro se disgustta si hay recibo y no estamos en el. --Siempre pensando en los demas, hijita;; pero tu salud es lo primero. Si no te sientes bien, te vuelves a tu cama tranquilamente. Vienes ahora al comedor conmigo?... --Si no te importa, preferiria quedarme aqui... --Esta bien; como quieras... Ya te mandaare a Johnny a hacerte compania. Al quedar sola, Virginia va rapidamente hacia los cristales... Espia con ansia la entrada de la gran escalera, y al fin cuando una alta y arrogante figura, destacando de los demas, avanza hacia la puerta, levanta la mano llamandole... -- Ingeniero!... Ingeniero San Telmo... --Virginia... Me llamaba usted?... -- Oh, dispensame!... Me senti mal de prronto. Quiere ayudarme a llegar hasta aquel sofa?... -- Con mucho gusto!... Que le pasa?... QQue tienes?... -- Ay, que mal me siento!... -- Pero como se levanto estando enferma??... Porque esta enferma desde esta manana... Quiere que llame?... A quien?... acaso a dona Sara? -- No, no! -- A Veronica, entonces?... -- Veronica seria capaz de darme veneno!! --Bueno... a eso no se que contestarle.... Entonces?... --No llame a nadie... Acompa~neme nada mmas un momento. Se me pasara enseguida, como otras veces..., no es nada. Verdad?... Tengo las manos heladas y si no fuera por el colorete, me viria mas palida que una muerta... --La repito que no comprendo por que ha hecho el esfuerzo de dejar su cama... -- No tenia mas remedio!... Veronica se ha negado a ayudar a tia Sara; no la encontrara usted hoy en el comedor, seguramente... -- Veronica?... Pero yo creo... -- No vaya usted a decirle una palabra, se pondria furiosa otra vez. Hemos tenido un disgusto espantoso, tremendo... -- Ah, si?... -- No puede usted hacerse una idea!... VVeronica es una fiera. Dispenseme..., usted tiene una gran simpatia por ella y yo no quiero ofenderla delante de usted..., le he perdonado tantas cosas!... La de hoy es mas dificil..., fue horrible! -- Que esta usted diciendo?... --No debiera dicerle nada... Me da verguuenza. Verguenza por ella... Creera usted que ha llegado a pegarme?... -- Como?... Que?... Y usted consintio.... --Es mucho mas fuerte que yo..., que pueedo hacer?... -- Realmente es el colmo!... --No vaya usted a decirle que yo se lo ddije. Me odiaria mas..., me haria la vida imposible!... A veces Veronica me da miedo; yo creo que esta loca... Va a continuar, pero la voz de Veronica suena cerca y Virginia palidece asustandose, esta vez de verdad. --Por ahi viene. No quiero que me vea haablando con usted; me lo ha prohibido. No quiero que tia Sara se disguste si vuelve a maltratrarme. No le diga que me ha visto, se lo ruego... Nos veremos mas tarde... Ha desaparecido con su portentosa agilidad, mientras Veronica llega por el otro lado. -- Oh, Demetrio!... --Buenas tardes, Veronica... -- Demetrio!... Gracias a Dios que has vvenido!... Tenia tanta necesidad de verte!... -- Tuviste algun disgusto?... --Si. Pero no hablemos de eso. Para que??... Son cosas que quiero olvidar... Lo unico importante es que estas delante de mi, que estrecho tus manos, que puedo asomarme a tus pupilas para ver en ellas la lealtad de tu corazon. Lo unico importante es que te quiero, y me quieres. Hoy necesisto que me lo digas, no una, sino muchas veces. Necesito el amparo de tu amor, la alegria de tu amor, y la fe en la vida que tu amor me da. Demetrio..., mi Demetrio... El dia entero me lo ha pasado mirando hacia el Hotel, enviandote mensajes con el pensamiento, pidiendote que no tardaras demasiado... Tenia tal ansia de oirte hablar de mirar tu sonrisa, de apoyarme en tu brazo tan seguro, tan fuerte... --Tambien es fuerte el tuyo, Veronica.... Podrias ser una reina de amazonas..., parece siempre que no necesitas de nadie... ---No lo creas. Hoy necesito de toda tu ternura de todo su afecto... Sonrie, mi Demetrio... Por que estas tan serio?... --Me dices que has tenido un disgusto. NNo creo que ese sea motivo para sonreir. --Sonrio porque ya estas aqui; tu, el unnico que puede borrar todas mis amarguras con una sonrisa, con un beso. Mi Demetrio... Ha alzado la cabeza como ofreciendo la fresca rosa de sus labios; pero antes de que Demetrio llegue a ella, antes de que sus labios rocen aquellos rojos y tersos que por el tiemblan, aparece Teodoro de Castelo Branco... --Buenas tardes, ingeniero San Telmo... Le esperabamos por la puerta principal; el la costumbre en las casas decentes de Rio de Janeiro... Su voz suena cortante, agresiva casi, mientras Demetrio se separa vivamente de Veronica; mas herida aun que el, por aquel tono y aquella palabras... --Supongo que tambien sera la costumbre en San Paulo; pero como usted parece haber vivido la mitad de su tiempo en plena selva... -- Tio Teodoro!... --No espere verte aqui, Veronica. --!Eh?... --Crei que esta tarde no te permitiria ssalir de tu cuarto la jaqueca. -- Quieres que vuelva a el?... --No es necesario puesto que ya te sientted mejor. Confio en que podras atender a los invitados y ayudar a tu tia como siempre... --Si, tio. --En el comedor esta. --Bien... --Despidete del ingeniero San Telmo. Mas que en las palabras corteses hay una orden en la mirada imperativa, fija en Veronica con una dureza que nunca usara para con ella. Pero el alma altiva de la muchacha se rebela, relampaguean sus ojos negros, se eleva con nobleza su altiva frente, y hay toda una dulcisima promesa en la expresion con que se vuelve al ingeniero San Telmo... --Te ruego que me aguardes, Demetrio. Voolvere dentro de un momento. -- Veronica!... --Apenas haya terminado de ayudar a mi ttia en lo que ella quiera... Con permiso. --Bien..., ya veo que han llegado las coosas a mas lamentable de los extremos. A que hora recibio usted su invitacion para venir a esta casa, ingeniero San Telmo?... No recuerdo haberla firmado. Demetrio ha hecho un verdadero esfuerazo para contenerse, respondiendo con seca cortesia bajo la dura mirada del dueno de la casa... --Podria ressponserle, repitiendole las palabras de su hijo Johnny, al que seguramente desea usted desautorizar en este momento; pero prefiero ventilar este asunto con el, senor Castelo Branco. --No deseo que mi hijo Johnny se mezcle en nada de eso, y le hago la justicia de pensar que no es usted culpable mas que a medias. Vino usted por sugerencia de Veronica... --Pense que la senorita de Castelo Brancco estaba en su casa, que no tomaba atribuciones ni decrechos excesivos al recordarme que hoy era la tarde de recibo de ustedes, y si es a eso a lo que se refiere, la explicacion es clara, don Teodoro. --Y si yo le rogara que saliera usted dee esta casa? --Seria una ofensa que no podria perdonaarle a nadie, mas que a usted. -- Puedo saber por que razon me la perdoonaria?... --Porque LAS APARIENCIEAS ME CONDENDAN. -- Apariencias?... Creo que cuando lleguue hace un momento, su actitud era bastante incorrecta. --Quiero presentarle mis exusas por elloo, y aclarar mi conducta. Ya se que antes deberia haberlo hecho, y le aseguro que esta manana mi primer impulso fue acercarme a usted. Por sugerencia de Veronica, como usted dice, que queria ser ella la que hablase primero, deje las cosas para luego; pero ya vio que no lo ha hecho, o que sus palabras han sido acogidas con desgrado... --No lo ha hecho. Asuntos de familia imppidieron... --Se que ha habido un disgusto y lo lameento... Espero no haber sido yo la causa... --En modo alguno. --!Lo celebro, ya que las circunstanciass me obligan a hablar inmediatamente... Senor Castelo Branco, deseo casarme con su sobrina de usted. Indiquemen la hora en que puede recibirme manana para expresarle a usted mis pretensiones y manifestarle mis sentimientos. --!Que esta diciendo?... --Se que son impropios la hora y el momeento; pero no quiero que este mal entendido se prolongue. Deseo hacer cuanto antes mi esposa a la senorita de Castelo Branco, y tengo la conformidad de ella. --!Para casarse?... --Por parte de ella no hay inconvenientee, y sera un honor darle a usted cuantos informes requiera respecto a mi persona, y cuantas informaciones desee. Ahora, si aun desea usted que abondone su casa... Cortando sus palabras, dona Sara surge en la puerte. Su expresion es de franca y simpatica acogida. -- Oh, ingeniero!... Si estaba usted aquui... Ya lo habiamos echado de menos... --A sus pies, dona Sara... --Que tarde de calor, verdad?... Es el ppeor verano en diez anos, no le parece?... --Cuando usted lo afirma... --Verdad... No tiene usted la suerte de haber nacido en nuestro Rio... Supongo que estara deseando tomar algo fresco. Vaya hacia el comedor; Veronica se ocupa de los invitados... Vaya... --Muchas gracias, dona Sara; espero la uultima palabra del senor Castelo Branco. --Vaya usted al comedor, puesto que la dduena de la casa lo desea, y recuerde que manana le aguardo en mi despacho a las tres. --!Muchas gracias; me honrare en ser punntual!... Con permiso de usteds. Se ha marchado... Dona Sara se vuelve interrogadora a su marido; -- Que pasa?... Que quieren decir esas ccaras y ese tono solemne?... --Soy yo el que podria preguntarte, que pasa para que te muestres tan amable con ese hombre, y para que te haya cambiado el humor de esa manera?... --Veronica me ha pedido perdon por primeera vez en su vida. --!Ah, si?... --Y me ha rogado, casi con lagrimas en llos ojos que intervenga contigo en favor de su ingeniero... El amor le ha cambiado el metabolismo, a lo que parece... --Su ingeniero... Te dijo eso?... --El muchacho viene con la mejor intenciion. Quiere casarse inmediatamente, y es de las primeras familias de San Paulo... --Por lo visto tu estas muy conforme... --No te lo niego. Siempre vi en Veronicaa un verdadero peligro para Johnny. --!Que?... --No es la mujer que una madre quisiera para su hijo unico. Buen provecho le haga al ingeniero San Telmo!... --Por lo visto todos estan de acuerdo. --Y yo conforme contigo por la primera vvez. Al fin se te ha caido la venda de los ojos, estas viendo a Veronica tal cual es. Hoy me dijiste que consentirias en sacarla de esta casa, y yo te digo, mejor que mandarla fuera, levantando la ola de chismes y de comentarios que surgiria irremediablemente, es aprovechar la ocasion de casarla... -- Con San Telmo?...Un hombre que no sabbemos quien es... -- Bah! Tonterias, ella le quiere, y el esta dispuesto a cargar con ella, sabiendo que no tiene dinero. Su desinteres es absoluto, segun me dijo Veronica. Creo que no podriamos encontrar un candidato mejor que este... Don Teodoro ha bajado la cabeza sin responder. A pesar de su desilusion, de su enojo, no ha arrancado aun a Veronica de su afecto y es como si su instinto paternal presintiera el peligro que representa para Veronica, Demetrio de San Telmo. Todo cuanto hay en el de oscuro, de sombrio, de extrano y siniestro, se le presenta terminante y claro... Recueda su amargura, su retraimiento, su feroz actitud, durante el asalto de esgrima, y mueve la cabeza con gesto negativo, como defendiendo el ultimo reducto de su conciencia... --No puedo fiarme del capricho de ella, ni de tu afan por verla fuera de esta casa. Tengo que ver con calma las cosas, tengo que pensar mucho antes de resolver... --Mientras mas lo pienses, mas lio te haaces. Todo esta perfectamente, hasta el proprio Johnny ha dado un cambio maravilloso. Hace dos o tres dias que no se acerca a ella, y en cambio con Virginia no puede estar mas amable ni mas carinoso. Aprovecha este momento... --Ya vere lo que hago. -- Para que lo citaste a las tres mananaa?... --Me pidio hora para pedirme la mano de Veronica... --!Pero como no me dijiste eso?... Debiaas haber empezado por ahi. Lo quieres mas correcto, mas decente y mas caballero?... --La situacion en que le encontre aqui, junto a Veronica, no admitia otra actitud. Un instante mas y se hubieran besado tranquilamente, donde cualquiera podia verlos. Supongo que eso ya no te parecera tan correcto ni tan decente... -- Ay, Teodoro, los tiempos cambian!... La juventud se enamora en este siglo de distinta manera; en vez de cartitas y ramos de violetas, optan por los abrazos y los besos. La culpa debe ser del cine. --De quien sea no lo se; pero prefiero qque no entren en mi casa esas costumbres tan modernas. --!Pues por eso, hombre, por eso... Que se casen y se larguen tranquilamente. Nuestra mision estara cumplida y ya no nos queda sino asegurar la dicha de nuestro Johnny con ese angel de Virginia... --Pero... --Le quiere ella..., le quiere desde hacce mucho tiempo, y esa si que me gusta para el; esa si que es dulce y buena... La criatura mas inocente, la mejor muchacha de la tierra!... ***** Entrando en el lujoso comedor, aun no invadido por la gente. Demetrio se ha acercado a Veronica. -- Oh, Demetrio!... Te aviso tia Sara?.... --Muy oportunamente..., es, ademas, la pprimera vez que se muestra verdaderamente amable conmigo, y nunca en mejor ocasion que cuando don Teodoro me estaba poniendo en la puerta de la calle. -- De veras?... --Sin ningun miramiento. La antipatia fuue espontanea desde el primer momento... --Mi tio es muy bueno..., no puedes imagginarte lo bueno que es y que ha sido conmigo..., hasta hoy al menos. -- Hasta hoy?... --Ha cambiado de repente, y no acierto aa comprender por que, a menos que sea por ti. -- Por mi?... --Deja ver si puedo explicarme bien. Mi tio nunca ha simpatizado con ninguno de mis pretendientes... --Ah... --Siempre deseo casarme con Johnny. --Un deseo muy de agradecer... --Un deseo que yo agradezco con toda el alma, por eso te pedi esta manana un poco de tiempo, queria evitar rozamientos, disgustos, queria impedir tambien que sufrieras por mi ningun desaire, ninguna molestia... --Cualquier cosa que se sufra por ti, essta bien empleada. No soy de los que creen que puede alcanzarse un objectivo sin dificultades y tropiezos; acepto de antemano el precio que tenga que pagar por conseguir lo que deseo. -- Como me satisface oirte hablar asi! PPensamos la mismo en tantas cosas, Demetrio, y me sirve de tanto tu ejemplo. Despues de oirte ya no me importa a mi tambien pagar el precio que sea, soportar repulsas y disgustos, pasar por la pena de ver a tio Teodoro tan distinto conmigo. Es como si de pronto dejado de quererme, de estimarme, de creer en mi... --En el disgusto de esta manana le dio lla razon a Virginia, verdad?... -- Como sabes que mi disgusto fue con Viirginia?... --Bueno... lo supongo. Es la que suele ppagar los platos rotos... --!Virginia!... Que dices?... --Contigo al menos. --!Que equivocado estas! Virginia es de las que hieren silenciosamente. -- Y tu de las que abofetean. --!Eh?... Quien te dijo...? --Me lo imagino; entra en tu tipo, como dices tu algunas veces; y tratandose de una infeliz como Virginia... --Virginia no es una infeliz. --Supongo que pretendera algunas veces ccobrar su silencio... Pero tu eres de las que saben imponerse. --No se a que silencio te refieres. Virgginia no tiene nada que callar por cuenta mia..., nunca fuimos amigas. -- Nunca le hiciste confidencias?... --Empieza porque no tengo confidencias qque hacer. Mi mayor defecto es el exceso de franqueza. El disgusto de esta manana comenzo por eso, porque fui demasiado franca, porque mostre el alma desnuda a quien no era capaz de comprenderme; pero ya te he dicho que lo olvidemos. Lo unico que me duele es la actitud de tio Teodoro, y la de Johnny tambien. --!Ah, Johnny?... --En toda la tarde no se ha acercado a mmi un momento... -- Lo sientes mucho?... Lo lamentes muchho?... --Deberia decirte que no, ya que pones eesa cara de celoso; pero no seria sincera y ni aun por complacerte quiero dejar de serlo. El afecto y la estimacion de Johnny son cosas que estimo enormemente... --!Pues tendras que vivir sin ellas!... -- Que?... Le ha mirado sorprendida de su brusquedad y el sigue hablandole con la sombria pasion de otras veces... --Porque viviras para mi solamente..., pporque voy a ser un avaro de tus sonrisas, de tus miradas; hasta de tus pensamientos; porque he so~nado encerrarte en circulo de hierro y de fuego de donde no puedas escapar, como no se escapa del infierno!... --Si son tus brazos ese circulo... tu innfierno sera mejor que la gloria. Le ha tomado las manos apasionadamente, mientras Demetrio vacila, rota la voluntad al contacto de aquellas manos suaves y calidas. --!Veronica!... --!Por favor, no vayas a besarme en estee momento!... Nos estan observando desde la puerta del salon... Alli estan Johnny y Julio Estrada... --Mis predecesores... -- Por que dices eso?... En el camino dee mi corazon nadie te ha precedido... Te ries?... No me crees?... Detesto a los celosos, te enteras?... Pero no hay amor sin celos; tengo que perdonarte al fin y al cabo y me consuela pensar que tengo toda la vida para convencerte... Nunca quise a nadie antes que a ti..., !eres el primero y seras el ultimo, Demetrio! ***** --El primero..., el primero!... Oiste esso, Ricardo?... Si algo queda vivo en nosotros despues de la muerte, en el porbre cementario de Matto Grosso han debido estremecerse tus huesos... Demetrio otro vez esta en el cuarto del Hotel. Pasaron las horas de la fiesta, veloces y ardientes, y ahora esta solo frente al tumulto de sus recuerdos. Aun le parece llevar grabada en las pupilas la imagen de Veronica; aun en sus manos esta el perfume de ella, aquel perfume fresco, primaveral a que trasciende toda, la mas bella muchacha de Rio de Janeiro. Y ahora el retrato de Ricardo esta frente a el, aquel viejo retrato de los dias de estudiante, en que aun parece mas joven, mas ingenuo; mas so~nador, mas indefenso..., aquel retrato frente al que resulta mas monstruosa la accion que encendio en 'el el terrible anhelo de la venganza; aquel retrato que de repente tambien le enfurece, como si le abrasara una extra~na llamarada de celos. --!Tu la tuviste en tus brazos!... Fue ttuya; si; estoy seguro de eso... Habrias tenido que ser de piedra o de hielo, para resistir, estando franca su ventana; la ventana de esa alcoba por la que entraste tantas veces, !y que podria importarte exponer la vida, pensar que podias estrellarte al caer, si al final estaba ella, si te aguardaban sus labios y sus brazos... !Ahora no me sorprende que enloquecieras!... Ha arrajodo con rabia el retrato sobre la mesa, para buscar otro; el que hace solo unas horas recibiera, el retrato de ella, puesto en sus manos con tierno pudor de enamorada, y tiembla mientras sus ojos la contemplan... El inmovil carton parece cobrar vida, los ojos negros casi relampaguean, la roja boca sonrie a la vez tentadora y exquisita... --!Seria un retrato como este, aquel a qquien hablabas durante noches enteras, Ricardo!... Fue frente a esta imagen que inmolaste la vida, como frente a una divinidad todopoderosa y cruel!... El primero!... El primero..., tu si fuiste el primero; y como te envidio en este momento!... CAPITULO DECIMO El ultimo invitado se ha despedido de los Castelo Branco... Como siempre que el recibo se prolonga hasta las primeras horas de la noche, no se ha servido cena; pero los principales miembros de la familia toman juntos un bocado antes de retirarse a sus habitaciones. La mesa esta cubierta de los mas delicados fiambres, que dona Sara saborea con deleite, encantada de la distraida actitud de su esposo.. -- No tomas nada, Teodoro?... --Le pedi a Genaro otra taza de cafe. Noo es bueno comer mucho de noche con el calor que esta haciendo. --Si siguieras mis teorias, te sentiriass muy bien y pesarias treinte libras menos; pero no es cosa de discutir por eso. -- Tu tampoco comes nada, Virginia? --Sirveme un poco de galantina y otro pooquito de jamon, y la pechuguita de aquel pollo frio..., pero la pechugita solamente... No se que me pasa que no puedo pasar bocado. Si el tio Teodoro me regalera un poquito de su Jerez... --Naturalmente. Genaro, traele una botellla... --No se que le pasa a mi Jerez que desapparece. Alguien se lo bebe... --A Veronica le gusta mucho... Dice que es el unico vino que le gusta realmente. -- Donde esta Veronica?... --Me dijo que no tenia ganas de comer. LLe dolia un poco y slio al jardin a despejarse... Supongo que hay que dejarla con sus extravagancias. SIn contar con que puede estar apenada contigo. --Veronica nunca se apena... Estuvo encaantada toda la tarde en el comedor, con Demetrio de San Telmo; habra comido de todo seguramente. La mirada de don Teodoro se ha alzado en mudo reproche a su sobrina, mirando luego a Johnny con afectuosa inquietud... --Tu eres el que no ha probado bocado, JJohnny. --No tengo deseos, papa. Aun no me encueentro bien. --Un vaso de Jerez te vendra divinamentee. Cedele un poco la botella, Virginia... --Oh, si... naturalmente. No me habia daado ni cuenta que me la habian puesto delante. --No quiero nada. A mi tambien me duele algo la cabeza. Ha sido una tarde de calor y de ajetreo..., son detestables estos recibos a los que viene tanta gente. Con permiso de ustedes... --Vas a salir?... --Julio Estrada me espera en el Casino. Quede de ir enseguida y ya debe estar impaciente. Con tu permiso, mama... -- Hijo... al menos dame un beso! --Si, mamaita... Buenas noches... Hasta manana... La mirada de todos le ha seguido hasta la puerta; Johnny cruza el hall muy despacio y luego se detiene indeciso un momento; como si luchara consigo mismo. AL fin gira sobre sus talones y va decidido hacia la puerta que sale a los jardines laterales... Con ansia creciente va recorriendo los senderos, escrudinando los rincones oscuros, estremeciendose cada vez que cree distinguirla, y al fin, se detiene bruscamente junto a aquel mismo banco de piedra, semi-oculto entre los arbustos, donde Veronica dijera su amor a Demetrio. -- Veronica! -- Johnny!... Si, soy yo, Acercate. Comoo pudiste dar conmigo? --No sali a buscarte. --Debi suponerlo..., pero ya que la casuualidad te ha traido aqui, quieres sentarte un rato y que charlemos?... --Yo... --Si no te molesta mi compania... -- Por que habria de molestarme?... --No se... Pero hace dias que no se muchhas cosas. -- Como?... --Johnny... Por que no te sientas?... -- Para que?... --Para hablar con calma... Es necesario,, indispensable, que tu y yo hablemos como los grandes amigos que fuimos, como los hermanos que aspiro a que sigamos siendo. --Hermanos... --No me rechazaras como hermana, Johnny.... Me darias el disgusto mas grande de mi vida, no comprendiendome. Yo se que es duro, que es dificil; pero se tambien que si hay alguien sobre la tierra capaz de comprenderme, tienes que ser tu, Johnny... El comprensivo, el sincero, el generoso... -- El imbecil! --!Johnny..., por que dices eso?... -- Y tu me lo preguntas?... --Yo, si yo que no te he ofendido ni conn el pensamiento; que he sido contigo leal y sincera como nadie, que por nada de este mundo hubiera querido hacerte sufriR, y que en medio de la alegria de mi amor, no tengo mas pena que la de tu frialdad y tu despego. -- Mi frialdad?... Mi despego?... Creo qque exageras... No creo haber cambiado tanto. --Has cambiado totalmente. Eres otro parra mi desde aquella noche... mas exactamente, desde aquella tarde del asalto de esgrima, en que no quisiste siquiera cruzar conmigo tu florete... Por que, Johnny? Por que?... --Por nada... No ha pasado nada. --Fue por el, verdad?... Por Demetrio?.... Ese dia me di yo cuenta de que le amaba... -- Pero!... --Dejeme hablar..., no me interrumpas. EEs preciso que hablemos francamente... No quiero que pienses que he sido desleal, que no he apreciado en o muchisimo que vale el amor que me ofreciste, que no me hubiera considerado la mujer mas dichosa de la tierra al haber podido corresponder a el... Pero es el destino quien decide estas cosas. Vistas friamente, resultan absurdas, incompresibles; vivimos rodeados de afectos agradeciendolos, correspondiendolos, pensando que nuestra vida esta en ese circulo familiar que nos rodea, y un dia, de pronto, llega un hombre, un hombre cualquiera que... no sabemos quien es ni de donde vino, y sentimos que tiene mas fuerza que todo el pasado, que con una sonrisa, con una mirada nos roba el corazon, se apodera de nuestra voluntad, de nuestra conciencia, que por seguirle lo dejariamos todo... Seria monstruoso, si no fuera la misma ley de la Naturaleza quien nos mandara a hacerlo, y es esa ley inexorable, la misma que hace crecer los arboles, la misma que mueve las moleculas, que hace encresparse el mar y girar los astros... la que me hizo amar a Demetrio de San Telmo. -- Veronica!... --Tu lo comprendes, Johnny... verdad?.... Verdad?... Tu lo comprendes y me perdonas... -- Le amas realmente?... --Si, Johnny. -- Sin ningun dolor, sin ningun remordimmiento?... Sin derrarmar una lagrima por los que pudieron haber cifrado en ti toda la felicidad de este mundo? -- Tu, Johnny?... --No hablo de mi. -- De quien entonces?... No iras a pensaar que ese tonto de Julio Estrada... --No hablo de Julio Estrada... --Entonces, no te entiendo. --No me entiendes. No quieres entendermee...es mejor quizas. -- Quieres explicarte?... -- Para que?... Me has dicho que eres feeliz y con eso debe bastarme. Me has pedido que te perdone por no haber correspondido a mi amor. No tengo nada que perdonarte... No poder amar no es un delito; el delito consiste en fingir que se ama por ambicion, por interes, por deseo de dominio malsano... -- Pero en mi no puedes haber visto nuncca nada de eso... --Para mi no... Has sido leal rechazandoome. Y supongo que aun tengo que agradecertelo. --Johnny... --Si era eso todo lo que querias saber, ya esta logrado. --No quiero que me guardes rencor. --No te lo guardo. Tienes algo mas que ppedirme?... --No, Johnny; nada... Si hubiera encontrrado tu corazon, tu noble corazon, te habria suplicado que intervinieses con tio Teodoro en favor de Demetrio. --En favor de Demetrio, o en favor tuyo?? --Bueno..., de los dos. En este caso loss intereses son comunes. --No lo creo. Al contrario... -- Por que dices eso?... --Porque no creo en la sinceridad de tu amor por el. -- Johnny!... Estas loco?... --No te creo capaz de amar a nadie, y ell mayor favor que le has hecho a un hombre jamas, es el que me hiciste a mi rechazandome!... Ha echado casi a correr tras tan duras palabras, mientras ella trata de detenerlo desconcertada. -- Johnny!... Johnny!... Ha corrido tras el unos pasos deteniendose al verle ganar ya la verja lateral; llevandose las manos a las sienes, donde la angustia parece golpear, y otra vez el nombre amado, aquel a quien todos la impulsan en su desvio, sube como unico consuelo a sus labios... -- Demetrio!... Parece que fuera un crimmen amarte!... Un crimen que nadie me perdona!... Pero no importa; te amo... Te amo! ***** -- Demetrio!... -- Veronica!... Que haces aqui?... --Aguardandote... -- Pasa algo?... Tu tio acaso... --Mi tio esta en su despacho, supongo essperandote... Aunque todavia no son las tres, y Johnny le acompa~na. -- Johnny!... --Se encerraron juntos despues de almorzzar. Me lo dijo Maria, porque yo no fui a la mesa, sabes?... Es en la entrada principal del palacio de los Castelo Branco, y mientras el portero cierra la ancha verja que Demetrio acaba de franquear, Veronica le ha tomado de la mano para llevarle a traves de floridos vericuetos, casi hasta el pie de la escalera de marmol, donde un surtidor desgrana el fresco encaje de sus aguas sobre el cuerpo desnudo de una estatua. --Aqui no nos veran... Podemos hablar. --Otro de tus rincones secretos. --Es absurdo; lo comprendo... Te parecerra muy incorrecto lo que hago; pero es que no se lo que pasa... Todo se ha vuelto para mi tan extrano en esta casa... --Sin que tu adivines la causa, verdad?.... --Solo una puede ser: nuestro amor... --Ah... --Nunca fuiste santo de la devocion de mmi tio, y en cuanto a Johnny, no sabes hasta que punto me siento atormentada!... Es otro, otro! Anoche me hablo en una forma de la que nunca le crei capaz!... --Anoche... --Ya tarde, cuando se fueron todos. Saliio al jardin por casualidad, quise explicale, pense que entenderia lo que es nuestro amor, que podia ganarle para nuestra causa..., pero es inutil. Esta ciego de despecho y de celos... -- Ah si?... Que te dijo?... --De ti nada malo. Al contrario... --Pero, que te dijo?... -- Para que repetir la locura de unas paalabras que solo la colera pudo poner en su boca?... No hay que darle mas importancia de la que tiene. --Tu eres quien se la estas dando. --Yo, si... A pesar mio; pero es que fuee algo tan extrano... --Repitelo... --Recuerdo mas el sentido que la frase...., pero era algo asi, como que esta dispuesto a ayudarte, en contra mia... --Johnny es un perfecto caballero... --Nunca lo he dudado... Pero que tiene eeso que ver?.. --Como pocos noble y leal... --Te entiendo menos que a el, Demetrio. -- De veras no crees que haya nada que eel pueda decir a su padre a favor mio y en contra tuya?... --Bueno..., como no sea alguna alusion ssutil a mi falta de dote... pero en Johnny es inconcebible y ademas imperdonable. --Tu misma le diste siempre mucha importtancia al dinero. --Es cierto, lo confieso. Antes de enamoorarme lo consideraba algo primordial. --Johnny ha tomado tus ideas al pie de lla letra. --Mis ideas se desvanecieron la primera vez que me besaste en los labios. Entonces comprendi que todo era secundario fuera de esta embriaguez divena del amor... -- Veronica!... Veronica, si fuera verdaad... Demetrio ha vuelto a tomar las manos de Veronica, en un repentino ademan ardiente, apasionado; olvidado por un instante de todo lo que no sean sus propios sentimientos, aquel borboton de emocion sincera que sube a su garganta impulsandolo hacia aquella mujer. Sera verdad su amor...? Sera posible que un sentimiento sincero haya podido cambiar aquel corazon duro, frio y orgulloso para Ricardo?... Si ella al menos hablara, si confesara la verdad, si no tratara de enga~narlo... Pero aquella mirada limpia, ingenua casi, aquella constante interrogacion frente a todas sus alusiones, lo que el supone un decidido proposito de callar, de fingir, de disimular con la mas admirable de las farsas, paraliza de repente sus sentimientos, ahoga su voz en la garganta, le hace erguierse de nuevo, frio, calculador, decidido a continuar su proposito siniestro. --Demetrio... --Nada..., dejame y perdoname; hablaremoos despues. Tu tio me aguarda. -- Espera!... --Es ya la hora. --Faltan unos minutos... No se lo que mee pasa, Demetrio; pero tengo miedo. --Seras mia pese a todo lo que se opongaa. Ven!... --No..., no seria correcto que llegasemoos juntos, podria disgustarse tio Teodoro aun mas de lo que esta. Yo dare la vuelta, subire por el otro lado, y creo que me pondre a rezar para que Dios te ayude en tu empresa. --No, Veronica; no reces. -- Por que?... --Tal vez conmigo no seas tan dichosa coomo sue~nas... No se te ha ocurrido pensarlo alguna vez?... --No acostumbro pensar tonterias tan graandes. --Ahora si son los tres, voy a... -- Espera!... Como se el resultado de laa entrevista?... Donde, cuando te vio?... --Supongo que tu tio te la dara enseguidda. -- Y si no lo hace?... --Te enviare un mensajero. -- No puedes venir tu mismo?... Acercartte al fondo del jardin por la reja?... Alli el follaje es muy espeso..., te aguardare, ire hacia alla apenas te vea salir de la casa... Me complaceras, Demetrio? --Sera portarnos como dos chiquillos; peero puesto que lo deseas, lo hare. --Que Dios te lo pague, vida mia!... --No vale la pena... Hasta despues. Se ha ido muy de prisa, huyendo de la emocion que la envuelve, con un miedo repentino de hablarle de amor y de ternura, de olvidar locamente su juramento, y los ojos de Veronica le contemplan cruzando la terraza, duro, firme, altanero, mas fuerte a cada paso cuanto mas se aleja de su lado... ***** --Papa; son casi las tres... Dentro de uunos minutos estara aqui San Telmo... --Ya lo se. He dado la orden de que me aavisen en cuanto llegue para hacerle pasar. --Viene a pedirte la mano de Veronica. --Naturalmente. -- Que vas a responder, que actitud vas a guardar frente a el?... -- Cual puede ser?..., sino la que ordenna mi rectitud y mi caballerosidad; de acuerdo al mismo tiempo con la mas estricta justicia. --La justicia puede tener distintos aspeectos, segun desde donde la miremos. --No lo niego; pero en esencia solo es uuna, que bien distingue cualquier alma honrada lo malo de lo bueno, pese a toda la filosofia y a todos los sofismas. Don Teodoro de Castelo Branco se ha puesto de pie, un poco impaciente frente a las apremiantes preguntas de su hijo. Estan solos en el amplio despacho, pero por la pequena puerta de cristales que comunica con el comedor, se ve cruzar a veces como una sombra inquieta..., alguien espia tras ella, aunque padre e hijo, demasiado embebidos en sus pensamientos, no se hayan dado cuenta; son los ojos interrogadores, los pasos leves, el oido siempre atento de Virginia. --Tomaste informes?... Sabes algo concreeto de Demetrio de San Telmo? --Tuve la suerte de que vinieran a mis mmanos. Supe anoche por causalidad, que uno de los duenos del Banco Brasilero habia estado al frente de la Sucursal de San Paolo durante muchos anos. Esta manana fui a verlo, y me dio un informe amplisimo... -- Ah, si?... --Con toda la experiencia del mundo y dee la vida, me equivoque. Tuviste razon al afirmar que Demetrio de San Telmo es un caballero. Al menos, hasta ahora lo ha sido; quedo huerfano siendo casi un nino, hizo su carrera con grandes esfuerzos, y creo que tiene un hermano or un medio hermano, a quien ayudo mucho tambien. Mi amigo no recordaba el nombre; pero no creo que importe para nada eso. --Desde luego. --No hay ninguna tacha de honor ni de edducacion ni en el, ni en los suyos... --No puedo negar que los informes son buuenos... Pero que hara con Veronica?... Donde la llevara?... No creo que tu hayas podido retirarle de la noche a la manana tu afecto, no puede ser que no te importe, que su suerte te sea indiferente... --Porque no me lo es, he tomado todos essos informes... Anoche estaba dispuesto a decirle que no, rotundamente; hoy he pensado que tal vez no tenga derecho, si ella como parece le quiere. --La falta de Veronica sera imperdonablee para un hombre como Demetrio. Si algun dia llegara a averiguarla, la rechazara brutalmente. Lo considero capaz hasta de matarla, y ella no es de las que confiesan. Anoche hablo conmigo, hablo como si fuera inocente, como si nada temiera, y estoy seguro que sostiene la misma actitud frente a Demetrio. TEO: Lo he pensado y lo he temido yo tambien, y si llegara el caso, cumplire con mi deber. --Que quieres decir?... --Si ese hombre la hace su esposa, sera sabiendolo todo; es nuestro deber para con el y tambien una forma de protegerla a ella; aunque sea doloroso, aunque parezca cruel, aunque me cueste el mas amargo momento de mi vida, le hablare claramente, pero... Abre esa puerta. Alguien toca. Un criado ha aparecido con gesto solemne. --El senor Demetrio de San Temo. --Que pase. Y tu, Johnny, dejame. ***** --Adelante, San Telmo. Hagame el favor dde sentarse. Un cigarrillo?... --No, gracias. --Ha llegado usted muy puntualmente... --Conozco lo elemental de los deberes soociales, aunque, por desgracia, en esta casa las circunstancias me han hecho cometer tonterias, que le dan a usted pleno derecho a dudarlo... --No se preocupe de eso, han sido efectiivamente tonterias..., en fin, dejemoslo. Le librare decirme el objeto de su visita, puesto que los dos lo conocemos perfectamente, y le dire con toda franqueza, que emplee las horas que median entre el momento de concertar esta cita y el de realizarla, en tomar informes de usted. --Traia par usted una lista de las persoonas que pudieran informarle. -- Entra en ella el subgerente del Bancoo del Brasil?... --No, ciertamente. Tuvo ciertas diferenccias politicas con mi padre, y me temo que lo que el pueda decir de mi... --Los informes que me ha dado son exceleentes, me satisface que pertenezcan a alguien que esta fuera de esa lista. Quiere darmela de todas maneras?... --Aqui tiene... --Bien... --Son gentes con quienes he trabajado; nno tengo amigos intimos ni familiares proximos... --Es usted muy competente en su carrera;; eso lo supe siempre. Ya se que cuenta con ella y con su animo de trabajar. Ademas... --Puedo ensenarle los papeles du una minna de oro en Matto Gross. --Ah... --Hagalos examinar por un experto. Aqui los tiene. Ha puesto en sus manos un rollo de documentos que el senor de Castelo Branco examina atentamente antes de opinar. --Entiendo algo de minas... Asi, por enccima veo que su hallazgo es importante... Pero la tiene a medias con otro propietario... --El cincuenta por ciento pertenece al hhombre que en la actualidad la explota. El primer pu~nado de peditas de oro que sacaro de ella, me ha producido varios miles de Contos de Reis... --Ya lo vio..., ya lo veo... Es usted riico, y esto si es par mi una verdadera sorpresa. Debo decirle que de todas maneras mi sobrina llevara al matrimonio dinero propio. -- Como; que?... --Jamas pense en casarla sin dote, no loo habria hecho de ninguna manera; pero se trata ademas de un delicado asunto de familia, que ni aun mi esposa conoce y que ella ignora totalmente. -- Asunto de familia?... --El padre de Veronica era primo hermanoo mio, me hizo favores que valen infinitamente mas que el dinero; el duelo que costo la vida fue salvaguardando mi honor politicamente. -- Que dice usted?... --Deshizo una torpe calumnia forjada conntra mi por uno de esos envidiosos, que son como reptiles, dejando su baba venenosa sobre la huella de todos los que siguen el camino recto... --Ah... --Una verdadera conspiracion de canallass. Mi primo, Roberto de Castelo Branco les salio al paso. La deshizo con su prestigio y su energia; luego, con un pretexto cualquiera, desafio al peor de todos ellos. -- Y fue muerto 'el en el duelo?... --Castigo al miserable, le dejo marcado en la cara para siempre; pero recibio una herida de la que murio poco tiempo despues... --Lamentable... --No puede usted imaginarse hasta que exxtremo. Era el hombre mas noble y mas generoso que he conocido; tal vez por eso sus finanzas estaban tan deplorablemente desordenadas, que hecha la liquidacion general, aun hubo que pagar algunas deudas, que se saldaron, naturalmente... Y Veronica vino a esta casa como hija propia... -- Eh?... --Un tercio de mi fortuna sera para ellaa cuando yo muera, y el dia de su matrimonio la dotare como corresponde... Frunce usted el ce~no?... No parece satisfacerle... --No me satisface en absoluto. Si estuviiera en mi mano rechazar ese dinero... --De ninguna manera. Lo unico que le piddo es que guarde silencio hasta el dia de la boda. Mi esposa y yo tenemos grandes diferencias de criterio, ella destestaba al padre de Veronica, tenido por la oveja negra de la familia, y lo hacia responsable de algunas calaverdas de mi juventud. Durante muchos anos acaricie la idea de casar a Veronica con Johnny, hubiera sido una gran dicha, pero aparte de la inclinacion de ella hacia usted, hay algo duro y cruel, lo mas doloroso de cuanto tengo que decirle; pero lo considero un deber de hombre y de caballero. En el pasado de mi sobrina hubo una locura, algo que por fortuna no ha trascendido en modo alguno al publico, y que solo tres o cuatro personas sabemos: ella quiso locamente a otro hombre..., tal vez yo me considero culpable por haberlo introducido en mi casa como a un familiar, dandole una confianza que no merecia; pero es preciso que usted sepa que ella... -- Ni una palabra mas, senor Castelo Braanco!... No quiero saber eso, no me importa. El pasado de Veronica no me interesa; olvidelo usted como yo lo he olvidado, y permitame hacerla mi esposa inmediatamente. Brusco, rotundo, como si no le fuera posible escuchar por segunda vez de labios de nadie, una acusacion contra Veronica, Demetrio ha cortado la frase que con tanto esfuerzo asomaba a los labios del senor de Castelo Branco. No, no hubiera podido oirlo otra vez... Odio, amargura, colera profunda, y mas hondo, mas quemante, mas imperativo que nunca, su loco deseo de venganza... --Agradezco en lo que vale su sinceridadd y su nobleza, don Teodoro; pero de eso ni una palabra mas. Conmovido, con gran esfuerzo, el senor de Castelo Branco responde. --Gracias, ingeniero San Telmo. COn todaa el alma he deseado ver en usted esa actitud, ese gesto que habla bien alto de su amor por Veronica. La quiere usted con toda su alma, no es eso?... Se ha acercado hasta apoyarle la mano en el hombro con gesto casi paternal. Sus ojos altivos se han dulcificado extranamente... -- La quiere usted mucho?... --Solo una condicion he de poner, y es iindispensable que usted acceda a ella, porque es lo unico que me justifica a mis propios ojos. No recibire un centavo de dote... No admitire absolutamente nada... --Pero no se trata de usted, sino de ellla. No tiene usted derecho a desposeerla de lo que en justicia le corresponde... --Ya ha visto usted que soy rico. Si Verronica es mi esposa, sera dependiende de lo que yo pueda y quiera darle... --Pero, por que?... --Usted mismo puede hallar respuesta a ppoco que piense en la revelacion que no le he permitido hacerme. Quiero que nunca, ni ella, ni usted, ni nadie, pueda pensar que me llevo a esta boda mas interes que el que me inspira la persona de ella, y en esto si no puede haber dudas ni equivocos, esto tiene que ser claro como la luz del dia. --Le comprendo perfectamente... Pero no podre aceptar su condicion si Veronica no la acepta... --La aceptara. --Muy seguro esta usted de su amor. --Tal vez menos de lo que quisiera. Peroo considero indispensable someternos a esa pueba... -- Que no esta usted seguro?... --Perdoneme que no le de a sus palabras una respuesta concreta. He sufrido lo bastante, para desconfiar de todas las mujeres, y en este caso, sus propias palabras de hace un momento, son el mejor y el mas doloroso de los ejemplos. --No quisiera tener que confesarle que ttiene razon; pero en justicia estricta, no puedo negarsela. -- Acepta pues?... --Despues de hablar con Veronica, naturaalmente... Y solo en lo que respecta a la dote: no modificare el testamento con el que mi hijo Johnny esta absolutamente conforme. Mi herencia se hara en tres partes iguales: una para Sara, otra para Johnny; la tercera corresponde a Veronica... Pero esto no lo sabra nadie, aparte de el y usted, hasta el dia de mi muerte. --Que Dios retrase muchos anos, senor Caastelo Branco... --Si Veronica es para entonces la esposaa de usted, como creo, sera cuestion de ustedes aceptar o rechazar mi herencia. --La rechazara. La devolvera a Johnny quue es a quien corresponde realmente. --Deje su respuesta para entonces, mi jooven amigo. Y hablemos de algo mas urgente. Antes dijo que deseaba casarse enseguida... --Si usted no se opone. --No entra en nuestras costumbres. Lo meenos que se considera decoroso en Rio, entre gentes de nuestra clase, son seis meses de noviazgo... --Seis meses son una eternidad... -- Le parece?... Lo discutiremos con la propia Veronica esta noche, de sobre mesa... -- Esta noche? --Le esperamos a usted a comer. Antes noos reuniremos en el salon y dare oficialmente la noticia a mi esposa, a mi hijo y a ella. Serviran a las ocho... Desde las siete le aguardamos a usted. Probablemente estaran tambien algunos amigos de confianza. Correspondiendo a su deseo, le daremos a todo la mayor rapidez compatible con el buen tono. --Yo me atreveria a suplicarle, que abreeviara el plazo a un par de meses... Es lo mas que mis asuntos en Matto Grosso me permitiran estar fuera... --Puede usted ir y volver... Un poco de ausencia no le hace dano a ningun amor sincero; mas bien lo afirma y lo moldea... Ya se que saber esperar es una ciencia que la juventud se niega a aprender. OPero yo insisto en ense~narsela... -- Don Teodoro!... --Esta noche hablaremos... --No me deja mas camino que retirarme.... y volver. --Esta es mi mano, ingeniero San Telmo. Ha duplicado usted mi estimacion durante la media hora que hemos estado juntos... --Gracias... Con permiso de usted. ***** --Papa... --Johnny... Pero estabas ahi?... --Perdoname si me quede rondando tu puerrta; pero estaba ansioso por saber... --He dicho que si. -- Ah!... --Racionalmente no habia nada que oponerr. San Telmo es un caballero, un hombre decente y ella le quiere... -- Le dijiste...? --Era mi deber... Su unica condicion rellacionado con eso, es rechazar rotundamente la dote de Veronica. -- Ya!... --A la noche se arreglaran detalles. Le invite a comer. Me atreveria a rogarte que no faltaras a la mesa, aunque se que preferirias no estar presente. Es un deber penoso, como la mayor parte de los deberes; si no te sientes con fuerzas, puedes dar un pretexto, pero te agradeceria que no lo hicieras... --Esta bien, padre..., comprendo. --Ahora dispensame. Necesito hablar con tu madre y con Veronica. Se ha ido dejandole solo... Johnny ha dado unos pasos desorientado; sin rumbo atraviesa el despacho, empuja la puertecilla de cristales, sale al comedor, donde al sentir sus pasos, Virginia abandona su puesto de observacion en la ventana del jardin, para llegar inquieta hasta el... --Johnny... Johnny... Estas muy palido.... Que te pasa?...Que tienes?... --Nada. --No me digas que nada. Parece que estuvvieras enfermo. Tienes las manos heladas... tiemblas!... -- Oh, dejame!... --Johnny querido..., sufres horriblementte. Dime lo que tienes... Es por ella, verdad?... Por ella... Porque han venido a pedirla. Tio Teodoro accede, verdad?... Accede?... No le dijo nada..., le dejo enga~nado... -- Por quien tomas a mi padre, Virginia??... El dolor mas grande de su vida ha sido hablarle claro al ingeniero San Telmo, y sin embargo yo se que lo ha hecho. --Entoneces... No se casan?... --Si, se casan. Se lo dijeron y no le immporto. Entiendes?... Se ha limitado a rechazar su dote, para que ella no pueda pensar nunca que nada que no fuese amor le ha llevado hasta ella. No le importa el pasado, creo que no quiso ni oirlo siquiera... -- Es un tonto... y un hombre sin digniddad!... --No digas eso. Tiene una dignidad distiinta; mas alta, mas fuerte que la nuestra... La quiere, la quiere y se sabe amado, idolatrado por ella... Ha nacido para triunfar, para disipar los fantasmas... Quien fuera como el!... -- Le envidias!... --Si, si... Quisiera pensar que le odio;; pero no es odio, es envidia; son celos, rabia y verguenza de ver que ha sido mas fuerte, que me la ha arrebatado de las manos, !y que no se todavia como puede vivirse sin ella!... --Johnny... Johnny... --No puedes comprenderme. Ni tu ni ninguuno de los que me rodean... ni mi padre siquiera. Ella si me comprenderia si yo fuera capaz de decirselo a ella... Su alma si sabe de las pasiones sin nombre de las tormentas en que naufraga la razon; ella si tiene sangre en las venas!... -- Johnny!... -- Dejame!... Dejame! Se ha ido sin quere escucharla; pero por el lado opuesto aparece la noble figura de Teodoro. -- Que le pasa a Johnny?... --Se fue para su cuarto. Esta muy tristee... Es horrible lo que Veronica le atormenta!... -- Veronica?... Estaba ella aqui?... --Claro que no estaba, me refiero a su rrecuerdo; a lo que sufre cuando piensa en lo que Veronica le ha hecho... Ella ni siquiera se da por enterada... Ahora mismo se fue corriendo para el fondo del jardin... -- Que?... --La pobrecita dede estar impaciente, y 'el seguro que dara vuelta para encontrarse con ella y hablar a traves de las rejas. La mirada de Teodoro se ha endurecido, su rostro toma una fria expresion de desprecio. De arriba abajo contempla a la mujercita linda y fragil como una mu~neca, y le vuelve la espalda desde~nosamente. Una bocanada de hiel sube a los labios de Virginia. -- Viejo imbecil! Cuando querra el diabllo que te mueras!... ***** Veronica y Demetrio han llegado casi al mismo tiempo al lugar de su cita, alli donde la gran verja de bronce se alza mas de dos metros firmemente empotrada en el muro de piedra, protegiendo el fondo del jardin, que mas parece por aquel lado un bosque florido y espeso. Las manos tremulas de ella han aprisionado las de 'el; los ojos buscan con angustia la respuesta del rostro enigmatico que esta frente a ella; aquellos ojos grises que tanto preguntan y tan poco responden; aquellos labios sensuales que el dolor y la amargura afinan, haciendolos crueles. -- Malas noticias?... Se niega?... No tee dio el consentimeninto?... --La mejor noticia del mundo para mi; acccede... -- Demetrio de mi vida!... --Habia tomado informes por su cuenta. NNo me opuso ningun inconveniente... -- Demetrio mio!... Soy la mujer mas felliz de la tierra!... Pero es posible que llegues a decirme eso, sin que te brillen los ojos, sin que rias y cantes y enloquezcas como enloquezco yo, de felicidad? -- Veronica!... -- Por que no hablas?... Por que no pueddes inventar palabras nuevas?... No importa!... Mi vida, mi alma!... A mi tambien me parecen pobres las palabras que te estoy diciendo..., porque el lenguaje, comparado con lo que siento, es tan pequeno!... Demetrio no acierta a responder, siente una angustia como si le estallara en el pecho... y es un alivio cuando los pasos de Don Teodoro suenan muy cerca... --Espera... Creo que vienen... Me voy. --Aguarda. Sera el jardinero..., no es ppreciso. --Debo irme. --Efectivamente, ingeniero San Telmo... -- Don Teodoro!... --Tio Teodoro... --Tengo el don de llegar inoportunamentee... Pero mas vale que sea yo, despues de todo, y no un sirviente poco cuidadoso en repetir las cosas y en darle un sentido que espero que no tengan... --Perdone nuestra incorreccion, senor Caastelo Branco. Le rogue a Veronica que me viera despues de la entrevista con usted... --Muy caballeroso como inutil. Fui yo quuien le rogue que viniera. Estaba demasiado impaciente... --No te faltaban motivos de inquietud, cconociendome como me conoces; pero supongo que ya te habra tranquilizado el ingeniero San Telmo. --Tio Teodoro, perdoname... Le quiero taanto, tenia tanto miedo!... Has estado tan extra~no conmigo ultimamente..., como si no me perdonaras que le quisiera, como si me odiases por haberle dado mi corazon; por haber tracionado tu sue~no... --Te equivocas. No soy de los que pretennden marcar pautas al sentimiento. Me conformo con sostener inflexiblemente las del honor, no perdonando ni transigiendo con ninguna infraccion a ellas... --No se que tratas de decirme, tio... Peero si le das a esta cita inocente un sentido que no tiene... --Dejemos esta cita inocente. En realidaad me alegro mucho de volverlos a encontrar a los dos a solas. Antes, cuando hable con el ingeniero San Telmo, me negue a que la boda se hiciera con la rapidez que 'el pretendia... --Ah... --Fue un error... El senor San Telmo esttaba en lo cierto. No tienen por que esperar. Esta boda no tiene por que ce~nirse por los canones de otras..., sus circunstancias son extraordinarias... -- Por que?... --Por... mil detalles..., entre otros, lla prisa del ingeniero San Telmo en ir a cuidar de sus intereses. Acaso ha olvidado decirte romanticamente que es codue~no de de la mina mas importante de oro, descubierta en Matto Grosso en los ultimos treinta anos ... -- Demetrio!... Es cierto eso?... --Puesto que lo oyes de mis labios, no ccreo que puedas dudarlo. --No, tio, desde luego; pero es que me pparece un sueno de Las Mil y una Noches... Nunca pense... -- En el oro de Matto Grosso?... Pues sii, existe... En el infierno verde de la selva, un hombre puede hacerse millonario en unas semanas, mientras cientos de ellos pierden la vida... --El ingeniero San Telmo quiere llevartee en su proximo viaje. No puede estar ausente mas de dos meses. El viaje toma casi dos semanas. Las dificultades de aqui podran solventarse en tres... -- Tres semanas?... --Para formalidades y papeles... Estas ddispuesta a casarte dentro de un mes, Veronica?... -- Estoy dispuesta a casarme esta noche!!... --Te casaras dentro de un mes... Hablaree con mi abogado inmediatamente... Hasta la noche, San Telmo... -- Un mes!... Es asombroso!... Y es tio Teodoro quien ha dicho eso?... Un mes..., treinta dias!... --Treinta eternidades van a parecerme.... Un mes para ser mia, mia totalmente... Alla en el infierno verde, en la mara~na de la selva... Le ha atraido a la reja besandola con un beso de fuego, mientras los ojos de Veronica se cierran y una paz infinita, una felicidad sin nombre inunda su alma, pura y apasionada, ingenua y ardiente. Fin del capitulo 10