Turturístico

Bien, la paciencia a veces da frutos. Aquí los que tenéis la increíble capacidad de seguir hojeando la web aunque no haya nunca novedades os envío un besazo y una pequeña narración.

No sé por donde empezar. Bien, la cuestión es que mi Gurú está en Australia. Bien, tal vez ya ha cogido el avión de vuelta, o debe de estar apunto, pero se ha pasado un mes allí con sus discípulos australianos, unos 200 diría.

Así que yo que sí me cojo el mridangam, la kanjira, el zurrón y vamos hacia el Norte, que tengo que entrar y salir del Nepal antes del 18 de marzo. No me veo capaz de entrar demasiado en detalles, haré un esbozo rápido del trayecto.

Primera parada en Bangalore, ciudad muy occidentalitzada, con el compañero de piso de la susodicha ciudad y Ezequiel. Turturístico por la ciudad y autobús hacia Sravanabelagola, toma ya, pa saludar a los jainistas que estaban haciendo un festival que hacen cada doce años y mira, ya que estamos, nos acercamos. Los jainistas son un tipo de escisión del hinduismo que van desnudos por el mundo y no comen de noche por no tragarse a los pobres insectos que no en tienen ninguna culpa. Acto seguido un concatenación de buses me dejó a Mangalore, donde pillé un tren nocturno y diurno hasta Mumbai, donde me esperaba Karuna para ir hacia el Norte.

Aquí me paro un momento para recapitular. El día que cogía el Sagalés hacia Barna, uno antes de salir hacia la India, haciendo un café o té o algo al Petit Celler se me apareció Santa Claudia con dos colegas, una de las cuales piraba a la India un mes más tarde, vía ONG por un tema de HIV, en pocas palabras. E iba en principio por siete meses, eso es, más de seis meses, así que tenía el mismo problema de visados que yo, tenía que salir y volver a entrar del país, así que acordamos ir juntos a Sri Lanka por estas fechas. Pero a Sri Lanka se llega vía celeste, pagando muchos duros, porque los conflictos armados han dejado los barcos amarrados.

Lo que decía, que en Mumbai pillamos un tren hacia Satna, bus a Khajurao, pueblo de los templos famosos por las decoraciones obscenas y escandalosas, ay Dios Mío. Una pasada. Bien, después un bus nos dejó en Mahoba para coger un tren nocturno hasta Allahabad, donde se juntan el Ganjes, el Yamuna y el Saraswati. Y donde se bañan los fieles y los infieles como nosotros. Eso sí, las mujeres no se sacan el Sari para mojarse, sólo faltaría. Después bus hacia Varanasi donde pasamos una semana magnífica con dos amigos de Karuna, que hace siete años que residen en Varanasi, Siete años en el Ganges, y nos adentraron en la Varanasi mas espiritual, visita al astrólogo y puja en el templo donde Shiva administra el Universo incluidas. Coincidió con Drupad Mela, festival de música clásica y Shivaratri, la noche de la boda de Shiva.

Pasadas las vacacioncitas espirituales, llegó el tortuoso turturístico turturoso. Tren nocturno a Gorakpur, bus hasta la frontera con Nepal, bus nocturno hasta Katmandou, noche de hotel, bus nocturno y diurno hasta Kakarvitta, la frontera este, jeep hasta Silguri, a cien metros sobre el nivel del mar y jeep hasta Darjeeling, a 2100 metros del nivel del mar en cuestion de dos horas. Como una sopa nos metimos en el primer hotel que encontramos compartiendo habitación con un americano que habíamos conocido en la frontera y aquí estamos, en un hotel más baratillo y de hecho más cómodo, con vistas al Kangchedzonga (perdón por la ortografía, creo que es así), té por uno tubo y un frío de cojones, que ya me tocaba.

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