Victoria de los Ángeles
(Soprano)
  Nadie lo discute. Victoria de los Angeles, lujo del arte nacional, ha sido embajadora de España en el mundo por los caminos de la música. Pocas pudieron igualarla. En la historia de la lírica correspondiente a su época, formó parte con María Callas, Renata Tebaldi y Elizabeth Schwarzkopf, del cuarteto de sopranos más digno de alabanzas. Voz incomparable, límpida, clara, luminosa y apoyada en un corazón sensible y generoso.

En contra de lo que les sucede a muchas figuras, sus comienzos no fueron difíciles. Victoria de los Angeles López García nació en Barcelona el 1 de noviembre de 1923 en la Universidad donde su padre, que era bedel, tenía alojamiento. Por fortuna para ella, creció en un ambiente propicio porque en aquella casa se hacía música con frecuencia. Asistió a las Escuelas Milá y Fontanals, e interpretó por primera vez una composición de Schubert. Su vocación estaba decidida. A los doce años, sin que sus padres lo supieran, acudió al Conservatorio Superior Municipal de Música de Barcelona para que le probaran la voz. Mercedes Plantada, que era la profesora le dijo que desde luego podía estudiar canto, pero debía esperar a cumplir los quince años y así lo hizo. Durante la Guerra Civil, aparte de asistir a la escuela estudió guitarra. Al terminar la contienda, de nuevo se dirigió al Conservatorio. Ahora la profesora era doña Dolores Frau, quien la animó a que se dedicara a la lírica. La débil oposición paterna fue vencida y en el citado centro estudió solfeo, piano, canto, cultura musical y lengua italiana.

Cuando le concedieron una beca para hacer un cursillo en Salzburgo estalló la II Guerra Mundial. Todos sus proyectos hubieron de paralizarse. Se presentó a un concurso en Radio Barcelona y al ganarlo pudo cantar LA BOHÈME en el Teatro Victoria. Este nombre, que también era el suyo, la dio suerte porque gustó muchísimo. Siguió cantando en la radio, donde le daban 75 pesetas por sesión y el 19 de marzo de 1944 se presentó en el Palacio de la Música Catalana alcanzando un gran éxito, y en el mes de enero del año siguiente, en el Liceo con LAS BODAS DE FÍGARO. Continuó estudiando y dio muchos recitales por toda España, incluso en el Teatro San Carlos de Lisboa. Ya en el mes de septiembre participó en el Concurso Internacional de Canto de Ginebra y obtuvo el primer premio entre ciento veinte concursantes. La cantidad que le dieron la empleó en comprar todas las partituras que pudo. A partir de entonces es cuando comienza su carrera internacional, tan envidiable.

En 1948 se presentó en el Wigmore Hall del Londres protagonizando LA VIDA BREVE, de Falla, que, puede decirse, marcó el comienzo de una importante carrera internacional. Buena prueba de ello es que sólo un año más tarde se produjo su debut en la Opera de París, cantando FAUSTO.

Después de una gira de recitales por los Países Escandinavos, conquistó en pocos años con su arte los mejores teatros del mundo, entre fervorosas manifestaciones de entusiasmo. El Covent Garden de Londres con LA BOHÈME; La Scala de Milán con ARIADNA NAXOS; el Metropólitan de Nueva York con FAUSTO, MADAMA BUTTERFLY, LA BOHÈME y LOS MAESTROS CANTORES DE NUREMBERG; el Colón de Buenos Aires con MANON; a los que siguieron la Staatsoper de Viena y otras muchas salas de Australia y Nueva Zelanda. Hizo ocho temporadas en el Liceo barcelonés con MANON, FAUSTO, LA BOHÈME, THANNHÄUSER, EL BARBERO DE SEVILLA y MADAMA BUTTERFLY. Al finalizar una representación de ésta le fue entregada la Medalla de Oro de la provincia, la cual sumó a la de Oro de la ciudad, que le había sido concedida en 1958. Y no son estos los únicos galardones, porque tiene los más codiciados que puede ambicionar una cantante: la Medalla de Oro del Liceo; el Oscar de los Estados Unidos por su grabación de MADAMA BUTTERFLY y el Gran Premio del Disco en Francia por la grabación de LA TRAVIATA; igual recompensa recibió en Inglaterra por el disco titulado "La fabulosa Victoria de los Angeles", y el trofeo Eddison de Holanda para la mejor soprano en grabaciones. El Gobierno español también le concedió el Lazo de Dama de Isabel la Católica y la Orden de Alfonso X el Sabio.

Un hecho importante supuso en 1961 la culminación de su carrera: se la eligió para cantar la parte de Elisabeth de TANNHÄUSER en los Festivales Wagnerianos de Bayreuth. Hasta entonces, ninguna otra española había actuado en ellos. Poco después comenzó a abandonar la ópera. Lo hizo en Madrid en 1979 con PELLEAS Y MELISANDRE. Se dedicó a dar recitales por el mundo. Se calcula que pasan de seiscientos. Adorada por los públicos, a Victoria de los Angeles nunca la envaneció la fama. Fue una mujer sencilla, cordial y afectuosa, amante de la vida sosegada y tranquila. Se la podría calificar muy bien como la “anti-diva”. Según ella misma dijo: "La gloria es una inutilidad. Te la ponen encima como una corona, pero no sirve para nada".

Su mayor ilusión fue siempre cantar, cantar y cantar con el más bello fraseo y la musicalidad más exquisita, poniendo en cada nota la emoción y el sentimiento que la música le dictaba para, según sus palabras, "abrir el alma de los oyentes a las delicias de una pura elevación". Y siempre lo logró.

La discografía de Victoria de los Angeles abarca los más diversos géneros. Incluye quince óperas completas, recitales de “lied”, canción francesa y española, tonadilla, etc. Dentro del nivel de perfección alcanzado a lo largo de toda su carrera, puede señalarse como una gran aportación a la música española la grabación de LA VIDA BREVE con La Voz de su Amo en 1966.

Alejada de la vida pública, celosa como pocas de su vida privada, la gran Victoria de los Angeles tejió durante su vida una historia consagrada a la música, trayectoria que no siempre estuvo acompañada de momentos dulces. Separada de su marido, con el que tuvo dos hijos, Victoria luchó por sacar adelante a su familia manteniéndose en activo hasta mediados de la década de los 90, cuando la mala fortuna volvió a cruzarse en su camino para arrebatarle a uno de sus hijos. Desde entonces Victoria calló para siempre. Una dolencia bronquial mantuvo a la cantante ingresada durante semanas, falleciendo en la madrugada del 15 de enero de 2005 en Barcelona, la ciudad que la vio nacer.

El fallecimiento de Victoria de los Angeles representó una gran tristeza para la lírica de todo el mundo y especialmente para nosotros, los españoles, que la recordaremos con gran cariño y admiración.

Fragmentos de zarzuela:

“El mundo de la canción”: El niño judío, Las hijas del zebedeo. Ed.: EMI-La Voz de su Amo (1966)

“Zarzuela arias”: La Tempranica, La patria chica, La chavala, La Gran Vía, Los de Aragón, La alegría del batallón, Los claveles, La corte de Faraón, Gigantes y cabezudos, El barberillo de Lavapiés. Ed.: EMI-La Voz de su Amo (1969)
(Menú)
(Subir)