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Por C. R. Colindres
Email: cr_colindres@amnetsal.com
Hace unas semanas, con toda pompa se
presentó ante la prensa nacional al grupo de notables que ayudaría al
recién presidente electo a escoger a las personas que formarían el nuevo Gabinete de
Gobierno 2004- 2009.
Este grupo, encabezado por David Escobar Galindo y Salvador Samayoa, los ideólogos de derecha e izquierda (es decir, ex izquierda del FMLN), respectivamente, que han sido baluartes filosóficos de los dos últimos gobiernos Areneros, anunciaba que se buscarían las mejores personas para cada cargo, independientemente de su inclinación política.
Cuando los nombres de los elegidos, comenzaron a filtrarse a la prensa poco a poco, era evidente que no habría sorpresas y que este nuevo Gabinete estaría conformado exclusivamente por Areneros pura cepa. En efecto, el nuevo equipo de Gobierno estará integrado por funcionarios del actual Gabinete quienes simplemente rotan de puestos, por otros que evidentemente reciben así su premio de consolación (como los dos derrotados ex -candidatos a alcaldes de San Salvador y el ex candidato a alcalde Tecleño), una serie de desconocidos, aparentemente sin experiencia, e incluso hay uno que otro funcionario de aquellos que aparecieron en la infame lista de los abogados señalados por comprar sus títulos universitarios. El plantel All Star, es liderado por un puñado de viejas estrellas de anteriores administraciones, quienes sin duda serán los que conducirán las políticas socio- económicas del país los próximos 5 años. Por ninguna parte aparece algo parecido a un Ministerio de Planificación que le dé rumbo a los destinos de Estado.
Los retos para la supervivencia del país son grandes, enormes, con cada quinquenio que viene, pasa y se desperdicia. Tras los Acuerdos de 1992, muchos esperaban, tal vez ingenuamente, la fundación de una nueva nación, más justa, más igualitaria, con más oportunidades para todos. Sin embargo, las esperanzas rápidamente se fueron haciendo humo al darse cuenta la población que una vez más, sólo un reducido grupo de empresarios y banqueros con control del Estado, serían los privilegiados.
Aún a mediados del Gobierno de Calderón Sol todo parecía ir más o menos bien, hasta que repentinamente los precios internacionales del Café comenzaron a desplomarse. El hecho de que las cifras macro- económicas se mantuvieran en excelente forma en papel, no sirvieron de mucho consuelo a la población cuando el costo de la vida comenzó a dispararse hacia arriba, especialmente luego de la impuesta dolarización, mientras que los salarios se mantenían congelados.
Hoy en día, El Salvador enfrenta una agobiante y creciente deuda externa que a finales del 2003 alcanzó más de los $8,500 millones de dólares (es decir, cerca del 55% del PIB). El Gobierno que hoy termina optó por el endeudamiento exagerado antes de enfrentar los problemas de otra manera. La corrupción, a diferencia de otros países en la región como Guatemala y Nicaragua, apenas ha sido tocada muy levemente en casos como los de ANDA, ISSS, INSEPRO FINSEPRO, FEDEFUT, y el BANCO DE FOMENTO AGROPECUARIO, y casi siempre los supuestos responsables han quedado sin castigo, debido a que los entes contralores, la PNC, y la Fiscalía, son meros remedos de instituciones serias. El 49% de la población salvadoreña vive entre la pobreza media y la extrema pobreza (según datos recientes de la CEPAL), lo que hace que diariamente un aproximado de 200- 300 connacionales decidan dejar sus mesones, ranchos y últimamente hasta sus consultorios y despachos, lanzándose desesperadamente a buscar el sueño americano, o el sueño sueco, o cualesquiera otro espejismo de escape de nuestras fronteras, aún a costa de su propia vida. El ultrajado medio- ambiente salvadoreño ya no da para más y está a punto de colapsar como atestiguan las perennes crisis del agua, la indetenible destrucción de la cordillera del bálsamo, el agotamiento de lagos, etc, etc.
Si el nuevo Presidente y su Gabinete persisten en continuar el mismo camino que sus antecesores y velar por sus propios intereses particulares, partidistas y económicos, es claro que pronto entrarán en crisis.
La solución a los graves problemas del país es muy compleja, pero para la mayoría de la población hay algunas cosas que están claras deben hacerse cuanto antes:
De no prestársele atención a los graves problemas socio-económicos que vive el país, a este nuevo gobierno Arenero le puede ocurrir lo mismo que le ocurrió al Gobierno del General Romero en 1979 .... una revolución popular!
San Salvador, 31 de mayo de 2004.