MENSAJES DADOS POR LA VIRGEN MARÍA
DEL ROSARIO DE SAN NICOLÁS
1-7-85          603
En la mañana veo a Jesús y me dice: Todas las esperanzas deben estar puestas en 
Dios, ya que las maravillas del Reino aguardan a los que en la justicia de Dios 
crean.
Luego veo a la Santísimo Virgen: Escuchad a mi Amadísimo Hijo, que os sirva 
para despertaros, hay almas aún dormidas, es mi deber recordaros.
Gloria a Dios.
Después que me habla, la sigo viendo y tengo una visión.
Veo un cáliz sobre un altar, está lleno de vino.
Por un momento lo veo tan lleno que rebalsa, más que vino parece sangre.
Me dice la Virgen: "Es la Preciosísima Sangre de Jesús ofreciéndose".




2-7-85          604
Hija: Sabes de mi fragilidad, de mi docilidad y de mis fuerzas.
Necesito ser fuerte y soy fuerte, ya que está de por medio la obra del Señor y 
nada puede recaer sobre ella, por eso estoy aquí con ese fin.
Hija mía, ¡es tan portentosa la obra del Señor!, en ella va la salvación de las 
almas, las tan queridas almas del Señor.
Las glorias por siempre sean a El.



3-7-85          605
Digo a mis hijos: Desprendeos de vuestros propios sufrimientos, porque ahí 
entrará Cristo, ahí actuará Cristo.
Donde quiera que os encontréis hijos míos, por más grande que sea vuestro dolor 
buscad al Señor y confiad en El.
Que nadie dude del Señor.
Amén. Amén.



4-7-85          606
Hija mía: Causa horror y mucha pena ver tanta maldad, conocer tan malos 
pensamientos en muchos de mis hijos.
Esa conducta no es para nada agradable a Dios y no es recomendable tal 
proceder.
Con esta actitud, se destruyen los corazones y se ofende al Señor.
El, que se muestra, El, que ofrece una vida nueva.
Pido reflexión y meditación interior.
Gloria a Dios.
Leed: Efesios C. 5, V. 1-2
        1       Traten de imitar a Dios, como hijos suyos muy queridos.
        2       Practiquen el amor, a ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como 
ofrenda y sacrificio agradable a Dios.



5-7-85          607
Hija: En todas las ciudades, en todos los rincones, deben estar las palabras del 
Señor dichas a ti.
Nada debe esconderse, digo predicad, entonces predicadlo.
El Señor es la Ley, en el Cielo y en la tierra. Amén. Amén.



6-7-85          608
Debéis saber esperar en el Señor.
El prueba a sus hijos, mas no los deja desamparados.
La dulzura de Su Amor, es derramada sobre vosotros.
Hijos míos, que la amargura no sea vuestra compañía, que el dolor no se refleje 
en lágrimas, celebrad el acercamiento que hacia El, os permite el Señor. Alabado 
sea.
9-7-85          609
No todo está corrompido en el mundo, pero sí una gran parte.
Esa gran parte, es la que debe renovarse totalmente, íntegramente, ya que 
desprecian a Dios, son enemigos de Dios.
A ellos el demonio los está utilizando hábilmente y muy fríamente.
No cuenta el enemigo con el calor conque el Señor trata a sus hijos, con el Amor 
ardiente de Su Corazón, ni tampoco con la grandeza de Dios, para dar la Vida 
Eterna. Alabado sea el Señor.
Leed: II Corintios C. 7, V. 1 y Colosenses C. 3, V. 2
        1       Ya que poseemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de todo lo que 
mancha el cuerpo o el espíritu, llevando a término la obra de nuestra santificación en el 
temor de Dios.
Colosenses C. 3, V. 2
        2       Tengan el pensamiento puesto en las cosas Celestiales y no en las de la tierra.
10-7-85         (Intención de la Novena del 17 al 25)   610
Qué pobres que están las débiles, hija mía, y al no confesarlo, su debilidad se 
agudiza, no piden el socorro necesario para apoyarse, que es Dios 
Todopoderoso.
Esta Novena será por los débiles en la fe, para que el Señor los fortalezca y les 
haga llegar Su Paz.
Queridos míos, pedid fuerza espiritual y os será dada, aparecerá como una luz en 
la oscuridad, porque el Señor es la Luz de los esperanzados.
Orad:
Fortaléceme Señor
con tu inagotable Amor,
mira mi pobre alma
y de mí ten piedad.
Llena de fe mi corazón,
mi espíritu, todo mi ser,
recíbeme y condúceme.
Bendito seas.
Amén.




11-7-85         611

Justo es el Señor hija mía y nadie se puede espantar de sus pruebas, ya que 
siempre van acompañadas por su Misericordia.




El Señor continúa obrando, hay abundancia en el Señor. Alabado sea.


14-7-85         612

Hoy en la noche veo a Jesús y me dice: Hay verdaderamente gente rebelde, por 
eso te habla mi querida Madre, para arrancarles la dureza del corazón, sólo así 
no sufrirán.
Que todo lo que te diga mi Madre sea dicho, de todo tiene conocimiento Dios.
Luego veo a la Santísima Virgen sola y me dice: Hija, Yo conozco todo y a todos, 
Yo los sacudiré y los convertiré.
¡Qué gozo tan grande siento, cuando veo un hijo convertido!, porque ese es un 
hijo arrepentido y jamás volverá a vivir en tinieblas, es que ya está con el Señor. 
Amén. Amén.


15-7-85         613

En días de angustias, de dolores, de flaqueza espiritual, suplicad al Divino 
Corazón de mi Hijo y El morará en los vuestros.
Os calmará y hallaréis recompensa en El.
Tened sed de Dios, hijos míos, y Dios os saciará. Gloria al Altísimo.


16-7-85         614

Hija: Las ofrendas al Señor, son motivo de alegría para Mí.
Tienen mucho de entrega, de sacrificio y de amor.
Un ofrecimiento al Señor, es abrirle el corazón, es darse a El y si es espontáneo, más valor 
adquiere. Alabado sea el Señor.




17-7-85         615
Hijos míos: Poneos en oración y nada veréis confuso, ya que luego veréis los 
frutos.
Vuestra Madre os dice, el Amor lleva al Amor.
Hijos, llegad a El, a Cristo Jesús. Gloria al Señor.
Leed: San Juan C. 6, V. 35 y 63
        35      Jesús les respondió: "Yo Soy el Pan de Vida. El que viene a Mi jamás tendrá hambre; el 
que cree en Mí jamás tendrá sed".
        63      El Espíritu es el que da Vida, la carne de nada sirve. Las Palabras que les dije son 

Espíritu y Vida.



18-7-85         616
Hija: Pobres, los que alimentando el cuerpo olvidan el espíritu, pobres, los 
amigos del enemigo.
Bueno es amar a Dios, bueno es saber aprovechar la sabiduría de Dios.
Amén. Amén.
Leed: Lucas C. 6, V. 24-25
        24      Pero ¡ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo!
        25      ¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre! ¡Ay de 
ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas!



19-7-85         617
Hija mía: Bendito el Señor, que de sus hijos se apiada.
No olvidéis que El, no promete una parte, sino que os promete todo, os promete 
la Eternidad.
La Palabra del Señor, sea conocida por sus hijos. Amén. Amén.



20-7-85         618
El Señor ha inclinado Su Misericordia hacia vosotros hijos míos, no os apartéis, 
que el Señor no lo dispone así.
Con Su presencia aparece la esperanza.
Alabad al Señor.



21-7-85         619
Hoy tengo una visión: Veo que arde algo, no se que es, pero veo mucho fuego y 
luego viene mucha agua que apaga el fuego.
La Virgen me dice:
"El agua que ves, es la fuerza del Señor que barre con el maligno, éste quiere 
destruir lo que tanto cuesta lograr: La fe en el Señor y el amor al Señor.
Gloria por siempre sea a El".


22-7-85         620
El Señor de nada despoja, el Señor da.
Escuchad, os quiero cerca del Señor quiero que seáis muchos los que lo recibáis.
Con Cristo Jesús no os hundiréis, os elevaréis. Amén. Amén.


23-7-85         621
Soy vuestros ojos, dejad que os muestre por dónde debéis andar.
Soy vuestros oídos y os ayudaré a escuchar a Dios.
Sed vosotros mi boca, predicando mis mensajes.
Gloria a Dios.
Leed: San Juan C. 17, V. 20 y 24
        20      No ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán 
en Mí.
        24      Padre, quiero que los que Tú me diste estén Conmigo donde Yo esté, para que 
contemplen la Gloria que me has dado, porque ya Me amabas antes de la creación del 
mundo.


24-7-85         622
Hija mía: El Señor salvará a tus hermanos, cuando ellos se olviden de ellos 
mismos.
Cuando se ofrezcan y pertenezcan al Señor y cuando estén firmemente 
convencidos, Quién es en realidad el Salvador.
Amén. Amén.


25-7-85         623
Hija mía: Posaré hoy mis manos en mis hijos y la Gracia de Dios los tocará.
Mi Corazón los recibirá y hacia mi amado Hijo los llevará.
Alabado sea el Señor.




26-7-85         624
El Espíritu del Señor es poderoso hijos míos, que vuestra fidelidad sea como el 
Señor lo espera.
Escuchad con atención, me dirijo a vosotros para estar con vosotros.
Amén. Amén.


27-7-85         625
Hijos míos: No os sintáis huérfanos, tenéis a vuestra Madre que os ama, que está 
dispuesta a defenderos.
No olvidéis pueblo mío, no os rebeléis, esto también os lo pide el Señor.
Cristo Jesús es fiel a sus fieles.
Gloria al Santísimo.
Leed: Jeremías C. 7, V. 23 y C. 13, V. 17
        23      Esta fue la orden que les di: Escuchen Mi Voz, así Yo seré su Dios y ustedes serán mi 
Pueblo; sigan por el camino que Yo les ordeno, a fin de que les vaya bien.
Cap. 13, Vers. 17
        17      Si ustedes no escuchan esto, mi alma llorará en secreto, por el orgullo de ustedes; 
lloraré a lágrima viva, mis ojos se disolverán en lágrimas, porque el Rebaño del Señor 
irá al cautiverio.


28-7-85         626
Digo a tus hermanos: Estáis rezando el Santo Rosario, tal como lo pido, es 
necesario hijos míos, por eso mi insistencia.
Si todos lo hicierais, encontraríais en el Santo Rosario, el nexo que une a los 
hijos con la Madre del Cielo.
Junto con vuestra Madre, está Cristo Jesús, disponeos desde ya, a seguir orando 
y alabando al Señor.
Amén. Amén.


29-7-85         627
Hijos: No os sintáis desdichados, soportad con entereza los momentos difíciles.
Yo os ayudaré, no dejaré acumular dolores, no cargaréis demasiado con ellos. 
No hay años, ni siquiera días de sufrimientos, para los hijos del Señor.
Gloria a Dios.




30-7-85         628
El Señor os librará de todos vuestros pesares y cuidará de vuestras almas.
Hijos míos, esto sucederá si estáis en paz con El.
Vuestra Madre os lo dice.
Alabado sea el Señor.


31-7-85         629
Hijos: No dejéis de encomendaros a Cristo, que El prodiga Amor con gran Amor.
Sed conscientes de lo mucho que os ama el Señor.
Amén. Amén.
Leed: Hebreos C. 12, V. 5
        5       Ustedes se han olvidado de la exhortación que Dios les dirige como a hijos Suyo: "Hijo 
mío, no desprecies la corrección del Señor, y cuando te reprenda, no te desalientes".


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