MENSAJES DADOS POR LA VIRGEN MARÍA
DEL ROSARIO DE SAN NICOLÁS
2-12-88          1566

¡Cuántas veces hija mía, llamo a todos tus hermanos a la reflexión!
¡Cuántas veces les vuelvo a decir: Buscad a Cristo!
Es hoy el momento oportuno para hacerlo. Hijos míos: Id hacia Cristo; El, es 
Camino de Luz, Camino de Amor.
El Espíritu Santo, aclarará las sombras y os llevará a un acercamiento con el 
Señor.
Alabado sea El.
Hazlo conocer.



3-12-88           1567

Nunca nadie dude del Amor de Dios, por sus hijos.
Deben los hombres responder a ese Amor, dándole amor generosamente.
Hijos míos: Estáis viviendo en abundancia de Amor; recibidlo con alegría en 
vuestros corazones.
Gloria a Dios.
Predícalo.





6-12-88          1568
Sentí necesidad de rezar el Gloria meditándolo.
Gloria al Padre: Te Glorifico Padre, por todo lo creado.
Gloria al Hijo: Las Glorias a Ti, Jesucristo, por Tu Dolorosa Pasión, por Tu 
Abandono al Padre y por Tu Resurrección.
Gloria al Espíritu Santo: Gloria a Ti, por la Luz que das al mundo, por el Amor 
que derramas en el mundo.
Bendito seas Dios, Único y Trino, por Tu Misericordia.
6-12-88     (Día de San Nicolás)       1569
Mi Corazón de Madre, clama por el amor de sus hijos, hacia la Santísima 
Trinidad.
Dios Padre: Poder y Amor.
El Hijo: Amor con sed de amor.
Espíritu Santo: Luz y Amor.
En la Santísima Trinidad, se muestra perfectamente el Amor de Dios, por las 
almas.
¡La Santísima Trinidad, cuántas veces rechazada y negada!
Caminad bajo Su Esplendor, que refleja tanto Amor.
Gloria al Señor.
Predícalo.
Hija, los Santos, son la Espada del Amor de Cristo; luchan con Amor y por 
Amor.
7-12-88          1570
Hija Mía predilecta: El Señor, quiere a sus hijos, en una profundísima vida 
espiritual.
El cristiano debe aprender altamente a valorar, lo que Dios, ofrece a esta 
extraviada humanidad.
No sea malograda por los hombres, tan maravillosa manifestación de Amor, sino 
valorada.
Sean humildes los corazones, conforme a la Voluntad del Señor.
Sean los corazones, los que hallen en la vida espiritual, un verdadero encuentro 
con El.
Alabado sea Dios. 
Predícalo.




8-12-88   (Inmaculada Concepción)       1571

(La veo sola). Me dice: En estos tiempos de grandes confusiones y tan poca Luz 
en las almas, Mi Purísima Luz, será la que os guíe en medio de tanta oscuridad.
Muchos son los que no admiten que la Madre, es la Mediadora ante el Hijo; 
muchos se resisten ir al Hijo, por medio de la Madre.
Digo a todos tus hermanos: Yo os ayudaré a vencer toda incertidumbre; esta 
Madre, hará posible vuestro encuentro con el Hijo. Para esto es necesario 
hacerse pequeño y abandonarse a Mi Corazón.
Os lo aseguro, no lo dudéis
Gloria al Altísimo.
Predícalo hija.


10-12-88      (Intención de la Novena del 17 al 25)         1572
En esta Novena: Preparaos para recibir a Mi Niño, haciendo de vuestros 
corazones, pesebres, donde Mi Hijo, sea acunado con amor.
En la humildad, se prepara el corazón; en la humildad, se aprende a ser hijo de 
Dios.
A semejanza de vuestra Madre, adorad a Jesús, amad a Jesús.
Que las ofensas, la indiferencia hacia Cristo, sean aplacadas con la oración.
No están los hombres abandonados de Dios, sino Dios, abandonado de los 
hombres.
Amén, amén.
Sea esto, profundamente meditado.


11-12-88         1573
En estos días, es continuo y angustioso el pedido de oración que esta Madre, 
hace a sus hijos.
Volcaos todos a Mí y seréis acogidos por Cristo.
Id sostenidos por Mí, hacia la única Salvación posible: Su Corazón.
Alabado sea por siempre el Señor.
Predícalo hija mía.
Leed: I de Pedro C.1, V. 21
21              Por El, ustedes creen en Dios, que lo ha resucitado y lo ha glorificado, de  manera que 
la fe y la esperanza de ustedes estén puestas en Dios.




12-12-88          1574

Gladys, Soy la Madre, que con Amor Misericordioso, mira a sus pobres hijos. 
Digo a todos tus hermanos: Ha llegado la hora de dirigir los pasos hacia Dios, 
de crecer en amor a Dios.
Cerca de Mí, podéis adquirir lo que lejos no podríais; fuerzas, fe, perseverancia.
Los hijos recibirán de la Madre; sólo responded a la Madre.
Amén, amén.
Hazlo conocer.



13-12-88          1575

Hija, hay inseguridad en las almas. Esta Madre les dice:
No os desalentéis, sino por el contrario, mantened viva la esperanza; el Espíritu 
Santo, os lo envía.
Guardad Mis palabras muy en lo profundo de vuestros corazones.
Nada mejor que sentirse edificados por el Señor.
Bendito sea El.
Sea esto conocido.



15-12-88          1576

Hija mía, hay almas con sequedad de oración, hay almas con sequedad de amor.
Hay en el mundo, muchas almas gravemente enfermas, porque les falta humildad 
y no reconocen que viven lejos de Dios.
El Señor, espera a sus hijos, espera la oración y el amor de sus hijos.
Nadie se sienta agobiado, ni tampoco lejos de Dios. Suplicad al Señor, hijos 
míos:
No pretendo otra cosa
que volver a comenzar,
ten piedad de mí, Señor
y líbrame del mal.
Amén.

Hazlo conocer.




17-12-88         1577

Gladys, ora por todo el mundo: Por los que odian, por los que caminan a ciegas; 
ora por la Iglesia, por los que no aman la Cruz, porque no amándola destruyen 
su propio espíritu; ora por los que no se arrepienten de sus pecados, ya que 
cuando libre de pecado el alma se arrepiente, vuelve el alma a encontrarse con 
Dios.
Pobres las almas que no quieren ver la Misericordia del Padre.
Amén, amén.
Predícalo hija mía.



18-12-88          1578
Me dirijo a todos tus hermanos: ¡Tantas cosas hace el Señor, por vosotros!
Lo que veis, muchos no lo queréis ver; lo que estáis oyendo, no lo queréis oír.
No le impidáis al Señor, la entrada, reconoced que os está hablando. 
A todos llamo, a la espera estoy; no quiero despojos, quiero sí, oración y 
meditación.
Gloria a Dios.
Predícalo.


19-12-88          1579
Hija mía: A ciegas camina el mundo, torpemente y sin rumbo.
Grande es el sufrimiento que padece Mi Corazón; es por eso que esta Madre, 
quiere dar el impulso necesario para que sus hijos sientan Su Presencia.
Bendito y Alabado sea el Señor.
Predícalo.


22-12-88          1580
Tengo una locución
 interior: Buscad con ansia al Señor y abandonad en El, 
vuestra alma.





22-12-88         1581

Más tarde veo a la Santísima Virgen, y me dice: Hija mía, deben ser estos días de 
gran claridad para las almas.
¿Qué son las almas sin la Luz del Señor? Sólo noches de sombras, horas de 
espanto, de desierto y aridez.
Sólo la Misericordia de Dios, puede estar íntimamente ligada a las almas, sólo 
Dios, puede en Su Grandeza cultivar a sus amadas almas.
Soy un obstáculo para el maligno, porque es Mi Gran Tarea, Mi Gran Obra, 
llevar a mis hijos, hacia el Rayo de Luz: Cristo, que está presente para esta 
agobiada humanidad.
Amén, amén.
Haz conocer Mi mensaje.



23-12-88         1582

Hija, esto digo a todos mis hijos: No quiero perpetuas lamentaciones, quiero si, 
un Pueblo que hable con el corazón cargado de amor a Cristo Jesús; un Pueblo 
que advierta que descansando en el Señor, el corazón se vuelve humilde.
Ciertamente el Señor, pide a sus hijos, que permanezcan constantes en la fe.
Bendito sea el Señor.
Predícalo.

Leed: Efesios C. 6, V. 16 - 17

16              Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las 
flechas encendidas del maligno.
17              Tomen el casco de la Salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.
 


24-12-88          1583

Hija mía: Ya estáis en espera de la llegada de Mi Niño  y así como estoy Yo, junto 
a vosotros, así los quiero juntos Conmigo en esta Noche de Júbilo, Noche de 
Amor y de Paz.
Fueron las nuestras, horas de la más Dulce Espera, en ese crudo invierno.
El frío nos traspasaba a José y a Mí, estábamos despojados de toda comodidad; 
pequeño era nuestro equipaje, muy escaso nuestro abrigo.
En ese pobre ambiente Nació Jesús, pero en una deliciosa Paz.
En los primeros momentos, envuelto en unos pañales y un Sayal, fue colocado 
por Mi, en el Pesebre, luego lo acuné entre Mis brazos.
A El, le bastaba tan sólo Mi calor Maternal.
Fue allí Adorado por primera vez por José y por Su Madre.
Nació pobre pero rico en Amor, porque grande es el Amor que encierra Su 
Corazón.
Hija, crudo es el invierno para muchas almas, para aquellas que se han rebelado 
contra Dios.
Es por eso que pido a todas las almas: Oración para reparar las graves ofensas 
que a El, le son inferidas.
Gloria al Salvador.



25-12-88    (Natividad del Señor)      1584

Es éste, un día de regocijo y de bienestar espiritual.
El Amor de Cristo, alcanza a todos los hombres; recibidlo con la oración por El, 
esperada.
Contra el desprecio, El, da Amor; contra la blasfemia, El, da Amor; contra la 
injusticia, El, da Amor.
Combatid también vosotros con Cristo, dando amor a manos llenas.
Vino Jesús al mundo por Amor y Su Segunda Venida será también por Amor, 
para Gloria Suya.
Abrid vuestros corazones y dejadlo entrar.
Aleluia.
Hazlo conocer hija mía.



26-12-88         1585

En estos tiempos, en que el veneno del maligno parece contaminarlo todo, el 
Señor, se manifiesta para que sea posible la salvación de las almas.
Estas palabras pueden llegar a debilitarse si se guardan, si no se extienden; 
deben ser anunciadas en toda la tierra.
Quiero oración, unión y fuerza en los espíritus, ya que ahí radica la eficacia del 
mensaje de esta Madre.
Hijos míos: Os invito a ser evangelizadores de vuestros hermanos.
Amén, amén.
Predícalo hija.



29-12-88         1586

Abranse los corazones dejando entrar al Señor y no obtendrá satanás su victoria.
Ante la muerte, se halla la Vida.
Ante la indiferencia, el Amor Misericordioso de Cristo.
Ante la falsedad, se encuentra la Verdad de Cristo.
Ante la confusión, obra la acción del Espíritu Santo.
Gloria al Altísimo.
Debes darlo a conocer.



31-12-88         1587

Mi querida hija, pasa este día en oración Conmigo, en estas horas en que las 
almas son Mi motivo de aflicción.
Son numerosas las almas que continuamente se alejan de Dios; es necesario 
orar, para que la gran tiniebla se disipe y disminuya así el ateísmo.
Es preciso que la tempestad sea arrancada de raíz y se afirme en los corazones, 
la verdadera fe en Dios.
Amén, amén.
Puedes darlo a conocer.

    Volver al índice

Volver a la página de la Virgen del Rosario de San Nicolás