Mayor Apoyo A Compositores Mexicanos
María Granillo
María Granillo, cuyas obras han sido ejecutadas en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, España y México, reconoce la importancia de que la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) incluya en sus temporadas obras por encargo de compositores mexicanos.
Es positivo, afirma, y “debería ser más frecuente porque muchas veces guardamos en el cajón obras para orquesta, ya sea porque existen dificultades para que sean interpretadas o simplemente porque a veces pasan años para que éstas se puedan estrenar”.
Para la compositora, originaria de Torreón, México cuenta con “muy buenos autores, cuyas obras deberían ser programadas más a menudo por nuestras orquestas. Espero que este gran esfuerzo (de la OSN y su titular, Enrique Arturo Diemecke) se convierta en ejemplo para otras instituciones y no solamente se apoye la creación de las obras, sino también su difusión”.
María Granillo ganó, en 1993, el Concurso de Composición Ensamble Xallitic, convocado por el ensamble que lleva dicho nombre y el México-US Fund for Culture. Es maestra de composición en la Escuela Nacional de Música de la UNAM e integrante del Sistema Nacional de Creadores.
En entrevista sobre su obra Contra-Tiempos, que interpretará la OSN el viernes 23 y el domingo 25 de marzo a las 20:30 y 12:15 horas, respectivamente, en el Palacio de Bellas Artes (una hora antes de cada concierto, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes se ofrecen pláticas alusivas a las obras), la maestra Granillo dice que “es una metáfora de los tiempos actuales en los cuales las memorias del pasado no pueden ni deben simplemente olvidarse”.
Esta obra será el estreno mundial que la Orquesta Sinfónica Nacional ofrecerá en el quinto programa de su Primera Temporada Las obras maestras 2001. El programa comprenderá, además, el Concierto para violín, en mi menor opus 64, de Mendelssohn, con la solista Chee-Yun, y La consagración de la primavera, de Stravinsky, bajo la batuta de Enrique Arturo Diemecke.
La joven compositora, cuyos trabajos figuran ya como piezas importantes del quehacer musical contemporáneo de México, explica que Contra-Tiempos, Obertura fanfárrica siglo XXI, “es una obra para festejar la llegada del nuevo siglo y, al mismo tiempo, un reto por tener que sujetarme a ciertos parámetros específicos como el que la obra debía de durar cinco minutos y tener cierto carácter de fanfarria, de acuerdo con la petición de la Orquesta Sinfónica Nacional”.
La discípula de Silvia Ortega de Tort y Mario Stern, reflexiona: “desde mi perspectiva me parecía demasiado simplista hacer una pieza alegre con bombos y platillos, cuando en los tiempos que corren vivimos tantas y tan variadas contradicciones de diversa índole; situaciones que afectan a todos como sociedad y, desde luego, como creadores”.
Dice que por esa razón, esta obertura sí refleja la celebración del inicio de un nuevo siglo “pero de un inicio crítico que contiene tanto la alegría como la nostalgia, tanto el empuje como el miedo”.
María Granillo concluyó su Bachillerato musical en la Royal Schools of Music de Londres y estudió también con Federico Ibarra, Julio Estrada, Mario Lavista y Daniel Catán, además ha hecho música original para teatro, cine y danza.
“Las obras artísticas en todos los géneros tienen que reflejar los intereses del creador, de su contexto, país y momento histórico. El arte aunque no se lo proponga refleja todas esas inquietudes. La época actual no es precisamente festiva, sin embargo ofrezco una pieza alegre con muchos cambios de tempo, con lo cual, musicalmente, imprimo esa idea, el cambio constante de un momento a otro”.
Informó que prepara una obra para el Cuarteto de la Ciudad de México y una para un grupo estadounidense.