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| Mis libros favoritos > Yo, Judas
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" - Si puede alimentar a cinco mil personas con una sola cesta -dije a Mateo- entonces puede hacerlo todo. Como yo, tampoco él veía la posibilidad de que fuera un fraude. - Una o dos personas podían ser tan sugestionables como para imaginar ese suceso, pero no miles. Con las curaciones era totalmente distinto, pues ahí sí que no había posibilidad de sugestión. Los ciegos veían y los cojos caminaban; los leprosos quedaban limpios y los dementes se tranquilizaban.
- El me ha hablado -dijo aquel cronista tan satisfecho de sí mismo- de vibraciones curativas en la atmósfera que uno capta mediante su comprensión de las mismas, utilizando la energía vital del universo para estimular el proceso de autocuración en la mente y el cuerpo.
- Pero en el caso de Jesús parece dar resultados instantáneos y con todos los enfermos, mientras que nosotrostenemos éxito tan solo con algunos. ¿Por qué ha de ocurrir así?
- El lo atribuye a una Fé que pone en armonía al Dios que está en nuestro interior con las fuerzas del Dios en el exterior. Todo era muy confuso pero yo lo había visto una y otra vez con mis propios ojos, y lo mismo los demás.
Otros discípulos se habían unido a la discusión, sin que la cuestión llegara a resolverse, cuando Jesús entró en el campamento. Sus ojos nos miraron furiosos.
- ¿Qué puede esperarse del pueblo cuando mis propios discípulos tienen tan poco Fé en el Padre?
Yo tengo Fé en el Señor -dijo Tomás-, pero ni siquiera así puedo caminar sobre el agua como tú, Maestro. En realidad me hundí, y todavía más aprisa que Pedro en el Mar de Galilea.
- No basta con decir que uno tiene Fé. Con la verdadera Fé viene la comprensión de las leyes naturales de Dios. (...)
- Pero, Maestro, al verte caminar sobre las aguas también yo sentí que podía hacer lo mismo. Y fallé, aunque tenía esa Fé.
- Pero tu Fé no estaba en Dios, pues solo provenía de la observación de otro cuya Fé era más grande que la tuya. No podemos transferir nuestra Fé, sólo plantar la semilla y esperar que encuentre lugar para crecer." |
Tomado de "Yo, Judas" de Taylor Caldwell y Jess Stearn.
Capítulo 16, página 353/354. Traducción de Amparo García Burgos Publicado por la Editorial Grijalbo en Barcelona en 1979.
Otras frases del mismo libro: 1 - 2
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