Evaluación de una función
canina adecuada
RESUMEN
Se analiza la función lateral de 181
jóvenes y se determina la prevalencia de cada una de ella; fue más
frecuente la función canina, con respecto a la función en grupo. Se
estudia la relación existente entre los requisitos para una función canina
adecuada y las interferencias oclusales en lateralidad y se concluye que
la relación de neutro en caninos no es indispensable para la oclusión
funcional. Se debe brindar más atención a la presencia de contactos
caninos en PMI para lograr una función adecuada con nuestros
tratamientos. |
INTRODUCCIÓN
Uno de los principios básicos y más importantes de la
Escuela Gnatológica o de Oclusión Orgánica
es la desoclusión posterior inmediata
durante las excursiones mandibulares, para lo cual es necesario una completa y
correcta guía anterior, o sea, que el acople de los dientes anteriores determine
que una vez iniciados los movimientos, sean ellos quienes rijan el trayecto y
reciban las fuerzas generadas por los músculos.1
La guía anterior está integrada por la
guía incisiva y
por las guías caninas: derecha e izquierda, y tiene una función prominente en la
estomatología, debido a que son esenciales para la estética, la fonación y la
masticación, además de su importancia funcional al proteger los dientes
posteriores durante los movimientos mandibulares (oclusión mutuamente
protegida).
La labor de la guía anterior
en la actividad funcional
del aparato masticatorio es de notable importancia, como lo es también durante
los episodios de actividad parafuncional, que puedan presentarse en un
individuo, al disipar las fuerzas excesivas generadas y que pueden llegar a
dañar los distintos eslabones del sistema. Esta función protectora se basa en
mecanismos físicos y biológicos. Al ubicarse los dientes anteriores más lejos
del punto de generación y aplicación de las fuerzas musculares, por las leyes
físicas de palanca de tercer grado, les será más fácil recibir y disipar éstas;
además existen mecanismos biológicos que determinan que la propiocepción de
estos dientes desencaden un reflejo protector con supresión de la actividad de
los músculos elevadores principales (maseteros y temporales anteriores), lo que
ha sido demostrado por varias investigaciones.
Willianson y Lundquist
2 al colocarle a 5
mujeres, férulas oclusales con guía anterior sin
contactos posteriores y a otra
con contactos, obtuvieron que en los casos sin contactos posteriores la
actividad muscular fue mucho menor. Riise y Scheikholeslam3 al
crear una interferencia oclusal en los molares de 11 estudiantes, observaron en
7 de ellos un inmediato incremento de la actividad muscular con aparición de
dolor y fatiga 1 hora después de insertada la interferencia y necesitaron 7 días
aproximadamente para la remisión de los síntomas.
Otros autores han descrito varios procedimientos
terapéuticos para establecer una correcta guía anterior, como son
Ehrlich 4 y Kerstein 5. Debe destacarse que este último autor logró
eliminar los síntomas de dolor miofacial crónico en casi todos sus pacientes en
intervalos sumamente cortos 6, 7 (aproximadamente un mes) mediante un
procedimiento oclusal basado en el establecimiento de una guía anterior completa
y esto lo llevó a describir una técnica de ajuste oclusal conocida como:
tratamiento con reducción del tiempo de desoclusión y desarrollo inmediato de
una completa guía anterior.
La guía incisiva desempeña su trabajo funcional en el
movimiento protrusivo y las guías caninas en lateralidad, pero como los
movimientos sagitales puros son pocos frecuentes, la atención se ha centrado en
el estudio de las guías laterales y se ha demostrado que existen varios tipos de
oclusiones laterales funcionales, por ejemplo: la función canina, la función en
grupo, que puede ser anterior o posterior, continua o discontinua, la oclusión
balanceada bilateral, etcétera. De todas ellas, la función o protección canina y
la función grupal son las mas frecuentes.
Se define como protección canina el contacto solamente en
los caninos del lado funcional 8, 9 y la función grupal implica contactos entre
dientes antagonistas en un segmento o grupo.10,11 La que más aceptación ha
tenido en los últimos tiempos para mantener la salud del sistema gnático y
también para recuperarla en los casos afectados por desórdenes
temporomandibulares es la función canina.1,5,9,10,12,13
Se considera que una función canina es adecuada si la
ubicación de los caninos es tal que cumple los siguientes
requisitos:14
1.-Relación de neutro.
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2.-Contacto en posición de máxima intercuspidación
(P. M . I ).
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3.-Sobrepase mayor que el de los incisivos.
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4.-Resalte menor que el de los incisivos. |
Como la mayoría de los tratamientos ortodónticos implican
movimientos de los dientes anteriores, y en gran medida de los caninos, estos 4
requisitos deben ser considerados desde la planificación del tratamiento para
lograr una oclusión, que además de cumplir con los requerimientos estéticos del
paciente, sea funcionalmente saludable. Claro que esto no siempre resulta fácil,
pues en determinadas maloclusiones no es probable lograr todos los requisitos y
si fuera imposible obtener una función canina adecuada, debemos optar por otro
tipo de función lateral funcional.
Se realizó un riguroso clínico de la oclusión de
181 jóvenes del municipio Santa Clara, desde el punto de vista morfológico y
funcional, donde centramos nuestra atención hacia los caninos y los movimientos
de lateralidad. Se realizó una descripción de la frecuencia con que aparecen los
diferentes tipos de función lateral y se comparó la prevalencia de las
interferencias oclusales laterales en casos con guía canina adecuada (que
cumplan las condiciones enumeradas anteriormente) y en casos con guía canina
pero sin incluir la condición de neutro de caninos.
RESULTADOS
Iniciamos la caracterización de la función lateral en
nuestra muestra y en la tabla 1, se observa, que la función grupal se presentó
en 62 casos (52 unilateral y 10 bilateral), mientras que la función canina se
presentó en la mayoría de los casos, para un total de 142 (62 unilateral y 80
bilateral). Para evitar malas interpretaciones de la tabla debe aclararse que al
analizar 181 individuos se examinaron 362 funciones laterales (izquierda y
derecha), por lo que los totales de la tabla serán sobre la base de esta
cantidad. El total en sentido horizontal sería 62 + 142 = 204 y podríamos pensar
que existe función lateral en esa cantidad de jóvenes, pero ésta se combinó en
39 casos, por lo que la función lateral se presentó en un total de 165 casos.
Resumiendo, observamos 39 casos con función canina en un lado y grupal en el
otro, 36 casos con función lateral (canina o grupal) en un sólo lado, 10 con
función grupal bilateral y 80 con protección canina bilateral. Como vemos, la
función canina apareció con más frecuencia que la grupal, sobre todo la
bilateral (80 contra 10).
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Ya se expusieron 4 condiciones para que la función canina
sea adecuada, y que existan 142 casos con función canina, no necesariamente
implica que en todos sea correcta.
Puede presentarse una guía canina con
sobrepase menor o resalte mayor que los incisivos y a pesar de ello existe la
función canina, pero que no es adecuada de acuerdo con los criterios ya
comentados, e incluso puede llegar a ser funcional en casos determinados, por la
interrelación con los demás factores oclusales. También puede suceder que en PMI
no exista contacto, y esto determine que al inicio del movimiento otro u otros
dientes guíen la mandíbula, pero una vez establecido el contacto canino, este
tome la encomienda de guía. En este caso, la función canina no es adecuada y
nunca llegará a ser funcional de no establecerse el contacto; pero existe. Deseo
destacar que el contacto en PMI es el primer requerimiento para que exista una
correcta guía anterior y su presencia es indispensable para que se produzca la
desoclusión posterior inmediata.5,15
Si clasificamos los pacientes en aquellos que tienen una
función canina adecuada o inadecuada en cada lado y analizamos la relación con
las interferencias en lateralidad, deberíamos obtener una diferencia
significativa de la proporción de casos con interferencias entre los
grupos.
Para facilitar la comprensión de la tabla explicaremos el
caso de las interferencias laterales derechas en LATERALIDAD. Así tenemos que el 48,8 %
de los casos con función canina inadecuada tenía este tipo de interferencia
mientras que en el grupo de función canina adecuada sólo el 31,3 % la
presentaba. En efecto, la tabla 2 muestra que en todas las interferencias la
proporción de casos dentro del grupo con función canina adecuada es menor que en
el otro grupo, pero la diferencia de estos porcentajes no es todo lo
significativa que se esperaba.
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Es nuestro criterio que en la definición de una función
canina adecuada la condición de neutro es la de menor importancia. Para
demostrar esto, reclasificamos la función canina de los pacientes en categorías
de adecuada e inadecuada con un criterio de evaluación similar al anterior, pero
sin incluir la primera condición.
Nuevamente aparecen las diferencias significativas en las
proporciones de casos con interferencias en uno y otro grupo de pacientes (tabla
3), pero ahora sí todo lo significativo que se esperaba, lo cual es un respaldo
a nuestro criterio para evaluar y lograr una correcta función canina. Nótese que
la correlación con las interferencias en LT llegan a ser significativas en el
orden del 0,1 % y para las interferencias en LB, aunque menos marcadas en el
lado izquierdo, también logran niveles altos de significación.
Este análisis se hizo para cada una de las 4 condiciones
por separado, pero los resultados no fueron significativos.
CONCLUSIONES
Podemos concluir que en nuestra muestra la condición de
neutro de caninos fue la de menos importancia en el logro de una función canina
adecuada. Por tanto, se puede inferir que el establecimiento de una correcta
función lateral en nuestros pacientes, que en muchos casos resulta sumamente
difícil de lograr, no necesariamente implica el logro de una relación de neutro
a nivel de caninos, lo cual no quiere decir que esto pueda ser descuidado, pero
en muchos casos resulta difícil obtenerla bilateralmente por desplazamiento de
las líneas medias que no se puedan corregir, por pérdidas de dientes anteriores
debido a traumas, o por marcadas diferencias en los diámetros mesiodistales de
incisivos superiores e inferiores, y si somos capaces de lograr las otras 3
condiciones de la clásica función canina, lograremos una función correcta y
disminuiremos el riesgo de aparición de las interferencias oclusales, que
realizan una importante función en la aparición de signos y síntomas de DCM.
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REFERENCIAS
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Dr. Rolando Castillo Hernández. Apartado Postal
No. 2, Camajuaní, Villa Clara, Cuba.