¡Hola amigos! Sigue el cuento-fixión guiándote por tus instintos.
Este test está separado para chicos y chicas...

Si eres una chica, haz click aqui. Si eres un chico, haz click aqui.

Estás tranquilamente en tu casa cuando llega Flufy (el perro de tu amor) con una nota de tu galán pidiendo auxilio. En ésta relata que Morgana, la bruja perversa, lo secuestró y está atrapado en un castillo de Escocia. Viendo el peligro, decides ir a rescatarlo de las garras de esa bruja. Ahora, ¿en qué momento prefieres hacerlo?

a) En el día, por supuesto, para tener más claridad y estar más a salvo.

b) En la noche, claro, para poder pasar inadvertida.

Tras peripecia y media, lograste entrar hasta la biblioteca del castillo. Acabas de descubrir que detrás de uno de los libreros hay un pasadizo secreto. Para saber cuál es exactamente, tienes que responder una adivinanza. En cuanto te enteras de esto, lo primero que se te viene a la mente es:

a) ¡Ya la hice! Si hay algo que te encanta resolver son los acertijos.

b) ¡Ojalá sea fácil! Porque, de otro modo, seguro que vas a tener que desbaratar la biblioteca para encontrar el pasadizo.

Sí, la única forma de entrar al castillo fue a través de una cueva que te trajo directamente al único lugar que no quieres conocer: éste. Con pesar viste que tu amor no está aquí y vas hacia otra parte más agradable para salir de la tristeza. Sin embargo, en la entrada descubres a un guardia (que por cierto, es más bajito que tú) y es seguro que será muy sencillo aplastarlo y encerrarlo para que no dé la alarma. ¿Qué haces?

a) Mejor planeas una estrategia.

b) Contigo va más eso de atacar directamente.

Estás en una especie de laberinto iluminado únicamente por velas. Después de mucho rato de vueltas y vueltas, descubres que la opción es salirte o atravesar un espejo que se encuentra en el fondo. Espejo que a la luz de las velas se ve realmente tétrico. ¿Atraviesas o no?

a) Atraviesas el espejo.

b) Mejor regresas.

Tampoco está tu amor aquí... Sin embargo, encuentras un montón de ingredientes para hacer hechizos. Seguramente, con muchos de ellos puedes controlar los elementos o...

a) Mínimo, para hacer té. Así que decides que en cuanto liberes a tu amor y le des unos cuantos coscorrones a Morgana, vas a regresar por algunos de ellos.

b) ¡Quien sabe! La verdad es que para ti son sólo un montón de hierbas sin encanto y, de seguro, no les prestas mucha atención. Además podrías meterte en muchos problemas por estar jugando con cosas que no conoces.

El espejo te llevó a un pasillo cerca de la bódega donde guardan los víveres. Tu realmente estás hambrienta y si no comes algo ahora de seguro te desmayas. Hay un guardia en la puerta que tiene cara de buena gente y estás vestida para matar. ¿Por qué no engañar al guardia con tus encantos para poder tomar algo de comida?

a) Podría funcionar, de hecho te resulta con la vida diaria.

b) Porque si hay algo que NO te sobra es encanto. Bueno, al menos no te sientes muy segura al respecto.

Al pasar, te tropiezas con dos guardias. Tras el susto inicial, descubres que ellos están dormidos (por lo visto, la seguridad de este castillo no es de lo mejor). Es decir, puedes seguir adelante. Y no sólo eso, sino que bien podrías hacerles una travesura y atarles los pies con los cordones de sus bototos. ¿Cederías a la tentación?

a) No tiene caso perder el tiempo.

b) Sí.

Estás caminando por el pasillo que lleva al salón principal. De pronto, escuchas pasos, lo que indica que es hora de esconderse. Después de razonar un poco, llegas a la conclusión que lo mejor sería regresar al laboratorio. Sin embargo, tienes una corazonada que te dice que deberías lanzarte por la ventana al foso y nadar a la orilla. ¿ Que seguirías tú: la razón o el corazón?

a) Razón.

b) Corazón.

No apareció tu amado, pero sin embargo te encuentras cara a cara con la Bruja Morgana. En cuanto la ves, se te retuerce el hígado de lo antipática que es. Y de hecho, hay que confesar que es así con todos: o quieres u odias sin términos medios.

a) Cierto.

b) Falso.

Realmente, este castillo está muy mal cuidado. No sólo tiene un sistema pésimo de seguridad, sino que la cocina está llena de platos y ollas apilados. Son tantos que apenas puedes pasar. Claro que no es de extrañarse que con tu habilidad tires algunos de estos cacharros al suelo y llames la atención de todos. Y es que eso del tacto, la sutileza y movimento delicados no se te da.

a) No es para tanto.

b) Eso tiene algo de cierto.

Al final, resultó que tu rival encogió a tu amor y lo tenía encerrado en un frasco. Tu estuviste a punto de hacer lo mismo con Morgana, pero al final la perdonaste porque estabas en esos días en que eres más bruja buena que mala, de modo que la invitaste a tomar té en tu casa para enseñarle algunas cosas sobre "cómo tener un galán sin convertirlo en sapo". Sí, resulta que tu ser mágico es la bruja. Eres alguien que prefiere usar más la inteligencia que la fuerza, pero que tiene una mentalidad abierta y que tiene una sensibilidad especial para intuir cosas que pasan inadvertidas a los demás. Te gusta entrar en contacto con la naturaleza y, de vez en cuando, tener el control. Claro que cuando estás en el ánimo de bruja mala, no te aguanta nadie.

Al entrar en la bodega, resultó que ahí estaba tu amor amarrado. Después de las peripecias para escapar de Morgana, te encuentras feliz de la vida comiendo con tu galán en una posada. Tal vez esperes a que sea de noche para conocer el pueblo, ¿o me equivoco? Como sea, es probable que seas un vampiro. No sólo te atrae lo misterioso, lo oculto: pasar al otro lado del espejo. En ocasiones, te gusta pasar inadvertida, pero en otras, sabes que tienes una personalidad muy atrayente y decides aprovecharla para fascinar a los demás.

Después de haber llevado a cabo tu misión de rescate, los dos se disponen a regresar a casa. Viajas tranquila porque decidiste perdonar a Morgana, lo que muestra que eres un pan dulce. Dicho de otro modo, eres el caballero: noble, adicto a luchar por causas imposibles, que aunque se guía por la razón, hace mucho caso a lo que le dicen sus corazonadas.

Estás en Londres, viendo la exposición de objetos egipcios con tu galán. Sí, decidieron aprovechar todo este viaje para irse de vacaciones. Y, de hecho, aquí estás viendo cosas del país de dónde proviene tu personaje: la esfinge. Eres alguien racional, que no se deja llevar por aparencias, que prefiere observar y encontrar la parte lógica de las cosas. Y claro, también te gusta interrogar a los demás y hacerlos pensar.

Estando a salvo tu galán, puedes tumbarte como tabla en tu cama y dedicarte a descansar. La verdad es que este día fue demasiado, incluso para un hada. Y es que eso eres: activa, llena de energía, traviesa, alegre. Inteligente, pero que, en ocasiones, se deja cegar por sus emociones un poco. Por ahí dicen que las hadas son tan chiquitas que sólo les cabe un sentimiento a la vez. Bueno, eso sí pasa contigo: o quieres totalmente a alguien o lo odias a morir. De modo que si algo te entusiasma, eres la más participativa, pero si no te interesa, no hay poder que te anime a hacerlo.

Sí, ahí estaba tu amor. Resulta que logró escaparse y estaba buscando un caballo para huir. Y hablando de caballos, estos se parecen mucho a tu ser mágico: el unicornio. Eres alguien que no tolera la injusticia y puedes atacar muy duramente a quienes hacen algo que te desagrada. Sin embargo, eres cariñosa y cuidadosa con las personas que quieres. Tienes mucha fuerza que saber encauzar y, por lo general, no pierdes el tiempo en cosas que no valen la pena.

Tu amor estaba en el comedor comiendo junto con Morgana. Y es que resulta que, como ya sospechabas, a la bruja lo único que le interesaba era convencer a tu galán de que anduviera con ella y no contigo. Después de darle su merecido a tu rival, te encuentras esperando un tren que los lleve a Edimburgo. Mientras, claro, rasguñas a tu novio por dejarse engañar tan fácilmente. Así son los dragones: son cariñosos, incluso pueden llegar a ser sensibles, pero no saben demostrarlo. Les falta un poco de tacto con los que quiere y pueden parecer bruscos. En parte, se debe a la gran fuerza que no siempre saben controlar. Sin embargo, cuando lo logran, son geniales.