ZULMA MENDEZ
 
POEMAS
 
De Serpientes
No habré de ofrecerle crisantemos a tus sueños
Reventó la luz en mi vientre
He visto al cielo tornarse gris
Intento reconocer mi geografía

 

zmendez@hotmail.com

 

 

 

 

 

De Serpientes

I

Recinto de mis fantasmas

testigo de la noche y sus abismos

de las batallas de mi carne y sus silencios

de la húmedad de esta caverna.

Duele llevar la Serpiente dentro

alimentarla con mis pesares.

Este alumbramiento no será de estrellas.

Hoy es mi nacimiento.

II

Bébeme el agua del cuenco Serpiente

y cómamos la fruta salada

el sabor de la piel.

Estoy aquí para embriagarme de ponzoña

para trenzarnos la carne

y asfixiar el sueño

con tu impudor

con tu insolencia

con el candor y la verguenza.

III

Terminé de quitarle el pellejo a la voz.

Palabras por escamas

...................................................................................... he comenzado a mudar de piel.

 
 
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No habré de ofrecerle crisantemos a tu sueños

prefiero regalar flores a los vivos con la semilla de mi voz.

 

Hago el inventario de mis dias

el recuento de las noches

y no te debo nada ............Muerte.

Parte

.................... sin mí.

 
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Reventó la luz en mi vientre

desde entonces soy concubina del Sol.

 

en la cúspide del cielo vibro

de mi entraña encendida

fluye el lumen alimenta abedules

que humedece la piel de los amantes

que viste al mar de espuma

.............................................de olas

........................................................de sales.

 

Vibrando

rozo apenas los bordes de la noche y la incendio

fuego de mi cuerpo que se extiende como un sueño

y nada escapa la lascivia de mi aliento

la borrasca interminable del deseo.

 

Desde el Tálamo Divino miro:

Las ciudades :

......................Cenicero de mi vientre fulgurante.

 
 
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He visto al cielo tornarse gris

Figuras en cruz

Cuervos hambrientos.

Cuando haya llegado el final

coman de mí lo que quieran

no habrá dolor ni gemidos.

Sacien su hambre con este cuerpo

que amó con los dientes

y acarició con la uñas.

Sin piedad de mi vientre

devoren la arena y las semíllas secas.

 

Ya cuando de mí no quede nada

Continúen el vuelo.

 
 
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Intento reconocer mi geografía

No se sí palpo los bordes de tu piel

Mis escamas, mis caderas o las tuyas.

En la bahía secreta de mi vientre

Confundo mis aguas con tu mar

Tus sales con mi aliento.

Del andamiaje solitario de los cuerpos

Confecciono el vestido del oceáno

Y naufrago en su profundidad.

 
 
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