El Matrimonio y El Amor

Conferencia del V.M. Samael Aun Weor

V.M. Samael Aun Weor y Litelantes

 

CAPÍTULO PRIMERO

EL AMOR

 

        Distinguidos caballeros y damas, esta noche me dirijo a todos ustedes, con el propósito de hablar en forma enfática sobre eso que se llama amor.

        Hemos escogido tal tema por tratarse del día de San Valentín, el patrón del amor.

        Indubitablemente Valentín, fue un gran maestro del amor, formó una escuela denominada la de los valentianos. Fue gente que se dedicó al estudio del esoterismo crístico en todos sus aspectos, por eso nos dirigimos a ustedes en forma precisa para hablarles sobre el milagro del amor.

        En nombre de la verdad, he de decir que el amor comienza por un destello de simpatía, se substancializa con la fuerza del cariño y se sintetiza en adoración.

        Amar, cuán grande es amar. Solamente las grandes almas pueden y saben amar.

        Para que haya amor, se necesita que haya afinidad de pensamientos, afinidad de sentimientos, preocupación mental idéntica. El beso viene a ser la consagración de dos almas ávidas de expresar en forma sensible lo que anteriormente viven.

        El acto sexual viene a ser la consubstancialización del amor en el organismo psicofisiológico de nuestra naturaleza. Un matrimonio perfecto es la unión de dos seres, uno que ama más y otro que ama mejor.

        El amor es la mejor religión asequible. Hermes Trismegisto, el tres veces grande Dios Ibis de Thot dijo: "Te doy amor en el cual está contenido todo el sumum de la sabiduría".

        Cuán noble es el ser amado, cuán noble es la mujer cuando en realidad de verdad están unidos por un vínculo de amor. Una pareja de enamorados se torna mística, caritativa, servicial. Si todos los seres humanos viviesen enamorados, reinaría sobre la faz de la tierra la felicidad, la paz, la armonía, la perfección.

        Ciertamente un pañuelito, una fotografía, un retrato, provocan en el enamorado, estados de éxtasis inefables. En tales momentos se siente comulgar con su amada aunque se encuentre demasiado distante, así es eso que se llama amor.

        En Estados Unidos y también en Europa, existe una orden denominada "La Orden del Cisne". Los afiliados a esta orden, estudian y analizan en forma profunda todos los procesos científicos relacionados con el amor.

        Cuando la pareja está en realidad de verdad enamorada se producen dentro del organismo transformaciones maravillosas. El amor es una efusión o una emanación energética que brota de lo más hondo de la conciencia, esas radiaciones del amor, estimulan a las glándulas endocrinas de todo el organismo y ellas producen millones de hormonas que invaden los canales sanguíneos llenándolos de extraordinaria vitalidad.

        Hormona, viene de una palabra griega que significa ansias de ser, fuerza de ser. Muy pequeña es una hormona pero cuan grandes poderes tiene para revitalizar el organismo humano.

        En realidad de verdad, uno se asombra al ver a un anciano decrépito cuando se enamora, entonces sus glándulas endocrinas producen hormonas suficientes como para revitalizarlo y rejuvenecerlo totalmente.

        Amar, cuan grande es amar. Solamente las grandes almas pueden y saben amar.

        El amor en sí mismo es una fuerza cósmica, una fuerza universal que palpita en cada átomo como palpita en cada sol. Las estrellas también saben amar. Aparte observemos en las noches deliciosas del plenilunio, ellas se acercan entre sí, y a veces se fusionan o integran totalmente. Una colisión de mundos exclaman los astrónomos, más en realidad de verdad lo que en realidad ha sucedido es que dos mundos se han integrado por los lazos del amor.

        Los planetas de nuestro sistema solar giran alrededor del sol, atraídos incesantemente por esa fuerza maravillosa del amor.

        Los átomos dentro de las moléculas también giran alrededor de sus centros nucleares atraídos por esa fuerza formidable del amor.

        Observemos el centello de los mundos en el firmamento estrellado. Comulgan tal como un centelleo luminoso las ondas de luz, las radiaciones con el suspiro del amor. Hay amor en las estrellas, en la rosa que lanza bailes y su perfume delicioso.

        El amor en sí es profundamente divino, terriblemente divino. En los tiempos antiguos, siempre se rindió culto al amor, a la mujer. No saben que la mujer es el pensamiento más grande del creador hecho carne, sangre y vida, y realmente la mujer ha sido hecha para una sagrada misión cual es la de traer hijos a este mundo, la de multiplicar la especie.

        La maternidad en sí es grandiosa, en el México antiguo hubo siempre una divinidad consagrada precisamente a aquellas mujeres que morían durante el parto. Se decía que ellas continuaban en la región de los muertos con su criatura en brazos. Se afirmaba en forma enfática que después de cierto tiempo ingresaban a Tlalocan el paraíso de Tláloc.

        Realmente siempre en el México azteca, se rindió culto a la mujer, al amor, a la maternidad. Por eso una mujer que moría en el parto era considerada por las gentes como una verdadera mártir que entregó su vida en nombre de la gran causa.

        Amar es algo inefable, divino. Amar es un fenómeno cósmico extraordinario. En el rincón del amor solamente reina la dicha. Cuando una pareja está en la cópula sexual, en un acto de verdadero amor, las fuerzas más divinas de la naturaleza las rodean. Esas fuerzas creadas en el cosmos han venido nuevamente a volver a crear. En esos momentos el hombre y la mujer son verdaderos Dioses en el sentido más completo de la palabra. Pueden crear como Dioses. He allí lo grandioso del amor.

        Son extraordinarias las fuerzas cósmicas que rodean a la pareja durante el acto sexual en una cámara nupcial. Empero se pueden perder esas fuerzas extraordinarias y se pueden malgastar en el holocausto del placer animal que anima la conducta del humanoide intelectual. Si en realidad se respetara grandemente la fuerza maravillosa del amor cuanto bien se haría la pareja.

        El hombre debe ser una esencia inicial de fuerza de creación. La mujer el poder receptivo formal de cualquier creación.

        El hombre es como el huracán. La mujer, es como el viento silencioso del vuelo de las palomas en los templos y en las torres.

        El hombre en sí mismo tiene la capacidad para luchar. La mujer en sí misma la capacidad para sacrificarse.

        El hombre en sí mismo tiene la inteligencia que se necesita para vivir. La mujer tiene la ternura que el hombre necesita cuando regresa diariamente de su trabajo.

        Así que ambos, hombre y mujer, son las dos columnas del templo. Estas columnas no deben estar demasiado lejos ni demasiado cerca, debe haber un espacio para que el amor pase por en medio de ellas.

         

 

CAPÍTULO SEGUNDO

EL AMOR EN LA ANTIGÜEDAD

 

        El acto sexual es un sacramento, así lo comprendieron los pueblos antiguos, hubo templos dedicados al amor. Recordemos nosotros el templo de Venus en la Roma augusta de los Césares. Recordemos nosotros al templo de la Luna en la antigua Caldea. Recordemos, digo, a los templos antiguos de la India donde se rendía culto a eso que se llama amor.

        En la Lemuria, viejo continente ubicado otrora en el Océano Pacífico, se rendía culto al amor. Hubo en realidad de verdad en el continente Mu, dos procesos sexuales, o dos formas de reproducción.

        Primero: a mediados de la Lemuria, las razas humanas eran conducidas por los Kunmaras. Habían ciertos templos donde se recibía el sacramento sagrado del sexo. Entonces el sexo era un sacramento. Nadie se atrevía a realizar la cópula fuera del templo. Solo en determinadas épocas digo, la raza humana era conducida por los Kunmaras hacia los santuarios alejados. Se realizaban largos viajes en determinadas épocas del año, esto con el propósito de reproducir la especie. Aún todavía como un recuerdo de aquello, como una reminiscencia han quedado los viajes de la luna de miel, todo esto de hoy en día es bastante antiquísimo.

        En los patios empedrados de los Templos Sagrados del Continente Lemur, bajo la dirección de los Sabios Kunmaras, hombres y mujeres se unían para crear y volver a crear. Entonces el acto sexual era sacratísimo, no existía la morbosidad como en nuestros días, la gente no había entrado en el proceso involutivo descendente de la degeneración sexual. El sexo era mirado con profundo respeto. La mujer era sagrada. Nadie se hubiera atrevido siquiera a profanar con la mirada a la mujer, que como ya dije ella es el pensamiento más bello del creador hecho carne, sangre y vida.

        Dicen viejos pergaminos, papiros sagrados que todavía existen en algunos lugares de la tierra, que en los tiempos de la Lemuria, la gente se reproducía por el poder del Kriya Shakti, es decir por el poder de la voluntad y del yoga. Quienes hayan conocido alguna vez la ciencia de los tantras sabrán aquellos cuanto estoy refiriendo.

        En el momento supremo de la cópula metafísica cuentan, dicen los viejos textos de la sabiduría antigua, que hombres y mujeres se retiraban de la cópula química sin eyaculación del ens seminis, es decir la entidad del Semen, se consideraba que el esperma era sagrado, nadie se hubiera atrevido entonces a profanar el sexo. Es claro que hoy en día podrían llamarlo los doctores coitus interruptus. Parecerá exagerado, pero me limito únicamente a comentar lo que dicen los textos y las tradiciones antiguas, lo que está escrito en algunos papiros y en muchos libros que actualmente existen en el Tibet oriental.

        Al llegar a esta parte debemos recordar que Sigmundo Freud en su Psicoanálisis dice que es posible transmutar la libido sexual y sublimarla. El profesor Sigmundo Freud de Freiberg, hijo de Austria fue en realidad de verdad una eminencia, obró toda una innovación dentro del terreno mismo de la medicina. Los mismísimos doctores lo han comentado y muchísimas escuelas lo han aceptado, otras no lo han aceptado, otras lo han rechazado y cuentan que en Berlín, en Alemania, antes de la Segunda Guerra Mundial. El füherer hizo quemar entre tantos libros, también las obras de Sigmundo Freud, yo me limito pues a los hechos, a comentar lo que tanto se ha comentado en algunos textos.

        En todo caso los lemures trabajaban dijéramos con el sistema de Freud, sublimaban la libido sexual. Incuestionablemente tuvieron grandes poderes cósmicos todo en la vida era por ellos presentido alguna vez.

        La existencia del Super-Hombre, tal como lo cita Federico Niezche en su obra titulada Así hablaba Zaratustra, pensamos nosotros los Gnósticos que el Super-Hombre realmente existió en el Continente Mu. No me refiero a un individuo particular, me refiero a todos los habitantes de la Lemuria. Se nos ha dicho que entonces resistían el dolor. Las mujeres alumbraban a sus hijos sin dolor. Eso no solo lo dice muy brevemente El Génesis, sino también muchos libros religiosos y diferentes autores. Nos limitamos repito, nosotros a comentar estas cuestiones respetando como es natural el concepto de ustedes.

        En realidad de verdad nosotros damos la enseñanza y damos plena libertad al auditorio para que con su mente acepten o rechacen o interpreten esta doctrina como bien quieran. En estos precisos instantes únicamente hago la memoria de los lemures en lo que se atenga en relación al sexo.

        Vivían entre 10 a 15 siglos, eran hombres altos de estatura, tenían hasta 4 metros de altura y las mujeres un poquito más medianas de cuerpo, pero también gigantes como ellos. Hablaban un idioma que se perdió, quiero referirme en forma enfática al idioma Universal. Es un idioma extraordinario pretor como se dirían en tal idioma, es decir superior. Obviamente tal idioma tiene su gramática cósmica. Conozco ese idioma y se conserva por tradición en algunos lugares secretos y sitios reservados.

        En aquellos tiempos si tenía que decir "buenos días" no diríamos como hoy en el lenguaje español o el inglés "good morning" o simplemente "morning", o en francés "bonjour monsieur", sino que se asentía suavemente albu, el otro contestaba poniendo sus manos sobre el corazón aibu que es lo mismo. Es un idioma que tiene su gramática y sus caracteres gráficos. Ustedes podrán observar por ejemplo que los chinos tienen sus caracteres, y bastante difíciles de entender y comprender, los griegos tienen también sus caracteres en Sánscrito o Sufi. Los caracteres son plúricos y los conservaban hasta hace poco tiempo.

        Pues bien, en todo caso quien sepa leer eso caracteres, quien los entienda tendrá y poseerá obviamente gran erudición y estará capacitado para entender ciertos textos que han pertenecido a la Lemuria.

        Hace poco me regalaron en el Tibet Oriental precisamente un texto en Sánscrito, lo tengo en mi poder, incuestionablemente no he podido encontrar a nadie que lo entienda, está escrito con caracteres Sánscritos.

        Acerca de aquella época, dicen esos viejos textos con caracteres antiguos, que la humanidad no pensaba como nosotros ahora. Vivían de 10 a 15 siglos, hablaban en el lenguaje Universal, que como he dicho, se perdió. A través del tiempo se fueron corrompiendo las distintas palabras de ese lenguaje y de tal corrupción nacieron todos los idiomas que hoy por hoy existen sobre la faz de la tierra. Sin embargo, puedo decirles a ustedes que aquel lenguaje se asemeja mucho con esos sonidos al chino. Parece que lo fonético del lenguaje Universal y el chino son similares. He estudiado ambas fonéticas y me parecen prácticamente uniformes. Los chinos habrán visto ustedes que cuando platican lo hacen con un cierto canto, no es el lenguaje seco como nosotros lo usamos, tiene su sinología así como el lenguaje Universal.

        Sin embargo, hay una diferencia notable entre el chino y el lenguaje Universal, me refiero en forma práctica a los poderes psíquicos contenidos en el idioma Lemur.

        Actuaba directamente sobre el fuego, el aire, las aguas y la tierra. Viejísimas tradiciones antiquísimas dicen que los lemures tenían poder sobre los elementales de la naturaleza. Es lo que podríamos denominar el Super-Hombre, citado por un Federico Niezche en su Zaratustra. Entiendo que esos poderes se debían especialmente a que los lemures no eliminaban o extraían de su organismo el esperma sagrado, es decir que únicamente lo transmutaban o sublimaban tal como lo enseñó Brown Sequard, gran científico norteamericano con sus experimentos o Krum Heller, médico profesor de la Universidad de Medicina, y también médico Coronel de nuestra Patria Mexicana. No hay duda que ellos conocieron ese sistema de la Lemuria y lo preconizaron en sus libros. Bastaría a nosotros leernos los estudios de un Brown Sequard o de un Krum Heller, para poder corroborar esta clase de afirmaciones científicas.

        Obviamente cuando el ens seminis no es eyaculado, se transforma en energía, y esto viene a revitalizar todo el organismo humano. Entiendo que tal tipo de energía es muy fina y que las ondas energéticas del sexo ponen en actividad los poderes ingentes que se hallan latentes en las glándulas pineal, pituitaria, tiroides, paratiroides, etc. No trato con esto de sentar dogmas, ni nada por el estilo, únicamente me refiero a datos que hemos estudiado y que hoy comentamos con ustedes puesto que estamos en una sala cultural, intelectual. Entiendo que aquí hay personas muy cultas que pueden perfectamente aceptar o rechazar estas afirmaciones, yo únicamente me limito a comentarlas.

        Vivir 10 a 15 siglos sería inconcebible para nosotros hoy en día, sin embargo la Biblia afirma que Matusalem vivió 900 años y esto nos deja pensar un poco, en todo caso entiendo que el sistema lemúrico dio buenos resultados pues estas gentes vivían largas vidas, además poseían facultades extrasensoriales. Los lemures no veían el mundo físico como nosotros lo vemos, para ellos el aire era de distintos colores, las montañas transparentes, y aquellos dioses de los cuales hablaban tanto, obviamente eran perceptibles para sus sentidos de percepción interna y ya había hablado mucho en estos días sobre extrapercepción.

        Indubitablemente las gentes de psiquis tridimensional no aceptarían jamás las extrapercepciones, mas recordemos también que en tiempos de Galileo, nunca se aceptó que la tierra fuera redonda y que se moviera. Cuando Galileo lo afirmó lo iban a quemar vivo, se le siguió juicio en la inquisición y poniéndosele delante de la Biblia, le dijeron: Si Ud. no jura y se retracta de lo que dijo, será quemado vivo en la hoguera, luego vino la protesta… ¿Jura Ud. que la tierra no es redonda y que no se mueve?… Respondió: Lo juro, "Peur se mouv, se mouv" es decir, "Pero se mueve, se mueve", por haber dicho esto, por haber hecho el juramento en esa forma no lo quemaron vivo. Hubo un poquito de compasión por él, se limitaron a meterlo en una cárcel y eso fue todo.

        Así que en realidad de verdad, el Universo nos ofrece siempre casos insólitos, cosas que al principio uno rechaza porque le parecen absurdas, pero más tarde tiene que aceptarlas.

        Brown Sequard demostró que muchas enfermedades nerviosas y del cerebro podrían desaparecer si se evitara durante la cópula química precisamente eso que se llama orgasmo, en fisiología o espasmo. Naturalmente, Brown Sequard fue muy criticado, se le consideró inmoral, etc., pero no hay duda que se acercó a un gran secreto, al secreto lemúrico.

        Los lemures, debido precisamente a su forma religiosa y a su cópula química especial gozaron de facultades que los seres humanos de esta época desconocen. Los lemures podían ver perfectamente las dimensiones superiores de la naturaleza y del cosmos.

        Hoy en día los seres humanos no ven la tierra tal cual es, sino como aparentemente. Es nuestro planeta tierra multidimensional, esto está demostrado matemáticamente, pero en realidad de verdad, la mayoría de las gentes no lo aceptan y es que cada cual es libre de pensar.

        Desafortunadamente los intelectuales de esta época están embotellados en el dogma tridimensional de Euclides, ese dogma siempre ha sido muy discutido. ¡Es claro que ya va pasando de moda!

        Hombres muy sabios han escrito obras extraordinarias de matemáticas que se relacionan en una u otra forma con la cuarta coordenada. A esos hombres se les respeta, nadie se atreve a discutirlos, pero todavía hay gentes que se muestran escépticos, sin embargo la obra aquella Ontología de las matemáticas bien valdría que los intelectuales la conocieran a fondo, profundamente.

        Los lemures pues, cuando levantaban sus ojos a las estrellas podían comunicarse con habitantes de otros mundos. Para ellos era una realidad la vida en otros planetas del sistema solar. La pluralidad de los mundos habitados preconizado por Camilo Flamarion, era un hecho para la raza lemúrica.

        En la Lemuria, antes de cópula química en pleno templo hombre y mujer pasaban por brillantes ceremonias místicas. Se rendía culto a lo divinal, El Gran Alaya del Universo, a eso que los chinos llamaron el Tao, a eso que los gnósticos denominamos inri, a eso que es lo que es, lo que siempre ha sido y lo que siempre será. Obviamente ellos comprendían que no puede existir nada en la creación sin un principio directriz, inteligente, y por ello antes de la cópula química adoraban a lo eternal.

        Con el tiempo la raza Lemúrica fue degenerando poco a poco. Existían enormes ciudades cíclopes. Las murallas de aquellas ciudades fueron levantadas con lava de volcanes, etc. En tales ciudades hubo una gran civilización extraordinaria, hubieron naves que llegaron a cada uno de los planetas del sistema solar.

        Nuestra civilización moderna con los famosos cohetes que tirios y troyanos, hacen descender sobre la luna no es en realidad la primera de las civilizaciones, ni será la última. En verdad se necesita comprender que en el mundo han existido diversas civilizaciones y que la nuestra no es la única.

        Los Lemures tuvieron una gran civilización repito, no temían a la muerte. Sabían, muy bien o conocían muy bien y en forma directa el día y hora de su muerte. Cuando ese día llegaba se acostaban en su sepulcro, sepulcro que ellos mismos hacían con sus propias manos y muy sonrientes pasaban a la eternidad. Los valores psíquicos no desaparecían de la vista de los dolientes, obviamente no habían entonces dolor.

        Así lo han comentado viejos textos antiguos, y yo a mi vez me permito platicar con ustedes sobre estas cosas, porque veo que ustedes han acudido aquí en forma comprensiva. Es claro que no todos los que me escuchan estarán de acuerdo con lo que estamos afirmando, sería absurdo si yo supusiese por un momento que todas las personas que en este auditorio están, aceptan o aceptarían estas afirmaciones. Empero los que en realidad de verdad saben escuchar comprenden muy bien que todo es posible en el Universo, el mundo de las posibilidades es siempre infinito y si alguien comenta sobre textos antiguos vale la pena escucharlo, es obvio.

        Digo que los lemures después involucionaron en el tiempo, entonces sus facultades de percepción se fueron atrofiando lamentablemente. Cuentan muchas tradiciones que después de algún tiempo los lemures empezaron a copular fuera de los templos, que se revelaron contra la dirección de los Kunmaras, que tomaron el acto sexual por su cuenta y que eyacularon el ens seminis, así lo dicen algunos tratadistas. Como consecuencia o corolario perdieron sus facultades trascendentales.

        Cuando la raza lemúrica, en todos los rincones de aquel gigantesco continente que otrora cubriera el Océano Pacífico, se entraba dentro de los templos, los sacerdotes o hierofantes expulsaban a los devotos diciéndoles "fuera indignos". Fue entonces cuando en realidad de verdad el hombre salió del paraíso terrenal con su mujer por haber comido de ese fruto prohibido que le estuviera vedado en otros tiempos.

        En verdad digo lo siguiente: Adán son todos los hombres de la época antigua: mujer Eva, todas las mujeres y cuando se comió de la fruta prohibida hombres y mujeres fueron echados de los templos de Misterios. Sus facultades se atrofiaron y hubo entonces el hombre de trabajar duramente para sostener a su mujer y a los hijos y a la mujer tuvo que traer al mundo sus hijos con dolor.

        Esto que estoy diciendo está muy documentado entre los nahuas, entre los mayas y en muchos pueblos del Asia, siempre se ha hablado lo mismo. He visto códices donde aparecen estas figuras, donde lo que estoy diciendo aparece representado en figuras, he investigado cuidadosamente tales códices, así pues lo que estoy diciendo tiene documentación. Repito no obligo a nadie que lo crea, pero si valdría la pena que los estudiosos investigaron un poco entre mayas, toltecas, zapotecas, etc.

        El que involucionó el ser humano, si, eso estaba mencionado o citado en los libros antiguos.

 

 

CAPÍTULO TERCERO

EL MATRIMONIO

 

        Así que en el amor hay un secreto, y me parece que ha sido muy bien estipulado por Sigmundo Freud "sublimación", dijo; de la energía creadora, mirar el sexo con profundo respeto.

        Obviamente el hombre y la mujer dijéramos son como dos partes de un mismo ser. El hombre salió del Eden acompañado de su esposa y debe regresar al Edén con su misma esposa.

        En otras palabras diríamos: El hombre salió del Eden por las puertas del sexo y solamente por esa puerta puede retornar al Edén, el Edén es el mismo sexo.

        Que ingentes poderes se despertarían si la humanidad aceptara el sistema de Brown Sequard o de la sociedad oneida o del Dr. Krum Heller. Sistemas fundamentales en las viejas tradiciones de la lemuria. Esto es algo que los médicos, los hombres de ciencia podrían investigar. Yo me limito sencillamente a pensar que de la transmutación y sublimación de la energía creadora deviene una transformación psicológica, fisiológica, biológica radical. El Super-Hombre de Niezche podría lograrse mediante la transmutación de la Libido sexual.

        Empero lo principal es saber amar, sin amor, no es posible lograr estos prodigios. Observen ustedes que junto a los grandes hombres aparecen siempre las grandes mujeres. Junto al Buddha Gautama Sakiamuni está Yosodara, su bella esposa discípula. Junto al divino Rabí de Galilea aparece María Magdalena. Obviamente no sería posible para los grandes hombres realizar gigantescas labores como aquellas que han permitido cambiar el curso de la Historia, sino que estuviesen acompañados a su vez por alguna gran mujer.

        El hombre y la mujer en realidad de verdad repito, son dos aspectos de un mismo ser. Eso es claro, el amor en sí mismo deviene de lo ignoto de nuestro ser. Quiero decir en forma enfática que dentro de nosotros mismos, allá en las profundidades más íntimas, poseemos nuestro Ser. Este reviste características trascendentales de eternicidad, este es lo divinal en nosotros.

        El amor, digo es la fuerza que emana precisamente de ese prototipo divinal existente en lo hondo de nuestra conciencia, es un tipo de energía capaz de realizar verdaderos prodigios.

        Valentín y los Valentinianos, tuvieron su escuela, fue una escuela gnóstica donde se estudiaron los misterios del sexo, donde se analizaron cuidadosamente.

        Valentín y los Valentinianos conocieron en realidad de verdad, el secreto lemúrico, sublimaron la energía creadora y lograron el desarrollo de ciertas posibilidades psíquicas, que se hayan latentes en la raza. Se nos ha dicho que Valentín fue un gran iluminado, un gran maestro en el sentido más completo de la palabra.

        El amor en si mismo es algo divino. Miremos nosotros al Cisne. El Cisne Kalahansa es el símbolo del amor, él vuela sobre las aguas del lago de la vida. ¡Un par de Cisnes en algún lago cuán bello es! Cuando uno de la pareja muere, el otro sucumbe de tristeza y es que el amor se alimenta con amor.

        Pero ¡hay que saber amar, desgraciadamente el ser humano no sabe amar! Muchas veces, el hombre trata muy mal a la mujer en su primer noche de bodas, no quiere comprender que la virginidad es sagrada, y que hay que saberla respetar. Podría decirse que viola a su propia mujer, no quiere entender que hay que saber tratar a la mujer con sabiduría, que hay que saber llevarla por el camino del amor.

        En la vida cotidiana riñen muchas veces hombre y mujer, muchas veces por cuestiones insignificantes, riñen. El hombre dice una cosa, la mujer otra, a veces sucede que una palabrita es suficiente para que uno de la pareja reaccione. No saben controlarse a si mismos. No quieren entender que el hogar es el mejor gimnasio psicológico. Precisamente en la vida del hogar podemos auto-descubrirnos, es en el hogar donde venimos a descubrir nuestros defectos de tipo psicológico.

        ¿Nos hieren? ¿Por qué nos hieren? ¿Será acaso que tenemos celos? ¿Será acaso que nos han herido el amor propio? ¿Será que nos han herido el orgullo?… la verdad? o ¿…qué?

        Cuando uno descubre que tiene un defecto psicológico, tiene también la oportunidad para desintegrarlo, para reducirlo a polvareda cósmica. Eliminando nuestros errores, nuestros defectos, un día de estos podremos lograr el despertar de la conciencia.

        Desgraciadamente la gente no quiere cambiar, ni eliminar sus defectos, dice: Yo no soy iracundo, ese es mi modo de ser. Otro dice: Bueno yo soy celoso, así soy, y qué… El de más allá exclama: Yo soy lujurioso, me gustan las mujeres, así soy, así nací, ¿y qué?. Con ese modo de pensar, con ese modo de sentir no es posible lograr una transformación verdadera. Cuando uno reconoce que tiene un defecto psicológico, debe eliminarlo. Uno viene a descubrir que tiene tal o cual error precisamente en la casa, en el hogar. Por eso es que el hogar sirve de gimnasio psicológico para nosotros.

        Muchos se quejan de que sus mujeres son irascibles, de que son celosas. Desean conseguirse otra mujer que sea un paraíso, que sea un ángel bajado de las estrellas, etc. No quieren entender que el hogar es un gimnasio extraordinario y que es allí donde podemos nosotros autodescubrirnos. Precisamente en el hogar tenemos la oportunidad para descubrir nuestros errores y si lo logramos, conseguiremos el despertar de la conciencia.

        Hay que saber amar digo, en las casas debe reinar siempre la comprensión entre el hombre y la mujer. No debe esperar el hombre que la mujer sea perfecta, tampoco la mujer puede esperar que el hombre sea un príncipe azul. Hay que aceptar las cosas como son y tener a la casa como una escuela donde podemos autodescubrirnos. A medida que nosotros vayamos eliminando tantos y tantos defectos psicológicos que tenemos, la felicidad se irá aumentando, y si un día nos tocó sufrir mucho, después ese hogar se convertirá en un paraíso.

        Los celos por ejemplo, es algo que daña en el hogar. El celoso hace de una pulga un caballo. Si la mujer mira por allí a alguien ya está sufriendo, ya le parece que tiene relaciones con otro hombre, etc. Errores de su mente, pero él los toma como realidades. La mujer celosa es lo mismo, hace sufrir al varón. No puede éste mirar a ninguna otra mujer porque ya ella está sufriendo y formando terrible escándalo dentro de la casa. Por ese camino de los celos se sufre demasiado.

        Si uno en verdad investiga cuidadosamente el origen de los celos descubrirá que se deben ellos precisamente al temor, se teme perder lo que más se ama. La mujer teme perder al hombre, el hombre teme perder a la mujer; cree la mujer que el hombre se va con otra; supone el hombre que la mujer se va con otro y claro, vienen los sufrimientos y los dolores. Mas si nosotros eliminamos el temor, los celos desaparecen.

        ¿Cómo podríamos nosotros eliminar el temor de perder al ser amado? Unicamente mediante la reflexión, mediante la meditación.

        Pensemos que en realidad de verdad, nosotros venimos al mundo acompañados del ser amado y solamente nos recibió el doctor partero o la partera, que tampoco trajimos al mundo dinero ni bienes materiales. Es claro que a la hora de la muerte tampoco nos vamos a ir acompañados de la mujer o el hombre. Alguna habrá de quedarse aquí mientras que el otra parte para la eternidad. Así que la muerte nos separa desde el punto de vista físico. Por eso dicen los sacerdotes cuando realizan un matrimonio "os declaro marido y mujer hasta que la muerte os separe".

        En realidad de verdad tarde o temprano llega la muerte, así es. Nosotros no nos llevamos para la eternidad ni un alfiler, ni una moneda, nada de lo que tenemos. Tampoco nos podríamos llevar al ser amado con cuerpo y todo… Entonces , ¿por qué tememos? Debemos aceptar las cosas como son. No debemos tener apegos materiales ni personales porque el momento del desapego suele ser terrible. Uno sufre cuando se apega a algo, sea a una persona, sea a alguna cosa, siempre sufre. Por eso no debemos tener apegos de ninguna especie ni temer.

        ¿Qué tememos? Lo más grave que le podría suceder a un hombre es que lo llevaran al paredón de fusilamiento, ¿y qué? Para morir nacimos, ¿entonces que?, tarde o temprano tenemos que morir, y aquellos que quieren mucho su dinero, que están apegados a su fortuna, tarde o temprano habrán de perderla.

        ¿Por qué temerían? ¿Por qué habrían de temer? Si eso es lo más natural. Así también por qué habríamos de temer la perdida de un ser amado? Esto tiene un principio, esto tiene un fin.

        Cuando uno comprende que todo tiene un principio y un fin, el temor desaparece, hasta el temor de perder al ser amado y cuando tal temor desaparece, entonces los celos se acaban para siempre, ¡Ya no existen! ¡Ya no pueden existir!, puesto que no hay temor.

        Otro factor de discordia entre las parejas, en los hogares, es la ira. El hombre dice una cosa iracundo, la mujer responde con dos piedras en la mano, y al fin terminan en una batalla de platos y vasos rotos, etc. Esa es la cruda realidad de los hechos. Si se eliminara el demonio de la ira reinaría la paz en los hogares, no habría dolor.

        Pero me digo y les digo a ustedes, ¿Por qué tiene que haber ira dentro de nosotros? ¿Por qué somos así? ¡De manera que no es posible que cambiemos! ¡Sí es posible! Yo me propuse cambiar y cambié. Yo fui iracundo, también conocí el proceso de la ira.

        Pero me propuse eliminarla y la eliminé. Claro hubo de pasar por ciertos sacrificios a fin de eliminar la ira.

        Visitaba aquellos lugares donde me pudiera alguien insultar, iba con el propósito de que me insultaran. Sabía de un individuo XX que no gustaba de nuestras enseñanzas y lo visitaba intencionalmente para que me insultara. El hombre me insultaba; duraba media hora, una hora insultándome en tanto yo "me observaba a mí mismo". Observaba mis reacciones internas y externas, los impulsos que vienen de adentro y los que vienen de afuera. Observaba las causas que motivan la ira, pude evidenciar las causas que motivan la ira.

        Pude evidenciar que en algunas circunstancias la ira se producía porque me herían el orgullo, pude comprobar en otras ocasiones que la ira se producía porque me herían el amor propio. Me quería mucho a sí mismo. Pensaba que yo era una gran persona, sin comprender que tan solo era un mísero gusano del lodo de la tierra. Me creía grande, si alguien me tocaba la llaga que había por allá adentro entonces reaccionaba furioso, tronaba y relampagueaba, rasgaba mis vestiduras y protestaba.

        Yo me propuse estudiar todos esos factores de la ira, a través de grandes super esfuerzos y sacrificios conseguí eliminar la ira. Así pues eso de que "yo soy así", no tiene ningún valor si uno es así, puede cambiar, y si uno cambia se beneficia a sí mismo y beneficia a sus semejantes. Hay que aprender a eliminar nuestros errores, es posible reflexionando un poco.

        Que dichosas serían las parejas si se supieran amar de verdad, si el hombre nunca tuviera ira, si la mujer jamás tuviera ira. Entiendo que la "luna de miel" se puede conservar. Desgraciadamente los seres humanos, aquellos que se casan están empeñados en acabar con lo más bello que hay, con la "luna de miel".

        Si se quiere conservar en realidad de verdad la "luna de miel", hay que eliminar la ira, hay que eliminar los celos, hay que eliminar el egoísmo; debemos volvernos comprensivos, aprender a dispensar al ser amado todos sus errores. ¡Nadie nace perfecto! El hombre debe saber que la mujer tiene sus defectos. La mujer debe comprender que el hombre tiene los suyos. Mutuamente deben dispensarse en sus defectos del tipo psicológico. ¡Si así proceden conservarán la luna de miel!

        Entre los antiguos pueblos de Anáhuac, fue Xochipilli el Dios del Canto, del Amor y la Belleza. Xochipilli nos enseña a conservar las delicias indiscutibles de la luna de miel. Es una lástima que la gente no comprenda la doctrina de Xochipilli.

        Es posible conservar la "luna de miel", cuando se aprende a dispensar los errores del ser amado; mas si no se sabe dispensar los errores, la luna de miel se pierde.

        Cuando una pareja se casa, debería entender mejor la psicología. Por lo común uno de la pareja comienza por herir al otro; el otro reacciona y hiere también. se forma un conflicto, al fin el conflicto pasa, los dos se reconcilian y todo continúa aparentemente en paz, mas no hay tal, el resentimiento queda. Otro día hay otro conflicto, se disputan marido y mujer por cualquier tontería, tal vez unos celos, en fin, por cualquier cosa. Resultados: Pasó el conflicto y queda otro resentimiento y así de conflicto en conflicto, los resentimientos van aumentando y la luna de miel se va acabando. Por último ya no hay tal, se acabó. Lo que hay son resentimientos de lado y lado y si no se divorcian si continúan unidos ya lo hacen por un deber o simplemente por pasión animal y eso es todo.

        Muchos matrimonios ya no tienen nada que ver con el amor. El amor de hoy en día huele a gasolina, a celuloide, a cuentas de banco y eso es todo.

        Lo más grande, el error más grave que pueden tener un hombre y una mujer es acabar con la luna de miel. Podrían conservarse a condición de saberla conservar. ¿Qué te insultó la mujer?, ¿qué te dijo palabras feas?, tú manténte sereno, apacible, no reacciones por nada de la vida, muérdete la lengua antes de contestar. Al fin ella al verte tan sereno sin ningún tipo de reacción se sentirá tremendamente avergonzada y te pedirá perdón.

        ¿Te insultó tu marido, mujer?… ¿Qué te dijo?… ¿Te está celando con el novio que tenías antes? ¿Qué pasó?… ¿Está hoy él de mal carácter?… ¿Regresó de la calle tremendamente neurasténico?… Tu manténte serena, alcánzale su comida, su ropa, ayúdalo a bañar, bésalo, ámalo y cuanto más te insulte, tú más ámalo. ¿Qué sucederá al fin? Pueden estar ustedes seguras mujeres que el hombre al fin se sentirá tremendamente arrepentido, sentirá que el remordimiento le traga el corazón y hasta se hincará para pedirte perdón, verá en ti una santa, una mártir, se considerará un tirano, un malvado. ¡Habrás ganado la batalla!

        Si ambos hombre y mujer proceden así, si actúan de acuerdo con esta fórmula, puedo garantizarles que no se pierde la luna de miel, porque el hombre va aprendiendo poco a poco a dominarse, al comprender que su mujer es una santa, y la mujer poco a poco va aprendiendo a controlarse, a medida que se va dando cuenta que su varón es tremendamente noble. Llega el momento en que ninguno de los dos quiere herirse, se idolatran, continua la luna de miel, durante toda la vida.

        Este es el arte de amar y de ser amado ¿Llora tu mujer?, bésale sus lágrimas, acaríciala, ¿qué ella no acepta tus caricias?… bueno aguárdate un poco que le pase la ira.

        La ira tiene un principio y tiene un fin. Cualquier tempestad por muy fuerte que sea tiene su principio y tiene su conclusión. Aguarda un momento y verás el resultado. Lo importante es que tú no te enojes, si lo logras, si te controlas a ti mismo, al fin ella vendrá mansita a pedirte perdón y cuán grande es la dicha de la reconciliación.

        Hoy día de San Valentín y los valentinianos, debemos tocar a fondo todas estas cuestiones del amor. En realidad de verdad hay que aprender a vivir.

        Ser intelectual es cosa fácil, basta meterse a una biblioteca en el cerebro, y queda listo, pero sabe vivir ¡Cuán difícil!, muy pocos son en verdad los que saben vivir.

        Hay que empezar por el hogar, hay que empezar por ser un buen dueño de casa, el hombre que no sabe ser buen dueño de casa, que no sabe vivir en su casa con su mujer y con sus hijos, tampoco sabe vivir con la sociedad. Desgraciadamente muchos creen ser ciudadanos perfectos y aparecen como tales ante el veredicto solemne de la conciencia pública, mas en su casa no saben vivir.

        He podido observar algunas organizaciones, conozco una: el señor malbarata mucho sus dineros, los derrocha. Total siempre está debiendo la renta y esto es algo muy triste. Siempre debe a todo el mundo, no paga porque no quiere. Cuando llega a tener, malgasta los dineros, y su mujer pasa mucha hambre, muchas necesidades, sus hijos sufren lo indecible. Alguna vez se les ha puesto de patitas en la calle por falta de pago claro está.

        Se le nombró en alguna ocasión. Director de una Escuela Filosófica, al poco tiempo sucedió que en esa escuela no había quien pagara la renta, se debían varios meses de renta del edificio, teléfono, nadie pagaba el teléfono, conclusión: iba tal organización por el camino del fracaso, ¿por qué?… porque aquel buen vecino no sabía vivir en su casa y mucho menos vivir en organización.

        Quien quiera en realidad ser un buen jefe de alguna organización, sea ésta una empresa, sea esta una escuela, debe empezar por aprender a ser un buen dueño de casa.

        Hay muchos que dicen: Bueno, a mi lo que me interesa es la ciencia, el arte, la filosofía, etc. Eso para mi no tiene la menor importancia y tratan a su pobre mujer a patadas. Conclusión: Resultan un fracaso en las diversas organizaciones en donde trabajan, sean en las empresas, o sea sencillamente como líderes sindicales o como maestros de escuela, etc.

        Quien no sabe ser un buen dueño de casa, tampoco puede ser un ciudadano útil para sus semejantes.

        Hay que aprender a vivir, saber vivir con verdadera inteligencia, y gran comprensión.

        Algunos se afanan por casarse, y eso es muy grave; sobre todo las pobres mujeres. Las he conocido pues, ya llegándose a la madurez, en vísperas de perder la floreciente juventud, cuando ya el tren está por dejarlas. Cuánto sufren yendo a ver a quienes se casan, de ninguna manera están dispuestas a quedarse para vestir santos. Ellas dicen entre quedarse una para vestir santos o resolverse a desnudar borrachos, será preferible lo segundo y hasta cierto punto tienen razón las pobrecitas.

        Pero se afanan demasiado, y al fin tratan de conquistar por allí al que puede, como puede. Hacen de "vichita" para lograrlo; y logran casarse algunas veces, pero el fracaso es inevitable, porque hay un dicho viejo que dice "Matrimonio y mortaja del cielo baja", y eso es verdad.

        Hay una ley que muchos aceptarán y otros no. Yo sí la acepto, y los que quieran aceptarla que la acepten: La Ley del destino, pienso que para cada mujer hay un varón, pienso que para cada hombre hay una mujer. Entonces será mejor que ellas aguarden el hombre que les ha de tocar. Si no les tocó un hombre, pues ni modo, a conformarse, a resignarse y a resolverse a vestir santos, más si les tocó, pues maravilloso, tendrán entonces que resolverse a desnudar borrachos.

        En realidad de verdad sería preferible quedarse una mujer solterona que casarse para fracasar. Cuando se quiere forzar el paso cuando, quieren casarse "a la brava", "a la malagueña" como se nos ha dicho el resultado es el fracaso. Tarde o temprano el cupidito de sus ojos se va y la pobrecita queda allá lejos suspirando, llorando, o enseguida va a buscar alguna mujer cartomántica, para que le eche la buenaventura y le diga si su adorado tormento va a regresar o no.

        Esa es la cruda realidad de nuestros días. Hay algunas mujeres que intenta agarrar al hombre por el lado sexual. Dicen: Bueno, me entrego a este hombre y tal vez así logro que él se case conmigo, el hombre le trae el firmamento, las estrellas, los palacios de oro de las mil y una noches, se las pone a sus pies. Ella se entregó ¿Qué sucede?, queda embarazada y el hombre, ¿qué?… jamás volvió a saber de tal hombre.

        Vean ustedes en cuantos errores caen las mujeres que cometen el error de querer precipitar el matrimonio "a la brava"; eso es falta de fe en el destino, en Dios, o como ustedes quieran denominarlos.

        Más vale que las mujeres sepan aguardar un poco. Algunos hombres cometen el error de querer precipitar un matrimonio, el resultado suele ser bastante grave. Casarse con una mujer que no le corresponde de acuerdo con la ley del destino les implica un fracaso, eso es obvio.

        Por allí hay un dicho vulgar que dice "El matrimonio no es precisamente el cuerno de la abundancia, pero sí es la abundancia de los cuernos". A los hombres que no saben de verdad aguardar un poco, y que quieren precipitar el matrimonio a la fuerza, terminan después con su buen par de cuernos, y eso es triste.

        Por allí, hay otro cuento que dice lo siguiente: Un hombre se fue por allí a los profundos infiernos, porque había sido muy malo y encontró al diablo, se acercó al diablo y le dijo: "Buenos días" -le dice-: ¿Quién es usted? -él le responde-: atrevido, grosero,: A mi no se me habla así, no ve que soy el diablo?… Bueno dispénseme Ud., Sr. Diablo, ¿Usted es casado? -Respuesta-: Atrevido ¿Quién te ha dicho que el diablo se casa? Bueno -le dijo- es que le estoy viendo los cuernos en su frente.

        A eso se expone en verdad el hombre que quiere forzar el matrimonio a la fuerza. Hay jovencitas de 14, 15, 16 años que quieren casarse, tienen un noviecito que no sabe todavía cómo se deben ganar los frijoles pero quieren casarse. Resultado: Fracaso porque claro está, todavía no tienen experiencia en la vida y tarde o temprano la mujer se cansa de tanto aguantar al hombre y hasta luego amigo, no queda más remedio.

        Hay que ser pues mesurados, el matrimonio lo considero yo como algo muy serio, muy grave. En realidad de verdad hay 3 acontecimientos muy graves en la vida:

        1.- Nacimiento

        2.- Matrimonio

        3.- Muerte

        Son los tres acontecimientos más importantes de la existencia, así pues piensen ustedes lo que significa el matrimonio. No debemos casarnos con una mujer que no nos pertenece en espíritu, nuestra amada debe ser espiritual en el fondo. ¿Qué haría el varón casándose con una mujer calculadora, interesada, celosa, enamorada?, fracasaría lamentablemente. O qué haría una mujer casándose con un varón enamorado, con un varón de malas costumbres, o mala conducta, con un varón que en su casa fue siempre un mal hijo, mal hermano y que en la calle ha demostrado siempre ser mal amigo. El resultado tiene que ser el fracaso, eso es obvio. El que es mal hijo, el que es mal hermano, el que es mal amigo no puede ser en modo alguno un buen esposo, eso es obvio.

        Mirando todas estas cosas desde diversos ángulos, comprenderemos lo delicado que es precisamente el matrimonio y el amor. Lo interesante es entenderlo y actuar de acuerdo con nuestra comprensión creadora.

        Hay mujeres que no quieren aprender a hacer sus oficios domésticos, pero sí quieren casarse. No saben cocinar los alimentos o guisarlos, pero quieren casarse. No sabrían coser un traje del marido, pero quieren casarse, y el día que lo hacen se encuentra el pobre hombre con que la mujer no sabe hacer ni qué hacer.

        Con una criada o sirvienta claro está que sí, pero si no sabe ella hacer nada, ¿cómo puede dirigir a otros?. El dueño de una fábrica debe conocer la fábrica, para poder dirigirla sabiamente. Un maestro de escuela debe de conocer todas las materias que se enseñan en la escuela. Así también es claro que una mujer debe conocer el quehacer de la casa si es que en realidad de verdad intenta mandar a la servidumbre. Mas si quiere mandar a la servidumbre, y no conoce el quehacer, ¿cómo haría para mandarla?… ¿Cómo haría un general que no sabe milicia para mandar las tropas al campo de batalla? ¿Cómo haría para dar estrategia si nunca ha estado en el ejército?, si solamente es un general fantasma y nada más.

        Uno debe saber su oficio, tanto hombres como mujeres, debe conocer su oficio y conocerlo bien, eso es claro. Mas hay mujeres también que quieren que el marido haga todo el quehacer. El tiene que llevar al muchachito, tiene que cambiarlo de ropa, limpiarlo y darle hasta el biberón, eso tiene que hacer, eso me parece que no está correcto.

        El hombre tiene sus deberes, sus obligaciones y la mujer las suyas. El hombre tiene que salir a la calle para luchar, para conseguir los dineros, tiene que ir a trabajar y la mujer que ver por su hogar, conocer el quehacer, criar a sus hijos.

        Por estos tiempos, está acaeciendo algo terrible, quiero referirme a la crianza de los niños. Ya muchas madres no quieren darle pecho a sus hijos. Resultado: Es que la raza se está levantando débil, enclenque, imagínense que es lo que significa la leche materna, está relacionada con la glándula timo, que rige el crecimiento de las criaturas, es una glándula muy importante que viene a dejar de actuar en la mayoría de edad. Como quiera que las glándulas mamarias están relacionadas con la glándula timo y es obvio que por ley de relaciones la leche materna está íntimamente vinculada y preparada para el niño que viene al nacimiento. Desafortunadamente ya no quieren las madres darles el pecho a sus hijos. Esa leche materna tan vital para el crecimiento de las criaturas, cuando se le niega al niño, produce efectos desastrosos, se levanta débil, enfermo y falto de inteligencia.

        En los tiempos antiguos las madres les daban el pecho a sus hijos con toda naturalidad. Era normal que en tiempos antiguos estuviera alimentándose exclusivamente con la leche materna, durante dos o tres años de su vida. Sólo después de ese tiempo comenzaban a darles otros alimentos y veían que clase de hombres tan fuertes había en otros tiempos.

        Pensemos en la fortaleza de nuestro General Francisco Villa. Pensemos en esos hombres antiguos, esos hombres del siglo pasado, que como Morelos levantaban una espada pesadísima para sostenerla durante horas enteras en el campo de batalla. Hay espadas romanas que hoy en día no levantaría un hombre solo, que se necesitan dos hombres para cargarla.

        La raza se ha debilitado por todas esas malas costumbres, lo peor de todo eso, negarle la leche materna al niño. En nombre de la verdad que esto me parece terrible, monstruoso.

        Los hombres antiguos eran muy, muy fuertes porque sus madres no les negaban el pecho.

        Así que en realidad de verdad, nuestra raza marcha por un camino involutivo descendente. Se multiplican las enfermedades en gran manera, y eso se debe a que no se posee desde la niñez, una verdadera fortaleza. Ahora solamente se les da a las criaturas agua, leche y eso es todo, y eso reglamentado cada 3 horas, aunque la criatura llore amargamente no le vale su llanto, tiene que aguantarse 3 horas, así se está corrigiendo la naturaleza.

        Amigos, damas, pensemos en todo esto, es bueno que tratemos de regenerarnos, es bueno que aprendamos a amar, es bueno que nosotros todos aprendamos la necesidad de saber vivir en el hogar. No hay nada más bello que el matrimonio, no hay nada más bello que el amor.

        Desgraciadamente somos nosotros los que estamos dañando el encanto del hogar.

        En Rusia ya las jóvenes no quieren casarse. Por lo que dicen tienen razón. Porque se les somete a tantos reglamentos a tanta mecanicidad. Para que se les quite a sus hijos y se los lleven lejos del hogar. Para que se les someta a distintos experimentos científicos. En esas condiciones tienen razón las jóvenes rusas de no querer casarse, están desilusionadas y con justa razón.

        El gobierno ruso se encuentra ante ese gran problema.

        Digo que en verdad es necesario saber respetar el amor, digo en verdad que es necesario saber respetar el hogar, saber criar a los hijos, saberlos educar.

        Amigos, es necesario aprovechar esa energía creadora maravillosa del sexo. Esa energía fluye desde el núcleo de cada átomo desde el núcleo de nuestro sistema solar y desde el núcleo de cada galaxia, del espacio estrellado. El amor en sí mismo fue respetado siempre, y nunca jamás la humanidad había caído en un estado de degeneración sexual como el de estos tiempos. Hay países donde ya el 90% o el 85% de sus habitantes son homosexuales o lesbianas.

        No quiero citar tales países porque en modo alguno debemos herir a ninguna persona, organización o nación, pero así está degenerada la humanidad por estos tiempos. Incuestionablemente el homosexualismo y el lesbianismo se debe precisamente al abuso sexual. Las gentes ya involucionadas del antiguo continente Mu cuando querían crear se unían sexualmente, nunca cuando no querían crear. Me refiero a la gente que ya había involucionado, porque las gentes regeneradas de la mitad de la Lemuria en épocas en que la humanidad no salía del estado paradisiaco, no eyaculaban como ya dije el ens seminis, y cuando se unían para crear, lo hacían en forma mística y trascendental. Nosotros las gentes de esta época hemos involucionado demasiado, ahora el sexo se ha convertido en juego, en deporte.

        En París se nos ha dicho que hay gente fornicando, copulando en plenos parques. Las autoridades de París nada dicen sobre eso. Así que por todas partes abunda la degeneración.

        Nosotros debemos tratar de buscar el camino de la regeneración, debemos amar intensamente a la mujer, debemos ver en ella un poema milagroso como el de las Mil y una noches, debemos escanciar el vino de la sabiduría si es que queremos vivir rectamente.

 

 

PAZ INVERENCIAL

 

 

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