Sabes, yo
quisiera regalarte el sol,
que con su
resplandor guíe siempre tu camino,
para que
nunca vuelvas a equivocarte,
y esta vez
no mires atrás.
También
quisiera regalarte la luna,
y que
cuando levantes tu mirada al cielo
en la
oscuridad de la más bella noche
ahí me
encuentres y nunca me olvides.
Y si
quieres te regalo mi estrella
esa, la
más brillante, la más hermosa,
donde
guardo mis sueños como mi tesoro,
la que ya
es tuya, porque en ella estás tu.
Te
regalaría el más sublime atardecer,
donde
puedas pedir con esperanza
que nunca
deje de latir tu corazón
al compás
del más puro sentimiento.
Sabes, yo
te regalaría mis ojos,
si
pudieras ver el mundo como lo veo yo,
y me
arrancaría el corazón para ti,
si
pudieras sentir lo que siento yo.
Pero hay
algo en mi que ya es muy tuyo
esas son
mis oraciones, son para ti,
para que
nunca existan sombras en tu vida,
para que
donde quiera que estés,
seas
feliz.
Por: Ana Laura Bojórquez
Valdez
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