No me digas nada, no quiero escucharte, si me hablas solo
percibiré tu voz, pero no entenderé tus palabras, solo le creo a tu presencia
que no miente, al latido de tu corazón en mi oído pegado a tu pecho, a tus
brazos que me rodean y me dan calor, a tu mirada que me besa el alma cuando
estás frente a mi, llenando el silencio.
No entiendo las palabras de amor en la distancia, se
confunden y se pierden entre el viento y no llegan hasta mi, no lo digas, no
digas que te quedas, porque entonces sabré que te irás, mejor guarda silencio y
quédate, quédate conmigo siempre.
Ana Laura Bojórquez Valdez
Mayo 2004 |