BOGA MAR ADENTRO...

    Cada vez que he leído y conversado con personas que han sido canalizadas o se han "autocanalizado" en virtud de su expansión de conciencia, observo que la mayoría pasa en algún momento por un período de incredulidad.  De alguna manera, el derrumbar murallas que en lo colectivo se han solidificado como norma o regla, es motivo de temor.  No es fácil experimentarse como una fuente rebosante de agua... percibirse unido con el suelo que pisas, con el árbol que observas, el hombre o mujer que frente a frente en la calle te topas... no es fácil escuchar voces, tener visiones, ser más sensible a la atmósfera de dolor que se tiende sobre la humanidad, así como al amor que aflora, la espontaneidad... la alegría del presente.  Estas cosas son incomprendidas cuando hay una idea de "normalidad"... y la "normalidad" que entendemos desde diferentes sectores como "cordura", "moralidad",  "inteligencia", "buen gusto" y "educación", atesora muchos de los llamados "implantes":  programaciones que son tinieblas en el  camino de nos tiende el corazón.  Muchas de nuestras decisiones, son producto de nuestro sometimiento por los implantes y prejuicios.
    ¿Qué es la pureza?.  Incluso pretender ser "buenos" y sonreir ante un real sentimiento de enojo o disconformidad... eso, es un implante.  Somos más que eso, mucho más que eso... y en la medida en que lo descubramos, renace la pureza.
 

    Hace un tiempo... buscaba respuestas ante una situación de cambio en mi vida.  En situaciones como ésta, pido claridad para ver el camino, que la bruma se disperse... porque sé que la decisión está tomada.  Curiosamente a mis manos llegó un libro de  Nuevo Testamento, debo reconocer que llevaba años sin leer un versículo bíblico... por razones ideológicas quizá, porque me atraían otras lecturas también.  Por un instante, después de pedir guía, en mi mente apareció como si estuviera escrito sobre un papel lo siguiente:  "Lucas 5, 4".  Para los que practican arduamente y de corazón  el cristianismo o el catolicismo han de reconocer que se trataba de un evangelio y que el 5 era un capítulo de dicho libro.  No presté atención a esta señal... de alguna manera negué la conexión, pero el dato volvió a presentarse de manera insistente.  "Está bien"... pensé.   Se trataba de un pasaje de Jesús, cuando termina de hablar desde una barca a la multitud. La barca era de Simón, un pescador y el versículo decía lo siguiente:

"Cuando terminó de hablar, dijo a Simón:  Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar".

    Simón le respondió que todo el día habían estado trabajando y nada habían pescado, pero aún así, echó la red.  Y cual fue la sorpresa de Simón, que las redes hasta que se le rompían de tantos peces que encontraron, tanto que avisaron a otros pescadores.  La primera reacción de Simón fue pedirle a Jesús que se apartara porque él era pecador.  El temor se había apoderado de él y de todos.  Jesús le contesta:  "No temas; desde ahora serás pescador de hombres".

    Estas palabras fueron suficientes.  Ahí estaba revelado mucho.  El inmenso mar de la abundancia... nuestro mundo interno, que es también lanzarse a la vida misma, sin tapujos y atoramientos de ningún tipo.  ¿Qué tanto creemos merecer esa abundancia?.  En ocasiones, al tenerla en nuestras manos, nuestra reacción es como Simón, a pesar de que no cuestionamos inicialmente el lanzar las redes... pero aquel impacto... esa sensación de desbordamiento... de vernos ilimitados, infinitos.... multidimensionales... asusta!, y hay algo que nos arrastra a ser más "normalitos", a lograr "estabilidad" o que las cosas sean iguales, es una muy común resistencia al cambio.  Simón se sintió poco merecedor, puesto que era pecador, ¿cómo era posible que ahora sus redes se atascaban de peces y que el Maestro lo ayudaba de esta manera?... pero él aventó sus redes y finalmente comprendió este hecho, fue más allá y compartió la abundancia con cuanto pescador estaba presente.  Este aprendizaje, fue su transformación.

    Así, esa fuente rebosante, cuando la sentimos como parte de nuestra naturaleza, cuesta  no compartirla.  Y ese es un motivo que mueve a cooperar en el hermoso despertar  al artista, escritor, conferencista, maestro, guía espiritual, amigo, padre, hermano que haya encontrado el mar de la abundancia, su mundo de sueños cumplidos.

    Somos vida y la vida es abundancia, es afluencia, es nuestra naturaleza.
    Negar nuestra naturaleza... es negar nuestros ideales, nuestros sueños... al Universo mismo... a Dios.

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"Alegría hermanos.  Unámonos todos, la Unión es necesaria vivirla a plenitud.  El juicio nos aleja cada día más de nuestros hermanos y no nos permite ver la realidad del Ser.  Que todos somos Uno en el amor.  Seamos pacientes, se presentarán acontecimientos para los cuales hemos de permanecer firmes en la fe y la voluntad.  Hermanos que necesitarán guía, requerirán de vuestro esfuerzo.   El despertar es paulatino.  Hay pensamientos nocivos (que cual veneno afectan a la  mente y distorsiona su trabajo... así, en vez de crear, se dedica a destruir, a negar).  Hemos de desechar dichos pensamientos.  Lo que uno logra, puede significar el logro de otros más, de eso se trata la Unión, de saber que el logro de uno es el logro de todos, no cabe entonces la envidia o el desaliento cuando el que está a nuestro lado se encuentra a sí mismo, avanza o progresa.
Unámonos, fervientemente.  Es necesario".


Alianza Rubí