En el ámbito clínico de la psicología y la psiquiatría, áreas en las cuales como profesional me desenvuelvo, el índice de niños diagnosticados con déficit atencional y/o hiperactividad, es alarmante.  Pero lo que como padres o profesionales en el área de la salud y educación  nos atañe, es lo que respecta a las medidas que se han tomado para "aplacar" el exceso de energía del cual son portadores estos niños.  Prescripción de fuertes medicamentos, normas severas para inculcar la disciplina, expulsiones o suspensiones escolares, etc., son acontecimientos ligados con frecuencia a estos casos en la actualidad tan comunes.

Hoy día es un evento cotidiano oir decir:  "los niños de ahora nacen bien sabidos".  Cierto es... los niños de ahora... están llegando al mundo con otro código genético, otra frecuencia vibratoria.  Le llaman índigos,  porque es el color que corresponde a la tonalidad que toma el aura de la persona cuando el chakra frontal o del tercer ojo está desarrollado.  La frecuencia índiga es algo que podemos desarrollar, es decir, un índigo nace y se hace... si llegamos a escuchar nuestra voz interna con el trabajo constante en nuestra espiritualidad.

Muchos padres de familia resultan aquejados por estas circunstancias que se dan alrededor de sus hijos, pero es importante que estos reciban mucha comprensión, puesto que su nivel de energía está más acelerado para este nivel denso de materia y esto se manifiesta a través de sus constantes juegos, a veces no duermen lo normal, no se conforman con explicaciones salidas de la manga o con simples "porque sí" o "porque no".   Ellos buscan profundidad en sus reflexiones y además, están dispuestos a romper esquemas en otrora aceptados.  Por ejemplo, muchos niños en la actualidad, suelen hacer uso de su creatividad para explicar ciertos sucesos, con firmeza lo expresan ante los adultos y llegan a sus propias soluciones, además, tienen mucho que decir, vienen a mostrarnos un nuevo ángulo del ser en evolución.  Con la autoridad o solemnidad de un anciano, en ocasiones nos dejarán boquiabiertos; sin embargo, nos recuerdan que son niños y que como tal deben ser tratados, por lo que los gritos, golpes o fuertes castigos en los que se les somete a hacer únicamente lo que diga el adulto sin darles la opción de decidir (sin fomentar su  criterio o pensamiento crítico) son formas obsoletas que no harán más que reprimir la sabiduría que traen estos niños y cuya energía.. sin la orientación debida, puede llegar a nublarse o distorsionarse.

Muchos padres de familia son presa de la angustia y se preguntan qué pueden hacer con la negación rotunda del niño a ir a la escuela, con los constantes "fracasos" académicos o las perseverantes notas de "mala" conducta que envían diligentes las maestras.  En primer lugar, es necesario que se informen acerca de las escuelas con  enfoque personalizado, escuelas de aprendizaje significativo, en el que se le da prioridad al autoconocimiento, a la educación holista, la espiritualidad.  Son escuelas en las que se ha trascendido esa idea del que el alumno es un banco en el que se almacenan datos y así se descubre en un examen qué tan bueno o preparado está el estudiante... esto no hace más que confirmar la capacidad de memoria, pero nada más.  Algunas de estas escuelas son de alto costo, pues se necesitan más recursos y mayor interés por parte de las autoridades competentes.  El oprimido... seguirá oprimido en tanto no descubra todo su mundo interno,  por lo que hasta cierto punto, resulta peligrosa este tipo de  educación... para un sistema controlado por minorías, consumista y todo lo demás.

Por otro lado, en cuanto al tratamiento que estos niños puedan recibir, es importante tomar en cuenta que el campo alternativo, nos ofrece una serie de opciones por demás nobles.  El niño puede recibir terapia psicológica en la cual elaborará su experiencia y podrá integrar sus elementos emocionales, mentales, etc.; pero además tenemos terapéuticas de gran utilidad que pueden complementar el anterior trabajo, como son las que ayudan a armonizar o a equilibrar sus centros energéticos para que encuentren un cauce adecuado y de esta manera  asimilen el mundo sin necesidad de angustias, temores o inseguridades... así tenemos el reiki, la bioenergía, terapias corporales en donde liberen y expresen su ser genuino, el masaje atlante (del cual hablamos en nuestro segmento de terapias) y otras formas más benévolas y eficientes.

Los niños de la Nueva Era, vienen a romper paradigmas.  En sus venas fluye el coraje del rebelde que en virtud de su ideal mueve mares de indómita naturaleza... son facultades que pueden cultivar y ser dirigidas con amor para que maduren y cumplan sus propósitos.

Algunos proceden de las estrellas:  Hermanos del Espacio reencarnados y llevan tiempo en este planeta; otros son niños originarios de la Tierra, pero muy evolucionados:  el remanente que mejor aprovechó su avance evolutivo.  Unos pocos vienen en misión específica y no traen Karma.

Los niños de la Nueva Era, se ajustan a las leyes del plano, por lo que han de ser en muchos aspectos como los demás.  La niebla densa del mundo los cubre con el velo del olvido y no recuerdan quiénes son; pero dentro de ellos, están grabados sus ideales y propósitos que se esforzarán por cumplir.  De esta manera, siendo uno más en el mundo y aunque adquieren una personalidad, queda más alejada esa apariencia de sobresalir y sentirse importantes que se llama "orgullo espiritual"; lo cual desvirtuaría su labor y los sacaría del camino.

Como son bastantas inteligentes y destacan en forma normal, no hay que tratarlos como niños sobresalientes ni hacer que se sientan superiores.  A veces, la vanidad de algunos los pone en ese peligro.  Si aceptan la vanagloria, pueden caer en la arrogancia y entonces olvidarán su servicio que no se puede manifestar sino a través de la humildad, impersonalmente.  En ocsaiones, si les dan el mando al Yo Humano, realizarán de manera parcial su labor.

Otros de estos niños sufren traumas, porque no los entienden y los adultos piensan que son "inferiores o anormales", lo cual no es la verdad.  No siempre se adaptan bien a la convivencia humana y ellso mismos no entienden sus desajustes con el medio, su falta de motivación y descontento.  Precisan amor y a veces no lo tienen.  El ambiente es duro y los golpea internamente.  Si no están bien fortalecidos, algunos se tambalean, se desvían.  No siempre logran cumplir sus propósitos.

Comienza un ciclo de transformación rápida en la Tierra. Debemos estar preparados para los acontecimientos venideros.  Educar y dirigir bien a los niños de la Nueva Era... es indispensable, puesto que son las semillas del futuro para la transformación y renovación del mundo.