“EL ALMA HUMANA”

Hablamos de que nuestra alma es un instrumento de contención divina que fue creada en el inicio de este día cósmico para contener a nuestro espíritu.

 

 

"Instrumentos sagrados de contención divina fueron hechos para contener al Gran Espíritu"

 

 

Y fue creada el Alma, donde fue depositada la Esencia más pura que existe en el universo: NUESTRO REAL SER, el cual es una expresión de nuestro DIOS PADRE CREADOR.

 

 

En los primeros tiempos, éramos seres completamente felices, debido a que, en nuestra alma solo había luz.

 

 

"Luz que inundaba completamente a nuestra alma, como el sol inunda de luz nuestro hermoso planeta, la claridad era mas grande que el mismo sol que conocemos."

 

 

Dentro de esta maravillosa posibilidad, también se nos doto de libre albedrío y todas las almas lo empleamos como mejor nos complació.

 

 

Dentro de este libre albedrío caímos muchas almas en el primer pecado en contra de nuestro padre,   la desobediencia.

 

 

Después de la desobediencia a la que fuimos sujetos, nuestra alma recibió la primer inyección de sombra.

 

 

Y la sombra que se infiltro en nuestra alma, lo hizo como una neblina negra, que con el tiempo se fue solidificando hasta convertirse en una roca dura como el acero.

 

 

Esta sombra, fue rodeando a la luz que habitaba en nuestra alma y la hizo prisionera.

 

 

Una vez que la sombra hizo prisionera a la luz, por causa de nuestra desobediencia.

 

 

Nuestra alma se fue contaminando de mas neblina, la que se reproducía como esporas marinas.

 

 

Hasta dejar nuestra alma completamente cubierta de sombra y nuestra maravillosa luz secuestrada por la sombra.

 

 

La conciencia que tenemos ahora es el resultado de aquellos primeros días de desobediencia, del cien por ciento de conciencia que poseíamos, ahora solo tenemos un tres por ciento.

 

 

El restante noventa y siete por ciento, esta cautivo dentro de la roca sólida de la sombra que se fue compactando dentro de nuestra alma.

 

 

Esto no sucedió de un día para otro, fue con el paso del los siglos en los que fuimos enviados como peregrinos a diferentes lugares del universo.

Todo con la finalidad de aprender a ser como es nuestro padre.

 

 

Al salir de nuestro hogar original, se cerraron las puertas a nuestras espaldas y lo primero que encontramos fue un laberinto, en el cual existían muchas entradas y cada cual tomo la que mejor le pareciera y nos perdimos en ese espacio de tristeza y desolación.

 

 

Ahí conocimos por primera vez lo que es el dolor humano, ahí conocimos el miedo, ahí en ese terrible laberinto, cada vez mas denso y lleno de espinas perdimos nuestras coronas que poseíamos.

 

 

Éramos todos príncipes hijos del Gran Rey de la Creación.

 

 

Y poseíamos siete Coronas, las cuales eran virtudes Divinas que se fueron cayendo una a una, en su lugar se posesionaba un manojo de sombras que buscaban imitar lo que eran las autenticas virtudes heredadas por nuestro padre.

 

 

Y con el pasar del espacio, fuimos perdiendo al memoria, debido a las inclemencias del tiempo, aunado con el laberinto donde nos encontrábamos.

 

 

Esto fue al principio del día cósmico, ahora esta por terminar el día y nuestro padre clama nuestro regreso.

 

 

Las trompetas se hacen sonar en el universo.

 

 

Las puertas de nuestro hogar se han abierto de par en par.

 

 

Y nuestro Gran Padre Madre nos espera junto con nuestros hermanos en la mesa para cenar con Él.

 

 

Hoy hay fiesta en casa de nuestro padre y nuestros trajes están listos, los ha preparado nuestro creador para recibirnos como lo que somos, sus hijos.

 

 

Ya es tiempo de regresar, ya es tiempo de reconocernos, ya es tiempo de recordar lo que somos, ya es tiempo de estar eternamente a su lado.

 

 

La mesa esta servida, los platillos están puestos con los mejores manjares.

 

 

Nuestras almas ya están cansadas de vagar, de sufrir, están sedientas del néctar aromático que se respira en casa.

 

Vayamos niños, hermosas joyas preciosas,   de regreso a nuestro nido Original.

 

Recodemos el camino y caminemos todos juntos y cantando canciones a nuestro Padre que nos espera en la puerta con los brazos abiertos.

 

Avanzando, liberando a la luz cautiva, derribando los muros que tienen prisionera a nuestra luz.

 

Purificando nuestra alma y al final llegaremos, porque sabemos que somos guiados y protegidos de día y de noche por nuestro maestro, por nuestro PADRE MADRE CREADOR DE TODOS NOSOTROS.

 

 

Por lo hermoso que habita en nuestro corazón, hermanos míos, caminemos hacia la victoria final, hasta la purificación de nuestra alma, sin desmayo hasta nuestro hogar.

 

Así sea por siempre.

Almas Gemelas Siamesas.

Por: Samael Aun Weor.