TEMA 4
4.-El día de muertos en la ENEP Aragón.
Según la historia nos cuenta que estas son festividades en las que es el momento de consolidar las relaciones familiares y de honrar a los parientes desaparecidos, son un periodo de intensa actividad: los hombres son los encargados de desyerbar el panteón y limpiarlo, y de matar y desplumar los guajolotes que las mujeres cocinaran mas tarde en grandes ollas.
Hasta hace unos años los tamales y el mole se colocan en el altar, pero uno de los sacerdotes de la parroquia los convenció de que eso estaba mal y desde entonces ponen la carne cocida y los tamales en tenates o canastas colgadas enfrente del altar.
Por lo que la tradición del altar nos dice que este lleva los colores blanco, morado y rosa (El morado significa luto o muerte y el rosa alegría, o sea, la muerte alegre). Tendrá tres niveles; en el primer nivel (en el piso) se forma un camino con los pétalos de la flor de Tzempoatlxocitl, vasos con agua para mitigar la sed del difunto y una cruz con ceniza o sal que a de servirle al anima para limpiar sus culpas; en el segundo nivel, se coloca la comida preferida del difunto recordado, así como, una copa de vino la cual significa los agradables momentos de su vida, y el tepache con el que enjuagara el mal sabor de los recuerdos amargos, se coloca mas veladoras y calaveritas de dulce, según los visitantes que se esperan; en la parte superior(3er. Nivel), el pan de muerto y la calavera mayor, además no debe faltar la cruz formada por cuatro cirios, pues esto significa los cuatro puntos cardinales y permitirán que las almas lleguen de cualquier sitio donde estén.
Para los niños es una época feliz mientras se deshojan las flores de Tzempoatlxocitl, ríen y se cuentas historias; estos pétalos servirán para hacer cruces y caminos al frente se sus casas, y así las animas sabrán que la ofrenda esta lista.
La ofrenda para los adultos sabe estar colocada el 1º. De noviembre y durante esa noche se sahúma constantemente, entonces el intenso aroma a copal se esparce por toda la población y los familiares rezan, recordando a sus muertos durante toda la noche. El día 2, al filo del medio día, el panteón se convierte en un jardín, las tumbas se adornan con flores blancas y amarillas, cruces y velas; es este un momento de reflexión. Al regreso del cementerio se reparte la ofrenda entre compadres o ahijados.
Y es pues esta es una tradición por más increíble, por lo que es necesario continuarla y no perder estos valores culturales que son admirados en todas partes del mundo.
Desgraciadamente estas tradiciones se están perdiendo generación a generación, debido a la preferencia de costumbres extranjeras. Como ejemplo podemos mencionar la gran influencia que tenemos de el Halloween, de Estados Unidos; lo vemos en la calle de los primeros días de noviembre, cuando los niños van disfrazados de personajes extraídos de caricaturas o de las mismas películas norteamericanas pidiendo su "calaverita". Además, las ofrendas son más pobres y las hacen con menos enjundia que antes.
Consulta: http://www.zapotlan.com/dmuertos/