INTRODUCCIÓN

Embarazo y parto, términos que comprenden el periodo de gestación del ciclo reproductivo humano

EMBARAZO

El embarazo comienza cuando el espermatozoide de un hombre fecunda el óvulo de una mujer y este óvulo fecundado se
implanta en la pared del útero (véase Fecundación; Aparato reproductor). Como el embarazo altera los esquemas
hormonales normales de una mujer, uno de los primeros síntomas del embarazo es la pérdida del periodo menstrual.
Otros síntomas son: aumento de la sensibilidad de las mamas, cansancio, náuseas, sensibilidad a los olores, mayor
frecuencia en la micción, cambios de humor y aumento de peso. Ciertas mujeres también experimentan deseos de sustancias
poco usuales, como hielo, arcilla o almidón de maíz. Este estado, llamado pica, puede ser indicativo de una
insuficiencia de hierro u otros nutrientes. Antes de la duodécima semana de embarazo es posible que algunos de estos
síntomas remitan, pero aparecen otros. Por ejemplo, los senos aumentan de tamaño y se oscurecen los pezones. El síntoma
más evidente es el aumento de peso. En la actualidad la mayoría de los médicos aconsejan que el aumento de peso
no supere los 12 kilogramos al final del embarazo.

Los primeros meses del embarazo son los más críticos para el niño en desarrollo, ya que durante este periodo se
forman su cerebro, brazos, piernas y órganos internos. Es por esta razón que una mujer embarazada debería tener
especial cuidado antes de tomar ningún tipo de medicación si no es aconsejada por un médico que conoce su estado.
También debería evitar los rayos X y el consumo de tabaco y alcohol.
COMPLICACIONES
La salud del hijo que está aún por nacer, preocupa sobre todo a las madres que superan los 35 años, ya que entonces
son más frecuentes los problemas genéticos. Hay pruebas seguras y efectivas para detectar los desórdenes genéticos que
causan subnormalidad y otros problemas. La prueba más común es la amniocentesis. En el 95% de los casos en los que se
realiza, el feto es normal. Ciertos médicos recomiendan a todas las mujeres de más de 35 años someterse a esta prueba.

Aunque la mayoría de los embarazos transcurre con normalidad, pueden surgir ciertas complicaciones. Una de ellas,
bastante rara pero que supone peligro de muerte, es el embarazo ectópico o extrauterino, en que el óvulo fecundado se
implanta fuera del útero, ya sea en el abdomen o en una trompa de Falopio. Entre los síntomas están los dolores súbitos
e intensos en la parte baja del abdomen hacia la séptima u octava semana de embarazo. Si no se trata quirúrgicamente
con rapidez, el embarazo ectópico puede derivar en grandes hemorragias internas y posiblemente en la muerte.

Un 15% de todos los embarazos acaban en aborto espontáneo, que suele ocurrir entre la cuarta y la duodécima semana de
embarazo. La mujer que sospeche que está embarazada y experimente punzadas abdominales o sangrado vaginal, debería
consultar de inmediato con un médico.

La toxemia es otra complicación seria de la última etapa del embarazo. Los síntomas son hipertensión, aumento súbito y
cuantioso de peso debido a un edema, llegando a ganar de 11 a 13 kilos en un mes, y aparición de proteínas en la orina.
Si no se trata, llega a producir ataques de apoplejía y coma que, en casos extremos, puede conducir a la muerte del
niño. Cuando se diagnostica una toxemia grave, hay que extraer al niño lo antes posible para protegerlo tanto a él
como a la madre. Esta situación desaparece con el nacimiento.

PARTO
Un embarazo normal dura unas 40 semanas, o 280 días, contando desde el comienzo del último periodo menstrual. A veces
las mujeres dan a luz mucho antes de la fecha esperada, lo que da origen a un niño prematuro. Un 7% de los niños que
nacen son prematuros, es decir, nacidos antes de la semana 37 de embarazo. Los niños que nacen unas pocas semanas antes
suelen desarrollarse con normalidad. Los últimos avances en el cuidado de niños prematuros permiten sobrevivir a
muchas criaturas que nacen con 25 o 26 semanas. Si el embarazo dura más de 42 semanas, el parto recibe el nombre de
parto postérmino.

El parto, proceso mediante el cual el niño es expulsado del útero por la vagina, comienza con contracciones irregulares
del útero cada 20 o 30 minutos. A medida que avanza el proceso, aumenta la frecuencia e intensidad de las contracciones.
La duración normal del parto para una madre que espera su primer hijo es de 13 a 14 horas, y unas 8 o 9 para una mujer
que ha dado a luz antes. No obstante, existen grandes variaciones en cuanto a la duración del parto.

Tradicionalmente, el parto se divide en tres periodos: dilatación, expulsión y alumbramiento. El primero comprende
desde el comienzo de los dolores o contracciones hasta que el cuello uterino se ha dilatado completamente. El periodo
de expulsión empieza en el momento en que el feto comienza a progresar a lo largo del canal del parto, una vez
dilatado el cuello, y termina en el momento de su completa salida al exterior. Desde este momento, hasta la total
expulsión de la placenta y sus membranas, se extiende el periodo de alumbramiento.

Algunas mujeres prefieren algún tipo de anestesia para aliviar el dolor del parto. Sin embargo, el parto natural cada
vez es más frecuente debido en parte a que muchas mujeres saben que la anestesia y la medicación que reciben pueden
llegar rápidamente a través de la placenta al niño por nacer.

Otra opción para conseguir una disminución de las molestias durante el parto es la anestesia local, donde sólo se
duermen aquellas partes del cuerpo de la madre afectadas por el dolor del parto. Tales anestésicos incluyen el bloqueo
de la parte inferior de la espina dorsal y la inyección epidural, con la que se anestesia la región pélvica. La
epidural no se debe usar al principio de la dilatación porque prolonga peligrosamente el parto; después sólo se utiliza
para calmar el dolor de la expulsión (y quizás de la dilatación final). Otra opción es la cesárea, que consiste en
sacar al bebé del útero quirúrgicamente, pero no es una alternativa para el dolor. Sirve para evitar algunas
complicaciones del parto natural y sólo se realiza si existe una razón médica específica.