El Paciente con Cáncer
Creemos que es mas fácil comprender intelectualmente a un cuerpo como forma material, y algo mas difícil comprender en la práctica al alma, psiquis, personalidad o cualquier concepto que para dar cuenta de lo humano pueda aplicarse.
Si bien el cáncer es una enfermedad que se manifiesta específicamente en el cuerpo o en órgano, debemos entender que este cuerpo no esta solo comprometido biológicamente, sino que estamos hablando de una persona, un sujeto que padece un sufrimiento que va mas allá de lo físico. La enfermedad es algo mas que una crisis orgánica, física pues compromete al sujeto humano en su totalidad y a su entorno vincular (familia, trabajo, amistades, etc.).
A partir de la aparición de los primeros síntomas y confirmación posterior del diagnostico de cáncer, se configura para el paciente toda una situación que conlleva un plus de sufrimiento no físico, relacionada específicamente con variables concernientes a la psicología. Algunas de las cuales son: miedo, depresión, ansiedad, angustia, sentimiento de soledad y abandono, ira, culpa, etc..
Las relaciones de los distintos sujetos ante esta situación son tan variadas como sujetos haya, puesto que cada paciente reaccionara de acuerdo a su particular estructura de personalidad e historia vital. Por ejemplo si un paciente de características depresivas se diagnostica cáncer, es de esperarse que se manifieste una depresión de mayor intensidad y mayor prolongación temporal que otro paciente con una estructura de personalidad diferente, y en consecuencia su abordaje psicoterapeutico tendrá características propias que lo diferenciaran del realizado con una estructura de personalidad diferente según la función del órgano afectado, y su valoración simbólica subjetiva. Aquí se plantea el problema de cual es la significación y valor que un determinado órgano, posee para cada sujeto. Por ejemplo, en el cáncer de pecho tiene el sentimiento traumatizante de que las bases de su femineidad están en peligro y primero cuida sus mamas, sin tomar en cuenta el peligro de vida que esta expuesta. La relación con enfermedad y las posibilidades de peligro solo surgen después de la operación.
En el caso de la histerectomía, esta si bien no conlleva un menoscabo estetico, como el cáncer de mama, si pone en juego fantasías mas profundas, que se arraigan en la ecuación femineidad = maternidad. En muchas mujeres, además de la angustia frente a la imposibilidad de gestación, surgirán temores y ansiedades respecto del posterior deterioro que supone podría sufrir su sexualidad Si bien la histerectomía no compromete desde lo orgánico a la sexualidad, ni disminuye la capacidad de goce, debido a las ansiedades que esta intervención provoca en las pacientes, siempre repercute negativamente sobre su comportamiento sexual, desplegando una sintomatología por demás perturbadora para dichas pacientes.
En ambos ejemplos cabe destacar la impotencia capital que reviste el compañero sexual de la paciente al cual también deberá asignársele un papel protagóico activo a la par de esta.
La Familia del Paciente con Cáncer
Se considera que la familia no es solo un conglomerado de personas que viven juntas, sino que es mi intrincado sistema de emociones y comunicaciones en que todo cambio de una parte de dicho sistema, produce modificaciones en eh resto siempre que uno de sus integrantes se ve afectado por una enfermedad como eh cáncer los demás miembros serán también afectados por eh impacto que dicha enfermedad produce. La forma en que ha enfermedad afecta al resto de los miembros será diferente según ha estructura y dinámica interna de cada núcleo familiar, su ubicación socioeconómica, nivel cultural, y sobre todo dependerá de cual de sus miembros sea el enfermo, que rol juega o se he ha adjudicado dentro de ha familia, de las fantasías, expectativas y ansiedades grupales que se le hallan constituidos como depositario. No será lo mismo, que el enfermo sea un niño, un adulto con hijos pequeños a su cargo, o un anciano.
Suele suceder que los miembros de la familia se sientan los causantes de la enfermedad del paciente, generándose así en ellos fuertes sentimiento de culpa, por haber postergado o no haber apresurado ha visita del paciente al médico, por haberle suministrado alimentos malsanos, o por haberlos sometidos a privaciones o causado algún disgusto.
Estos sentimiento de culpa, no siempre conscientes de los miembros de la familia, pueden estimular en ellos extensas y exageradas demostraciones de amor y preocupación que muchas veces no se fundamentan desde ha realidad vital de estos sujetos. En otras ocasiones los familiares pueden eludir el contacto con el paciente por que este contacto acentuaría sus sentimientos de culpa y en consecuencia se configuran situaciones de abandono sumamente nocivas para el paciente, el cual se verá afectado por sentimientos de desolación que vendrán a sumarse a sus angustias y temores.