El miedo es un derroche de energía. Impide a las personas cumplir con aquello par lo cual fueron enviados. Guíate por lo que te rodea.
Primero es preciso llegar a un estado profundo… donde ya no puedas (an) sentir el cuerpo. Allí podrás llegar a ellos.
Es sólo la superficie donde yacen los problemas. Muy dentro del alma, donde se crean las ideas, allí es preciso buscarlos.
“Energía… todo es energía. Se malgasta tanta… Las montañas…Dentro de la montaña hay quietud; el centro es sereno. Pero es afuera
donde esta el problema. Los humanos solo pueden ver el exterior, pero se puede ir mucho más adentro.
Hay que ver el volcán. Para eso es preciso ir muy adentro.
“Pero si la gente supiera que la vida es infinita; jamás morimos; nunca nacimos en realidad, entonces ese miedo desaparecería.
Si todos supieran que han vivido antes incontables veces y que volverán a vivir muchas más, ¡cuánto más reconfortados se
sentirían! Si supieran que hay espíritus en derredor de ellos, cuando se encuentran en estado físico; que después de
la muerte, en estado espiritual, se reunirán con esos espíritus, incluidos los de sus muertos amados,
¡Cuánto sería el consuelo! Si supieran que los ángeles guardianes existen, en realidad, ¡cuánto más seguros se sentirían! Si supieran
que los actos de violencia y de injusticia no pasan desapercibidos, sino que deben ser pagados con la misma moneda en otras vidas,
¡cuánto menor sería el deseo de venganza!. Y si de verdad “por el conocimiento nos aproximamos a Dios”, ¿de qué sirven las posesiones materiales
y el poder, cuando son un fin en sí y no un medio para ese acercamiento?. La codicia y el apetito de poder no tienen ningún valor.
Pero ¿cómo llegar a la gente con ese conocimiento?, Casi todos recitan plegarias en sus iglesias, en las sinagogas, mezquitas o templos,
plegarias que proclaman la inmortalidad del alma. Sin embargo, terminados los ritos del culto vuelven a sus caminos
competitivos, a practicar la codicia, la manipulación y el egoísmo. Estos rasgos retardan el progreso del alma. Por lo
tanto si la fe no basta, quizá la ciencia ayude, y ayude en verdad.
Sòlo necisitamos tu cooperaciòn...