Desenfado del cuerpo
La presente muestra cuenta con obra representativa según el estilo y carácter propio de cada autor. Desenfado del cuerpo es el resultado de conjuntar alrededor de un mismo tema (el desnudo) a distintos artistas jóvenes y experimentados, todos ellos con una propuesta propia y una visión muy particular de su quehacer plástico. El cuerpo humano desnudo ha sido la temática más recurrente en la historia del arte. Desde siempre, se ha tratado con diversas posturas y con infinidad de intenciones. El modo en que se representa al cuerpo humano significa en muchas maneras la forma tan particular en que el ser humano se ve y se comprende a sí mismo. El desnudo no implica, en ningún sentido, incomodidad pudor o vergüenza. La imagen que nosotros captamos no es la de un cuerpo solitario y abandonado en su carnal mortalidad, sino la de un cuerpo equilibrado, perfecto y puro en su irrealidad. El desnudo no se limita al cuerpo; está más allá del acto personal y privado de la falta de ropa y la cruda desnudez que es el mero hecho de despojarnos de la ropa Es obvio que el desnudo trasciende tener o no la ropa puesta, y se relaciona más bien con una forma particular de concebir al cuerpo humano. La desnudez es en realidad un concepto cultural, que no forma parte de las pulsiones básicas o de nuestros instintos animales heredados, ya que, de todos los animales, solo nosotros carecemos de una capa de pelo que cubra por completo nuestro cuerpo, y sólo nosotros somos capaces de tomar conciencia de nuestra desnudez; ésta se revela a sí misma, como el reflejo especular. El desnudo en cambio es mostrado, exhibido; requiere de un espectador, generalmente mezcla de culto observador y perverso voyerista. Mostrarse desnudo significa transformar el propio cuerpo
en un ropaje compuesto por nuestra propia piel, nuestro cabello, nuestras
propias formas y volúmenes. El desnudo, por lo tanto, no nos
puede despojar de nuestros ropajes: El desnudo es una forma más
de vestido. El cuerpo desnudo, cuando se convierte en tema u objeto de la representación, sigue teniendo relaciones claras con el hecho original: la realidad del cuerpo humano viviente. En esta exposición encontramos como una constante la visión intimista y solitaria de las figuras que se nos presentan. Si bien hay una gran variedad de estilos y propuestas, tantas como autores participantes, la visión general que encontramos es de una sobria ligereza, que tiene matices tan variados como la contemplación, la jovialidad, la introspección y en algunos casos una violencia que puede trasponerse al propio desnudo.
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