Labrador Retriever

Perro de caza originario de Gran Bretaña.

El labrador es el más popular de los perros cobradores, y ha adquirido merecido renombre por su versatilidad. Ampliamente utilizado como perro policía y lazarillo, el Labrador es asimismo un excelente perro de caza, tanto para presas terrestres como acuáticas, y ha demostrado ser también un buen animal doméstico.

Tamaño: Entre 55 y 57 cm. para los machos y 54 y 56 cm. para las hembras.

Colores: Negro, hígado o amarillo.

Características: Cráneo ancho con stop pronunciado, de manera tal que el cráneo no forme una línea recta con la nariz. Las orejas no deben ser grandes ni pesadas. Ojos de color castaño o avellana. Cuello fuerte y vigoroso. Pecho ancho, profundo, con un costillar bien desarrollado. El dorso debe ser corto y sólido. Corvejones ligeramente angulados. La cola es caractrística en la raza, ancha en su base, afinandose progresivamente hacia la punta, de mediana longitud, parecida a la cola de una nutria. Manto corto y denso, sin ser ondulado, con un subpelo muy resistente.

Historia: Esta raza no tiene su origen en la península de Labrador, sino en la costa de Newfoundland, donde solía amaestrárselos para cobrar redes de pesca sumergidas en aguas heladas. En el siglo XIX, los pescadores de Newfoundland comenzaron a vender su pescado en la costa oeste de Inglaterra, y algunos fueron persuadidos para vender también algunos de sus perros. La raza demostró rápidamente su eficacia en las cacerías, y fue reconocida por el English Kennel Club en 1903. El primero en denominarla Labrador fue el conde de Malmesbury en 1887.

Temperamento: El Labrador es un perro plácido, leal, de temperamento equilibrado, inteligente y excepcionalmente apto para convivir con niños. Se muestra constantemente dispuesto a complacer a sus amos, al tiempo que resulta sumamente útil como defensa contra los extraños. Se trata de una raza mucho más apropiada para la vida al aire libre que para la vida en la ciudad.