Mastín Español

Perro de labor procedente de España.

El Mastín es una de las más antiguas razas de perros y, pese a su belicoso pasado, constituye actualmente otro de nuestros amables gigantes caninos. Aunque aún es utilizado como perro guardián, el Mastín es, con mayor frecuencia, un sencillo y afectuoso miembro más de la familia.

Tamaño: No existen límites de talla, siendo más apreciados, dentro de armoniosas proporciones, los ejemplares de mayor alzada. Límites mínimos: Machos 77 cm. y hembras 72 cm.

Colores: Uniformes, amarillos, leonados, rojos, negros, lobatos y cervatos combinados, atigrados, cervatos y píos.

Características: Poseedor de una cabeza grande y hermosa, con una relación entre la longitud del cráneo y la cara de 6/4. Líneas cráneo-faciales moderadamente divergentes y depresión frontonasal suave. Orejas medianas y caídas, insertas por encima de la línea de los ojos. Presenta un tronco rectángular, fuerte y robusto, costillar con amplios espacios intercostales y línea dorso lumbar recta. El vientre es moderadamente recogido. Miembros bien aplomados y hueso poderoso. El pelo es tupido, grueso, semilargo y liso; presentando un pelo de cobertura y un subpelo.

Historia: Este moloso ligado al pastoreo, es el guardián natural de los grandes rebaños de merinas que por un tiempo cíclico recorren la geografía española en trashumancia. Esta actividad ha creado un perro potente, de buen trote, muy resistente y de carácter tranquilo. El Mastín Español deberá proteger la oveja de las alimañas. Una selección del medio y del hombre a lo largo de los siglos ha ido conformando este perro hasta hacer de él uno de los productos más genuínos de la ecología hispana. Se le ha denominado impropiamente como mastín leonés, manchego, extremeño. Con la práctica desaparición de la trashumancia se le ha dirigido hacia la custodia de las fincas.

Temperamento: Aunque es por lo general un perro de temperamento equilibrado, amable y leal, conserva su instinto de guardián, por lo que precisa un trato firme.